El presidente de la Fundación Metropolitana no duda en afirmar que los hechos de Cañuelas son parte de un fenómeno que define como la “conurbanización del cordón periurbano”, un extremo de la metrópoli que ocupa un arco que va desde Zárate en la zona norte, pasando por Cañuelas y llegando a La Plata, hacia al sur.
-¿De qué se trata este fenómeno?
-Es un fenómeno nuevo, en el sentido de que hace quince años atrás esto no existía. La zona periurbana era un eje de ciudades intermedias de relativo control, muy similares al interior de la Provincia, donde sucedían algunas anomalías pero no en los términos que se dan por estos días.
-¿Cuáles son las características?
-Aparecen conductas de jóvenes que son mano de obra de delincuencia organizada (droga, piratas del asfalto o robo de automóviles) o que se encuentran desesperados por un par de zapatillas. Yo sostengo que esto es parte de una situación en donde lo que llega a ese borde periurbano es la exclusión social.
Hoy no existen proyectos que funcionen como inclusivos. Años atrás había adolescentes que se iban a estudiar y otros que se quedaban en sus ciudades. Pero quienes se quedaban tenían trabajo, tenían contención. Hoy la exclusión extiende y aparece un drama que está entre la soja y los barrios cerrados.
-¿Se refiere al crecimiento de la frontera agrícola?
-Exacto. El drama de los intendentes es el glifosato y la soja, donde además se perjudica a los apicultores, y los productores que tienen granjas o huertas porque el glifosato mata todo. Otro factor que incide es el crecimiento de los barrios cerrados, cualquiera de las dos cosas son expulsivas, son no incluyentes. Porque ni la soja ni los barrios cerrados generan puestos de trabajo.
-¿Cuánto tiempo tiene este proceso?
-Se da en los últimos 20 años. Es una etapa donde se extiende la frontera agrícola, incluso en provincias del interior sucede lo mismo. Se trata de ganar hectáreas para meter soja. Lo mismo con las urbanizaciones cerradas, un fenómeno del último cuarto de siglo pasado, acompañadas por las autopistas donde en mi criterio estas urbanizaciones no construyen ciudad y esto es excluir. En el medio hay una cuestión de pobreza y falta de oportunidades.
-¿Cómo repercute esto en lo social?
-Hay que ver qué tejido integrador se tiene funcionando. Por eso, lo de Cañuelas hoy es muy gráfico. Porque además se le exige al municipio que se ocupe de la seguridad. Esto de la mano en que son convidados de piedra a la hora de manejar la policía. Sería interesante que a partir de esto, en la gobernación provincial reflexionen e impulsen las policías comunales.
Antes la sociedad funcionaba como un tejido, la desaparición del policía de la esquina, el almacenero de barrio, todo esto llevó a romper una malla, romper una pertenencia y romper controles sociales. A esto hay que agregarle las cuestiones estructurales.
-¿Existen posibles soluciones o es un fenómeno inevitable?
-En el caso del borde periurbano, es urgente que se tomen definiciones sobre el suelo, sobre lo que se hace sobre el suelo. Es una medida a largo plazo.
-¿A qué se refiere decisiones sobre el suelo?
-Se trata de ver cómo se disponen de matrices para poder ocupar el suelo en términos habitacionales, de espacios residenciales y en términos de espacios vinculados a la economía, a lo productivo y a lo social. Esto hace que se puedan ir previendo varias cosas como dónde vive la gente, que servicios se tienen y cuáles faltan. Sobre todo en salud, educación y seguridad.
- ¿Cómo se distribuye ese uso del suelo hoy?
-Actualmente tenemos proliferaciones de asentamientos por un lado y de barrios cerrados por otro. La mancha urbana de Buenos Aires tiene 2.700 kilómetros cuadrados. Más de 1.000 están ocupados por barrios cerrados y asentamientos irregulares. En eso territorio no hay ciudad. Todos sabemos que existen barrios irregulares donde no entra ni la policía, ni los bomberos ni las ambulancias y por otro lado existen las urbanizaciones privadas donde tampoco se puede circular, porque está prohibido y está cerrado.
Pero me preguntabas por lo social. Allí se van generando fenómenos complejos. Ciertos ‘modus vivendi’ delictivos que genera estas cosas y situaciones gravísimas como estos dos chicos que mataron en Cañuelas.
Pero por otro lado la reacción que se genera en la sociedad es complicada. Porque aparecen tensiones que no deberían existir o reacciones frente al poder político. Porque en definitiva un municipio es una unidad de administración cercana.
Fuente: lapoliticaonline.com
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