El
gobierno de la ciudad difundió una convocatoria para trabajadores
sociales, pero advirtió que no serán tenidos en cuenta los egresados de
la UBA. Autoridades académicas y estudiantes rechazaron la exclusión y
exigieron que el macrismo dé explicaciones.
“No
serán tenidos en cuenta perfiles UBA.” La frase corona una búsqueda
laboral lanzada por el gobierno porteño, que aspira a seleccionar a tres
trabajadores sociales para participar de un programa de urbanización de
la Villa 31. La explícita discriminación de los graduados de la
Universidad de Buenos Aires por parte de la administración macrista
generó amplio rechazo en la comunidad académica. Las autoridades de la
Facultad de Ciencias Sociales expresaron su “más enérgico repudio” e
“iniciaron las gestiones necesarias para solicitar al Gobierno de la
Ciudad las explicaciones pertinentes”. El área del gobierno involucrada
es la Secretaría de Integración Social y Urbana –dependiente de la
Jefatura de Gabinete–, que este año despidió a más de cincuenta
trabajadores sociales que se desempeñaban en el barrio de Retiro (ver
aparte).
El aviso fue difundido en las últimas horas por la Bolsa de Trabajo
Social, una comunidad virtual de intercambio de ofertas laborales para
estudiantes y egresados de la disciplina. “Organismo estatal se
encuentra en la búsqueda de graduadxs universitarios con matrícula
vigente de la carrera de Trabajo Social. Los profesionales deberán
contar con amplia experiencia en procesos de urbanización y trabajo en
territorio”, decía el anuncio. Luego precisaba que la zona de trabajo
sería el Barrio 31 (Retiro), con una carga de 40 horas semanales, bajo
régimen de monotributo. Finalmente, remataba con el detalle excluyente:
“No serán tenidos en cuenta perfiles UBA”.
El aviso –que la Bolsa de Trabajo Social ya retiró de su portal web,
ante el escándalo desatado– incluía, al pie, un e-mail de contacto que
correspondía a Daniela Fagalde, quien figura como integrante de la
Subsecretaría de Planeamiento y Gestión Comunitaria, a cargo de Julieta
María Williams Becker, politóloga egresada de... la UCA. A su vez, esa
subsecretaría depende de la Secretaría de Integración Social y Urbana, a
cargo de Diego Fernández, un analista administrativo graduado en... la
UADE.
La directora de la Carrera de Trabajo Social en la UBA, Andrea
Echevarría, planteó que la búsqueda del gobierno porteño “constituye un
claro caso de discriminación, basada en quién sabe qué tipo de
estereotipos o prejuicios. Como en todas las situaciones de
discriminación, ésta parte de un profundo desconocimiento. En este caso:
desconocimiento del perfil profesional de los trabajadores sociales de
la UBA, que reciben una sólida formación teórica, histórica,
metodológica e instrumental. Desconocimiento de las herramientas para la
intervención sobre la realidad social, la planificación y diseño de
políticas, para la evaluación y el monitoreo, para el diagnóstico y para
la investigación con que nuestros graduados cuentan. Desconocimiento de
la labor de decenas de equipos docentes que intervienen en ese proceso
(...) Desconocimiento de las experiencias de debate e intercambio que
pueblan las aulas y hasta los pasillos de nuestra Facultad de Ciencias
Sociales, de la cual Trabajo Social forma parte desde sus orígenes”.
Echevarría advirtió también sobre lo que esa discriminación implica
para el proyecto urbanístico desarrollado por el gobierno de Horacio
Rodríguez Larreta en Retiro. “Provoca alarma pensar que, desde estos
profundos desconocimientos, se proyecte una intervención con la
complejidad como la que tiene la Villa 31. Señalamos en muchas ocasiones
la multidimensionalidad y la complejidad propias de la informalidad
urbana, y la perspectiva necesariamente interdisciplinaria, rica en
aportes y miradas diferentes y complementarias con que debe ser abordada
–señaló la directora de la carrera–. Negar miradas, silenciar voces
poco puede aportar en esta dirección.”
Además de repudiar los términos de la búsqueda laboral, la conducción
de Ciencias Sociales exigió que la Ciudad dé explicaciones formales. La
declaración institucional consideró que “en un contexto en el que
ciertos sectores atacan a la educación superior pública, gratuita y de
calidad, y se intenta socavar la legitimidad y el prestigio de las
Ciencias Sociales en nuestro país, resulta fundamental seguir poniendo
en valor la excelencia académica, el compromiso social y la contribución
al pensamiento crítico de los/as docentes, graduados/as y estudiantes
de nuestra facultad”.
Pero el malestar generado por la exclusión dispuesta por el gobierno
porteño no se limitó a las autoridades académicas. Sectores del Consejo
de Profesionales de Trabajo Social de Capital anunciaron que presentarán
una denuncia ante el Instituto Nacional contra la Discriminación
(Inadi). Desde el claustro estudiantil de Trabajo Social, el consejero
Martín Molina (La Mella) dijo: “Todos y todas las que estudiamos en la
carrera estamos orgullosos y orgullosas de formarnos como trabajadores
sociales críticos, comprometidos con la realidad que transitamos. Si el
gobierno de la ciudad nos excluye de sus búsquedas laborales, debe ser
porque le molesta ese perfil crítico. Exigimos que la Ciudad rectifique
su búsqueda laboral y le extienda unas disculpas a toda la comunidad
educativa de la UBA”.
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