En el
año 2000, en ocasión de asumir como presidente de la Asociación de Magistrados y
Funcionarios de la Justicia Nacional, expresé que la “Justicia” necesita de la
estimación social porque es la garante del Estado de Derecho, de la Democracia y
de la Estabilidad de la República.
Por ello
debemos transmitir a la sociedad nuestra realidad y lograr que se tenga
confianza en los hombres y mujeres que ejercemos la magistratura.
De otro modo, se pone en riesgo el orden jurídico, fundamento y
salvaguarda de la vida en sociedad.
No basta con
que los jueces seamos capaces e íntegros, si la gente en su mayoría tiene una
idea equivocada del poder judicial y de sus funcionarios. Por eso, los medios de
comunicación deberían reflejar y valorar los actos decisorios justos de la
inmensa mayoría de los jueces, y sólo objetar –si fuera del caso-, con
fundamento y responsabilidad, a los magistrados y funcionarios que no hagan
honor a sus cargos. En especial al Consejo de la Magistratura y, añado, hoy al
Poder Ejecutivo, le solicitamos que pongan todo su empeño en la rápida
nominación y designación de los magistrados a través de concursos
transparentes, y que su Tribunal de enjuiciamiento actúe con eficacia y
prudencia.
Considero que
nos encontramos ante un momento de inflexión para el Poder Judicial y que, las
propuestas y proyectos del Poder Ejecutivo Nacional, que serán discutidos
democráticamente en el parlamento, no sólo tienden a concretar las aspiraciones
expresadas sino que apuntan, además, a mejorar el servicio que prestamos a los
justiciables.
Como juez
decano de la Justicia Nacional, subrayo que la independencia del Poder Judicial
no pasa por el gobierno que haya efectuado las designaciones, sino por el valor
y la convicción de resolver cada cuestión de acuerdo a derecho sin atender a las
presiones de gobiernos, corporaciones o grupos de
poder
Juan Carlos Fernández
Madrid
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