La
ministra de Salud y Desarrollo Social, Carolina Stanley, se adelantó a
la fuerte suba de la medición de pobreza que corresponda al segundo
semestre de 2018, que será el próximo que se informe. “Esperaremos los
números y explicaremos qué pasó”.
Carolina
Stanley intenta ir preparando el clima antes de la mala noticia. “Con
los datos, explicaremos cómo vamos a seguir trabajando”.
Imagen: NA
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“Ya
lo dijo el Presidente, con el impacto de la inflación y de algunas
medidas económicas, claramente el próximo puede ser un índice que dé un
poco peor que el ultimo que se anunció”, dijo ayer la ministra de Salud y
Desarrollo Social, Carolina Stanley, para adelantarse a lo que será una
fuerte suba en la medición de pobreza. Especialistas consultados por
este diario advierten que en el último año 2,5 millones de personas en
todo el país empeoraron su posición económica y pasaron a ser pobres en
términos de su ingreso monetario. Ese número se basa en una estimación
porcentual de pobreza por ingresos del 33/33,5 por ciento para el cuarto
trimestre del año pasado, lo cual implica un fuerte incremento respecto
al mismo período de 2017, cuando se registró una tasa de pobreza del
26,3 por ciento.
“Vamos
a esperar los números que dé el Indec y en ese momento, como hacemos
siempre, explicaremos qué es lo que pasó y cómo vamos a seguir
trabajando. El año pasado, a raíz de una inflación un poco más alta de
la esperada, priorizamos estar al lado de las familias”, sostuvo
Stanley. A fines de marzo, el Indec publicará el dato de pobreza en la
medición semestral. Se espera que el dato del segundo semestre del año
pasado ronde el 31,5 por ciento, por encima del 25,6 del mismo período
de 2017.
Según el Indec, el índice general de salarios tuvo en noviembre de
2018 una suba nominal del 27,9 por ciento frente al mismo período de
2017, mientras que la inflación general de ese período fue del 48,5 por
ciento y el incremento de los precios de la canasta de pobreza, del 52,9
por ciento, lo cual implica una diferencia de 25 puntos frente a los
salarios. Además, los jubilados comenzaron 2018 con un haber mínimo de
7246 pesos que ahora está en 9300 pesos, un alza del 28,3 por ciento, 20
puntos por detrás de la inflación general. Al mismo tiempo, el
indicador de la Secretaría de Trabajo arrojó un deterioro del empleo del
2,3 por ciento en 2018.
En base a esos datos parciales, el sociólogo y especialista en
estadísticas sociales Diego Born calculó que la pobreza en el segundo
semestre de 2018 se ubicó en el 31,5 por ciento, lo cual implica un
incremento de 5,9 puntos en la comparación interanual. Además, calculó
que en el cuarto trimestre la pobreza se ubicó en el 33/33,5 por ciento,
siete puntos más frente al mismo período del año previo. En términos
absolutos, serían 2,5 millones de personas que pasaron a ser pobres, ya
que cada punto de aumento equivale a 450 mil personas en todo el país.
En tanto, el investigador del Conicet Daniel Schteingart coincide en que
la pobreza en 2018 tuvo un aumento de siete puntos porcentuales,
mientras que el Observatorio Social de la UCA midió un aumento de la
pobreza algo menor, aunque el punto de llegada es el mismo: 33,6 por
ciento.
“Ayer hablé con Jorge Todesca –titular del Indec– con quien venimos
trabajando desde el principio, y le dije que este gobierno busca
transparentar los datos, hablar con la verdad, que es la única manera de
poder transformar la realidad, y desde ese lugar respetamos el trabajo
que viene haciendo el Indec, un trabajo independiente que finalmente
pudo volver a medir la pobreza”, señaló ayer Stanley.
Uno de los temas recurrentes de la confección de indicadores es la
medición multidimensional de la pobreza, que supone incorporar elementos
que exceden al ingreso monetario, tales como el acceso a la educación,
la salud y la infraestructura básica. La titular de la cartera de Salud y
Desarrollo Social mencionó que “hoy por hoy, lo que hace el Indec en
medición de la pobreza es el índice que respetamos, que valoramos, y a
través del cual seguimos midiendo la pobreza en la Argentina”.
Según la última medición multidimensional de la pobreza que
confeccionó Unicef Argentina, el 48 por ciento de los niños, niñas y
adolescentes en la Argentina son pobres, proporción que se ubica en el
38 por ciento para la población total. El organismo que depende de
Naciones Unidas considera que al menos una carencia en cuestiones
educativas, de protección social, vivienda adecuada, saneamiento básico,
acceso al agua segura y hábitat seguro es suficiente para que el hogar
sea considerado pobre desde un punto de vista multidimensional.
Fuente:Pagina/12
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