La llamada contrarrevolución monetarista es la gran perdedora de esta actual crisis. Sus ideas, impregnadas en los bancos centrales de todo el mundo, han provocado el mayor naufragio económico de los últimos 70 años
estableciendo un futuro de gran incertidumbre. Si bien los ciclos
económicos son tan antiguos como los ciclos comerciales, los primeros
han sido causados por profundos disturbios en las prácticas de los
segundos. Y cada ciclo implica una nueva ola que intenta levantar lo que
destruyó la ola anterior.
Los ciclos progresistas se han caracterizado por una intervención de
los gobiernos, y los ciclos conservadores por un repliegue
gubernamental. El ciclo conservador que dominaba desde fines del siglo XIX
colapsó en los años 30 con la Gran Depresión. A este ciclo le siguió un
prolongado ciclo progresista desde mediados de los años 30 hasta
mediados de los años 70: cuarenta años. Este período, marcado por el New
Deal y la influencia de John Maynard Keynes, es probablemente el
período de mayor bonanza económica en la historia humana. Paul Krugman
ha demostrado que en este período mejoró la distribución del ingreso no
sólo en los Estados Unidos sino en todas las economías emergentes.¿La
razón?: el desarrollo de políticas encauzadas al pleno empleo.
La
políticas que velaron por el pleno empleo a la larga resultaron más
eficaces que aquellas que sólo miraban el control de precios. Este único
parámetro que imponían a tabla-rasa los bancos centrales, el FMI y el ya alcaído consenso de Washington
quedará relegado a la nada. Está claro quienes son los ganadores con
el control de precios. Y también quienes son sus grandes perdedores. Es
cierto que la inflación es un mal, un cáncer de la economía. Pero, ¿y el
desempleo acaso no lo es? Qué es preferible: reducir un poco el poder
adquisitivo, o reducir todo el poder adquisitivo? El
verdadero cáncer terminal es este último, porque además se retroalimenta
del circulo vicioso desempleo-caída en el consumo-más desempleo.
Por eso que una de las víctimas reales de la actual crisis es la
contrarrevolución monetarista inventada por Milton Friedman en su ataque
frontal a la revolución keynesiana. El hecho que permitió la arremetida
de Friedman fue la crisis petrolera de los años 70, que elevó los
precios y llevó la inflación a niveles insostenibles en algunos países.
Para Friedman, la inflación era consecuencia de las políticas de pleno
empleo y de los gastos desmedidos de los gobiernos que obligaban a
imprimir más dinero.
Por eso que los gobiernos tenían que limitarse a mantener “sólido” el
dinero y dejar que la economía se cuidara a sí misma. La
contrarrevolución monetarista, como se dio a conocer, postuló que sacar
al gobierno de la actividad económica permitiría que las fuerzas del
mercado (al igual que las fuerzas gravitatorias) convergieran
naturalmente hacia el pleno empleo con tasas de crecimiento cada vez más
elevadas y con una distribución (vía teoría del chorreo) cada vez más
eficiente.
La promesa de esta contrarrevolución monetarista hizo agua por todos
lados: no sólo nunca logró el pleno empleo sino que generó uno de los
períodos de mayor desigualdad económica. El mito de la
autorregulación de los mercados quedó develado y se demostró que las
economías de mercado no son naturalmente estables sino que deben ser
estabilizadas mediante políticas. Keynes hizo hincapié en la fragilidad
de las expectativas sobre las que se basa la actividad económica en los
mercados descentralizados: el futuro es incierto y la psicología del
mercado es caprichosa.
Más Información:
En El Blog Salmón | La culpa es de los Bancos Centrales
¿Quien ganó con el control de la inflación’
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¿Quien ganó con el control de la inflación’
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