viernes, 15 de julio de 2011

Bienvenida Tecnópolis


 Por Adrián Paenza

En la Argentina de hoy se están produciendo acontecimientos tan significativos en el ámbito científico, tan distintos de todos los que hemos vivido en las últimas décadas, que merecen una mirada diferente por parte nuestra también. Cualquiera que hubiera vivido en nuestro país durante los últimos 40 años (más o menos) entiende de lo que hablo. La ciencia fue siempre considerada algo exótico, de elite. No me refiero solamente a los presupuestos siempre miserables, sino que lo que cambió es la actitud, la disposición, el interés y por ende la valoración. Hoy hay vasos comunicantes. Hoy hay gente que escucha, pregunta, se interesa, opera y resuelve. Hace un mes fue el tema del satélite que mereció la tapa de este diario (y debió haber sido nota de “tapa” de cualquier medio de comunicación de nuestro país). Hoy es Tecnópolis, que también fue la nota de tapa de Página/12. Pero hay una disposición diferente. Al Poder Ejecutivo le interesa. Hay gente dentro de la clase política que pregunta. No sólo eso: pregunta y luego las respuestas son vinculantes. Es curioso y me dan ganas de escribir inédito, pero no lo hago porque no sería cierto, pero igualmente no estamos acostumbrados a que pase esto: hay gente que está pensando el país, el futuro del país, pero corrido de la coyuntura, pensando en cinco, diez, veinte años hacia adelante. ¿Qué queremos ser? ¿Qué podemos ser? ¿Vamos solamente a seguir exportando carne o soja? ¿Quiénes hacen nanotecnología? ¿En dónde? ¿Por qué nos importa el desarrollo de esa área particular de la física? ¿Quiénes producen software? ¿Quiénes hacen biotecnología? ¿En dónde se hace? ¿Quiénes lo hacen? ¿Qué problemas abordan? ¿Qué pasa con áreas como la computación o la investigación en biología?


Cuando la gente de la NASA invita a la gente de Invap y a los distintos organismos públicos, estatales... (sí, ¡estatales!) para que hagamos “a medias” un satélite, y pongamos adentro cinco de los ocho instrumentos que lleva incorporados, cuando lo hacemos con ellos como pares, es porque estamos en condiciones de hacerlo. No nos están haciendo un favor. Les interesa que estemos. Los españoles, por ejemplo, también tienen buenos jugadores de fútbol. Es más: sin jugadores extranjeros (porque no se puede) salieron campeones del mundo. Sin embargo, quieren tener a Messi. Lo quieren, lo miman, lo valoran. En el mundo de la ciencia, que obviamente no entiende de fronteras, cuando hacen falta gente de ciertas calidades, se “pelea” por ellos. La Argentina produce ciencia de calidad internacional. Y se nota.

Por eso Tecnópolis es algo más que una muestra extraordinaria que va a acompañar por cinco semanas. Es un mensaje que no sólo se lo mandan a la comunidad científica, sino a la sociedad toda. Como si alguien estuviera diciendo: “No sólo nos importan. Vengan y ayúdennos, porque sin ustedes ¡no se puede!”. La Argentina no puede crecer sin sus científicos. Podrá hacer algunos negocios, no necesariamente malos tampoco. Pero como país-país, no podrá avanzar sin producir su propia ciencia, básica y aplicada. Por eso, no sólo disfruto del acontecimiento Tecnópolis, sino que disfruto del momento que vivimos. Casi sin darnos cuenta, se están sentando las bases para el futuro. Nadie más podrá gobernar en adelante ignorando este presente. Y no lo va a poder hacer porque la comunidad científica primero y la sociedad en general han advertido la importancia. Por lo tanto, cualquier intento de retroceso y vuelta a la oscuridad será resistido de manera distinta.

Mientras tanto, recordemos este camino. Ahora, peleemos por mejor presupuesto, por mayor inversión, por más y mejores sueldos, por mejor equipamiento, por mejores edificios, por más becas. Más aún: peleemos para que haya inclusión de todos los estamentos de la sociedad, para que la universidad pública no sea sólo para las clases más solventes económicamente, sino que sea para todos. Pero al mismo tiempo también reconozcamos la enorme e impactante diferencia con lo que la Argentina vivía hasta hace nada más que siete años. Sólo hacía falta que hubiera gente a la que le importe. Y eso, hoy, se nota.

Bienvenida Tecnópolis. Ojalá que ahora haya una aluvión de personas que la recorran y que la disfruten. Es de la gente, es de todos. Es suya. Es de ustedes: recórranla, denla vuelta tanto como puedan. Pregunten, discutan, desafíen. Peléense con los científicos que están allí. Pregunten hasta entender, o hasta demostrarles que los que no entienden son ellos.

Fuente: Diario Página/12

Tecnópolis será la expresión de 200 años de ciencia argentina

Tecnópolis será la expresión de 200 años de ciencia argentina








    

Por Christian Boyanovsky Bazán
Se inaugurará el próximo jueves en un terreno de 50 hectáreas, ubicado en Villa Martelli. Esta muestra que “aúna y potencia” el trabajo público y privado en tecnología, se extenderá durante cinco semanas, con entrada libre.
 
Doscientos años de desarrollo científico y tecnológico de Argentina quedarán plasmados en la megamuestra Tecnópolis, que se inaugurará este jueves. La exposición, organizada por la Unidad Bicentenario del gobierno nacional, ocupará un predio de 50 hectáreas en Villa Martelli, provincia de Buenos Aires, linderas con la Avenida General Paz, donde estaba emplazado el Batallón 601. Se extenderá por cinco semanas, en el horario de 12 a 21, con entrada libre y gratuita. Culminará con la presentación del Parque Temático Tecnópolis, que funcionará allí y se terminará de construir en 2012.
“No se trata sólo de una muestra de tecnología de punta sino de un espacio donde se aúnan y potencian las posibilidades del trabajo del sector público, privado y de la sociedad civil, es por eso que la convocatoria reunió a distintos sectores, incluyendo organismos públicos, empresas privadas y participación internacional”, explicaron desde la organización.
Tecnópolis estará dividida en cinco áreas temáticas, que los organizadores denominaron “continentes”, que representarán a los cuatro elementos Agua, Tierra, Aire, Fuego y a la Imaginación. “Cada uno con su edificio icónico, donde podrán verse los desarrollos que se han realizado en las distintas áreas temáticas de la ciencia y la tecnología. El continente Imaginación estará reservado a los proyectos que se realizan con vistas al futuro”, se informó.
La exposición está montada en un extenso terreno frente a la Ciudad de Buenos Aires, delimitado por las calles La Salle, Manso, Zufriategui y la Avenida De los Constituyentes. Hace días que sus enormes estructuras se aprecian desde la autopista que separa la capital de la provincia. En la muestra participarán diversos organismos oficiales y universidades, y se podrá ver desde el Tronador II, primer lanzador espacial desarrollado completamente en el país, hasta un simulador de la Antártida con temperaturas de -7°C, al que se podrá acceder con trajes especiales. Habrá también un centro de exposiciones con cine 3D y muestras de robótica, videojuegos, y videoesculturas tridimensionales que representarán a criaturas fantásticas de la mitología popular argentino-latinoamericana. Para los más jóvenes, se ofrecerá un espacio para fomentar el aprendizaje y el intercambio colectivo “Sub30 Festival Creativo”. Los más chicos tendrán recorridos en escenarios naturales y espectáculos 3D.
Tecnópolis iba a realizarse en la Capital en noviembre de 2010 pero el jefe de gobierno, Mauricio Macri, desautorizó su emplazamiento en la Avenida Figueroa Alcorta. 

Publicado el 12 de Julio de 2011 Tiempo Argentino

miércoles, 13 de julio de 2011

El empleo en el centro de la agenda

  El empleo en el centro de la agenda

Los gobiernos de Argentina y Francia organizaron un seminario para reinstalar la idea de que el crecimiento económico es sostenible sólo con empleo de calidad. Es una respuesta a las potencias del G-20, que impulsan la receta ortodoxa.
 Por Tomás Lukin

Los gobiernos de Argentina y Francia trabajan en conjunto para reinsertar al empleo como objetivo central de la política macroeconómica en la agenda de debate del G-20. “El crecimiento económico sin creación de empleo de calidad no es sostenible”, afirmó el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, durante el seminario organizado ayer por ambos países en el Palacio San Martín. La reducción del desempleo, la informalidad y la desigualdad como condición necesaria para el crecimiento y desarrollo económico fueron el eje de las sesiones de trabajo donde, además de los países miembro del G-20, participaron especialistas latinoamericanos, europeos y organismos como la Cepal y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los temas laborales abordados ayer serán retomados por los presidentes en la próxima cumbre del foro multilateral que se realizará en París en noviembre.
“América latina sigue teniendo una enorme volatilidad, pero ganó espacio para hacer políticas macroeconómicas diferentes. Hay que cambiar la jerarquía de la política para alinear los instrumentos fiscales y monetarios hacia el desarrollo productivo y evitar el círculo vicioso que genera la reprimarización de las economías. Además, son necesarias políticas públicas activas con eje en el empleo”, explicó a Página/12 la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena. Durante su exposición en el Palacio San Martín, la funcionaria de Naciones Unidas resaltó que “está en crisis un modelo de crecimiento centrado en la desregulación, en donde el mercado de capitales tuvo mayor margen que el mercado de trabajo. La de-sigualdad conspira contra todos. Es necesario buscar una nueva era de justicia social, donde la actividad productiva y la creación de empleo ocupen el primer plano”.

Por su parte, el ministro Tomada destacó el rol de la creación de empleo en el fortalecimiento de la gobernabilidad y llamó a abandonar los lineamientos neoliberales de la política económica. “Tenemos que profundizar el debate sobre modelos productivos para poner fin al rol del mercado como rector exclusivo de la economía mundial. En países como Argentina las ideas del Consenso de Washington están en retroceso, pero en muchos otros no”, enfatizó el titular de la cartera laboral. El funcionario cuestionó las políticas de ajuste recesivas aplicadas por los países europeos. “Argentina padeció poco la crisis porque existió una decisión política fuerte para mantener el nivel de actividad y el empleo. En vez de ajustar la seguridad social, este gobierno puso en marcha la movilidad social, estatizó el sistema, amplió la cobertura y creó la Asignación Universal por Hijo. Eso es fortalecer la demanda y el mercado interno”, señaló a este diario.
El embajador argentino en Francia, Aldo Ferrer, indicó a Página/12 que “la resolución de los problemas de empleo descansa en la remoción de los obstáculos estructurales. Las políticas de empleo deben ser parte de las políticas de desarrollo y generación de soberanía para poder decidir el rumbo. El país que se deja llevar por la corriente está perdido”. En ese sentido, el economista y miembro del Plan Fénix consideró que “para crear puestos de trabajo se debe modificar la estructura productiva. Las políticas contracíclicas sirven en el corto plazo, pero es necesario profundizar la industrialización, impulsar el cambio tecnológico. Una estructura productiva primaria no genera empleo y menos de calidad”. En tanto, el vocero del presidente francés, Nicolas Sarkozy, en el G-20, Gilles de Robien, consideró que “los indicadores de empleo deben ser tan importantes para los países como los económicos y financieros. Si la economía ignora lo social, no ganaremos más que una nueva crisis”.

La inclusión de la problemática laboral en la agenda del G-20, impulsada en septiembre de 2009 por los gobiernos de Argentina y Brasil, fue rápidamente desplazada frente a la emergencia de la crisis estructural de la Zona Euro y la revitalización de los programas de ajuste diseñados por el FMI. Desde que asumió la presidencia del G-20 a comienzos de año, el gobierno de Francia decidió revitalizar el debate sobre el empleo que volverá a ocupar un lugar en la próxima cumbre de presidentes de noviembre. En ese sentido, Tomada lamentó que la inclusión del “empleo en el G-20 todavía está librada a la decisión del país que lo preside. Aunque Francia honró su tradición poniendo como eje de su presidencia las políticas de empleo, corremos el riesgo de que este tema tan caro a todos nosotros no se continúe”.