ENTREVISTA AL NUEVO PRESIDENTE DEL CONICET, ROBERTO SALVAREZZA
Doctor en Bioquímica, Salvarezza destaca “la nueva
valoración de la ciencia en el país” y, como desafío, señala la
evaluación tecnológica. Asegura que las áreas disciplinarias del Conicet
tienen que “crecer proporcionalmente y no en cuanto a la demanda”.
Cuando
dice que en estos tiempos, en la Argentina, se percibe un “ambiente
diferente”, una “nueva valoración de la ciencia y la tecnología”,
Roberto Salvarezza sabe de qué habla: trabaja en el Conicet desde 1977.
Hoy, y desde hace una semana, este doctor en Bioquímica preside el
directorio del Conicet. En diálogo con Página/12, Salvarezza comenta los
ejes que proyecta para su gestión, responde a la cuestión en conflicto
en el área de las ciencias sociales y plantea la necesidad de integrar a
los doctores en el sistema productivo. Salvarezza fue coordinador del
Centro Argentino Brasileño de Nanotecnología y secretario de Ciencia y
Técnica de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de
La Plata.
–Usted pasó por varias funciones dentro del Conicet y ahora le toca presidir el directorio. ¿Cómo toma en lo personal esta nueva tarea?
–Es claramente un desafío porque, si bien tengo tareas de gestión
previa, el Conicet es una institución que tiene una alta complejidad.
Tenemos prácticamente siete mil investigadores, nueve mil becarios, 1400
técnicos. Si los sumás, somos prácticamente 20 mil personas.
–¿En qué estado encuentra al Conicet?
–Los que hemos pasado los ’80, los ’90, la política neoliberal, la
crisis de 2001, encontramos que este Conicet está en franca expansión.
Desde 2003, con la llegada de Néstor Kirchner y una nueva valoración de
lo que es la ciencia y la tecnología en el país, se percibe claramente
un cambio y un ambiente diferente. Y esto no es menor: la mayoría de los
científicos lo han notado como algo muy positivo.
–¿Dónde puede notarse el cambio?
–Fue un proceso de crecimiento del presupuesto muy importante. En el
año 2004 teníamos un presupuesto de 260 millones de pesos, y hoy
estamos con 2080 millones. Desde 2007 se está llevando adelante un plan
de obras que el Conicet requería desde hacía treinta años. Tenemos el
plan de infraestructura I y II, que propone el Ministerio de Ciencia y
Tecnología, y un plan de obras propio. En conjunto estamos llevando
adelante 54 obras de infraestructura, de las cuales 30 ya están
finalizadas e inauguradas.
–¿Cuáles son los ejes principales con los que va a trabajar?
–Tenemos que atender el tema de la evaluación tecnológica, algo que
estaba pendiente desde hacía mucho tiempo. Nadie va a descuidar la
importancia de la ciencia básica en la Argentina, pero en cuanto a los
proyectos tecnológicos tenemos que darles otros parámetros de
evaluación. Otro eje importante es la articulación con las políticas del
ministerio, que tiene un plan estratégico a ejecutarse entre 2012 y
2015. Allí hay temas como la energía, el desarrollo de productos
biotecnológicos, enfermedades infecciosas, desarrollo social, hábitat,
entre otros, que nosotros también tomaremos como estratégicos para una
fracción de becas que serán concursadas a la brevedad. Luego, dentro del
llamado convencional de temas libres, vamos a ejecutar una política de
apoyo a las provincias que tengan menor número de investigadores.
–¿Y con la universidad qué tipo de articulación prevé?
–Tenemos que articularnos con nuestros socios, las universidades
nacionales, con el INTI, con el INTA, la CNEA, pero también con los
municipios y los ministerios, para que los doctores y recursos humanos
que se formen en el Conicet puedan ser absorbidos allí. Estamos
desarrollando un programa que se llamará Masvalor.doc, una plataforma
web que contendrá un banco de datos de todos nuestros doctores, de
quienes estén trabajando como investigadores e incluso aquellos que hoy
no tengan una ubicación en el sistema. Los agentes sociales, las
empresas y las instituciones podrán crear sus propios perfiles, acceder y
ofertar trabajo.
–A fines del año pasado, un gran número de becarios del área de ciencias sociales no pudo acceder a la carrera de investigador por falta de cupos. ¿Qué pasará de ahora en más?
–Vamos a seguir con la misma política de este año; es decir, vamos a
tener una proporción en cuanto a las diferentes áreas, porque todas
tienen que crecer proporcionalmente, no en cuanto a la demanda. Si no,
el Conicet terminaría teniendo una distorsión en una determinada área.
Hay dos que tienen mayor demanda, la de Ciencias Sociales y la de
Ciencias Biológicas y Médicas, pero el Conicet como política va a seguir
distribuyendo un 25 por ciento por área.
–Con lo cual es posible que vuelva a aparecer este cuello de botella...
–No descarto que efectivamente pueda suceder algo similar. Esperemos
que no sea y que este programa que estamos poniendo en marcha sirva
para canalizar parte de la oferta de doctores. Pero un plan de
articulación lleva un tiempo, la solución es a mediano plazo y hay que
sentarse a discutir con todos.
Fuente: Página/12
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