La democracia liberal no solo está amenazada por el iliberalismo. También se encuentra asediada por su propia insuficiencia.
Hoy casi todos denuncian que la democracia liberal está en crisis. La
elección de Donald Trump, la votación a favor del Brexit en el Reino
Unido y el ascenso electoral de otros populistas en Europa han puesto de
manifiesto la amenaza de la «democracia iliberal»: una forma de
política autoritaria que tiene elecciones populares pero poco respeto al
imperio de la ley y a los derechos de las minorías.
Son menos los analistas que advirtieron que la democracia iliberal o el
populismo no son las únicas amenazas políticas. La democracia liberal
también está siendo debilitada por una tendencia a poner el acento en
«liberal» en detrimento de «democracia». En esta forma de política, los
gobernantes están aislados de su responsabilidad democrática por una
multiplicidad de restricciones que limitan la variedad de políticas que
pueden implementar; estas son establecidas por organismos burocráticos,
reguladores autónomos y tribunales independientes o impuestas
externamente por las reglas de la economía global. Seguir Leyendo(ramble tamble)
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