jueves, 28 de febrero de 2019

El pensamiento roto


Necesito empezar esta reflexión con una pregunta “deliberadamente” ingenua: ¿hasta qué punto la vida individual de una persona puede ser indiscernible de su vida política? ¿Es posible? 
Las estrategias ultraconservadoras que pretenden crear la falsa noción de “individuo sin Estado” o de libertad fuera del espacio político y social consiguieron convencer a muchísimas personas de la “veracidad” de ese propósito. A muchísimas, pero no a todas, afortunadamente.
Siempre en esta línea, es bastante corriente escuchar que muchos argentinos se declaren a sí mismos “apolíticos”, exactamente como si se tratara de un mérito pleno de contenido moral. La derecha –y Macri es la derecha automática– detesta los compromisos políticos, partidistas o ideológicos que sean capaces de edificar el menor ejercicio del criterio contra sus específicos intereses.
En suma, la política está mal vista.
La crítica está mal vista.
La libertad está mal vista.
Pero lo sorprendente, lo paradójico o absurdo es que todos estos límites, todas estas restricciones se den en el espacio democrático. O por lo menos en un espacio que formalmente coincide con el sistema democrático.
De manera quizás para nada curiosa los muchos y muchas que “compraron” este esquema basado en la indiferencia son los mismos que han sido hipnotizados sin retorno por la quimérica perfección (sin límites) de la tecnología informática digital: para todas esas personas la libertad individual reside, de modo absoluto, en los dispositivos comunicacionales y en la transparencia binaria de las redes. 
También esto suena una vez más a paradoja, porque esa sujeción, ese sometimiento sin pausa a la comunicación en las redes, impide ver, por otro lado, los beneficios que el uso de estas tecnologías acarrea a los mismos críticos del sistema quienes se convocan a distancia para emprender una movilización de protestas. El ejemplo clave se encuentra en los brotes de manifestaciones espontáneas y numerosas (chalecos amarillos, movimientos feministas y descontentos de todo tipo en cualquier parte) que se van produciendo sobre la superficie del planeta. 
De manera que lo bueno es malo y lo malo es bueno, salvo que con bastante frecuencia suele ser más abundante lo malo que lo bueno.
Los intentos de privatizar la existencia en beneficio de un orden conservador que estabilice y asegure el comportamiento ciudadano en el marco de la república –de la república estrictamente liberal–, son tal vez los primeros designios que el liberalismo norteamericano empezó a poner en práctica hace poco más de doscientos años. El lema de rigor era mi libertad termina donde empieza la libertad del otro (por supuesto, ese lema jamás se cumplió cabalmente), su afirmación “negativa” fue más tarde refutada por la aserción de Bakunin: “Mi libertad se expande hasta el infinito donde empieza la libertad del otro”. Dos maneras de mirar el mundo: una restrictiva y la otra expansiva. Hasta ahora, al menos en lo aparente, viene prevaleciendo la primera. 
El orden ultraconservador que se extiende como una oleada sobre Europa y América –y América latina es un objetivo central– prefiere individuos que acepten las duras reglas del mercado mientras confunden soledad con libertad, soberanía con dependencia y vida privada con exposición pública. Todo esto ocurre mientras las tecnologías se perfeccionan, se postula la inteligencia artificial, se trata de acallar el pensamiento, se refina hasta extremos indefinibles la vigilancia sobre los ciudadanos, se empobrecen las mayorías y se enriquecen de forma permanente los más ricos.
Lo cierto es que esta “revolución” que se da en el seno del capitalismo tardío ha ido perfilando un nuevo tipo de ser humano, un nuevo tipo de persona cuyo objetivo aparente es la construcción de una individualidad desligada –mayormente– de toda sensibilidad social, desligada en lo posible de todo contacto interactivo.
Lo llamativo –en términos de peligrosidad creciente– es que la vida capturada en los dispositivos tecnológicos que hoy nos envuelven procura instalarnos la idea de que somos infinitamente libres o, al menos, mucho más libres de lo que fuimos nunca. Cuando, en realidad, la nueva sujeción parece ya no dejar tiempo para la “mera vida”, ni tampoco para la interacción social “cuerpo a cuerpo”. Incluso los horarios de trabajo pueden hoy extenderse hasta invadir el mismo sueño. Hace más de cuarenta años, Michel Foucault advirtió sobre todo esto, hablaba de “una individualización que amenaza y empobrece nuestra experiencia de lo común”.
Para cerrar me apoyaré en una idea de Giorgio Agamben que parece estar aplicada directamente a nuestro país, sólo que dedicada a Italia y escrita hace un par de décadas: “Nada es más repulsivo que quienes hicieron del dinero su única razón de vivir prediquen hoy la austeridad para advertir a los pobres que será necesario que todos se sacrifiquen”.
Fuene:Pagina/12

Marcha de científicos del Conicet por más fondos y nombramientos

Con una “Caravana por la Ciencia” denunciaron que, por el ajuste, las investigaciones en el organismo están paralizadas. Reclamaron también la homologación de la paritaria.
(Foto: Telam)
26 de Febrero de 2019
“Quiero hacer ciencia en y para mi país. No al ajuste en ciencia y técnica”, decía la frase pintada en un cartón que cargaba una científica de guardapolvo blanco. Ese mensaje resumió el reclamo que realizaron los becarios e investigadores del Conicet de La Plata, que protestaron con una “Caravana por la Ciencia” en el centro de la capital bonaerense y denunciaron que las investigaciones están paralizadas por falta de presupuesto y nombramientos.
La movilizaciòn de los trabajadores del Conicet se realizó en el marco de la jornada de paro nacional de ATE y en coincidencia con una reunión del Directorio del Conicet. Exigieron la homologación de la paritaria para becarios con retroactividad a enero, nombramientos de técnicos e investigadores y presupuesto para investigar.
“Pedimos que se homologuen paritarias a los 11.000 becarios que hay en el país retroactivas a enero; la efectivización de 300 cargos técnicos y de investigadores que aprobaron un examen y ganaron concursos pero no les dieron el alta; y el pago e incremento de presupuesto para funcionamiento”, explicó el Secretario General de ATE Conicet La Plata, Flavio Sives.
El ajuste en el sistema científico es una realidad inocultable que Sives evidenció con un simple dato: “Para 2019 se presupuestó lo mismo para el Conicet que hace dos años sin tener en cuenta la inflación”.
Los investigadores denunciaron que peligran las líneas de investigación y el funcionamiento del sistema y que no pueden trabajar adecuadamente sin recursos. También denunciaron la necesidad de que se produzcan “nombramientos en el sector administrativo”.
Los científicos del Conicet La Plata marcharon por el centro de la ciudad. La “caravana por la ciencia” comenzó por la mañana con el corte de calle 50 y avenida 7, el corazón administrativo de la capital.
Luego caminaron hacia la sede científica ubicada a 13 cuadras, donde realizaron una radio abierta y una volanteada junto a la comunidad científica de los 29 centros de investigación de la región.
Además del reclamo en la capital bonaerense, también los investigadores protestaron frente a la sede del Polo Científico Tecnológico en Capital Federal y marcharon en Córdoba.
La movilización fue convocada por el “contexto de profunda crisis” del Conicet. En un comunicado, ATE denunció que el Presidente del sistema pidió licencia y prevé su jubilación”sin que se le haya girado aún partida alguna para gastos de funcionamiento y, en consecuencia, trasladando a todos sus trabajadores la carga”.
“Todo esto enmarcado en un feroz ajuste al Estado Nacional en su conjunto, con despidos, perdida de poder adquisitivo de nuestros salarios, y cierres de oficinas y organismos”, denunciaron.
Fuente:Tiempo Argentino

miércoles, 27 de febrero de 2019

De sentido común

Marta Riskin discrepa con defensores de la libertad de expresión que niegan que la concentración de medios amenace al sistema democrático y reivindica que la pluralidad de voces avala la construcción de un Gran Proyecto Nacional y Popular.
 
¿Hace falta un régimen dictatorial… para convertir los medios en una máquina de lavar cerebros?
El sentido común dice que en una democracia es imposible que ocurra.
El sentido común se equivoca. ¿Cómo se hace?
Es bastante sencillo en realidad: hay que suprimir todas las demás voces.
Uri Avnery
Las estelas del faraón Sesostris (2000 AEC) y las Actas Diurnas de Julio César (publicitando hasta la venta de esclavos) son buenos ejemplos de la antigüedad en la administración de mandatos, injurias y alabanzas. Pero clásicos del disciplinamiento de masas y el reclutamiento de adeptos como la campaña antisemita que instauró al régimen nazi y la propaganda del Comité de Información Pública Creel, promotora del ingreso militar de EE.UU. a la Gran Guerra, acontecieron en plena democracia.
  Sin embargo, demasiados ciudadanos ilustrados y defensores de la libertad de expresión niegan que la concentración de medios amenace al sistema democrático y continúan creyendo que imperios y dictaduras poseen la exclusividad de la manipulación cultural.
  El mito del sentido común, operador sintético de construcciones culturales masivas y hoy intervenido por expertos cognitivos, elude contradicciones y saberes teóricos.
  Más de un coreuta del “Nunca hubo tanta libertad de prensa” acuerda con Herbert Schiller** acerca de los esfuerzos corporativos por naturalizar las narrativas culturales obedeciendo a idénticas leyes del mercado que los productos industriales. Se pretende inmune a cualquier adoctrinamiento y actúa “como si” los discursos mediáticos de democracia establecieran suficientes límites legales y culturales al dominio sobre los contenidos, tecnologías y estrategias de comunicación planetaria diseñadas, gracias a las inversiones de las casas matrices del poder económico y financiero.
  El fenómeno no solo afecta a otros. Cuando hablamos de “industrias culturales” para referirnos a la producción de patrimonios socioculturales, olvidamos las palabras de Schiller y suprimimos irreflexivamente las advertencias al respecto, de Michel Foucault y Theodor Adorno.

La alienación del sentido común

  Los picapedreros de las nuevas estelas suelen ampararse en la presunta neutralidad de sus herramientas, mientras implementan cambios culturales llave en mano y aplican algoritmos y contenidos subliminales con los cuales teledirigen a los clientes de sus clientes hacia la compra de mercancías (objetos, políticas, candidatos) y, de paso, hacia la resignación de sus derechos, soberanías nacionales incluidas.
  Aun cuando también se trate de “sus” derechos, pocos trabajadores de la info-esfera prestan atención a la relación subjetiva que ellos mismos y sus afectos establecen con los productos que crean y consumen y se perciben a salvo de las consecuencias de “lo-que-pasa” cuando el Estado no garantiza la pluralidad de voces y los derechos humanos involucionan a lujos. 
Una lógica de pensamiento acostumbrada al “Neccesitas caret lege” (La necesidad no respeta la ley) y cuyo sentido común se justifica convirtiendo en ritual cotidiano la aplicación implacable de la doble vara y un sentido común diferente, al que identifica que las dictaduras nacen de las desnutriciones de las instituciones democráticasy del escamoteo de los hechos a la ciudadanía.

La tarea siempre empieza por casa

  En tiempos –como dice Bretch– en los cuales “hablar de árboles es casi un crimen porque implica silenciar injusticias” urge resolver las confrontaciones que impiden al progresismo (y no solo en nuestro país), la construcción de objetivos políticos comunes y organizaciones afines.
  La descontaminación (por llamarla de algún modo) de subjetividades nada tiene que ver con las autocríticas destructivas que algunos reclaman.
  Se trata de un trabajo imprescindible y paralelo a las batallas culturales por cimentar el sentido hegemónico de una comunidad solidaria.
  Identificar intereses comunes y negociar diferencias se realiza en primera persona del singular y del plural así que, demanda ahondar en cuero propio para desarraigar las instalaciones culturales del Gran Hermano.
  La comprobación de ideas y prácticas significativas con los patrones introyectados, no solo favorece la desinstalación de los dos demonios en el sentido común. Invita a abandonar nubes preformateadas y predispone a una mayor comprensión de los diferentes intereses y opiniones sectoriales que siempre, atentarán contra la “mayor Verdad” pero, permiten auténticos debates.
  La pluralidad de voces avala la construcción de un Gran Proyecto Nacional y Popular.
  Del mismo modo y, la experiencia histórica así lo señala, deberá incluir un plan de comunicaciones y producción de tecnología y contenidos audiovisuales nacionales.
* Antropóloga UNR.
** “Los manipuladores de cerebros”.
Fuente:Pagina/12

lunes, 25 de febrero de 2019

Malvinas: Prohibido falklanizar el Viaducto


En las cercanías del estadio de Arsenal hay un cartel que indica la distancia existente entre Sarandí y nuestras Islas Malvinas: 3.332 kilómetros. A pocos metros de ese cartel, en el club Arsenal de Sarandí, Mark Kent, embajador del Reino Unido, iba a ser homenajeado este domingo. Uno de los agasajos consistía en la presencia del diplomático en el  partido del equipo local frente al de Los Andes.
En twitter circula una foto del embajador británico junto al periodista Reinaldo Martínez con la siguiente leyenda: @Armartinez Aquí le traje al embajador @KentArgentina (hincha de Arsenal de Londres) la invitación a conocer el Viaducto, el Julio Humberto y @Arsenal solidario. Tenemos que hacerlo de @ArsenalOficial.
Los socios del club manifiestan tener desconocimiento sobre dicha  invitación. Por otro lado, dirigentes de Arsenal de Sarandi deslindaron responsabilidades sobre la actividad, dando a entender que quien organizó el evento fue el periodista deportivo y simpatizante del club, Reinando Martínez.
¿Qué pensó el periodista cuando organizó esta actividad? ¿Fue en soledad, apelando al cholulismo ingenuo, sin tener en cuenta que quienes amamos al fútbol y la causa Malvinas no íbamos a reaccionar? ¿O acaso el fútbol y Malvinas no son dos de nuestras mayores pasiones que nos unen? En la memoria colectiva, viven los dos goles de Maradona en el Mundial 86 al seleccionado inglés: La mano de Dios y el mejor gol en la historia de los mundiales. La magia del barrilete cósmico fue potenciada para los argentinos y la causa Malvinas por quien era el rival.
Cada vez que voy al estadio Monumental a ver a River Plate, es conmovedor encontrar en la tribuna, una inmensa bandera con la imagen de nuestras islas Malvinas. No hay equipo de futbol en el país, incluido el de Arsenal de Sarandí, que no tenga algún símbolo de las islas en sus tribunas. El Club Atlético Lanús, por ejemplo, tiene una imagen de las Islas en la manga de su camiseta. Cabe destacar que cada dos de abril, cientos de clubes, homenajean a los ex combatientes. Multiplicando por miles el reconocimiento que nace del pueblo para con la historia detrás de Malvinas. Demostrando, de esta manera, que en el fervor popular anida una verdad inobjetable: Las Malvinas son argentinas.
El representante del Reino Unido ante nuestro país, no es justamente Heidi o una “Carmelita Descalza”, se trata de un hábil diplomático que trabaja intensamente para “falklanizar” la Argentina y la región. Es en este orden, que la embajada británica auspició, en el hotel Sheraton en diciembre del 2018, los premios FOPEA a la investigación del periodismo independiente argentino, donde por acción u omisión no se hizo referencia al cierre de numerosos medios de comunicación y de los 3500 periodistas despedidos.
Mientras el Reino Unido falklaniza, el Gobierno de Mauricio Macri actúa en complicidad facilitando, con total impunidad, el avance británico sobre nuestro territorio austral marítimo y las riquezas de nuestro mar y suelo austral.
Esta no fue una simple invitación a un embajador amigo a ver un encuentro futbolístico. Se trató de una acción más para efectivizar políticas colonialistas, manipulando el vinculo que tiene pueblo argentino para con el fútbol como con la causa Malvinas.
Como consecuencia del enojo de los hinchas de Arsenal y ex combatientes de Malvinas que comenzaron a repudiar la actividad y ante repercusión negativa generada en las redes sociales, finalmente el club decidió suspender la actividad de cholulismo criollo con el embajador británico.
Parece que la cuestión Malvinas sigue viva en el pueblo argentino. Seguramente, como en todas las tribunas, este domingo flameará en la cancha de Arsenal de Sarandí una bandera con nuestras islas Malvinas.
Viva el futbol, que inventaron los ingleses, pero las Malvinas son argentinas.
* Periodista, ex combatiente de Malvinas; integrante del Grupo Por Soberania (GPS).
Fuente:Pagina/12

Las balas de la derecha venezolana


Un grupo de aproximadamente 60 paramilitares atacaron el puesto fronterizo de la Guardia Nacional Bolivariana. El ataque duró una hora y fue repelido. Se produjo en las cercanías del puente Ureña donde la derecha quemó camiones con la supuesta ayuda humanitaria
 
Imagen: Gentileza TeleSur
La tensión en la frontera colombo venezolana se mantiene y han comenzado a producirse escaramuzas violentas. Por caso, el domingo por la madrugada un grupo de alrededor de 60 paramilitares armados atacaron un cuartel fronterizo de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) conocido como La Mulata. El ataque fue finalmente repelido por los guardias venezolanos luego de un fuerte intercambio de disparos que duró casi una hora. 
El puesto de la GNB se encuentra ubicado a escasos 20 metros del límite con Colombia y cerca de un caserío perteneciente al municipio Pedro María Ureña del estado Táchira, pero sobre todo a solo 15 minutos del puente Ureña donde los militantes de la derecha venezolana quemaron el sábado camiones con la supuesta ayuda humanitaria.
La maniobra bélica bien puede ser considerada como parte de la estrategia de ataques y asedio permanente que el designado representante especial para Venezuela por el gobierno de los Estados Unidos, Elliott Abrams le adelantó a representantes del gobierno bolivariano pocos días después de que se iniciara el proceso desestabilizador y golpista liderado por el diputado Juan Guaidó.
Cerca de la una de la mañana, los efectivos de la GNB comenzaron a ser atacados desde territorio colombiano. En la pequeña guarnición había unos 30 efectivos que desde el interior de las instalaciones respondieron con sus armas el ataque. Entre los guardias no hubo heridos ni bajas pero se sospecha que entre los atacantes hubo algún herido por los rastros de sangre que se descubrieron una vez que se superó el episodio.
Gentileza TeleSur
Ataque a puesto de Guardia Nacional Bolivariana
Según relataron los miembros de la GNB, los atacantes en más de una oportunidad les gritaban para convencerlos de que abandonen el puesto y se incorporen a las fuerzas de la derecha venezolana. "Ríndanse, no pierdan la vida por este gobierno", les gritaban. No tuvieron éxito y el combate continuó durante una hora. 
"No aceptamos porque nuestro pensamiento es defender la patria. No tenemos otra voluntad", aseguró el sargento primero Jhonatan Caballero Cárdenas. En tanto, el sargento supervisor Mario Oviedo, señaló a las cámaras de TeleSur, que los atacantes "se encontraron con la sorpresa de que nosotros estamos firmes, que nunca vamos a rendirnos, siempre vamos a estar atentos y vamos a defender el país y la patria. Si es necesario entregaremos nuestra vida", indicó.
El ataque dejó sus señas en las paredes del destacamento donde se pueden observar los impactos de balas de uso militar. Los disparos comenzaron cerca de la una de la mañana mientras buena parte de los efectivos dormían y desde los mismos dormitorios respondieron al ataque. 
En el puesto había cerca de 30 efectivos entre mujeres y hombres.
l puesto La Mulata ya tiene experiencia en ataques. El octubre del año pasado ya habían sufrido un ataque similar luego de que efectivos de la GNB detuvieran a dos integrantes de las fuerzas paramilitares que pululan del lado colombiano.
Ayer, el designado protector del Estado Táchira, Freddy Bernal indicó que "hemos sido objeto, de forma reiterada, de ataques desde el lado colombiano por parte de bandas criminales quienes en diversos momentos han atacado a nuestra Guardia Nacional Bolivariana, tanto en el puente Simón Bolívar como en el puente Santander”. 
Bernal responsabilizó de este ataque al presidente colombiano Iván Duque, al sostener que los paramilitares "actuaron bajo la mirada cómplice del Ejército y la policía de ese país".
La presencia pasiva de las fuerzas armadas y de seguridad de Colombia durante este último fin de semana es notoria. Durante los incidentes protagonizados por los militantes de la derecha venezolana en los puentes que comunican con Venezuela fue la de observar y no actuar a pesar de los actos de violencia que protagonizaron los grupos que quedaron del lado colombiano luego de que el gobierno del presidente Nicolás Maduro anunciara el cierre de la frontera y la ruptura de relaciones con Colombia.
Por caso, durante toda la jornada del domingo los jóvenes de la derecha venezolana prepararon bombas Molotov debajo de uno de los puentes binacionales ante la mirada pasiva de los efectivos colombianos. 
Fuente:Pagina/12


viernes, 22 de febrero de 2019

Preventivos de Crisis: una vía para imponer la reforma laboral por la fuerza de los hechos






Las presentaciones crecieron un 70% el año pasado con relación a 2017. Las empresas amenazan con el cierre para despedir con indemnizaciones a la baja y modificar condiciones de trabajo.
Por Alfonso de Villalobos - @alfondevil
17 de Febrero de 2019

El tratamiento y aprobación del proyecto original de reforma laboral en el Congreso nacional quedarán como una cuenta pendiente del mandato presidencial de Cambiemos. A lo sumo, según reconocieron desde la cartera de Producción y Trabajo, aspiran a lograr consenso para un proyecto limitado que recoja los artículos vinculados con el blanqueo laboral y la posibilidad de habilitar un Fondo de Cese Laboral en algunos sectores que así lo acuerden. El propósito es el de ofrecer un gesto a las patronales industriales y de servicios en el sentido de que el tema sigue en agenda y será prioritario en un hipotético segundo mandato presidencial.
Es que las dificultades que se han generado en el terreno financiero y cambiario se han traducido en tasas de interés exorbitantes para garantizar un nuevo ciclo de bicicleta financiera para desestimular la fuga hacia el dólar. Esas tasas, sin embargo, se tornan imposibles para los sectores productivos que buscan compensar esa pérdida de competitividad avanzando sobre los costos laborales.
Esa "frazada corta" ha comenzado a expresarse en una fractura del bloque empresarial que oficia de base de sustentación política para el gobierno. Por eso el Ejecutivo se ha visto obligado a reabrir el curso de discusiones para reformar convenios sectoriales aunque, por el momento, sin éxito.
Mientras, y a los tumbos, las patronales han optado por avanzar en ese camino por la vía de los hechos. Para eso han recurrido al Procedimiento Preventivo de Crisis (PPC), un mecanismo contemplado por la ley pero al que apelan a fin de imponer nuevas condiciones de trabajo. Los PPC presentados ante la cartera labora en 2018 registraron un salto del 70% con relación a 2017, según datos de Trabajo a los que accedió Tiempo. Estos recursos, de ser aprobados, habilitan el pago de indemnizaciones por despido por el 50% del valor estipulado por la Ley de Contratos de Trabajo. La reducción de las indemnizaciones es uno de los puntos más controvertidos del proyecto de ley de reforma laboral original que no ha sido presentado al Congreso luego de las protestas contra la reforma previsional de diciembre de 2017 acalladas con una fuerte represión.
Pero, además, la práctica apunta a generar planteles con bajo costo y, sobre esa base, imponer una mayor carga de trabajo y hasta la polifuncionalidad a los empleados que continúan trabajando. Así, siempre bajo el amparo de la amenaza de cierre, las empresas avanzarían en la aplicación de otro de los artículos de la postergada reforma laboral, el denominado "ius variandi" que concede a las patronales el derecho de modificar las condiciones de trabajo.
En los últimos días, empresas con décadas de actividad en el país como la fábrica de neumáticos FATE, parte del grupo Madanes que gestiona ALUAR, entre otras firmas, presentó un PPC que, según denunció el sindicato SUTNA, apunta a imponer una reforma laboral en los hechos.
El mismo camino tomó Editorial Atlántida que, según denuncian los delegados de la comisión interna del SiPreBA, persigue el propósito de imponer despidos con indemnizaciones al 50% y modificar las condiciones laborales de los trabajadores que continúen en su labor.
Pero el fenómeno atraviesa todo el país y prácticamente a todos los gremios: alimentación, transporte, automotrices, metalúrgicas, textiles y un largo etcétera. Además, alcanza tanto a pymes como a grandes compañías.
León Piazek, miembro del Consejo Directivo de la Asociación de Abogados Laboralistas y uno de los asesores letrados del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, observó: "El Procedimiento Preventivo de Crisis habilita a las partes a acordar un llamado 'convenio de crisis'. Allí se pueden pactar una serie de medidas, como la reducción horaria, los cambios de turno o suspensiones, además de la ayuda del gobierno a través de Repro." Piazek advirtió que "podrían ir más a fondo y reformar los convenios colectivos de trabajo provisoriamente, hasta que se resuelva la supuesta crisis".
El presidente de la Asociación de Abogados Laboralistas, Matías Cremonte, por su parte, destacó que el crecimiento de este recurso "no tiene sólo que ver con la crisis económica, sino con el hecho de que hay un escenario muy favorable a los empresarios en el Ministerio de Producción y Trabajo, que los viene favoreciendo en cada procedimiento. La estrategia está al servicio de las empresas, no siempre habiendo demostrado que fuera necesaria o efectiva tal o cual medida", sentenció. «
La revolución de los aviones aterriza de emergencia
Hace apenas un año y cuatro meses que vuela por el país Avian Líneas Aéreas, ex Macair Jet del Grupo Socma, el de la familia del presidente Mauricio Macri.
Sin embargo y a contramano de la mentada "revolución de los aviones" anunciada por el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, la empresa ya dio inicio a  un pedido de Procedimiento Preventivo de Crisis en el Ministerio de Producción y Trabajo, según confirmó a este medio Pablo Biró, titular de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas. Biró, además, adelantó a Tiempo que "la empresa ya habla de despidos".
Según el portal especializado aviacionenargentina.com, "dicho procedimiento buscará, entre otros detalles, la caída de los convenios colectivos de trabajo homologados, acordar un salario de crisis en torno al 75% de los sueldos actuales para garantizar los puestos de trabajo en un marco de diálogo y paz social."
El recurso de crisis se produce cuando todavía la justicia no concluyó su investigación acerca de los términos de transferencia de Macair en favor de Avianca y el otorgamiento de rutas aerocomerciales en detrimento de Aerolíneas Argentinas. En esa causa se señala al propio presidente, al jefe de Gabinete, Marcos Peña, y al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, como presuntos responsables de promover una competencia desleal en favor de esa firma.
Fuente:Tiempo Argentino

La inflación de los más pobres volvió a superar a la general

Las canastas que se utilizan para medir la pobreza y la indigencia crecieron en un 3,7 por ciento, según Indec.
Por Jonathan Raed - @JRaed
21 de Febrero de 2019
Fuente:Tiempo Argentino
 
La inflación de los más pobres sigue sin techo y se escapa de la ya elevada inflación general. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), tanto la canasta de pobreza como de indigencia tuvieron en enero una variación del 3,7 por ciento. A nivel interanual, ambas también coincidieron en un preocupante 55,8%.
El incendio inflacionario volvió a tener foco en los sectores más vulnerables de la población. A nivel general, Indec publicó la semana pasada que en enero los precios subieron un 2,9% con respecto a diciembre, lo cual otorga una variación enero 2018 – enero 2019 de 49,3%. Es la más alta desde 1991.
En ese marco, la Canasta Básica Total (CBT – se utiliza para medir la pobreza) y la Canasta Básica Alimentaria (CBA – se utiliza para medir la indigencia) subieron un 3,7 con respecto a diciembre y 55,8 en la variación interanual enero 2018 – enero 2019.
Así las cosas, la inflación de los pobres e indigentes está 6,5 puntos porcentuales por encima de la ya alta inflación general. En 2018, la inflación general había sido de 47,6%, mientras que la CBA y CBT cerraron en 53,5 y 52,9%, respectivamente.
El informe de Indec también destaca que un hogar compuesto por dos adultos y dos menores necesita $ 26.442,92 (mensual) para no ser pobre y $ 10.557,16 para no ser indigente. A nivel individual, un adulto necesita $ 8.577,58 para no ser pobre y $ 3.423,03 para no ser indigente.

miércoles, 20 de febrero de 2019

El autor de la foto de la señora, la policía y las berenjenas


Imagen: Bernardino Ávila
Efectivos de la Policía de la Ciudad golpearon y arrestaron al fotógrafo de Página/12 Bernardino Ávila, mientras cubría la protesta convocada por los trabajadores de la cooperativa Madygraf frente al Congreso. Días atrás, durante otra represión, Ávila retrató una imagen que recorrió el mundo. La de una señora mayor que levantaba unas berenjenas de la calle mientras de fondo cientos de policías desarmaban a la fuerza el verdurazo de los pequeños productores de verdura.

La foto de Ávila, que se viralizó en la redes y fue replicada por infinidad de medios, fue tomada el viernes 14 de febrero en Plaza Constitución. Allí los pequeños productores de verduras habían convocado un verdurazo, como bautizaron su modalidad de protesta en donde regalan o venden a precios populares las hortalizas que cultivan en sus huertas.
El gobierno porteño mandó a desalojar la protesta de los productores de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) y efectivos de la Policía de la Ciudad golpearon y tiraron gases a trabajadores y personas mayores que esperaban recibir algo de verdura. En esa oportunidad Ávila también fue gaseado por un uniformado, a pesar de estar con la credencial que acreditaba su trabajo como reportero gráfico del diario.
Fuente:Pagina/12

El nuevo modelo laboral que impone el neoliberalismo


El trabajador uberizado
El investigador francés André Lamarche explica en diálogo exclusivo con Cash la transformación del trabajo que opera a escala internacional con las nuevas plataformas tecnológicas y la flexibilización laboral que trae implícita. También analiza las reformas del mundo del trabajo que avanzan en la Argentina de Macri y la Francia de Macron.
 
Imagen: Guadalupe Lombardo
“Para lograr flexibilidad en el trabajo es necesario formar al obrero y confiar en él para que pueda adaptarse a distintos clientes y a diferentes tecnologías. Eso es justamente lo opuesto a la flexibilidad en el empleo, que es lo que las reformas laborales normalmente buscan aplicar. La flexibilidad en el empleo implica denigrar el status del trabajador, hacerlo más líquido para poder despedirlo de un día para el otro”, explica André Lamarche, investigador francés que se desempeña como profesor asociado en Economía en la Universidad Paris-Diderot Paris 7 y especialista en economía sostenible, economía social y local y responsabilidad social empresaria. En diálogo con Cash, Lamarche advierte que la evasión fiscal, los costos sociales y ambientales deberían contabilizarse en la ecuación de eficiencia de las grandes empresas, lo cual mejoraría la posición relativa de los emprendimientos de la economía social. También analiza la reforma laboral del gobierno francés de Emmanuel Macron.
Hay una nueva oleada de reformas laborales ancladas discursivamente en el desarrollo de las nuevas tecnologías. ¿Cómo analiza este fenómeno?

–Uno de los mayores desafíos hoy en día es la destrucción del empleo tal como lo conocemos. Si bien en Francia y en buena parte de la economía occidental la norma del sector asalariado sigue siendo muy estructurante, cada vez hay mayor cantidad de gamas no salariales. El último que me enteré consiste en la organización de los deliverys a través de las plataformas digitales. Se está hablando de “uberización” para describir este nuevo tipo de trabajo. El gobierno francés acaba de publicar un documento en donde dice acompañar la uberización de la función pública. Esto implica que los servicios públicos no se realizarían por funcionarios sino por personas que a partir de su actividad independiente podrían participar de este tipo de actividades. En la Francia de Macron la independencia de los individuos es un elemento simbólico central.
El gobierno argentino también hace mucho énfasis en las virtudes del emprendedurismo y de la lógica individual de progreso (o fracaso).
–En este punto hace falta hacer una aclaración. Por un lado están los trabajadores autónomos. Ellos no están conducidos por el exterior sino que tienen fuerza por sí mismos. Distinto es el caso de los trabajadores independientes, aquellos que están solos frente al mercado. Por eso es tan relevante la acción de los colectivos de personas que desarrollan formas de economía de solidaridad y permiten pasar de la independencia a la autonomía.
¿La “uberización” es una manifestación de los cambios tecnológicos o un avance del capital para incrementar la flexibilización laboral?
–Hay una cuestión tecnológica importante, porque ahora existen plataformas que vinculan a una multitud de utilizadores. Sin dudas hay una dimensión tecnológica muy fuerte. Pero estas plataformas no son nada si no hay fuertes transformaciones institucionales y legales. Por ejemplo, los taxistas conforman una organización que tiene definido cómo ingresar, la calificación, el precio. El poder público tiene que aflojar esas restricciones organizacionales e impulsar la desregulación para que avance Uber. Con el proceso de Uber a veces nos hacen creer que es algo puramente tecnológico, pero tiene un fuerte componente de desregulación neoliberal. Hay una búsqueda de reformar el poder del mercado, que es el poder del capital, contra el poder del trabajo.
¿La uberización amenaza con avanzar en otros sectores que hasta ahora se rigieron bajo la lógica del salario?
–Sí, la tendencia de este proceso es la expansión hacia otros ámbitos. Tal vez el día de mañana suceda con las enfermeras en un hospital o con los profesores universitarios, que se transformarían en “emprendedores”. Hay una transformación de lo que es una empresa. Hasta ahora, la empresa ha sido una unidad con trabajo, capital y un aparato de transformación, una gran construcción social. Y esta lógica de Uber es una gran reconstrucción a partir de una empresa que es un intermediario entre trabajadores autónomos.
Muchas veces se plantea que esta nueva lógica de organización del trabajo es algo ineludible, es “hacia donde va el mundo”.
–La intermediación digital seguramente sea algo muy poderoso. Pero la forma social que adquiere se define socialmente por reglas y normas, es decir se regula. Esa afirmación acerca de lo “inevitable” tiene un componente ideológico muy importante que implica aceptar las nuevas formas de empleo.
¿Cuál es su posición acerca de la reforma laboral en Francia?
–El gobierno anterior había planteado una reforma que tuvo mucha oposición, con movilizaciones de protesta. Sin embargo, la actual administración liderada por Macron decidió ir mucho más allá porque aplicó los cambios jurídicos a través del sistema de ordenanzas, lo cual esquiva la discusión en Diputados. La lógica de la reforma es que los derechos del trabajo quedan supeditados a la escala de la empresa, ya que el argumento del Gobierno es que “el diálogo en la empresa es lo más importante”. En situaciones de crisis el obrero sabe que no se puede quedar sin trabajo porque las opciones se reducen notablemente. Es muy difícil llamar a eso un “diálogo”. La reforma da mucho más poder a los patrones y a las empresas en la escala local. También limita las indemnizaciones y restringe el poder de los tribunales del trabajo.
Uno de los argumentos de estas reformas es que las nuevas tecnologías requieren mayor grado de flexibilidad.
–Yo no veo cómo puede aumentar el compromiso profesional de los trabajadores y la movilización de las competencias si se desvaloriza el trabajo. Hay que diferenciar entre la flexibilidad del trabajo y del empleo. Para lograr flexibilidad en el trabajo es necesario formar al obrero y confiar en él para que pueda adaptarse a distintos clientes y diferentes tecnologías. Eso es justamente lo opuesto a la flexibilidad en el empleo, que es lo que estas reformas quieren aplicar. La flexibilidad en el empleo implica denigrar el status del trabajador, hacerlo más líquido para poder despedirlo de un día para el otro. El error es que prevalece la flexibilidad del empleo y no en cuanto a la adaptación de los trabajadores.
Fuente:Pagina/12

martes, 19 de febrero de 2019

Las diversas patrias


A lo largo de la historia argentina se han sucedido, y en algunos momentos superpuesto, las patrias “agropecuaria”, “industrial”, “contratista y financiera”, “corporativa” y “sudamericana”. Mario Rapoport plantea que la Argentina no debe ser la patria de unos pocos, rodeados de una población pobre y marginal, sino pertenecer al conjunto de la sociedad. Propone que exista una patria “única”, generosa para todos los habitantes nativos o extranjeros que decidan vivir y trabajar en ella. Y demanda la necesidad de planear el largo plazo porque “el país no se termina en la resolución de los problemas de coyuntura”.
Imagen: Sandra Cartasso
Muy pocos hablan en la Argentina de la noción de patria, que los hacedores de nuestra independencia destacaban en su acción, escritos e himnos y lo más probable es que se la mencione en términos despectivos. En cambio, pese al neoliberalismo reinante y a consecuencia de sus efectos negativos, el sentido de lo nacional renace en muchos países bajo la forma de políticas proteccionistas, separatismos, guerras comerciales, la reaparición de neofascismos de derecha y una segunda guerra fría. 

Agropecuaria

En Argentina, el software de ideas neoliberales que penetró en los intersticios de nuestra cultura tenía ya un fundamento histórico que valorizaba el endeudamiento externo y lo extranjero sobre lo nacional. Fue el momento de la llamada “patria agropecuaria”, basada en los inmensos recursos naturales existentes, y en el poder de los dueños de la tierra. Esos sectores incorporaron al país a la economía mundial, pero confundieron el agro con esa “patria” particular, la de sus propios intereses. Es la Sociedad Rural la que introdujo el lema “cultivar el suelo es servir a la patria”.
De pensar la Argentina como un “granero del mundo” o la idea de ser los “Estados Unidos del Sur”, que Carlos Pellegrini sostenía en la época del primer centenario, a la decepción posterior de creer que vivíamos en un territorio lejano del globo terrestre cuando ese sueño se deshizo, hubo un sólo paso. En el presente, los nostálgicos de aquella presunta “época de oro”, borrada según ellos, por el populismo industrialista, dijeron que ya no podíamos gobernarnos por nosotros mismos y necesitábamos una administración off shore, como la del FMI, que hoy lamentablemente tenemos, para volver a ser, según ellos, lo que alguna vez habíamos sido. 

Industrial

En los años 30 fue la crisis mundial la que cambió el rumbo. Se produjo un desarrollo industrial que no resultó el fruto de un impulso deliberado del Estado y sus sectores dirigentes, sino de políticas que respondían a determinadas condiciones coyunturales, como la caída de los mercados externos. Aún en 1940, un senador de la provincia de Santa Fe argumentaba, en un acalorado debate parlamentario: “La industria no me satisface y la industria manufacturera de ningún modo y en un país como el nuestro siempre será un poco artificial y moralmente nos hará mal, salvo la industria ganadera que es la base de la vida económica del país”. 
Una posición muy distinta de la sostenida casi un siglo antes, en 1862, en un congreso de economistas alemanes. Allí se decía: Ya es hora de que los industriales alemanes actúen en sentido de la resurrección nacional de la patria a fin de que el trabajo nacional llegue a ser reconocido en toda la prensa y en todo el pueblo como uno de los pilares básicos de nuestra vida nacional. Su propio interés y el interés de la patria son, en último término, idénticos”. En una Alemania que en ese entonces se estaba constituyendo como país (lo lograría en 1871) ya se identificaba el concepto de patria con el desarrollo industrial.
Fue con la llegada del peronismo al poder que el Estado estimuló fuertemente la industria nacional junto al dictado de leyes sociales que incluyeron nuevos sectores de la población y se produjo una mejor distribución de los ingresos. Se quería superar las falencias de un modelo productivo basado en la agroexportación, en un país y en un mundo donde sus posibilidades se veían notablemente reducidas. Por un lado, por un mercado interno ampliado con una población que había que satisfacer. Por otro, por la declinación del imperio británico al que estábamos ligados y el alejamiento con el plan Marshall de los tradicionales mercados europeos. 
Eso hizo el peronismo, con aciertos y errores, en el período que podemos llamar de la “patria industrial” y por eso las elites tradicionales crucificaron sus políticas, que implicaban ceder en parte las divisas de las exportaciones para financiar ese desarrollo. Aun así, los gobiernos posteriores, militares y civiles continuaron a los tropezones, proscribiendo políticamente a aquellos a quienes se acusaba de todos los males del país, un camino industrializador y desarrollista, basado ahora en el financiamiento o la inversión externa. Los mercados mundiales, con el deterioro de los términos del intercambio, no garantizaban volver plenamente al pasado agroexportador. 

Contratista y financiera

Ese cambio duró menos de 30 años. La cruenta dictadura militar de 1976 cortó de cuajo, mediante el terrorismo de Estado, las conquistas sociales y el desarrollo industrial, aunque para retornar al modelo tradicional ya no estaba Gran Bretaña y los nostálgicos del pasado debieron recurrir a los enemigos de la Guerra Fría, la Unión Soviética, para tratar de mantener un mercado para sus exportaciones, mientras ampliaban absurdamente el endeudamiento externo en beneficio de los especuladores y el sector financiero. Pero el país estaba en la esfera de influencia geopolítica y financiera de Estados Unidos y la guerra de Malvinas, donde el enemigo era el antiguo partenaire británico, puso en claro esta situación. Al mismo tiempo el proceso inflacionario trepaba vertiginosamente siguiendo al de la deuda y a la fuga de capitales.
Por ese entonces surgió la llamada “patria contratista”, donde abreva el actual gobierno, que creó y consolidó grupos económicos, y la más notoria “patria financiera”, que a partir de allí tendría un protagonismo esencial. Los gobiernos democráticos, en el marco de inducidos procesos hiperinflacionarios vivieron pendientes de ese endeudamiento que los llevó a la irracionalidad de confundir el valor de nuestro peso con el del dólar, con una política de convertibilidad que fue un verdadero fiasco desde el momento de su implementación. Entonces se debieron vender los principales activos del país. 
La crisis del 2001 hizo visibles en la conciencia colectiva los altos niveles de pobreza, desigualdad y desempleo existentes, las notables falencias de la estructura productiva, el enorme grado de endeudamiento externo y la extrema debilidad del Estado para ofrecer los bienes públicos necesarios al conjunto de la sociedad, como salud, educación, protección social, seguridad y servicios públicos. De allí que comenzara a hacerse carne la necesidad de establecer una estrategia para recuperar un objetivo abandonado hace ya casi 30 años: la industrialización. No sólo importante como proyecto de país, sino también necesaria para paliar el déficit social. 

Sudamericana

El antecedente de la “patria agropecuaria” volvió a resurgir en el conflicto entre el sector agrario con la cuestión de las retenciones. Sin negar la importancia de ese sector y de las agroindustrias en la Argentina, no cabe suponer que un país esencialmente agroexportador tenga alguna posibilidad de entrar al privilegiado club de las naciones más poderosas o lograr un desarrollo sustentable en el largo plazo. Con todo, tuvimos una “patria sudamericana”, que quiso desendeudar el país y retomar el sendero industrializador en el marco de un continente de vecinos amigos y complementarios, tropezando en sus últimos años con restricciones externas, errores propios y una fuerte campaña mediática, política y judicial en su contra.
Por eso el gobierno anterior perdió las elecciones, mientras se disfrazaba en la embestida, con el ambiguo nombre de “grieta”, el concepto marxista de la lucha de clases; llamando falsamente populismo a todo aquello que tendía a favorecer a los sectores más necesitados y haciendo el eje de las críticas en la corrupción, una peligrosa cornisa por la que caminan dada la misma naturaleza de sus negocios, pasados y presentes, las huestes ganadoras. 

Corporaciones

Ahora, nos toca una especie de “patria de las corporaciones”, cuyas políticas de ajuste y de endeudamiento eterno, bajo el guión del FMI, desecha a una parte de la población incluyendo la mejor formada científica y tecnológicamente, que estaría de más y debería emigrar a otros lados, invirtiendo el fecundo proceso inmigratorio de la Argentina anterior. Junto a la fuga de capitales tendremos una fuga de cerebros. 
En lo internacional giramos, al mismo tiempo, en la esfera geopolítica de los Estados Unidos y el altar del dólar, aunque dios dirá donde colocaremos nuestras exportaciones agrícolas porque ese país las excluye. Del Mercosur o China apenas se habla. El hipermercado del mundo no sale de Puerto Madero.

Unica

La noción de “patria” es en verdad más amplia y diferente de las mencionadas y se confunde con la de Nación (del latín “natus”), una categoría histórica vinculada con procesos materiales y culturales que explican la constitución de una comunidad distintiva con respecto a otras. En Europa, sirvió como un lema de las clases dirigentes de cada país para definir su poder relativo en el Viejo Continente. 
En la Argentina, en cambio, donde las guerras de la independencia se transformaron pronto en guerras civiles, su sentido fue más parcial. Existió una patria “unitaria”, y una patria, “federal”, cuestión que se dirimió sangrientamente. Los intereses económicos y políticos terminaron de definir hacia 1880 un modelo de país liberal, “que miraba hacia fuera”, con eje en Buenos Aires y un conjunto dispar de provincias a las que se denomina el “interior”, subsumidas a ese eje principal. 
Es hora ya de que exista en los hechos una patria única, generosa para todos los habitantes nativos o extranjeros que decidan vivir y trabajar en ella, como señala el preámbulo de la Constitución. Abierta hacia el mundo, pero independiente de lo grandes poderes externos y donde puedan convivir aspiraciones sectoriales y regionales. Con un fuerte mercado interno y un Estado verdaderamente emprendedor, un alto nivel científico e industrias tecnológicamente avanzadas que acompañen a las tradicionales en su comercio exterior. 
La Argentina no debe ser la “patria” de unos pocos, rodeados de una población pobre y marginal, sino pertenecer al conjunto de la sociedad. Ser una verdadera democracia y no una parodia de ella, y al mismo tiempo, constituir un lugar de identificación y de aprovechamiento integral y más equitativo de los frutos de su riqueza y de su cultura. Un lugar donde la noción de funcionario público recobre su verdadero sentido desligado de intereses particulares, los políticos actúen con propósitos que luego cumplan y, sobre todo, se planee el largo plazo, porque el país no se termina en la resolución de los problemas de coyuntura. Quizás sólo entonces la palabra “patria” adquiera algún sentido y nadie tenga vergüenza de mencionarla.
* Profesor emérito de la Universidad de Buenos Aires (UBA) e ISEN.
Fuente:Pagina/12

lunes, 18 de febrero de 2019

El financista de la campaña de Cambiemos

La anestesia al dólar, el viento de cola internacional y el derrumbe de la economía macrista

El FMI entregará al gobierno de Macri unos 50 mil millones de dólares, en un lapso breve de junio de 2018 a fines de este año, para evitar el default y una corrida cambiaria antes de las próximas elecciones presidenciales. La crisis es demoledora, con indicadores productivos y sociales tales que hay que remontarse a la debacle de 2002 para registrar peores.
 
Imagen: REP
A fines de enero de 1989, el Banco Mundial suspendió los desembolsos comprometidos, lo que precipitó una fulminante corrida cambiaria que derivó en una crisis devastadora, con hiperinflación y entrega anticipada del poder del gobierno de Raúl Alfonsín. Luego de las elecciones de octubre de 2001, el FMI empezó a desentenderse de la situación económica argentina, hasta que en los primeros días de diciembre se retiró la misión del Fondo anunciando que no iba a girar los 1260 millones de dólares programados. El desenlace fue el corralito, default, estallido de la convertibilidad y el derrumbe del gobierno de Fernando de la Rúa. Estos antecedentes revelan la relevancia del matrimonio FMI-BM en la estabilidad económica y en la dinámica de la política locales, cuando el diseño y auditoría de la política económica queda en sus manos. Los casos de Alfonsín y De la Rúa son una referencia interesante para apuntar que al gobierno de Macri el FMI no lo abandonó, sino que, por el contrario, lo salvó del precipicio del default con el primer acuerdo y frenó la corrida y se convirtió en el principal financista de la campaña electoral 2019 de Cambiemos con el segundo. 

EE.UU.

Cuando se menciona al FMI, y específicamente cuando su intervención es en América latina, se tiene que saber que se trata de Estados Unidos, la potencia mundial dominante en ese organismo internacional. Con la Argentina de Macri ha quedado muy clara esa influencia determinante. 
Unos 50 mil millones de dólares en total le terminará entregando, en un breve período que va de junio de 2018 a fines de este año, para eludir el escenario de la cesación de pagos de la deuda argentina y de una corrida cambiaria demoledora. Busca generar de esa manera condiciones financieras básicas para que Macri o la marca Cambiemos pueda participar competitivamente en las elecciones presidenciales 2019. Es más que evidente que, por ahora, el FMI, o sea Estados Unidos, no quiere que Macri sea Alfonsín ni De la Rúa.
El auxilio financiero extraordinario entregado a su gobierno permite evitar el desmoronamiento y, de ese modo, facilitar la campaña por la reelección. Esa estrategia no es inmune a la aparición de lo que se denomina “un cisne negro”, un acontecimiento imprevisto, ya sea internacional o local, que altere radicalmente la situación. 
Los datos económicos son tan malos que inducen a evaluar el cuadro económico como si fuese similar al que era en 2002. Por eso, fracciones del poder económico alientan regresar a un escenario político parecido y, en esas especulaciones, aparece la candidatura presidencial de Roberto Lavagna, impulsada por Eduardo Duhalde, como vía para repetir esa experiencia. El objetivo que persiguen es recomponer la tasa de ganancia deteriorada en estos años de economía macrista, ilusionados con la posibilidad de confluir los intereses (UIA-capital y CGT-trabajo) para recomponer el mercado interno, y así la rentabilidad junto al empleo.
Como se sabe, después de casi 20 años nada es igual aunque los protagonistas sean los mismos. El panorama económico desolador puede ser similar, pero los contextos local e internacional no los son. En el 2002, Estados Unidos todavía estaba conmocionado por el atentado 11-S, concentrando su atención en el conflictivo Medio Oriente, desentendiéndose de América latina. A nivel local, el default ya estaba declarado, lo que liberaba recursos públicos para impulsar el despegue económico. Hoy el cuadro de situación en esas dos cuestiones claves es otro. Estados Unidos tiene apuntado su foco en Latinoamérica liderando el avance sobre gobiernos y líderes populistas en la región, mientras que la deuda externa y el FMI son potentes condicionantes para cualquiera que fantasea con reiterar el camino de salida del 2002. 
Uno de esos limitantes es que el endeudamiento macrista ha lanzado la economía a una vulnerabilidad inquietante: según la consultora LCG, el ratio de deuda pública sobre el PIB está por alcanzar el ciento por ciento; el 75 por ciento de la deuda está en moneda extranjera; la relación deuda externa a exportaciones es casi 200 por ciento; el ratio de deuda a reservas se duplicó en los últimos cinco años, a pesar de la recomposición de las reservas internacionales; y la duración de la deuda es corta, menor a diez años.

Misión

La apuesta política del FMI es inédita y arriesgada, tanto por la magnitud de dólares involucrados como por la intervención directa en un proceso electoral local. Pese a semejante jugada, el principal aportante de la campaña presidencial 2019 de Cambiemos, en este caso con identidad no falsificada y giro del dinero registrado en el Banco Central, no está seguro de que sea suficiente para garantizar el triunfo de su candidato. Por ese motivo, como todo acreedor, tiene que evaluar todos los escenarios políticos posibles para saber si podrá recuperar los dólares entregados. Con esa tarea, la misión del FMI ha pactado reuniones de difusión pública con diferentes referentes de la oposición. 
La más disruptiva de todas, teniendo en cuenta las características de las históricas misiones del Fondo en la larga historia con Argentina, fue la mantenida, con bizcochos “Don Satur” y mate, con el ex ministro de Economía de CFK y actual diputado nacional Axel Kicillof. No es difícil imaginar la carga de bilis que habrá generado ese encuentro en quienes desprecian a referentes de la heterodoxia, se consideran únicos interlocutores y poseedores del monopolio del saber económico. 
Ni el FMI ni Kicillof van a cambiar lo que piensa uno de otro por esa reunión, pero ha sido un potente mensaje político de esos dos protagonistas, seguramente con motivaciones diferentes en cada uno, que el establishment no debería desestimar. 

Viento de cola

El veranito financiero que tanto entusiasma al oficialismo y a su inmensa red de propaganda de medios públicos y privados no es por mérito propio. Los dólares del Fondo son la causa directa de la estabilidad en la paridad, recursos que fueron entregados a cambio de una política monetaria demoledora, con tasas de interés real altísimas que están por cumplir cinco meses, hundiendo aún más la actividad productiva, al tiempo que facilitaron el despliegue de otra inmensa bicicleta financiera. En tanto, la recuperación de las acciones y bonos no fue porque el FMI pasó a controlar y manejar la política económica, además de ser el principal soporte financiero de la campaña electoral del gobierno de Cambiemos, sino por una causa indirecta derivada de la decisión de la Reserva Federal (banca central estadounidense) de revisar la estrategia de alzas previstas de la tasa de interés.
La fuga de capitales especulativos de mercados emergentes en 2018 deprimió las cotizaciones de activos bursátiles por la perspectiva de alzas de la tasa de interés internacional. En el último año, la FED la subió cuatro veces, siendo la última el 19 de diciembre pasado al rango entre 2,25 y 2,50 por ciento anual. El riesgo país de Argentina trepó a poco más de 800 puntos, registro que para encontrar uno similar había que retroceder hasta el 16 de octubre de 2014.
Las perspectivas 2019 para los mercados emergentes eran negativas porque la FED había adelantado que estimaba subas adicionales de la tasa de interés. En el último trimestre del año pasado informaba, a través de comunicados oficiales y declaraciones de su presidente, Jerome Powell, que la economía de Estados Unidos estaba transitando un largo ciclo de crecimiento que podría provocar un salto inflacionario. Enviaba señales de que lo más probable era que la tasa de interés siguiera subiendo en este año. Esto provocó la reacción del presidente Donald Trump, que en una serie de tuits cuestionó a la FED y, en particular, a Powell. Esa intervención tuvo su efecto y la política de ajustar al alza la tasa de interés quedó suspendida. Una muestra más de que la independencia de las bancas centrales es una ficción construida por la corriente económica dominante y que es impuesta en países periféricos para que el mundo de las finanzas pueda desarrollar en esos mercados sus negocios sin interferencias. 
A fin de año, la FED empezó a dar indicios de que la presión de Trump estaba teniendo su efecto, cuando empezó a moderar el discurso acerca de futuras alzas. En la más reciente comunicación señaló que la suba de tasas dependerá de datos que indicarán cómo va la marcha de la economía. El mercado espera que no haya ninguna suba este año, lo que definió un nuevo escenario financiero global. Esto es un viento de cola para la economía macrista, abierta a los inestables capitales especulativos internacionales.
Fondos de inversión, bancos y grandes operadores modificaron la estrategia de flight to quality (vuelo hacia la calidad, desde activos de mayor riesgo a más seguros, como bonos del Tesoro estadounidense) y empezaron a recomponer sus carteras de inversión en los mercados emergentes. El mes pasado fue así el mejor enero bursátil en 31 años en América latina, y en ese escenario positivo general las cotizaciones de acciones y bonos argentinos contabilizaron ganancias importantes, con una recuperación promedio de casi 22 por ciento en dólares, recortando de ese modo la pérdida fabulosa de 51 por ciento en dólares acumulada en 2018. 

¿Qué festejan?

La estabilidad cambiaria a partir del segundo acuerdo con el FMI es saludada por el dispositivo oficialista como un logro del Banco Central. Es una forma extraña de estar contentos. La paridad cambiaria se adormeció desde octubre pasado con una tasa de interés real descomunal, disparando un juego infantil en la nueva generación de economistas del establishment, que se dedican desde entonces a hacer un seguimiento diario de la expansión de la base monetaria y de si el tipo de cambio sube o baja del piso de la zona de intervención cambiaria. Es notable cómo la formación académica del establishment –ya sea en universidad pública o privadas– prescinde de la historia, aún más increíble teniendo en cuenta las varias crisis traumáticas anotadas en la economía argentina, que expone esa ignorancia en forma patética en jóvenes economistas mediáticos. 
En estos meses de calma cambiaria con una renovada bicicleta financiera –para los bancos con las Leliq y para inversores con plazos fijos en pesos– se profundizó la recesión. Los indicadores de producción, empleo, sociales y de inflación son desastrosos. La sucesión de números negativos a detallar sería tan abrumadora que se puede resumir en que son tan malos que, dependiendo del índice, hay que remontarse a 2002 o a 1992 para encontrar registros peores. 
¿Qué festejan quienes festejan la estabilidad cambiaria? Ni la tasa de inflación desciende con dólar frenado, tasas de interés real elevadísimas y contracción monetaria. Otra pregunta: ¿por qué Macri dijo que la inflación está bajando un día antes de la difusión de la evolución de precios de enero que subió respecto al mes anterior y cuando la de febrero se proyecta más alta que la de enero? La impunidad de la política de la mentira planificada desde la Jefatura de Gabinete colisiona contra la realidad, que ni el blindaje mediático puede evitar.
Cierres de comercios, industrias, huida de empresas extranjeras del mercado argentino, convocatorias, quiebras, que implica destrucción del tejido productivo y social, es el panorama de estos meses de estabilidad cambiaria. La información entregada por el Indec acerca del acelerado proceso de desindustrialización en la economía macrista, que se refleja en el indicador de utilización de capacidad industrial instalada, es impactante. Si bien ha habido declaraciones críticas de dirigentes de la UIA, la crisis industrial es de tal dimensión que esas declaraciones se muestran tibias y sin una demanda conjunta a la altura de la destrucción que se está produciendo. Las pérdidas de empleos y del salario real también son mayúsculas sin provocar una reacción acorde en la CGT.    
No deja de sorprender que, según difunde la prensa oficialista, Macri promete a empresarios y a economistas de la city que, si es reelecto, va a realizar lo que no hizo en su primer mandato. O sea, un ajuste más profundo en la cuestión fiscal, previsional y laboral, reclamo histórico de la liga de la ortodoxia, cuya principal especialidad es el fracaso teórico y práctico en el diagnóstico, análisis y gestión de la economía argentina en términos de bienestar general, no así en concentración del ingreso y fuga de capitales. 
Con indicadores económicos pésimos, la apuesta oficial es engañar con la ilusión estadística a partir de fines del segundo trimestre, cuando las comparaciones interanuales abandonen cifras de catástrofe. El juego electoral de Cambiemos estará planteado entonces entre las percepciones, que seguirán siendo muy malas, y las expectativas, que buscarán ser alentadas con índices que ya no mostrarán números negativos en términos interanual. Difícil que esto último no sea así, salvo que la recesión se convierta en depresión, situación poco probable puesto que aquí es donde aparece el rol clave en términos electorales para evitar la debacle del auxilio financiero extraordinario entregado al gobierno de Macri por el Fondo Monetario Internacional. 
Fuente:Pagina/12