25 de abril de 2008 por Rina Bertaccini
Intervención de Rina Bertaccini,
presidenta del Mopassol de Argentina y vice-presidenta del Consejo
Mundial de la Paz , en el PANEL Nº 4: La lucha por la justicia y la
igualdad y en contra de cualquier tipo de neocolonialismo y de
dominación imperialista (Fondo Monetario Internacional, Banco Mundial, Medio Ambiente, Cultura, Pobreza, Conferencia Mundial por la Paz, Caracas, Venezuela, 11 y 12 de abril de 2008
Quisiera iniciar mi intervención tal como comienza el saludo que
enviamos a esta Conferencia más de 200 organizaciones y personalidades
de Argentina. Allí dijimos “Cuando viejas injusticias y nuevas
agresiones y amenazas imperiales ponen en grave riesgo la vida misma
sobre la tierra es vital que los pueblos hagamos oir con fuerza
nuestras voces contra la guerra y la opresión; que ratifiquemos nuestra
voluntad de combatir el armamentismo, la militarización del planeta y la
extensión de bases militares imperialistas en nuestros territorios, que
rechacemos enérgicamente la denominada legislación “antiterrorista” y
la criminalización de las luchas sociales que avanza en numerosos países
con el pretexto del “combate al terrorismo”; a la par que seguimos
luchando por los derechos democráticos de la población, en defensa de la
plena independencia, la soberanía y la autodeterminación de nuestros
pueblos”.
De eso se trata precisamente en este panel, de denunciar con firmeza
las políticas imperiales que con viejas y nuevas formas pretenden
mantener la dependencia y el saqueo de nuestros pueblos y países. Y, a
la vez, poner en evidencia las luchas liberadoras que tienen lugar en
los cinco continentes.
Como el tiempo es corto, me detendré solamente en algunos aspectos a
modo de ejemplo. Sin perder de vista que cada uno de ellos es parte de
una estrategia integral de dominación que el imperialismo aplica
sistemáticamente tanto a nivel político, económico y militar, como en el
plano ideológico y cultural. Sabiendo además que la mayoría de las
Instituciones Financieras Internacionales, como el FMI, el Banco
Mundial, la Organización Mundial de Comercio, el Banco Interamericano de
Desarrollo, están diseñadas para servir a los intereses de las grandes
corporaciones y grupos financieros que son también los dueños reales del
poder económico y el poder político en los países centrales.
El caso de la deuda
externa es uno de los ejemplos más perversos y también más claros para
poner en evidencia cómo funcionan los mecanismos de dominación.
Centenares de organizaciones y millones de personas en el mundo nos
hemos movilizado contra el pago de la deuda externa de los países emergentes.
Hemos denunciado su carácter inmoral e impagable. Desde hace más de
veinte años venimos diciendo que la deuda, más que un problema
financiero es un mecanismo de control y saqueo cuya abolición exige
decisión política. Y forma parte de una estrategia más amplia de
dominación que incluye a los tratados de libre comercio, las políticas
de guerra y militarización, la judicialización de las luchas populares y
la criminalización de la pobreza y la protesta social.
Al respecto, vale insistir aquí en la pregunta que formulan
estudiosos como Eric Toussaint y Damien Millet (en el libro “El triple
pecado de la gran banca privada”): “¿Por qué los bancos (…) siempre
se han negado a anular las deudas de los países en desarrollo?
Recordemos que en el origen de las deudas actuales, cuyo pago reclaman
los bancos a estos países, se encuentran unas dictaduras criminales,
unos regímenes corruptos, unos dirigentes fieles a las grandes potencias
y a los acreedores. Los grandes bancos han prestado sin miramientos a
regímenes tan poco recomendables como los de Mobutu en el Zaire, de
Suharto en Indonesia, a las dictaduras latinoamericanas de los años
1970-1980, amén del régimen del apartheid de Sudáfrica. ¿Cómo pueden
continuar infligiendo el yugo de la deuda a unos pueblos que han sufrido
unos regímenes dictatoriales que ellos mismos financiaron? En el plano
jurídico, son numerosas las deudas odiosas que figuran en sus libros de
contabilidad y que no deben ser pagadas. Pero los bancos continúan
exigiendo su reembolso.”
Y recordemos, asimismo, que en 1982 la crisis de la deuda del Tercer
Mundo fue provocada por el alza desmedida y unilateral de las tasas de interés decidida por la Reserva Federal
de los Estados Unidos. Antes de esto, los bancos privados habían
impuesto préstamos a tasa variable a unos países ya sobreendeudados, que
finalmente fueron incapaces de afrontar los pagos correspondientes.
El resultado es bien conocido: el pago de los intereses de esa deuda
ilegítima y la subordinación de los Estados a las políticas de las
Instituciones Financieras Internacionales (IFIs) determinan un flagrante
deterioro de las condiciones de vida de extensas capas de la población.
La deuda externa y las políticas del FMI son incompatibles con la
vigencia de los derechos humanos. Por eso los gobiernos deberían cesar
ya todo pago a los supuestos acreedores.
En ese sentido la Red global de Jubileo Sur –que el Mopassol integra-
viene trabajando desde hace diez años construyendo la idea de que “lo
justo es no pagar y reclamar a los responsables que paren el saqueo,
asuman su responsabilidad por crear y perpetuar la dominación de la
deuda, restituyan los bienes arrasados y lleven adelante reparaciones
por los crímenes cometidos. Quienes nos deben son las empresas
transnacionales de los países del Norte; las IFIs como el FMI, el Banco
Mundial, el BID y otras; los gobiernos del Sur socios y cómplices del
saqueo; los gobiernos de los países centrales. Ellos son los
responsables directos de la pobreza de las poblaciones, de la violación
de los derechos de las comunidades indígenas, de la depredación de los
bienes naturales y la destrucción del medio ambiente.
Por todo ello Jubileo Sur sostiene que los pueblos del Sur no
solamente no debemos sino que somos nosotros los acreedores de una deuda histórica,
social y ecológica. Y a partir de ese concepto reclama –como lo hacen
numerosas organizaciones en diversos foros internacionales- la
realización en cada país de una auditoría integral de la deuda que los
supuestos acreedores reclaman a los países endeudados. Antes de seguir
pagando un solo peso es necesario que los gobiernos, con los parlamentos
respectivos y la amplia participación ciudadana realicen dicha
auditoría para establecer con fundamentos quién debe a quién.
No se trata de una utopía, es posible avanzar en esa dirección. El gobierno de Ecuador, el año pasado “ha
dado un paso al frente inédito al proclamar su decisión de realizar una
Auditoria integral del crédito público, para determinar la legitimidad
de la deuda que aún se cobra al país y poner en marcha acciones
destinadas a terminar con a la tiranía ejercida por ella, sancionar a
sus responsables y establecer medidas reparatorias.”
Así lo registra la Declaración Final del Taller Regional sobre
Ilegitimidad de la Deuda (Quito, 19 de agosto de 2007). Los y las
participantes en este taller, saludando la decisión del gobierno de
Rafael Correa por dar ese paso hacia la dignidad y reafirmación de la
soberanía nacional, convocan a realizar acciones de apoyo al proceso de
Auditoria iniciado en Ecuador, así como a la construcción de
alternativas de financiamiento autónomo como el Banco Solidario de los
Pueblos del Sur.
Es pertinente recordar aquí que el gobierno de Rafael Correa acaba
también de anunciar que no renovará el convenio por el cual hace nueve
años cedió a Estados Unidos la utilización de la base militar de Manta. Y
es bien sabido que el anterior gobierno ecuatoriano aceptó esa
presencia militar norteamericana a cambio de que el gobierno
estadounidense “no hiciera nada” cuando Ecuador, en medio de una fuerte
crisis financiera y social, suspendió los pagos sobre los bonos Brady.
Retomando lo que decía un poco antes, quisiera subrayar que
precisamente el Banco del Sur es una propuesta nueva que se abre paso en
la búsqueda de alternativas soberanas de integración de los pueblos en
el contexto de los cambios positivos que tienen lugar en nuestro
continente. Frente a los procesos de crisis recientes del sistema
monetario vigente – se dijo en un taller realizado en la Cumbre de los
Pueblos del Sur, Montevideo, diciembre de 2007 - “el Banco del Sur
representa una oportunidad política y económica para los países
latinoamericanos involucrados en la iniciativa (…). Representa una
declaración de independencia y soberanía en relación al modelo de
financiamiento impulsado por las instituciones financieras
internacionales, con préstamos condicionados a la aplicación de
determinadas políticas”. Constituye un desafío y una expectativa de
avanzar en la construcción de una política financiera soberana y
autónoma. Varias redes continentales han depositado esperanzas y se
movilizan en esa dirección.
Aunque sea brevemente debemos referirnos aquí al caso del CIADI,
una institución menos conocida que el FMI o el BM., pero igualmente
preocupante. El Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
Relativas a Inversiones (CIADI), es el mecanismo más ampliamente usado
por las multinacionales para obligar judicialmente a que los gobiernos
cumplan las reglas de los tratados de libre comercio y los tratados
bilaterales sobre inversiones.
En mayo de 2007, el gobierno de Bolivia se convirtió en el primer
país del mundo en retirarse del CIADI indicando los antecedentes de este
tribunal a favor de intereses corporativos mezquinos y en contra del
bien público”. El CIADI, ahora está rehusándose a respetar las acciones
del gobierno de Bolivia.
Ante eso hubo una respuesta muy interesante de la opinión pública
internacional: más de 800 organizaciones ciudadanas de 59 países piden
al presidente del Banco Mundial respetar la salida de Bolivia del
tribunal de arbitraje. Creo que todos los delegados y delegadas a esta
Conferencia deberíamos apoyar esa petición y respaldar la decisión
soberana del gobierno de Evo Morales. (La petición y la lista de
organizaciones firmantes puede ser consultada en diferentes lenguas; en
castellano :http://www.ips-dc.org/reports/08011...
Por cierto que este tema no afecta solamente a Bolivia, sino a muchos
países. Así por ejemplo la empresa Exxon Mobil a través del CIADI
impulsa acciones contra Venezuela (ver: http://www.voltairenet.org/article1...:
“La empresa Exxon-Mobil introduce una petición de arbitraje ante el Centro Internacional de Arreglo de Disputas Relativas a Inversiones (CIADI) y logra además que una corte de Nueva York ordene un embargo en contra de bienes de Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA). La medida tiene múltiples lecturas. En lo económico, es un eslabón más de la cadena de agresiones del capital transnacional contra Venezuela para obligarla a ceder su industria petrolera. En lo político, es un nuevo intento de desestabilizar el gobierno democrático de Hugo Chávez Frías. En lo jurídico se trata, ni más ni menos, de un intento de arrebatarle a Venezuela su soberanía de jurisdicción, es decir, el derecho a decidir sus controversias utilizando sus propias leyes y tribunales.”
“La empresa Exxon-Mobil introduce una petición de arbitraje ante el Centro Internacional de Arreglo de Disputas Relativas a Inversiones (CIADI) y logra además que una corte de Nueva York ordene un embargo en contra de bienes de Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima (PDVSA). La medida tiene múltiples lecturas. En lo económico, es un eslabón más de la cadena de agresiones del capital transnacional contra Venezuela para obligarla a ceder su industria petrolera. En lo político, es un nuevo intento de desestabilizar el gobierno democrático de Hugo Chávez Frías. En lo jurídico se trata, ni más ni menos, de un intento de arrebatarle a Venezuela su soberanía de jurisdicción, es decir, el derecho a decidir sus controversias utilizando sus propias leyes y tribunales.”
* * *
Hemos expuesto aquí algunos aspectos de la estrategia imperial de
dominación, que como dijimos se expresa en todos los dominios. Queremos
ahora afirmar nuestra convicción de que podemos y debemos cambiar este
injusto estado de cosas. Pero sabemos que nadie puede solo.
Por eso hemos venido a Caracas confiando en que esta representativa Conferencia Mundial será un momento importante para la construcción de unidad en la diversidad. Y termino con estas palabras del saludo que la delegación argentina ha acercado a esta Conferencia:
Por eso hemos venido a Caracas confiando en que esta representativa Conferencia Mundial será un momento importante para la construcción de unidad en la diversidad. Y termino con estas palabras del saludo que la delegación argentina ha acercado a esta Conferencia:
“Es vital que trabajemos en común por la paz con justicia social y
busquemos empeñosamente los caminos para articular y con ello
fortalecer nuestras luchas, para ser capaces de derrotar la muerte y
preservar la esperanza de construir entre todos y todas ese otro mundo
distinto y solidario por el que millones de personas nos hemos venido
movilizando en los cinco continentes”.
Fuente:CADTM.org
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