miércoles, 31 de enero de 2018

El trabajador uberizado


 

 
El investigador francés André Lamarche explica en diálogo exclusivo con Cash la transformación del trabajo que opera a escala internacional con las nuevas plataformas tecnológicas y la flexibilización laboral que trae implícita. También analiza las reformas del mundo del trabajo que avanzan en la Argentina de Macri y la Francia de Macron.


“Para lograr flexibilidad en el trabajo es necesario formar al obrero y confiar en él para que pueda adaptarse a distintos clientes y a diferentes tecnologías. Eso es justamente lo opuesto a la flexibilidad en el empleo, que es lo que las reformas laborales normalmente buscan aplicar. La flexibilidad en el empleo implica denigrar el status del trabajador, hacerlo más líquido para poder despedirlo de un día para el otro”, explica André Lamarche, investigador francés que se desempeña como profesor asociado en Economía en la Universidad Paris-Diderot Paris 7 y especialista en economía sostenible, economía social y local y responsabilidad social empresaria. En diálogo con Cash, Lamarche advierte que la evasión fiscal, los costos sociales y ambientales deberían contabilizarse en la ecuación de eficiencia de las grandes empresas, lo cual mejoraría la posición relativa de los emprendimientos de la economía social. También analiza la reforma laboral del gobierno francés de Emmanuel Macron.
Hay una nueva oleada de reformas laborales ancladas discursivamente en el desarrollo de las nuevas tecnologías. ¿Cómo analiza este fenómeno?

–Uno de los mayores desafíos hoy en día es la destrucción del empleo tal como lo conocemos. Si bien en Francia y en buena parte de la economía occidental la norma del sector asalariado sigue siendo muy estructurante, cada vez hay mayor cantidad de gamas no salariales. El último que me enteré consiste en la organización de los deliverys a través de las plataformas digitales. Se está hablando de “uberización” para describir este nuevo tipo de trabajo. El gobierno francés acaba de publicar un documento en donde dice acompañar la uberización de la función pública. Esto implica que los servicios públicos no se realizarían por funcionarios sino por personas que a partir de su actividad independiente podrían participar de este tipo de actividades. En la Francia de Macron la independencia de los individuos es un elemento simbólico central.

El gobierno argentino también hace mucho énfasis en las virtudes del emprendedurismo y de la lógica individual de progreso (o fracaso).
–En este punto hace falta hacer una aclaración. Por un lado están los trabajadores autónomos. Ellos no están conducidos por el exterior sino que tienen fuerza por sí mismos. Distinto es el caso de los trabajadores independientes, aquellos que están solos frente al mercado. Por eso es tan relevante la acción de los colectivos de personas que desarrollan formas de economía de solidaridad y permiten pasar de la independencia a la autonomía.
¿La “uberización” es una manifestación de los cambios tecnológicos o un avance del capital para incrementar la flexibilización laboral?
–Hay una cuestión tecnológica importante, porque ahora existen plataformas que vinculan a una multitud de utilizadores. Sin dudas hay una dimensión tecnológica muy fuerte. Pero estas plataformas no son nada si no hay fuertes transformaciones institucionales y legales. Por ejemplo, los taxistas conforman una organización que tiene definido cómo ingresar, la calificación, el precio. El poder público tiene que aflojar esas restricciones organizacionales e impulsar la desregulación para que avance Uber. Con el proceso de Uber a veces nos hacen creer que es algo puramente tecnológico, pero tiene un fuerte componente de desregulación neoliberal. Hay una búsqueda de reformar el poder del mercado, que es el poder del capital, contra el poder del trabajo.
¿La uberización amenaza con avanzar en otros sectores que hasta ahora se rigieron bajo la lógica del salario?
–Sí, la tendencia de este proceso es la expansión hacia otros ámbitos. Tal vez el día de mañana suceda con las enfermeras en un hospital o con los profesores universitarios, que se transformarían en “emprendedores”. Hay una transformación de lo que es una empresa. Hasta ahora, la empresa ha sido una unidad con trabajo, capital y un aparato de transformación, una gran construcción social. Y esta lógica de Uber es una gran reconstrucción a partir de una empresa que es un intermediario entre trabajadores autónomos.
Muchas veces se plantea que esta nueva lógica de organización del trabajo es algo ineludible, es “hacia donde va el mundo”.
–La intermediación digital seguramente sea algo muy poderoso. Pero la forma social que adquiere se define socialmente por reglas y normas, es decir se regula. Esa afirmación acerca de lo “inevitable” tiene un componente ideológico muy importante que implica aceptar las nuevas formas de empleo.
¿Cuál es su posición acerca de la reforma laboral en Francia?
–El gobierno anterior había planteado una reforma que tuvo mucha oposición, con movilizaciones de protesta. Sin embargo, la actual administración liderada por Macron decidió ir mucho más allá porque aplicó los cambios jurídicos a través del sistema de ordenanzas, lo cual esquiva la discusión en Diputados. La lógica de la reforma es que los derechos del trabajo quedan supeditados a la escala de la empresa, ya que el argumento del Gobierno es que “el diálogo en la empresa es lo más importante”. En situaciones de crisis el obrero sabe que no se puede quedar sin trabajo porque las opciones se reducen notablemente. Es muy difícil llamar a eso un “diálogo”. La reforma da mucho más poder a los patrones y a las empresas en la escala local. También limita las indemnizaciones y restringe el poder de los tribunales del trabajo.
Uno de los argumentos de estas reformas es que las nuevas tecnologías requieren mayor grado de flexibilidad.
–Yo no veo cómo puede aumentar el compromiso profesional de los trabajadores y la movilización de las competencias si se desvaloriza el trabajo. Hay que diferenciar entre la flexibilidad del trabajo y del empleo. Para lograr flexibilidad en el trabajo es necesario formar al obrero y confiar en él para que pueda adaptarse a distintos clientes y diferentes tecnologías. Eso es justamente lo opuesto a la flexibilidad en el empleo, que es lo que estas reformas quieren aplicar. La flexibilidad en el empleo implica denigrar el status del trabajador, hacerlo más líquido para poder despedirlo de un día para el otro. El error es que prevalece la flexibilidad del empleo y no en cuanto a la adaptación de los trabajadores.
Fuente Pagina/12

martes, 30 de enero de 2018

Más allá de Davos – en el país de las avalanchas – asoma una fragilidad ineludible

Larry Elliott

 


Hay en Suiza ciudades más hermosas que Davos, pero los elevados Alpes que rodean el valle en que se asienta son de perfecta imagen de tarjeta postal, sobre todo cuando el sol naciente besa al amanecer la cima de las montañas. Pero las apariencias pueden ser engañosas y las barreras antinieve que ciñen las laderas son un recordatorio de que este es un país de avalanchas, imponente pero frágil.

Una mejora sincronizada de la economía global ha disipado el pesimismo que había en el aire desde la crisis financiera de hace una década. Los florecientes mercados bursátiles dan a entender que los multimillonarios que pasarán los próximos días exteriorizando su preocupación sobre la desigualdad son considerablemente más ricos de lo que eran hace un año.

En enero pasado existía el temor de que el mundo no se sacudiera nunca la murria del derrumbe bancario de 2008. Ahora se habla de una vuelta a la Gran Moderación, el periodo de finales de los 90 y principios del 2000 cuando el crecimiento era robusto y la inflación, reducida.

Pero la Gran Moderación fue siempre más trémula de lo que parecía a primera vista, erigida como estaba sobre cimientos de deuda, especulación, precios de activos en ascenso y un mundo dividido entre países con superávit comercial y otros con déficit. Como hacía notar la semana pasada el informe sobre riesgos globales del Foro Económico Mundial [FEC - World Economic Forum, nombre oficial de las reuniones de Davos]: “La economía global se enfrenta a una mezcla de vulnerabilidades de larga data y nuevas amenazas que han surgido o evolucionado en los años transcurridos desde la crisis”. Hablar de una nueva Gran Moderación parece prematuro. La Gran Fragilidad estaría más cerca de la verdad.

Empecemos con los mercados financieros, donde se establecen nuevos registros inéditos en el precio de las acciones prácticamente a diario, aun cuando los inversores saben en su fuero interno que se avecina un serio correctivo. Todas las evidencias recientes sugieren que los mercados financieros van a volverse más alcistas, lo que aumenta las posibilidades de que el serio correctivo se convierta en un crac.

Los morlacos del mercado no están verdaderamente interesados en nada que cuestione su visión color de rosa: ¿crecimiento, del déficit presupuestario norteamericano, mayor rendimiento de los bonos, aumentos más rápidos de lo esperado de las tasas de interés de los bancos centrales. ¿Para qué preocuparse por el cierre administrativo del gobierno norteamericano cuando el Fondo Monetario Internacional se está volviendo más optimista respecto al crecimiento en Norteamérica, Japón y la eurozona? ¿No es probable que Beiying ralentice la economía china sin un crac? ¿No son las presiones inflacionarias tan tenues que los bancos centrales no sufren presiones reales para elevar los tipos de interés rápidamente? Llegan recortes de impuestos. Todo lo cual significa que los precios de las acciones sólo pueden seguir una dirección: hacia arriba. Ya hemos pasado por esto: en 2006 y a principios de 2007.

La misma temeridad se aplica al medio ambiente, aún más si cabe. Los líderes globales se dieron grandes palmadas en la espalda cuando firmaron el acuerdo de París sobre cambio climático a finales de 2015, pero su compromiso no bastará para evitar un aumento catastrófico de las temperaturas globales, aun en el improbable caso de que se ciñan a ello. Las señales de aviso – el año más cálido registrado sin ser de El Niño, una demoledora temporada de huracanes y el primer aumento de las emisiones de CO2 en cuatro años – están en rojo. Al hacer notar que se está perdiendo biodiversidad conforme aumenta el ritmo de extinción masiva y que la contaminación del aire y del mar plantean una creciente amenaza a la salud humana, el FEM hizo este comentario, sencillo pero aterrador: “Hemos ido empujando nuestro planeta al abismo y el daño está quedando cada vez más de manifiesto”. Mucho se hablará esta semana en Davos de crear una economía libre de carbono, pero esa retórica no cuadra realmente con los mil vuelos estimados en aviones privados a y desde Suiza para este acontecimiento de cinco días de duración.

Davos es como una gigantesca urbanización privada con vigilancia en la que el 1% puede mezclarse, unos con otros, y fingir preocuparse por el otro 99%. La vida parece y se ve diferente al otro lado del cordón de seguridad, donde para muchos los niveles de vida se han estancado o han crecido sólo de manera muy modesta en la última década. Las migraciones masivas y la revuelta contra las élites sugieren que el 99% está harto de esperar a que el 1% aparezca con un plan para hacer el mundo más justo. Los líderes empresariales insistirán esta semana en Davos en que se necesitan más inversiones en educación y formación para que la fuerza laboral esté preparada para enfrentarse al reto que plantea la inteligencia artificial. Nadie sugerirá que sus empresas podrían contribuir a sufragar esto si dejaran de evitar el pago de impuestos.

Se celebrarán esta semana actos organizados por la Fight Inequality Alliance [Alianza para Luchar contra la Desigualdad], que ha reunido a movimientos sociales, grupos de derechos de mujeres, sindicatos y ONGs de treinta países, en montañas de un género diferente: montañas de basura y montículos sacados de minas a cielo abierto. Las migraciones en masa son a la vez expresión de una creciente fragilidad social, y un factor que se oculta tras ella, que ha engendrado desconfianza en la política, los políticos y las instituciones políticas.

En los dieciocho años transcurridos desde que Bill Clinton habló en Davos – el último presidente norteamericano que lo hizo –, la idea de que la globalización demostraría ser una fuerza unificadora ha ido feneciendo de muerte lenta. El mundo era un lugar distinto en 2000 del que es hoy: eso fue antes del 11 de septiembre, de la Guerra de Irak, antes de la crisis financiera y del colapso de la ronda de Doha de negociaciones comerciales.   

Puesto que ha quedado claro que no podemos fiarnos de los organismos e instituciones multilaterales para llegar a la buena vida, los electorados han ido a buscar protección cada cual en su propio gobierno. De los ciberataques con patrocinio del Estado a las amenazas de guerras comerciales, el nacionalismo está en auge.

De modo que esta es la realidad de Davos este año: fragilidad económica, fragilidad ambiental y fragilidad política. Y vale la pena recordar que cuando hay amenaza de avalancha, un tiro de fusil o un mugido inoportuno incluso puede echar abajo la montaña entera

¿Por qué? Porque Donald Trump llega el viernes a Davos.
Fuente:Sin permiso

lunes, 29 de enero de 2018

Lawfare: nueva guerra jurídica en América latina

domingo, 28 de enero de 2018

Macri y el sueño de la Argentina europea

jueves, 18 de enero de 2018

La paradoja de las clases sociales

miércoles, 17 de enero de 2018

Medios y comunicación:Des-democratización

17 de enero de 2018


Para Cecilia Díaz, las últimas decisiones del Gobierno confirman que ha sido abortado el intento de democratización de la comunicación impulsado desde la recuperación democrática por las organizaciones sociales, la academia y los trabajadores.
Tras el cierre de la TDA, el desguace de las señales de gestión estatal del Bicentenario, las fusiones en telecomunicaciones de los gigantes, la decisión política de Cambiemos en el plano de la políticas públicas de comunicación no deja lugar a dudas, ni a sorpresas. El intento de democratización de la comunicación impulsado por las organizaciones sociales, la academia y los trabajadores desde la recuperación democrática ha sido abortado. En parte, el revanchismo de llevar a un escenario prekirchnerista –pero con convergencia digital– ha signado las acciones de desmantelamiento de programas de accesibilidad, gratuidad de contenidos, regulación para la desmonopolización y pluralismo.
Todo cayó en la sospecha de corrupción o de gasto innecesario, donde lo que sobran son trabajadores y derechos de las audiencias.
Resultado de imagen para libertad de prensa mordaza 

Lejos de suponer que el panorama en 2015 era “la” comunicación democrática como algo suturado y perfecto, lo cierto es que es necesario preguntarse si en efecto las políticas del kirchnerismo no alteraron significativamente el poder hegemónico de los grandes conglomerados.0 ¿Qué hay de peligroso en esas políticas? 

La clave del interrogante se encuentra en la disputa retórica de la dimensión simbólica de esas medidas en relación con la democracia, más que en la comparación indicadores estrictamente económicos. 

Cuando se modificó por DNU la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en sus artículos más transformadores, el Jefe de Gabinete Marcos Peña no dudó en enunciar  “por decisión de Macri, se termina la guerra del Estado contra el periodismo […] comienza una política pública de comunicaciones del siglo XXI en la Argentina”. Luego, Hernán Lombardi a cargo del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos lanzó el lema “ceder la palabra” y quitó a Zamba de Tecnópolis ya que “estaba podrido por dentro”. Esta última declaración si bien refería al estado material de las estructuras de las figuras en el parque, adelantaron el fin de toda la perspectiva revisionista de la historia en los canales educativos como Encuentro y Pakapaka, que en la actualidad reproducen “latas” de documentales de animales. Ahora sí, podemos conocer a los héroes que decoran los nuevos billetes. 

Además del cierre del Instituto Manuel Dorrego y del Centro de Producción e Investigación Audiovisual (CEPIA), a cargo del Ministro de Cultura, Pablo Avelluto; la comercialización en manos de los privados de los derechos del fútbol; y el abandono del Conectar Igualdad desplazaron el rol del Estado como CEO de las corporaciones en las antípodas de la democratización. Son decisiones que no han generado atención en la población como un cercenamiento de derechos.

Sin embargo, desde los organismos internacionales defensores de  derechos humanos sí se advierte el problema porque la democratización de la comunicación es un concepto sostenido desde el plano supranacional al que Argentina adhiere en su Carta Magna. Los abordajes y apropiaciones son variadas de acuerdo a los contextos locales, donde los estados despliegan acciones u omisiones. En el caso argentino, desde la reforma del marco regulatorio en 2009, la democratización de la comunicación adquirió un sentido político particular: refundar la distribución de la palabra como eje de la discusión política a partir de un nuevo paradigma comunicacional.

En este punto se encuentra la clave de la disputa simbólica que hay en el desguace de la políticas de comunicación del anterior gobierno. Más allá de las evaluaciones que se puedan esgrimir sobre la concreción material de esas iniciativas, no es posible soslayar que surgieron y potenciaron la discusión política en los últimos años. Es que el acceso a la pluralidad de voces como al uso de la palabra son dimensiones del poder, por lo que lo que estuvo en juego fue la distribución de los bienes simbólicos. 

La huella del populismo kirchnerista, entonces, devela que el orden comunicacional está dislocado. Por ejemplo hay hiperconcentración y exclusiones. El carácter fundante de sus políticas interpeló a la sociedad acerca de una cuestión básica de la política: ¿cómo se quiere vivir en sociedad? Esta pregunta politizante integra la democratización, pero a sabiendas de que no va alcanzar un fin último. La peligrosidad para los poderes fácticos -históricos y solidificados- radica en el despliegue de un devenir que entrama demandas, emancipaciones en la configuración de un horizonte democrático, que viene a discutirlo todo. 

En suma, el viraje en la posición  del Estado bajo la gestión de Cambiemos revela que el establecimiento de los límites de lo pensable se vuelven concretos en el marco jurídico y represivo. 
* Docente investigadora Unlam. Doctoranda en Comunicación (UNLP).
Fuente:Pagina/12


 

miércoles, 10 de enero de 2018

Una democracia de calidad no puede basarse en el objetivo de acallar voces distintas”

“Mienten para armar una puesta en escena”
Víctor Santa María sobre los ataques del Gobierno y los grandes medios

El director del Grupo Octubre, editor de este diario, y dirigente gremial y político dijo que “una democracia de calidad no puede basarse en el objetivo de acallar voces distintas”. Alertó contra “la instalación del miedo”.
 
Presidente del Partido Justicialista porteño, diputado del Parlasur, secretario general del Sindicato Unico de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal, director del Grupo Octubre, editor de PáginaI12, entre otras funciones, Víctor Santa María reaccionó frente a lo que definió como una publicación “en cadena” de La Nación y Clarín del domingo y parte de “una andanada que se produce cada tres meses” con intervención del Gobierno.
–Yo podría decir que estoy sorprendido porque el mismo día Clarín y La Nación, y ningún medio más, hicieron eje en mi persona –afirmó Santa María a este diario–. Pero a la vez no me sorprende. Cada tres meses algunos grandes medios de comunicación, en general los mismos, se dedican a refritar versiones en función de objetivos que desconozco. Pueden ser objetivos políticos, pueden apuntar a las organizaciones gremiales o pueden buscar un efecto que cambie el mapa de los medios en la Argentina. No lo sé porque no tiene sentido juzgar intenciones ajenas. Sí tiene sentido, en cambio, analizar cuál es el efecto que producen maniobras como éstas y cuál es la naturaleza del origen desde donde salen los ataques.
–¿Por qué habla de ataques?
–Porque lo son. ¿Nos atacan porque, otra vez, creen que un medio es un obstáculo y quieren barrerlo de la superficie? ¿O están buscando condicionar a la dirigencia sindical para que no ejerza una posición libre? Ya dije varias veces que no tengo una cuenta en Suiza. ¿Por qué insisten? Mienten para armar una puesta en escena. Si no la tengo, mal podría mi madre haber blanqueado dinero en relación a esa cuenta que no existe, ¿no? Si el sindicato tiene empresarios que proveen servicios, ¿debo examinar quién entró en el blanqueo y quién no? ¿Cómo es la historia? ¿El Gobierno se obsesiona por el secreto en un caso y en otro caso permite que sectores del Estado ventilen secretos? No tengo citación judicial del fuero federal. ¿Están buscando condicionar a la Justicia justo en el momento en que además, insisto, se discute la reforma laboral?

–Son preguntas. 
–Tengo las respuestas. La realidad es que el atacado es un medio que, como sucede con PáginaI12, expresa posiciones editoriales diferentes a las posturas hegemónicas del gobierno nacional en materia de derechos humanos, garantías individuales, políticas económicas macro, derechos sociales, tarifas, inflación o endeudamiento. No se trata de pensamiento único porque el diario refleja informativamente qué hace el Gobierno, qué busca y cuál es su lógica. Se trata de investigar, de buscar información, de publicarla y de abrir el debate al pensamiento crítico. No sé cuál será el futuro. No sé cuál será la relación de cada medio con el poder económico y con el poder político, y qué buscará el poder político de los medios. Pero en la Argentina de hoy es evidente que, con excepciones individuales relacionadas más bien con posiciones profesionales de algunos periodistas, los grandes medios como Clarín y La Nación están satisfechos con el rumbo del Gobierno, lo alientan y buscan sacarle lo que para ellos pueden ser obstáculos en el camino. 

–¿PáginaI12 sería un obstáculo?
–De hecho lo ven así. Pero si ése fuera el criterio estarían cometiendo un grave error. La libertad de expresión es un valor universal. Una democracia de calidad no se basa en la persecución, el encarnizamiento y la búsqueda permanente de acallar voces distintas. Una democracia mejora en calidad cuanto mayor sea la pluralidad de voces. Es mi opinión, pero además es el fundamento jurídico de los pactos firmados por la Argentina, que en materia de derechos humanos tienen rango constitucional. Yo quiero poder seguir leyendo Clarín y La Nación. Me gustaría que los propietarios de Clarín y La Nación quisieran poder seguir leyendo PáginaI12. El 10 de diciembre último la Argentina celebró 34 años de democracia sin interrupciones. ¿Queremos más derechos o menos derechos? ¿Queremos más pluralismo o menos pluralismo? ¿Queremos discusión o queremos uniformidad? Soy dirigente sindical, dirigente político, parlamentario del Mercosur y editor. Que por favor alguien me diga cuándo cuestioné la legitimidad de la voluntad popular, así estuviera en desacuerdo o sintiera temor por el futuro del pueblo argentino. En las campañas contra mí, contra el sindicato y contra PáginaI12 veo el peligro de que termine borrada la representación social de vastos sectores. De trabajadores, de lectores, o de ambas cosas al mismo tiempo. ¿Tanto les molesta que alguien piense distinto? ¿Tanto les molesta que alguien actúe distinto? ¿A qué le tienen pánico? Digo esto porque me impresiona el grado de violencia empleado por un sector de los medios de comunicación ligados al Gobierno contra medios que tienen posiciones o líneas diferentes. Atacan con violencia.

–¿Por qué violencia es la palabra?
–Porque parece apuntar a la destrucción de lo que no es hegemónico en el Estado, el poder económico y el sector mediático más grande. Porque veo un funcionamiento en cadena. Porque observo una simultaneidad que no surge de la agenda pública. Porque hay un abuso de los verbos en potencial... Porque tal vez busquen condicionar los tiempos y los pasos del Poder Judicial. Cada dos o tres meses hay una andanada. Y da la casualidad de que las andanadas coinciden con los momentos de grandes debates de la Argentina. Venimos de la reforma previsional. Los legisladores a los que soy afín votaron en contra. El sindicato marchó pacíficamente y fue parte de las protestas multitudinarias contra el recorte de asignaciones y jubilaciones. PáginaI12 cubrió el Congreso y la calle con altísima profesionalidad periodística. Nada de esto impidió que el Gobierno reuniera el quórum y la mayoría para darle en Diputados la media sanción que ya había conseguido en el Senado. No nos gusta el resultado pero sabemos que una ley solo puede ser cambiada por otra ley y respetamos los mecanismos institucionales. Ahora se viene otra gran discusión: la reforma laboral. Somos críticos. Al atacarme, ¿quieren debilitar también a la Confederación General del Trabajo?

–¿Cómo está la CGT?
–No hay misterios. No hay homogeneidad. Uno de los signos, aunque no el único, fue la renuncia de uno de los secretarios, (Francisco) “El Barba” Gutiérrez, de los metalúrgicos. ¿Quiere meterse el Gobierno en la CGT y alinearla? ¿Alinearnos? Algunos tenemos posiciones más críticas. Otros, menos. Convivimos y debatimos, como corresponde. No queremos una reforma que intente ir para atrás respecto de los derechos de los trabajadores. 

–¿Qué sería lo peor de la reforma laboral?
–Retrocede respecto de derechos ganados en muchos años. No intenta dar mayor cobertura y mayor proyección a los más débiles o a los trabajadores. Trata de profundizar el desequilibrio entre trabajadores y empresarios. Siempre que se buscó que el Estado protegiera al más débil, no que fortalezca a los más fuertes, que son los empresarios. Habría un retroceso de las convenciones colectivas de trabajo en favor de paritarias sector por sector, en el mejor de los casos, o empresa por empresa. Disminuirá la equidad si no hay un Estado que busque proteger a los trabajadores. Se diluiría la fortaleza general en debilidades individuales. PáginaI12 viene contando ese debate. Consigna la posición del Gobierno y registra las críticas. El diario es un medio crítico con el poder en general. El periodista que investiga es su fuerte. Frente a este gobierno PáginaI12 ha desplegado una posición que refleja algunos problemas graves: hay presos políticos, hay un alto nivel de endeudamiento, hay la idea de que vuelvan, adaptadas al siglo XXI, políticas del neoliberalismo. Justo el ataque al diario se produce cuando fuerzas disímiles coincidieron en la Cámara de Diputados en votar contra la quita en jubilaciones y pensiones, o cuando dirigentes políticos se reúnen para acercar las distintas visiones opositores. Nos quieren amedrentar.

–¿Lo están consiguiendo?
–Lo intentan. Hay que tener cuidado con el uso de la psicopolítica, como escribe el autor coreano Byung-Chul Han. Recomiendo la lectura de ese libro. Cuidado con la instalación del miedo. El miedo es un instrumento selectivo. Puede haber una política de miedo dirigida hacia ciertos sectores en particular. Hacia algunos sectores de la política, por ejemplo. O hacia los sindicatos. O hacia determinados medios. Las redes sociales ayudan para obtener información. La combinación de Big Data y estrategias de miedo es muy peligrosa. 

–¿Cuál es el peligro?
–La persecución selectiva muchas veces usa la herramienta de la discriminación. Por ejemplo la pauta oficial cortada o abusivamente restringida. La discriminación es para que uno se someta a un pensamiento único. En este caso, a la idea de un Estado ausente cuando se trata de defender a los más débiles y presente en defensa de los que más tienen. Con el intento de concentrar la riqueza en unos pocos. Algunos no queremos ese país. Los números deben cerrar pero la gente debe sentirse incluida en ese proyecto de país. Son temas centrales que hacen a discutir la Argentina que queremos. Nos quieren sacar de la discusión de fondo para debatir sobre maquillajes. Me gustaría decirle al Gobierno que se dedique a gobernar.
–Contestaría, seguramente, que ya lo hace.

–Que se dedique a gobernar y deje actuar a cada uno en lo que le corresponde. A los sindicatos en defensa de los trabajadores, a los periodistas informando, a los diarios abriendo el debate e incorporando temas y enfoques a la agenda pública. Que se abstengan de hacer cadenas para atacarnos. Fueron elegidos para ejercer el Poder Ejecutivo y respetamos la legitimidad del voto. Que gobiernen y no persigan. 

Fuente:Pagina/12

sábado, 6 de enero de 2018

Masiva movilización en Mar del Plata contra el genocida Miguel Etchecolatz


"Para mantener la dignidad del pueblo"
Se desarrolla por las calles de Mar del Plata una marcha convocada por organismos de Derechos Humanos y organizaciones sociales y políticas en contra de la decisión de la justicia de otorgarle prisión domiciliaria a uno de los mayores responsables del genocidio.
Imagen: Twitter ATE Capital
Una bandera argentina con los rostros de los desaparecidos de Mar del Plata encabeza
 la movilización convocada por distintos organismos de derechos humanos en repudio a la prisión 
domiciliaria que el genocida Miguel Etchecolatz cumple en esa ciudad. 
“Para mantener la dignidad del pueblo y de nuestro país tenemos que hacer
 este repudio y tienen que prontamente meterlo en la cárcel como corresponde. 
Basta de domiciliaria para los genocidas”, definió a Página/12 Nora Cortiñas.
"Si quieren, su cárcel podría ser la de Batán, que está en esa ciudad",
 añadió Cortiñas ubicada en la cabecera junto con los representantes locales 
de la Asociación de ex Detenidos y Desaparecidos, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, 
la agrupación HIJOS de desaparecidos y Familiares de Víctimas de la dictadura,
 de Mar Plata.



“La única casa para un genocida es la cárcel”, dice la bandera principal que acompaña aquella otra
 con los rostros de los desaparecidos por el terrorismo de Estado, del que Etchecolatz fue uno
 de los principales ejecutores. 
La multitud movilizada llena más de una decena de cuadras. “No vamos a permitir que semejante criminal 
sea vecino nuestro”, puntualizó Ledda Barreiro, de Abuelas de Plaza de Mar del Plata, 
quien subrayó a este diario que “el pueblo en la calle tiene un poder que el mismo pueblo todavía no conoce”.



Entre los representantes de Familiares de Desaparecidos está Lita Goitano, también la nieta recuperada 
Victoria Montenegro y Rubén López, hijo del desaparecido Julio López. Junto a ellos caminan la militante 
y ex detenida desaparecida de la ESMA Graciela Daleo y el diputado nacional Horacio Pietragalla.



"Como Madre y Abuela de Plaza de Mayo, y como marplatense, no lo quiero en mi ciudad”, sentenció
 Ángela Barilli de Tasca, integrante de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo que encabeza 
la movilización en la que también hay integrantes de Línea Fundadora, como Cortiñas y Taty Almeida.
La marcha avanzó hasta la costanera, desde donde se dirigirán hasta los monumentos a los lobos marinos. 
Los manifestante cantan “Cárcel común, perpetua y efectiva/ ni un solo genocida por las calles de Argentina”.
Fuente:Pagina /12