María
Eugenia Vidal busca no aparecer ligada a los asesinatos de Monte para
no mancharse políticamente con la Bonaerense de la que es responsable.
Pero el blindaje es cada vez más difícil.
Imagen: NA
María
Eugenia Vidal, la esperanza blanca del macrismo, consolida su perfil
más impiadoso. La matanza de un joven y tres chiquitos a manos de la
Bonaerense, en San Miguel del Monte, confirma que las masacres hilvanan
su gestión.
La responsabilidad política no entraña siempre una culpa penal.
Pensar así sería fascista. El Derecho no puede ser una herramienta para
fabricar enemigos. Sería persecutorio, también, colocar a Vidal como la
presunta jefa de una asociación ilícita para cometer delitos. Entre
otros, el de matar. Pero algo es seguro: la cabeza del Poder Ejecutivo
siempre tiene la responsabilidad primaria sobre lo que pasa en su
distrito.
¿Vidal no podría decir que es víctima de la mala suerte? Ya no. Uno,
porque las masacres forman una serie. Y dos, porque su gobierno jamás se
hizo cargo de ellas. La única constante fue que Vidal se escondió
frente a las muertes. Ante los homicidios de Monte, por ejemplo, la
táctica fue que aparecieran su ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, y
el jefe de los fiscales, Julio Conte Grand. Es fácil: despellejan una
capa de oficiales y agentes y todo bien hasta la próxima masacre.
No es que Vidal abandonó toda actividad pública. La masacre ocurrió
en la madrugada del 20 de mayo. En la cuenta de Twitter @mariuvidal
figuran, entre otras, estas frases en sus tuits:
*”El DNI abre la puerta a los derechos básicos.” (20 de mayo)
*”Con Mauricio anunciamos la construcción de una nueva fábrica ferroviaria.” (21 de mayo)
*”Hoy hay un Gobierno que no busca atajos.” (22 de mayo)
*”Recién terminamos con @JulioGarro una reunión con vecinos de La Plata.” (22 de mayo)
*”Hace 209 años un grupo de patriotas se animó a soñar en grande. Hoy los recordamos y homenajeamos su revolución.” (25 de mayo)
El nivel de actividad de la gobernadora revela que callar cuando hay
muertos a manos del Estado es una opción deliberada. ¿Para no
mancharse? Solo ella y Macri lo saben.
No fue deliberada, en cambio, la ausencia en los actos por el 25 de
Mayo de Danilo Sansone (13 años), Gonzalo Domínguez (14), Camila López
(13) y Carlos Suárez (22). Están muertos por la persecución policial que
los hizo estrellarse contra un camión. La quinta ocupante del Fiat
Spazio atacado por la Bonaerense de Vidal, Rocío, está internada y grave
en el hospital El Cruce de Florencio Varela. El abandono del Estado
llegó a un nivel tal que la farmacéutica Fabiana López puso una alcancía
en la Farmacia López de Monte para costear los viajes de los
familiares.
La Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional,
Correpi, recopiló las muertes con participación de policías desde que
asumió Vidal.
Sin agotar la lista, el 2 de marzo de 2017 una protesta de 19 presos
terminó en la quema de colchones dentro de la comisaría 1° de Pergamino.
Los policías demoraron en abrir las celdas. Siete jóvenes murieron por
asfixia.
El 7 de octubre de 2017 el cabo primero del Servicio Penitenciario
Bonaerense Julio Reynoso y otros dos hombres invadieron la casa de una
familia y les dispararon a dos parejas. Murieron Carmen García Llanos
(25), Sergia García Llanos (33) y el bebé de una de ellas, que estaba
embarazada. Fue rescatado con vida pero falleció a los tres días.
El 15 de noviembre de 2018, 27 presos de la Comisaría 3° de Esteban
Echeverría protestaron por las condiciones de hacinamiento. Hubo un
incendio y la policía cortó la llave de agua. Cuando llegaron los
bomberos ya había cuatro muertos. Otros seis morirían después. Diez en
total.
El 2 de agosto de 2018 una explosión de gas mató en la escuela 49 de
Moreno a la vicedirectora Sandra Calamano y al carpintero y auxiliar
técnico Rubén Rodríguez. Las fallas en la instalación habían sido
denunciadas ante la Gobernación. El Consejo Escolar estaba intervenido
por el responsable provincial de Cultura y Educación, Gabriel Sánchez
Zinny. Esa vez los responsables no fueron los policías sino las
autoridades educativas.
El 26 de junio de 2002 el asesinato a manos de la Bonaerense de dos
chicos, Darío Santillán de 21 años y Maximiliano Kosteki de 23, hizo que
un político veterano como Eduardo Duhalde adelantara las elecciones y
no fuese candidato a Presidente.
La sangre de una matanza salpica siempre. Y a la larga no hay blindaje mediático que lo resista.
Fuente:Pagina/12
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