La verdadera grieta
Un
informe de la UBA sobre la distribución del ingreso revela que en los
tres años de gobierno de Macri la brecha entre los que más ganan y los
más desfavorecidos creció un 33 por ciento. En ese tiempo, se agregaron
1.400.000 nuevos pobres y 300.000 nuevos indigentes.
Sólo en tres años la brecha entre ricos y pobres creció 33 por ciento.
La
brecha entre quienes reciben los ingresos más altos y quienes reciben
los ingresos más bajos creció en más del 33 por ciento durante la
administración de Cambiemos. Es decir, que en los últimos tres años
aumentó significativamente la desigualdad social. Esa es la conclusión
más alarmante a la que arribó un relevamiento del Centro de Estudios de
Ciudad (CEC), que funciona bajo la órbita de la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Además, el estudio, que
compara la evolución de la pobreza y de la distribución al cuarto
trimestre del 2018, agrega que más del 90 por ciento de la población vio
reducidos sus ingresos en términos reales, lo que tuvo como
consecuencia que, respecto de 2015, hoy haya en el país 1,4 millones de
nuevos pobres y 300 mil nuevos indigentes.
“Si
el Gobierno continúa en este rumbo, hay un sólo camino para la
situación social y es el empeoramiento”, advirtió el economista e
investigador Agustín Mario, a cargo de la elaboración del informe.
El relevamiento llevado adelante por el CEC utilizó los datos del
Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) y sumó un elemento
clave: la comparación de esa información con aquella publicada antes de
la llegada del macrismo al poder. El investigador calculó esos datos en
base a la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) para el primer semestre
del 2015 –disponible en la página web del Indec– y actualizó las
canastas total y alimentaria en base al Índice de Precios al Consumidor
(IPC) de la provincia de San Luis. “Desde el Gobierno sostienen que todo
lo que se registró entre 2007, cuando se intervino el Indec, y 2015
está en revisión. Entonces no hacen ninguna comparación para atrás y
empiezan a analizar todo después del ‘apagón estadístico’, es decir,
recién en el segundo trimestre del 2016. Con ese movimiento, evitan el
ajuste inicial que se aplicó mediante la devaluación de finales del
2015”, explicó Mario a PáginaI12.
Entre los resultados más importantes arrojados por el estudio del CEC
se encuentra la ampliación de la desigualdad entre los ingresos de los
trabajadores ocupados: crecieron menos los de aquellos de menores
ingresos, y más los de mayores ingresos. En números concretos: mientras
el 10 por ciento de la población con el ingreso per cápita familiar
(IPCF) más bajo vio crecer sus ingresos en un 147 por ciento en este
período, el 10 por ciento de mayor IPCF se destaca por haber visto
crecer sus ingresos muy por encima del resto de los deciles, en un 203
por ciento.
“El índice de Gini, que mide la desigualdad, mostró un aumento de más
del 6 por ciento y la brecha entre los más ricos y los más pobres
creció en un tercio”, observó Mario, al tiempo que consideró que “es muy
grave que se haya dado ese aumento en sólo tres años”.
El investigador arribó a otra conclusión interesante, complementaria
de la anterior: que, considerando que durante el período estudiado el
nivel general de precios se incrementó en un 187 por ciento y el nivel
de precios de los alimentos en un 173 por ciento, los incrementos
nominales de todos los deciles no lograron compensar las subas de
precios. El único sector que lo consiguió fue el 10 por ciento de
ingresos más altos.
“Salarialmente, todos los deciles perdieron, incluso el sector más
rico”, observó Mario al respecto. Además, indicó que “lo que está
mostrando ese dato es que con el achicamiento de la economía pierden
todos aunque, obviamente, no todos pierden lo mismo. Tenemos cada vez
una economía más chica, con cada vez menos ingresos para repartir”.
Partiendo del último dato publicado por el Indec, que mostró que en
el segundo semestre de 2018 el número de personas pobres creció al 32
por ciento, mientras que la indigencia trepó al 6,7 por ciento, el CEC
analizó “la intensidad de esa pobreza, es decir, qué tan debajo de la
línea de pobreza o indigencia están quienes no la superan”. En otras
palabras, qué tan pobres son los pobres. “Lo que muestra el informe es
no solamente que aumentó la tasa de pobreza, sino que ahora los que
quedaron debajo de la línea están más lejos de salir de esa situación,
lo cual es gravísimo”, alertó Mario.
El estudio permitió detectar además que todos los grupos etarios
vieron incrementada su tasa de pobreza y de indigencia. En términos
absolutos, se destaca el incremento de la pobreza entre los jóvenes de
15 a 29 años: creció 4 puntos porcentuales, del 34,6 al 38,6. Pero en
términos relativos se destaca el aumento de la tasa de pobreza entre los
mayores de 65 años: subió un 12,5 por ciento, indica el relevamiento
del CEC.
Por último, Mario subrayó la importancia de analizar lo que está
sucediendo en el mundo del trabajo, “donde cada vez hay menos trabajo y
el trabajo que hay es cada vez de menor calidad” (ver aparte). “Si
insisten en perseguir el déficit cero y continuar con las tarifas
dolarizadas –concluyó–, no hay duda de que la situación no va a
mejorar.”
Informe: Sibila Gálvez Sánchez.
Fuente:Pagina/12
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