El principal objetivo de
una economía es producir empleos decentes. No es lo que sucede en Europa. La
tasa de desempleo batió un nuevo record en los 27 países miembros de la Unión
Europea. Subió en mayo al 11,1 por ciento. Veinticinco millones de
desempleados. Casi dos millones más que hace un año. En EE.UU. con alta
desocupación la tasa es del 8,2 por ciento. En España es 24,6 por ciento, en
Grecia 21,9 por ciento, en Portugal 15 por ciento, en Irlanda el 14,6 por
ciento.
El desempleo joven
siguió ascendiendo. El 22,7 por ciento de los jóvenes están sin trabajo. Son
5,5 millones. La cifra subió en 280.000 en el último año. Supera en España y
Grecia el 50 por ciento y en Irlanda es el 28,5 por ciento.
No hay metas de
reducción del desempleo en los grandes préstamos con supercondicionalidades
impuestos a Grecia, Irlanda, Portugal, España y otros, pero están implícitas
las subas del mismo, porque no puede ser otro el resultado de las políticas
aplicadas.
La “austeritis” ha
producido en todos lados el mismo resultado. En Inglaterra, por ejemplo, la
economía cayó 0,2 por ciento en el primer trimestre del 2012 luego de haber
descendido 0,2 por ciento en el anterior. Es la segunda recesión en tres años,
lo que no sucedía desde 1975. El ajuste llevó a una baja de la recaudación
fiscal del 3,6 por ciento. Analiza un centro económico conservador: “El
problema en la estrategia de reducción del déficit es que sin una recaudación
fiscal producto del crecimiento de la economía no se podrá reducir el déficit y
la deuda”. El mismo FMI estudió 173 casos de cortes presupuestarios en países,
y el resultado consistente ha sido la contracción de la economía. La austeridad
repele la inversión.
Tampoco están explícitos
en los acuerdos de financiamiento los costos sociales. Están siendo tan
intensos, que el premier conservador de Grecia Samaras afirmó (7/7/12): “No
podemos tener personas que han tenido casa, ahora comiendo de los tachos de
basura; no podemos tener un aumento de los suicidios”.
Desde el 2010 los
ingresos de los griegos cayeron entre un 40 y un 50 por ciento, las pensiones y
jubilaciones un 15 por ciento, y subieron fuertemente los impuestos al consumo.
Se arruinó el pequeño comercio. Una de cada tres tiendas ha cerrado. Ya
renunciaron tres miembros del nuevo gabinete.
En Grecia los suicidios
subieron un 24 por ciento entre el 2007 y el 2009. En Irlanda 16 por ciento. En
Italia 65 por ciento entre el 2005 y el 2010.
Los estudios indican una
correlación entre desempleo de largo plazo y suicidios. Según la Unión Europea,
la crisis hizo subir los suicidios en un 25 por ciento en toda la región.
A los generados por la
falta de empleo se suman también los producidos por el aumento de la
inseguridad laboral y el estrés. Francia termina de poner bajo investigación
judicial al ex presidente de Telecom por su presunta responsabilidad en más de
35 suicidios de empleados, en el 2008, y el 2009.
En varios casos dejaron
notas quejándose de la presión infernal que experimentaban en el trabajo. Un
informe oficial del 2010 concluyó que la empresa había ignorado los consejos de
los médicos sobre el impacto de las políticas de reestructuración sobre la
salud mental de sus funcionarios.
La OIT advierte
(5/7/12): “Los trabajadores tienen que hacer frente al miedo de perder el
trabajo y la tensión que esto genera. La reducción de los recursos para
seguridad y salud de los trabajadores podría empeorar la situación”.
La familia es otra
víctima de la crisis. Aumentan las parejas que quieren formar familia, pero no
pueden hacerlo por la inestabilidad. También los jóvenes que han ido a vivir a
los hogares paternos. El número de adultos de entre 25 y 34 años que viven con
sus padres aumentó en Italia del 33 por ciento en 1994, al 42 por ciento en el
2011.
Según Unicef, en Grecia
hay 439.000 niños que están sufriendo hambre. Se elevan los casos de familias
de clase media arruinadas, que entregan sus niños a ONG que ayudan a niños
desamparados, porque no pueden sostenerlos.
Según The New York Times
(25/6/12) ha crecido entre los más pobres la venta ilegal de órganos. En
España, Italia, Grecia, Serbia, se ofrecen por Internet riñones, pulmones,
córneas. Entrevista en Belgrado a dos padres que perdieron sus trabajos y para
dar de comer a sus dos niños están haciendo lo imposible para que les compren
sus riñones.
El Nobel Krugman llama a
la política del ajuste y la austeridad extrema “política zombi”. Señala que
continúa para adelante más allá de los fracasos reiterados y autopresentándose
como política de éxito.
Uno de los argumentos
preferidos de los zombis es echarle la culpa de la crisis al Estado de
Bienestar. Los datos los contradicen. Los países que tenían mayor Estado de
Bienestar como Alemania o Finlandia, donde el presupuesto social público
representaba el 25 por ciento del Producto Bruto Interno (2007), o Noruega o
Suecia, donde es aún mayor, fueron poco afectados por la crisis.
Uno de los desarrollos
más riesgosos es que la suma de crisis económica severa, alto desempleo, falta
de salidas, crea las condiciones para que el mensaje demagógico de los sectores
ultraderechistas pueda prosperar. En Francia, en base a lemas
antiinmigratorios, el partido que fundó un negador del Holocausto, obtuvo el 18
por ciento de los votos, en Hungría el partido antisemita y xenófobo Jobbik,
partidario de la Gran Hungría y con una estructura paramilitar, tuvo el 16,7
por ciento de los votos, en Holanda el partido ultrarreaccionario de Geert
Wilder pasó de 9 a
24 escaños. En las elecciones europeas del 2009, la extrema derecha superó el
10 por ciento en siete países y tuvo entre el 5 y el 10 por ciento en otros
seis.
En Grecia, Aurora
Dorada, de formación neonazi, que hace el saludo hitleriano y exige a los
periodistas que se pongan de pie cuando entra su líder, consiguió el 7 por
ciento de los votos y 18 diputados. Su argumento no es muy original. Una semana
después de la elección montados en motos, llenos de swastikas y cadenas,
hicieron una agresión salvaje en un barrio de inmigrantes. Dijeron a los
comerciantes: “Ustedes son la causa de los problemas de Grecia. Tienen siete
días para cerrar o quemaremos sus negocios, y los quemaremos con ellos”. Human
Right Watch denuncia una epidemia de ataques similares y la inacción policial.
Junto con los desajustes
macroeconómicos que significa la receta económica convencional, hay estos
costos invisibles. Está aumentando seriamente la exclusión social europea y se
están sembrando condiciones propicias para el crecimiento de las xenofobias.
Urge se preste atención
a manifiestos como el de Krugman y Layar (Financial Times 28/6/12) que llaman a
recuperar el sentido común económico. Como resaltan: “El mundo entero sufre
cuando los hombres y mujeres están en silencio respecto de aquello que saben
está mal”.
* Presidente de la Red
Latinoamericana de Universidades por el emprendedurismo social. La más reciente
obra del autor es el best-seller Emprendedores sociales. Los que hacen la
diferencia (Temas, 2012).
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