Conformado
con un brazo armado a raíz de la segunda invasión israelí a Líbano, en
1982, tiene tres ministros en el gobierno de ese país y 13 diputados en
el Parlamento. El apoyo de Irán y el aporte clave para derrotar a ISIS
en Siria.
Hezbollah,
Partido de Dios, nació en 1982, a raíz de la segunda invasión israelí a
territorio libanés. El objetivo era expulsar a las fuerzas invasoras.
Fue al inicio una guerrilla de orientación chiíta que creció en el
contexto de la revolución islámica triunfante en Irán, que se había
producido en febrero de 1979. Para sus seguidores y simpatizantes, es un
grupo de resistencia. Para algunos países occidentales, y especialmente
Estados Unidos, en cambio, es una organización terrorista. Sin embargo
Naciones Unidas nunca aceptó incorporarla a la lista que elabora con
consenso internacional sobre ese flagelo.
Hezbollah tiene una cadena de televisión, Al-Manar, una de radio,
Al-Nour, y una revista, Qubth ut Alla, que tienen bastante ascendencia
entre los libaneses, especialmente entre las clases populares.
Conformado como partido político, actualmente cuenta con tres ministros
en el gobierno de El Líbano y 13 diputados en el parlamento.
Muchos analistas atribuyen el encono del gobierno de Donald Trump y
el de Benjamin Netanyahu a que efectivos de Hezbollah fueron claves para
que el gobierno de Bachar al Assad pudiera derrotar a los extremistas
de ISIS, que recibían apoyo encubierto de las potencias occidentales y
Arabia Saudita.
"Hezbollah no es una organización terrorista, es un partido político,
con un brazo armado, formado ad hoc para combatir al invasor israelí
que ocupaba – y ocupa – el Líbano desde fines de 1970 a la fecha. Que
luego combatió al terrorismo en Siria para seguir defendiendo al
Líbano", indica Galeb Moussa en una columna que publicó este medio.
"¿Cómo puede ser terrorista esta agrupación político-militar, cuando
hay calles de Beirut que llevan los nombres de sus mártires? Y siguiendo
la misma línea de interpretación ¿Por qué no se considera así a Isis,
Al Qaeda y sus patrocinadores como Israel, Estados Unidos, Arabia
Saudita, Emiratos Árabes o Turquía, que promueven el terrorismo real?",
se pregunta.
"Acusar a Hezbollah o a cualquier otra persona jurídica o física de
ser una organizacion terrorista o de participar en una, sin ningún
documento de respaldo de las Naciones Unidas, del Comité contra el
Terrorismo de su Consejo de Seguridad y sin ningún respaldo probatorio
de esa acusación producido por algún estamento estatal de nuestro país,
nos pone a las puertas de un conflicto diplomático con múltiples países y
de una situación de arbitrariedad interna intolerable en un Estado
Democrático", argumenta Marcelo Brignoni, también desde Tiempo, apelando
a la normativa jurídica que rige las relaciones internacionales.
También podés leer: Duelo, indemnizaciones y registro terrorista, el combo de decretos de Macri por AMIA
Y recuerda Brignoni que en varias ocasiones el mismo gobierno de
Mauricio Macri firmó convenios con la ONU en relación al terrorismo pero
jamás se puso en la lista a Hezbollah, lo que contraría el decreto
firmado por el primer mandatario en ocasión del 25 aniversario del
atentado a la AMIA.
De hecho, recién en 1997 Washington incluyó en su lista negra a
Hezbollah. A tener en cuenta: en 2015 el presidente Barack Obama, en el
marco del acercamiento con el gobierno de Raúl Castro, sacó a Cuba de la
lista de naciones que apoyan el terrorismo.
La política desplegada por Trump desde que llegó a la Casa Blanca fue
de avance sobre Irán y apoyo irrestricto al gobierno de Netanyahu. No
es posible enfrascarse en una dirección semejante en esa región sin
mantener a Hezbollah como un grupo terrorista, sobre todo cuando en la
guerra civil en Siria, impulsada por los países occidentales, Estados
Unidos tuvo que recular a partir del apoyo de Rusia a Al Assad y de la
incursión de milicianos libaneses en defensa de su gobierno.
A principios de julio, Trump amplió sanciones contra miembros de
Hezbollah con participación política en El Líbano. Entre ellos, fueron
castigados un funcionario de seguridad del movimiento libanés, Wafiq
Safa, y los parlamentarios Amin Sherri y Muhammad Hasan Rad. Esto generó
el rechazó y la protesta del presidente del parlamento, Nabih Berri.
"Los actos hostiles contra el Parlamento (libanés) sin duda también lo
son contra todo el Líbano", dijo.
El primer mandatario libanés, Michel Aoun, insistió en que Hezbollah
es un partido político que cuenta con apoyo de la población y que
representa al chiismo, una fe religiosa como otras que conviven en ese
convulsionado país.
Entre la nueva tanda de sanciones de Trump hay penalidades económicas
a parlamentarios y a la organización en general. Las autoridades de la
UIF, la Unidad de Información Financiera, que investiga lavado de dinero
en Argentina, se sumó a Washington y ordenó congelar activos de
Hezbollah.
Hasán Nasralá, líder de la agrupación en El Líbano, aseguró este
lunes que "la Administración del presidente Donald Trump busca a través
de intermediarios abrir canales de comunicación con Heizbollah" y afirmó
que redujo al mínimo la participación de sus milicianos en Siria. habrá
que ver la reacción en Buenos Aires ante un nuevo escenario en Medio
Oriente.
Fuente:Tiempo Argentino
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