LA MAYORIA DE LOS MANDATARIOS DE LA REGION ASISTIRA A LA ENTRONIZACION DEL PAPA FRANCISCO
En el continente del mundo donde hay más católicos
es lógico que sus presidentes también profesen ese culto, por lo que
para dirigentes como Correa, Piñera y Rousseff será mucho más que una
presencia protocolar.
La entronización del papa Francisco, el primer pontífice
latinoamericano, será histórica para la región. Así lo entienden los
mandatarios de América latina, que irán a la ceremonia, en la que
representarán las creencias de sus compatriotas y, en algunos casos, las
suyas propias. Es que en la región del mundo donde más católicos hay (4
de cada 10 creyentes de esta religión provienen de América) es lógico
que sus presidentes también profesen ese culto, por lo que para los
dirigentes que asistirán al Vaticano será mucho más que una presencia
protocolar. Uno de esos casos es el de la mandataria argentina, Cristina
Fernández, compatriota del papa Francisco y quien, según fuentes
oficiales, es católica y muy creyente, aunque no suele ir a misa.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que fue bautizada pero no
es practicante, se define como “cristiana antes que todo” y “en un
segundo momento católica”. Además, mantiene públicas diferencias con el
Vaticano en asuntos como su apoyo y promoción del uso de preservativos,
que la Iglesia Católica condena. Pese a esto, estará en el acto y dijo
que en su país es con expectativa que los fieles esperan el viaje del
papa Francisco a Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud,
en julio próximo. Cercano a las enseñanzas de Jesucristo se declaró el
presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro, quien manifestó
reiteradamente su convicción cristiana no sólo desde un punto de vista
personal y espiritual sino también ideológico. Maduro todavía no
confirmó quién representará a su país.
El gobernante boliviano Evo Morales aseguró varias veces que es católico de base, pero no es practicante. La religión oficial en Bolivia fue la católica hasta 2009, cuando Morales promulgó la nueva Constitución, que declaró al país como un Estado laico. Morales le expresó en una carta al papa Francisco su voluntad de mantener y reforzar la relación entre el Vaticano y su país, pero no se sabe si asistirá al acto de entronización.
El uruguayo José Mujica no profesa ninguna religión, aunque en alguna ocasión se declaró casi panteísta, porque ama la tierra por encima de todo, pero le pidió al nuevo Sumo Pontífice “que se acuerde de los pobres”. Por Uruguay, asistirá el vicepresidente Danilo Astori, que sí es católico. Con respecto al presidente cubano Raúl Castro, no existe conocimiento sobre sus creencias religiosas, aunque, al igual que su hermano Fidel, fue educado por jesuitas. Todavía no se sabe si el gobierno de la isla estará representado en la entronización de Bergoglio como papa. Tras la revolución cubana liderada por los Castro, el Estado se proclamó ateo, hasta que en 1992 esa definición fue sustituida en la Constitución por la de laico, oficializando la apertura religiosa que comenzó a vivir la isla en esos años.
La delegación de Chile la encabezará su presidente, Sebastián Piñera, quien es católico, apostólico y romano y en sus discursos muy a menudo nombra a Dios y hasta cita pasajes de la Biblia. En verano se lo suele ver en misa junto a su esposa, Cecilia Morel, con quien viajó anteayer a Roma para la ceremonia de mañana. Por su parte, el paraguayo Federico Franco hace gala de su devoción católica e incluye constantemente en su agenda actividades religiosas y su asistencia a misa. Franco viajó ayer al Vaticano y anunció que regalará un juego para beber mate al papa Francisco, a quien describió como un “jesuita humilde, gran luchador contra la pobreza”.
Ayer viajó a Roma el ecuatoriano Rafael Correa, un católico practicante y quien aseguró durante su informe semanal que tener un papa latinoamericano “es algo histórico, sin precedentes”. Su colega mexicano, Enrique Peña Nieto, también es católico, pero siempre se mostró a favor de defender el Estado laico recogido en la Constitución de su país, aunque afirmó que lo anterior “no significa un Estado antirreligioso”.
Son católicos confesos y practicantes los gobernantes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Perú, Ollanta Humala, aunque no tienen previsto acudir a la ceremonia. De la misma religión son el hondureño Porfirio Lobo, el guatemalteco Otto Pérez Molina, el salvadoreño Mauricio Funes y el nicaragüense Daniel Ortega. Mientras el primero confirmó que asistirá, los dos últimos aún no lo han hecho. Pérez Molina, el último mandatario latinoamericano que fue recibido en audiencia por Benedicto XVI, enviará a su canciller, Fernando Carrera.
Fuente: Página/12
El gobernante boliviano Evo Morales aseguró varias veces que es católico de base, pero no es practicante. La religión oficial en Bolivia fue la católica hasta 2009, cuando Morales promulgó la nueva Constitución, que declaró al país como un Estado laico. Morales le expresó en una carta al papa Francisco su voluntad de mantener y reforzar la relación entre el Vaticano y su país, pero no se sabe si asistirá al acto de entronización.
El uruguayo José Mujica no profesa ninguna religión, aunque en alguna ocasión se declaró casi panteísta, porque ama la tierra por encima de todo, pero le pidió al nuevo Sumo Pontífice “que se acuerde de los pobres”. Por Uruguay, asistirá el vicepresidente Danilo Astori, que sí es católico. Con respecto al presidente cubano Raúl Castro, no existe conocimiento sobre sus creencias religiosas, aunque, al igual que su hermano Fidel, fue educado por jesuitas. Todavía no se sabe si el gobierno de la isla estará representado en la entronización de Bergoglio como papa. Tras la revolución cubana liderada por los Castro, el Estado se proclamó ateo, hasta que en 1992 esa definición fue sustituida en la Constitución por la de laico, oficializando la apertura religiosa que comenzó a vivir la isla en esos años.
La delegación de Chile la encabezará su presidente, Sebastián Piñera, quien es católico, apostólico y romano y en sus discursos muy a menudo nombra a Dios y hasta cita pasajes de la Biblia. En verano se lo suele ver en misa junto a su esposa, Cecilia Morel, con quien viajó anteayer a Roma para la ceremonia de mañana. Por su parte, el paraguayo Federico Franco hace gala de su devoción católica e incluye constantemente en su agenda actividades religiosas y su asistencia a misa. Franco viajó ayer al Vaticano y anunció que regalará un juego para beber mate al papa Francisco, a quien describió como un “jesuita humilde, gran luchador contra la pobreza”.
Ayer viajó a Roma el ecuatoriano Rafael Correa, un católico practicante y quien aseguró durante su informe semanal que tener un papa latinoamericano “es algo histórico, sin precedentes”. Su colega mexicano, Enrique Peña Nieto, también es católico, pero siempre se mostró a favor de defender el Estado laico recogido en la Constitución de su país, aunque afirmó que lo anterior “no significa un Estado antirreligioso”.
Son católicos confesos y practicantes los gobernantes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Perú, Ollanta Humala, aunque no tienen previsto acudir a la ceremonia. De la misma religión son el hondureño Porfirio Lobo, el guatemalteco Otto Pérez Molina, el salvadoreño Mauricio Funes y el nicaragüense Daniel Ortega. Mientras el primero confirmó que asistirá, los dos últimos aún no lo han hecho. Pérez Molina, el último mandatario latinoamericano que fue recibido en audiencia por Benedicto XVI, enviará a su canciller, Fernando Carrera.
Fuente: Página/12
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