Es
lamentable que quienes desde el periodismo u otras profesiones tienen
la posibilidad de ser leídos o escuchados, se dediquen a juzgar y
ofender a los integrantes de los Organismos de Derechos Humanos.
Hace más de 42 años que estamos luchando, primero contra una
dictadura cívico-militar feroz que arrasó el país y luego contra sus
consecuencias que aún perduran.
Buscamos hasta hoy Memoria, Verdad y Justicia, desafiando los riesgos, sin miedo, con convicción y unidad.
En esos tiránicos años ¿dónde estaban aquellos que nos critican?
Hoy están en ese oscuro espacio de sus contradicciones ideológicas.
Valorando a su conveniencia el paso de la historia política de la
Argentina. Han perdido el respeto a la ciudadanía.
Nosotros, en cambio, cada día recibimos más afecto, comprensión, solidaridad en nuestro país y en el mundo.
A estas personas a las que me dirijo, les digo: Señores, señoras, no
se “gasten” en desprestigiarnos sino más bien júzguense a ustedes
mismos.
La historia también lo hará.
Si de los que se sientan afectados por mis palabras, alguno me
responde, sepa que solo ellos se pondrán en evidencia. Nunca me movió el
odio, siempre el amor y búsqueda de justicia.
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