ESTELA DE CARLOTTO, PRESIDENTA DE ABUELAS DE PLAZA DE MAYO, HABLO SOBRE EL PAPA
“La Iglesia Católica argentina no ha dado ni un paso
para colaborar con la verdad, la memoria y la justicia”, dijo Carlotto.
Habló de las dificultades de las Abuelas para acercarse a la jerarquía
eclesiástica y del caso De la Cuadra.
”Le
damos un voto de confianza pero no olvidamos esa nube negra que todavía
está sobre Bergoglio.” Lo dijo Estela de Carlotto, presidenta de Abuelas
de Plaza de Mayo, al referirse a la relación del ahora Papa con la
dictadura cívico-militar. Según Carlotto, Jorge Bergoglio, ahora
Francisco, pertenece a “una Iglesia que oscureció al país” porque “su
jerarquía fue partícipe, cómplice y ocultadora, directa o
indirectamente”. La titular de Abuelas habló con representantes de
medios extranjeros en la sede del organismo de derechos humanos
acompañada por Estela de la Cuadra, cuya familia hizo gestiones
infructuosas ante el ahora Papa para conocer el destino de la niña que
su hermana Elena parió en cautiverio.
“Es una historia muy triste, que entinta a toda la Iglesia Católica
argentina, que no ha dado ni un paso para colaborar con la verdad, la
memoria y la justicia. Bergoglio pertenece, y hoy representa, a esa
institución”, dijo Carlotto. Al tiempo que agregó que “ahora es Papa y
hay una especie de satisfacción porque la Argentina figura como país
civilizado, conocido y reconocido”. Carlotto enfatizó que “esa
satisfacción nacional confunde un poco, una razona que Bergoglio nunca
habló ni se nos acercó a las Abuelas para ayudarnos, ha ayudado en otros
temas, muy lacerantes, pero no en el nuestro”.Respecto de la actitud de la Iglesia en los primeros años de la búsqueda de su hija Laura, recordó que cuando su marido acudió a monseñor Antonio Plaza, “uno de sus secretarios le pidió una fortuna”. También mencionó que en las visitas del Papa a la Argentina “las Abuelas fuimos a las avenidas por donde iba a circular el papamóvil, esperando su bendición y que nos viera, el pañuelo blanco era el símbolo, y el Papa miraba para otro lado. Y les daba la comunión y la confesión a los genocidas. Recién el papa Juan Pablo II nos recibió en 1998 a las Abuelas. No fue fácil pero hubo un grupo de la Iglesia que posibilitó ese encuentro, monseñor Estanislao Karlic, José María Arancedo, Jorge Casaretto, Justo Laguna, ellos nos llevaron para dejarle al Papa la carpeta, darle la mano y pedirle por los niños. La respuesta fue que sabía de este drama y que ‘todos oramos por ellos’”.
Carlotto dijo que “con esa oración volvimos para ver qué oración hacía la Iglesia, si la Iglesia de acá hablaba de una vez de estos chicos, y no escuchamos nada. Entonces llegamos al día de hoy, que tenemos el papa argentino, que es miembro de esa Iglesia que nunca habló, nunca nos convocó. A esa satisfacción de que sea un argentino, por el optimismo y el respeto que tenemos las Abuelas, le deseamos que sea un buen Papa, que cumpla con el apostolado y que no se olvide que es argentino y latinoamericano, que no se olvide de dónde viene, él viene de una familia humilde y no puede haber ignorado lo que pasó en nuestro país”.
En relación con las denuncias puntuales que implican al ahora papa Francisco, Carlotto dijo que “hay sombras sobre Bergoglio, que están en dos libros, uno del fundador del CELS Emilio Mignone sobre la Iglesia y la dictadura, y otro del periodista Horacio Verbitsky. Se lo acusa de haber entregado a dos sacerdotes, también dicen que los salvó, dado que sobrevivieron, pero Bergoglio los habría entregado”. Agregó que en el caso de la desaparecida Elena de la Cuadra, se lo acusa de haber dicho a sus familiares que “no busquen más a aquella niña (el bebé que tuvo en cautiverio) porque está en buenas manos, que dejen a esos niños porque se pagó mucho por ellos”, recordó Carlotto. Destacó que “en el testimonio que tuvo que dar hace muy poco tiempo niega esa conversación. Y dice que hasta el año ’90 no sabía lo que pasaba en el país, lo cual nos resulta un poco increíble siendo que en 1985 hubo un juicio fenomenal en Argentina donde se juzgó y condenó a las juntas de la dictadura cívico-militar. Esto fue más que público, entonces cómo puede decir que ignoraba lo que pasaba”.
Pero Carlotto manifestó que espera que “ahora que es Papa haga honor al lugar que ocupa y haga cosas que debe y tiene que hacer. Quienes lo eligieron evidentemente hacen abstracción de que acá, si bien no lo vamos a comparar con otros obispos, como (el secretario del vicariato castrense Emilio) Graselli, que convivían con la dictadura, a él se lo acusa de decir que ignoró, que no sabía, y de que habría entregado a algunos sacerdotes. Pero no está condenado”. Y destacó que “la sociedad argentina registra méritos de humildad, de solidaridad con las víctimas de Cromañón y de la trata de personas, que compra el diario, que toma el subte, que es un ciudadano sin protocolo y simple, además del predicamento que tiene entre los católicos argentinos”.
Fuente: Página/12
No hay comentarios:
Publicar un comentario