Lleva cuatro décadas peleando por los derechos de los
asalariados desde su condición de abogado y dirigente sindical, pero el martes
vivió uno de los peores momentos de su vida política, cuando Hugo Moyano
teatralizó su giro opositor y lo atacó en público.
Por:
Leandro Renou
Leandro Renou
Con
el asombro sólo de aquellos que no conocían los avatares de un víncu-lo
personal y político que en los últimos tiempos fue tenso, el martes pasado se
reflejó públicamente la ruptura de la relación entre el hoy ex abogado de la
CGT y legislador del Frente para la Victoria (FPV), Héctor Recalde, y el líder
camionero Hugo Moyano. Se conocían hacía más de 20 años, cuando ambos fueron
como diputados acompañando a Saúl Ubaldini en su candidatura a gobernador de
Buenos Aires, en 1991. Sin embargo, el martes, en plena reunión de la Comisión
de Trabajo de Diputados en la que se debatía el proyecto oficial de
modificaciones a la Ley de Riesgos del Trabajo, parecieron dos desconocidos,
dos nuevos rivales políticos dentro del propio seno del peronismo, dos cuadros
históricos del sindicalismo defendiendo hoy –según sus propias palabras y
hechos– diferentes modelos de país. "No podés ser tan servil al poder y no
defender los intereses de los trabajadores", le disparó Moyano con
munición gruesa a Recalde, y siguió: "invitarnos para decirnos que ya está
todo cocinado es una falta de respeto a los trabajadores, y la historia los va
a juzgar".
Visiblemente
golpeado, incómodo, Recalde movía las manos, tocaba el micrófono, e intentaba
responder en forma técnica a las acusaciones. Los que lo conocen íntimamente
aseguran que lo que más le dolió fue que lo enfrenten a los intereses de los
trabajadores, cuando él fue uno de los perfiles más combativos contra las
políticas del menemismo, delarruismo y hasta debió exiliarse en 1976. "En
su despacho tiene enmarcada una tapa de una revista de actualidad con el título
de 'El abogado más temido por los empresarios', ¿cómo no se va a sentir
afectado?", contó a Tiempo Argentino un hombre de su entorno.
Las
explicaciones de Recalde a Moyano, sin embargo, sirvieron para poco. El clima
ya estaba roto, y el camionero había levantado a su tropa y se disponían a
abandonar el recinto el judicial Julio Piumato, el titular de los Petroleros
del sur, Guillermo Pereyra, el líder Canillita Omar Plaini y el polémico jefe
de la UATRE, Gerónimo "Momo" Venegas. "Ese es el proyecto del
Ejecutivo que yo no firmé, yo firmé un proyecto de minoría", intentaba
decir el abogado laboralista ante los embates de quienes lo increpaban por ser
funcional a las intenciones del oficialismo y, según la propia CGT moyanista, a
una iniciativa hecha a medida de los intereses de la Unión Industrial Argentina
(UIA).
El
episodio, un verdadero picnic para los que se dedican a analizar situaciones de
puesta en escena y gestualidad, mostró a Recalde refiriéndose a Moyano como
"Hugo", y a Hugo hablándole directamente a "Recalde". El
dato no es menor.
Tiempo
Argentino fue el primer medio gráfico en exponer la ruptura política, que para
Recalde parece haberse quedado en esa esfera, sin entrar en la cuestión
personal. "Tengo diferencias políticas para con Moyano, pero creo que como
dirigente sindical fue de lo mejor que le pudo haber pasado a los trabajadores
en los últimos tiempos", declaró en una entrevista publicada por este
diario el 2 de septiembre pasado. Y agregó: "Yo a las reuniones sindicales
voy, a los actos políticos no, porque tengo una diferencia política en ese
sentido." Graduado en la Universidad de Buenos Aires en el año 1961, empezó
a ser letrado de la CGT en 1964, y recién comenzó a distanciarse políticamente
de la conducción moyanista a comienzos de este año. Antes del acontecimiento en
el Congreso, Recalde dio señales de esas "diferencias políticas" en
tres ocasiones. No participó del último acto de la Juventud Sindical de Facundo
Moyano en el Luna Park, tampoco en el reclamo por Ganancias en Plaza de Mayo y
no asistió –aunque estuvo en el papeleo previo del Congreso Normalizador– al
acto en Ferro, cuando el 12 de julio se proclamó a Moyano como líder de la CGT.
La
brecha de pensamiento entre Recalde y Moyano se ahondó con las últimas alianzas
incipientes del camionero con diferentes enemigos políticos del kirchnerismo,
como el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, y el notorio
episodio que se dará el próximo lunes, cuando Moyano mantenga una reunión con
el líder del PRO y la derecha nacional, Mauricio Macri. "En términos
políticos, cada uno elige la opción partidaria que le parece más adecuada a sus
convicciones. Yo no lo voy a juzgar, no voy a entrar en esa discusión. Si a él
(a Moyano), le parece que Cariglino, Aldo Rico o Amadeo son los mejores para
representar su oferta electoral, tiene todo el derecho de hacerlo", dijo
el laboralista ayer, en diálogo con este diario, y aseguró "yo sigo
perteneciendo al Frente para la Victoria". De forma tácita, sus dichos
fueron un tiro por elevación a la creación por parte de Moyano de un frente
político propio para participar como candidato en las elecciones del 2013.
Nacido
en el barrio porteño de Colegiales, Recalde es, al igual que la presidenta de
la Nación, hijo de un padre chofer de colectivos. De hecho, en su oficina
conserva una máquina boletera antiquísima. Dentro de la CGT, llegó a asesorar
al dirigente textil Andrés Framini. Apodado el "Negro", fue líder
cegetista entre 1951 y 1968 y fue perseguido por los militares cuando en 1962
ganó las elecciones a gobernador de Buenos Aires.
Diputado
del FPV desde el 10 de diciembre de 2005, renovó su banca en 2009. En los
pasillos del Parlamento Nacional aseguran que Recalde tiene como uno de sus
ejes de gestión recuperar la mayor cantidad de derechos perdidos en la última
dictadura militar.
En
este contexto, impulsó junto con Moyano una de las iniciativas más ambiciosas
para el trabajador: el proyecto de Ley de Participación en las Ganancias. El
texto de la ley –que incluso llevó a Recalde a confrontar con el gobierno
nacional, que se mantuvo cuidadoso de sentar posición ante el revuelo que
generó la iniciativa en el ámbito empresario– tuvo casi dos años de debate y
planteaba un escenario en el cual, de acuerdo con niveles de facturación y
tamaño de las empresas, los trabajadores cobrarían todos los años un plus
proporcional de las ganancias. Moyano fue uno de los grandes impulsores de la
norma, en momentos en los cuales aún eran inseparables amigos y colegas de
militancia gremial. Hoy, todo indica que tanto la amistad como el objetivo
político común dejaron de existir y que cada uno con su libreto seguirá
defendiendo a una porción importante de la masa laboral. Con pretensiones
políticas y caminos, al menos hoy, con diferencias. «
Un
pionero contra el empleo basura
Héctor
Recalde, al igual que el propio Hugo Moyano, fue uno de los íconos de la
resistencia sindical a las políticas neoliberales de depredación de la
industria, el trabajo y los salarios implementada por el gobierno de Carlos
Saúl Menem. En la década del '90, el abogado laboralista tuvo una importante
posición al enfrentarse a la flexibilización laboral, militando por entonces
en el Movimiento de los Trabajadores Argentinos (MTA).
Años
después, durante el gobierno de Fernando de la Rúa, Recalde denunció los
sobornos en la Cámara Alta nacional al momento de votarse la denominada
"Ley Banelco", de reforma laboral, una causa que hoy se mantiene viva
y con todos sus protagonistas directos e indirectos compareciendo ante la
justicia.
En
la dictadura militar que imperó en la Argentina en la década del '70, obligado
por su rol combativo, se vio obligado en exiliarse en la hermana República
Oriental del Uruguay.
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