Obras paradas por falta de fondos
Al
conflicto docente y a las demoras del Gobierno en el envío de partidas
para gastos se suma la parálisis de las obras de infraestructura. Un
informe del CIN señala que el 84 por ciento del financiamiento que tenía
ese fin corresponde a obras no iniciadas o discontinuadas.
Esta semana se harán abrazos simbólicos en varias universidades, tal como se hizo en Sociales el jueves pasado.
Imagen: Adrián Pérez
Imagen: Adrián Pérez
Mientras
los profesores continúan en huelga para reclamar una mejora salarial y
los rectores exigen que el Gobierno normalice el envío de fondos para
gastos de funcionamiento, el ajuste presupuestario sobre las
universidades se apoya en una tercera pata: la paralización de las obras
de infraestructura. El 84 por ciento del financiamiento aprobado para
obras universitarias corresponde a obras no iniciadas o con problemas de
continuidad, y se calcula que involucran casi 4 mil millones de pesos.
Los datos surgen de un relevamiento realizado por la dirección general
del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN). A partir de una muestra
integrada por 35 de las 56 universidades públicas, el estudio afirma que
sólo un tercio del financiamiento aprobado para obras de
infraestructura corresponde a obras en funcionamiento, que avanzan con
lentitud por los retrasos en los pagos que realiza el Gobierno. El resto
del presupuesto corresponde a obras no iniciadas o paralizadas por
decisión del Poder Ejecutivo.
El
informe fue presentado por el director general del CIN, Mario Lozano,
ante el comité ejecutivo del consejo que reúne a los rectores de todas
las universidades públicas nacionales, para informar sobre el estado de
las obras de infraestructura del sistema universitario.
La falta de avances en las obras es uno de los principales reclamos
de la comunidad académica desde principios de año, cuando la secretaria
de Políticas Universitarias, Danya Tavela, anticipó que se aplicaría un
recorte sobre el presupuesto universitario y que habría menos fondos
disponibles para obras. Los rectores exigieron la continuidad de las
obras en repetidas ocasiones, y el Gobierno se comprometió a acelerar la
liberación de los fondos en una audiencia realizada en junio con
representantes del CIN. A través de una nota enviada a Jefatura de
Gabinete a fines de julio, los rectores insistieron con el pedido, pero
hasta hoy no hubo cambios en la decisión oficial.
El relevamiento indica que la inversión total prevista para obras en
diferentes estados de ejecución es de más de 3200 millones de pesos. Un
15,7 por ciento de este monto se invirtió en obras que ya fueron
terminadas, con algún certificado restante para la finalización, y otro
17,6 por ciento corresponde a obras que están en ejecución, pero a un
ritmo más lento del previsto en más de la mitad de los casos, por
retrasos en los pagos.
El resto del financiamiento (67 por ciento) corresponde a obras que
no están siquiera en ejecución y es el dato que más alerta a los
rectores, que están acostumbrados a que la ejecución de las obras sufra
demoras y que sus tiempos se alarguen, pero que señalan como “inédita”
la cantidad de obras que no han podido ser iniciadas, o que ya empezadas
debieron ser paralizadas, por que el gobierno nacional no liberó el
dinero para pagar a las empresas contratistas.
Un 50 por ciento del financiamiento corresponde a obras directamente
no iniciadas. Las obras iniciadas pero detenidas por falta de pago del
gobierno nacional abarcan el 14 por ciento del financiamiento, y un
adicional de 800 millones de pesos corresponde al financiamiento de
obras proyectadas, con diversos grados de aprobación del proyecto, pero
aún no licitadas.
Las obras que cuentan con financiamiento son las que se basan en
aquellos proyectos que ya recibieron el apto técnico y financiero del
Poder Ejecutivo. El primero señala que la obra es pertinente y que, por
ejemplo, no presenta problemas de diseño. El apto financiero indica que
el proyecto cuenta con fondos para ser ejecutado. Para la mayoría de las
obras (71 por ciento), los fondos provienen de un préstamo de la
Corporación Andina de Fomento (CAF), por lo que el argumento de “falta
de fondos” no convence. “Sorprende la gran cantidad de obras que no han
podido comenzar por una decisión más tardía del gobierno nacional”,
señala el informe.
“Las obras son necesarias, especialmente para las universidades más
nuevas, que empezaron a funcionar hace cinco o diez años. Necesitan sí o
sí estas obras para continuar y poder acompañar su crecimiento en
cantidad de carreras, y por lo tanto, de docentes y estudiantes. También
está el caso de instituciones más antiguas, como por ejemplo la
Universidad Nacional de las Artes, que sufren problemas edilicios y
deben salir a alquilar otros espacios, lo que les genera un agujero
financiero todos los años”, explicó el director general del CIN, Lozano,
ex rector de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ).
Las obras paralizadas tienen un impacto directo en la calidad de las
condiciones educativas que afectan a los alumnos y de las condiciones
laborales en que se desempeñan trabajadores docentes y no docentes. La
Universidad Tecnológica Nacional (UTN) alertó por la paralización de la
construcción de laboratorios y comedores estudiantiles, la UNQ tiene
pendiente la finalización del Aula Magna y la construcción de un nuevo
comedor. En la Universidad Nacional de Río Negro está demorada la
segunda etapa del Hospital Escuela de Odontología de Allen, que incluía
nuevas aulas y un laboratorio, y la lista sigue.
Lozano remarcó que el Gobierno se había comprometido a abordar el
conflicto salarial con los docentes y avanzar en un acuerdo paritario.
Lejos de eso, la falta de avances profundizó el malestar en los gremios
y, por la continuidad del paro nacional, está en riesgo la cursada del
segundo cuatrimestre. Y el mes que viene, con el tratamiento del
presupuesto 2019 en el Congreso, se abrirá un nuevo foco de disputa.
“Prevemos una serie de conflictos ante el debate por el presupuesto del
año que viene, que ya se estima muy alejado de las necesidades de las
universidades. Hay un conflicto, y va a tener que resolverse de alguna
manera”, afirmó Lozano. El CIN ya le hizo saber al Gobierno que, sobre
el presupuesto actual que ronda los 100 mil millones de pesos, necesita
un incremento de al menos el 30 por ciento.
Informe: Inés Fornassero.
Fuente:Pagina/12
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