A las empleadas domésticas no las dejan viajar en las combis junto a los vecinos y organizaron un piquete
Vecinos
de Nordelta pidieron a la empresa de combis que realiza los traslados
en el emprendimiento, y a la CABA, que no viajaran las empleadas con
ellos. Las mujeres decidieron hacer un corte de calles como protesta por
la discriminación.
La empresa que impide que las trabajadoras suban en el mismo viaje que sus patrones.
Empleadas
domésticas de Nordelta denunciaron ser discriminadas por los vecinos de
la ciudad-pueblo. Según las trabajadoras, los habitantes del
megaemprendimiento ubicado en Tigre presentaron firmas a MaryGo, la
empresa de combis, para no viajar junto a ellas al mejor estilo del
apartheid. Las mujeres aseguraron que deben esperar a vehículos
destinados especialmente para ellas, que demoran en llegar más de 40
minutos, y que llegan atestados, ya que no les permiten subir en las
combis de los vecinos.
“Compañeras
han escuchado a sus patronas decir que no querían viajar con nosotras
por nuestra forma de vestir, porque hablamos mucho de nuestra vida
cotidiana, porque algunas hablan guaraní y porque tenemos mal olor”,
denunció Marta, una empleada doméstica, a PáginaI12. Las trabajadoras
que dieron su testimonio prefieren reservar sus identidades por miedo a
perder el empleo.
A Nordelta sólo ingresan combis de la empresa MaryGo. Las combis
internas hacen un recorrido que va desde el centro de Nordelta hasta la
avenida 197, donde las trabajadoras toman los colectivos de línea para
ir a sus casas. Las otras combis hacen el mismo recorrido, pero
continúan hasta la CABA. Esta última, según contó la trabajadora
doméstica, es la que se toman los habitantes del megaemprendimiento
inmobiliario. Ellos no usan las combis internas, mientras que las
empleadas usan ambas.
Marta trabaja en casas de Nordelta hace más de diez años y detalló
que, cuando se subían a las combis, los vecinos “nos ponían bolsos o
mochilas para que no nos sentemos a su lado”. Por su parte, Adriana
trabaja hace seis meses en la zona, pero también sufrió estas
agresiones. “Te miran con mala cara. Al principio no me daba cuenta,
pero después sí. Yo me sentaba igual”, afirmó.
Hace unos meses, las combis de MaryGo que viajan a la CABA no frenan
para que suban las trabajadoras domésticas. “Si paran a recoger a un
propietario, cuando subimos nos obligan a bajar diciendo que no podemos
viajar paradas”, informó Marta. “Pero es mentira, porque por más que
había espacio nos decían eso igual”, agregó. La trabajadora señaló que
los propietarios se habían quejado porque no querían ser ellos quienes
viajaran de pie.
Cuando llegaba una de las combis internas, donde no viajan los
nordelteños, les permitían subirse y viajar paradas. “Viajamos como
ganado”, aseguró Marta. Incluso afirmó que la empresa redujo su servicio
de transporte y no mandaba micros internos por más de una hora y media,
mientras que las combis que van hasta Capital tienen una frecuencia de
15 minutos. Marta contó que este mes, durante la hora pico para entrar a
Nordelta, “sólo había dos combis internas y no daban abasto, mientras
que para Capital pasaban reseguido”.
A principios de este mes, las trabajadoras se cansaron de esperar las
combis internas. Cinco de ellas intentaron subirse por la fuerza al
mismo transporte que los propietarios. “El chofer nos hizo bajar. Pero
cuando vino la interna no pagamos boleto en forma de protesta”, sostuvo
Marta.
El MaryGo se abona con tarjetas de diez viajes. “Te sirven para una
semana y las pagan los patrones, aunque algunos no quieren pagar. Yo
tuve que rogar que me lo paguen porque es mucha la distancia desde el
colectivo hasta la casa”, contó a PáginaI12 Adriana, quien debe viajar
más de tres horas para llegar a su trabajo. Si hiciera el trayecto a pie
entre la avenida 197 y la casa donde trabaja, Adriana estimó que
demoraría “más de una hora”. “Sí o sí tenés que tomar el MaryGo”.
El miércoles 7 de noviembre, Marta, Adriana y otras trabajadoras
vieron pasar cuatro combis que iban a Capital. En todas les negaron la
subida. Ante esta situación, decidieron cortar la calle. “Era la única
forma de que nos escuchen y que dejen de discriminarnos y tratarnos
así”, lamentó Adriana.
Durante el corte, algunos vecinos las insultaron. “Una señora nos
amenazó. Nos dijo: ‘Se corren o las pasamos por encima’”, recordó
Adriana. Cuando llegó la policía, les prometieron que iban a enviar
combis si suspendían el corte. “A los 5 minutos vinieron 4 micros. Ahí
nos dimos cuenta de que querían poner micros solo para Capital, no para
nosotras”, afirmó Marta.
Las empleadas contaron que se enteraron de que hubo una reunión entre
vecinos de Nordelta. Ahí se discutió si ellos y las trabajadoras
domésticas debían viajar en los mismos vehículos o no. Aunque hubo
posiciones encontradas, un grupo de nordelteños firmó una carta para
exigirle a MaryGo que las empleadas y otros trabajadores que ingresan a
la zona lo hagan sólo en combis internas. “Este acto de segregación no
demuestra más que lo que ya sabemos. Les molesta que las mujeres viajen
en sus micros, pero no les molesta que suden lavando sus pisos,
limpiando su mugre, criando a sus hijos, a cambio de salarios de
miserables”, manifestó Marta.
Las trabajadoras decidieron contarles la situación a sus patrones.
“Muchos no estaban ni enterados de que se hizo esa reunión y quieren
juntarse para que MaryGo nos deje viajar”, dijo Adriana a este medio.
Después del corte, la empresa puso en circulación micros escolares
para que las empleadas domésticas pudieran viajar. “Mi patrona está
indignada porque no paga por ese servicio, sino el del MaryGo. Así que
van a hacer una queja por eso también”, informó Adriana.
Desde la empresa habían presentado una iniciativa para que las líneas
de colectivo 720 y 723 pudieran entrar a Nordelta. Esto fue rechazado
por los vecinos de la zona porque sostenían que de esa forma iban a
“entrar chorros” a los barrios.
Las trabajadoras dijeron a PáginaI12 que MaryGo hizo esta propuesta
porque no quieren que ellas utilicen su transporte, ya que les resulta
más redituable trabajar exclusivamente con los habitantes de Nordelta.
Según contó Adriana, el boleto de la combi tiene una tarifa diferenciada
para las empleadas domésticas, inferior a la que pagan los vecinos.
Para las mujeres, MaryGo quiere aumentar su ganancia brindando su
servicio de manera exclusiva a los nordelteños.
Esta discriminación se suma a las malas condiciones de trabajo que
sufren muchas de estas mujeres. Además de que no todas están en blanco,
algunos patrones las maltratan o acosan. “Una compañera tiene dos nenes y
a uno le está dando la teta. Trabaja de 8 a 15 y me contaba que no
come, que en la casa no le dan ni un plato de comida”, contó Adriana.
Asimismo, señaló que sus hijas, también trabajadoras domésticas, fueron
acosadas por el ex marido de su patrona. “Tuvieron que dejar porque el
tipo las acosaba”, afirmó.
Para Marta, la medida de fuerza que tomaron sirvió para unir a las
trabajadoras. “A veces naturalizamos todo lo que nos pasa, pero a partir
de lo que pasó todas se están animando a hablar. Nos sentimos más
acompañadas”, aseguró.
Fuente:Pagina/12
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