Imagen: Noticias Argentinas
Desde
el 3 de diciembre de 2018 se pretende aplicar una reglamentación que
habilitaría las fuerzas de seguridad a usar armas ante sospechas de
delito y a disparar sin dar la voz de alto.
¿Será por esto que la Ministra de seguridad previamente dijo que cada
uno puede llevar armas? ¿Para ser eliminado sin más ante la menor
sospecha? O simplemente legitimar el ya frecuente gatillo fácil.
Es mucho.
Ya empezaron a oírse voces de repudio a la idea de semejante
violencia por parte del Estado y no sustentada por ninguna ley.
Entendidos juristas comunican que de ninguna manera se verán protegidos
aquellos que decidan aplicar estas acciones haciendo gala entonces de
una derecha tradicionalmente violenta y beligerante como definiera
Nicolás Casullo hace ya muchos años.
Pero si miramos a 3 años atrás este gobierno viene matando de muy diversas formas cumpliendo con esos designios ideológicos.
En efecto fue de los primeros el Caso Maldonado donde se puso de
manifiesto la represión seguida de muerte miserablemente minimizada en
forma reciente por una injusticia cómplice. Y el joven Rafael Nahuel,
pobre, mapuche, trabajador, asesinado por la espalda por un disparo de
bala 9 mm como los que usan las fuerzas de seguridad durante un
operativo de la prefectura en el Lago Mascardi. Sólo portaba objetos de
trabajo y no se pudo demostrar la existencia de rastros de pólvora en
sus manos. Continuamos sin conocer aún el o los culpables de este
asesinato.
Por otra parte muchos, principalmente jóvenes, invisibilizados por
los medios hegemónicos por su condición de pobres y desconocidos, son
víctimas del gatillo fácil en los suburbios de grandes ciudades como el
conurbano bonaerense y el gran Rosario, en manos de policías y gendarmes
protegidos doblemente por un Estado Nacional y una justicia cómplice.
Tan pobres y desposeídos como las 10 víctimas que en un calabozo de una
comisaría que fueron abandonados al humo y llamas, en el momento que a
uno de ellos le llegaba la orden de libertad por falta de méritos,
mientras los policías no hicieron nada para evitar esas muertes.
La gobernadora Vidal, como ante la muerte de un trabajador el portero
del colegio de Moreno, Ruben Rodriguez y la vicedirectora Sandra
Calamano, por la explosión de una estufa en estado de pésimo
mantenimiento y evidente desidia de las autoridades provinciales, nada
hará para aclarar estas y tantas otras lamentables pérdidas humanas.
Tiene Cambiemos otras formas menos evidentes de culpabilidad que
generan también muertes. Qué si no dejar de entregar medicamentos
esenciales para lograr un control adecuado de enfermedades crónicas que
son hoy responsables del 80% de las muertes en mayores de 65 años y la
reducción en descuentos a los afiliados del PAMI. Será que como dice la
Directora de FMI “los jubilados viven mucho” y, entonces, se los condena
a vivir mal, con deterioro de calidad de vida, sintomáticos y con un
final adelantado por carecer del acceso a una adecuada atención y a los
medicamentos que necesitan y no pueden acceder por pertenecer a las
siempre, y ahora más que nunca, a clases sociales bajas y desfavorecidas
víctimas de una desigualdad criminal.
Finalmente podemos imaginar que además de las balas que promete
Bullrich y el Gobierno todo también serán muchos los argentinos víctimas
de la pobreza energética. En efecto el próximo invierno cuántos
ciudadanos no podrán disponer en sus casas de al menos 2 ambientes con
20 grados de temperatura por no disponer de los recursos económicos para
hacer frente a los gastos que la energía que se demanda ante el frío
invernal. Esto es una realidad en países como España Reino Unido y
Estados Unidos y el frío, mas aún en personas con hogares de
estructuras deficientes, mal alimentadas y con otras enfermedades
concomitantes acabará con la vida de muchos de ellos.
Veíamos en estos días la Revolución de los chalecos amarillos en
protesta por un aumento de 4% en los combustibles, y también en el costo
de la energía eléctrica ante el invierno de Francia que obligó hoy al
Presidente Macrón a suspender por 6 meses, “hasta que pase el invierno”,
esas medidas aplicadas a la población. Medidas dispuestas para
compensar el déficit de las cuentas estatales al suspender el ingreso a
las mismas de 4000 millones de Euros por la supresión de impuestos al
patrimonio de gentes con suficientes recursos. Los pobres financiando a
los ricos tal cual como Cambiemos hace con las Argentinos. Es que estos
señorones que nos visitaron se encargan en todos lados de ejercer su
violencia belicismo y exterminio como clase privilegiada al resto, al
pueblo, a los mas que menos tienen, de cosas buenas. pero que son blanco
de estas diversas formas de matar que el Macrismo hace realidad.
¿Será la hora de ponernos un chaleco, no amarillo, y salir a decir BASTA?
Fuente:Pagina/12
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