El filósofo
marxista-estructuralista Louis Althusser.
Nació en Birmandreis, Argelia, 1918.
Murió en París en 1990. Filósofo francés. Está considerado, junto con
Lévy-Strauss y Lacan, uno de los representantes más destacados del
estructuralismo francés en lo que se refiere al análisis de las ciencias
humanas. Marxista, se propuso hacer una lectura fiel de éste a partir del
sistemática estructural, y hacer una clara distinción entre el
"primer" Marx y el "último" Marx.
Althusser propuso otra forma de leer a Marx.
Pero nosotros vamos a estudiar a
Althusser a partir de una de sus investigaciones más interesantes que trata de
los Aparatos Ideológicos de Estado (AIE). Los marxistas pos Marx reconocen en
el materialismo histórico una evolución dialéctica que corre paralela a toda la
teorización. Por ejemplo, el marxismo clásico dice que la clase trabajadora
debe apropiarse del aparato del Estado para desde allí ir haciendo desaparecer
a las otras clases sociales e imponer los principios revolucionarios en que la
propiedad de los medios de producción quedarían en manos de este nuevo Estado
clasista obrero. Aunque antes debemos aclarar el funcionamiento de la mentira
burguesa y de algunos confundidos autoproclamados socialistas, que dice que los
peronistas no compatibilizan con el marxismo, pues el mismo Perón (y no tenemos
que esperar llegar a Cooke para ello) dice que el marxismo es la “Z” de las
filosofías políticas, pero… como Perón es eminentemente un pragmático nos dice
que “la política es el arte de lo posible”, por lo tanto en las condiciones de
la Argentina de aquellos días también debíamos apropiarnos del Estado para
imponer las políticas revolucionarias, pero… mediante un frente policlasista
(ojo, no polipolítico como propuso la Unión Democrática que era mezclar la
Biblia con el calefón para hacer “número”). El tiempo le dio la razón a Perón,
pues duró más el peronismo que el sovietismo. Tal vez haya sido porque en
Rusia, tempranamente, perdieron al gran conductor, Lenin, y después no
comprendieron, los mediocres que le continuaron, el “apotegma” la política es el arte de lo posible.
Juan
Domingo Perón en su carácter de conductor y pensador: "La política es el
arte de lo posible".
Lo
cierto es que ya en épocas de Perón y del gran teórico Althusser el Estado
había adquirido una complejidad en su práctica, que había que replantear un
sinnúmero de estrategias para combatir al auténtico enemigo de todo Estado
solidario e inclusivo, es decir el sistema capitalista de producción y el
neoliberalismo como su nueva envoltura política.
Nos dice Althusser que “Para hacer
progresar la teoría del Estado es indispensable tener en cuenta no sólo la
distinción entre poder de Estado y aparato de Estado, sino también otra
realidad que se manifiesta junto al aparato represivo del Estado, pero que no
se confunde con él. Llamaremos a esa realidad por su concepto; los aparatos
ideológicos de Estado”.
Estructuralismo
althussiano acerca del funcionamiento del Estado.
De
esta manera consideró aparatos ideológicos del Estado a las instituciones
siguientes:
AIE religiosos (no hace falta explicarlo,
Marx decía que “la religión es el opio de los pueblos”, no confundir con
espiritualidad, ni con idealismos sociales).
La religión como aparato ideológico de Estado.
AIE
educativos (el sistema formativo (¿o deformativo?) en instituciones, tanto
públicas, como privadas).
AIE
familiar (existente hasta hoy, aunque un tanto obsoleto, los padres saben que
no pueden transmitir valores absolutos, así como hijos y nietos saben que
tienen la obligación de transgredirlos, pues sino caerían en la estupidización
de ambos).
AIE
jurídico, (son los que aportan el necesario carácter coercitivo que aporta la
Ley)
AIE
político (el sistema político del cual forman parte las distintas entidades que
lo forman),
AIE
sindical, (que ejerzan presión gremial está bien, lo que no está bien que se
burocraticen, se hagan corporaciones que manejen integralmente al Estado)
AIE de información (prensa, radio, T.V.,
actualmente todo lo que implique informática). Y aquí podemos detenernos,
sospechando que entienden más de la teoría y práctica de la comunicación
nuestros enemigos, que nosotros mismos que estamos al servicio de un aparato
ideológico del Estado, transformador y revolucionario. De ahí la resistencia
que hay para los grandes monopolios desinformadores de entregarlos, cuando
opusieron menos resistencia en disolver la dictadura en pos de un sistema
“democrático”, pero a la medida de ellos. Ahí precisamente está la diferencia
entre tener el gobierno y tener realmente el poder. Mientras sigan manteniendo
medios hegemónicos, ejercerán también un poder hegemónico, dominante hacia el
resto desprevenido de la sociedad que se cree libre y transgresora cuando mira
canal 13 o TN y repiten acríticamente las noticias y sobre todo los titulares
de Clarín y La Nación, por no nombrar a todo el establishment.
Parte del
monopólico aparato ideológico de Estado (como poder económico) que maneja
actualmente el grupo Clarín, que no quiere adecuarse a la Ley de SCA que
democráticamente quiso organizar el gobierno a través de sus tres poderes.
AIE
cultural (literatura, artes, deportes, etc.). No vale la explicación, sólo un
ejemplo, cuando la TV pública tomo bajo su control “Fútbol para todos” (la
transmisión por la TV pública o en distintos canales abiertos del fútbol y
otros deportes) dejaron de ganar también los equipos y los deportistas
tradicionalmente hegemónicos, porque da lo mismo que gane cualquiera cuando no
hay pautas publicitarias especiales.
Ahora
siguiendo a Althusser:
En un primer momento podemos observar que
si existe un aparato represivo de Estado, existe una pluralidad de aparatos
ideológicos de Estado. Suponiendo que ella exista, la unidad que constituye
esta pluralidad de AIE en un cuerpo no es visible fácilmente.
Cómo actúan
los aparatos ideológicos de Estado en todos los niveles y hacia qué tienden.
En un segundo momento, podemos comprobar
que mientras que el aparato represivo de Estado pertenece enteramente al
dominio público, la mayor parte de los aparatos ideológicos de Estado (en su
aparente dispersión) provienen en cambio del dominio privado.
El libro de Althusser, que ha sido tal vez el aporte teórico más
grande al marxismo, combina elementos de éste con Freud y Lacan.
Es
que el Estado, que es el Estado de la clase dominante, no es ni público ni
privado [en este momento podríamos decir
que estamos (los argentinos) en una verdadera transición]. Las instituciones
privadas pueden “funcionar” perfectamente como aparatos ideológicos de Estado
de dominación, [que es lo que pretende en la Argentina el grupo comunicacional
monopólico].
Hay
una diferencia fundamental entre los AIE y el aparato represivo [cuando se
decidiere ser de esta manera, porque Néstor Kirchner vino con otro concepto:
“Yo no vine aquí para pegarle a nadie"] de Estado. El aparato represivo de
Estado funciona mediante la violencia,
en tanto que los AIE funcionan mediante la ideología.
Todo aparato de Estado, sea represivo o
ideológico, funciona a la vez mediante la violencia [no es el caso argentino,
aunque no se puede desconocer que continúa habiendo casos aislados de
"gatillo fácil", etc.] y la ideología, pero con una diferencia muy
importante que impide confundir los aparatos ideológicos de Estado con el
aparato represivo de Estado. Consiste en que el aparato represivo de Estado,
por su cuenta, funciona masivamente con la represión, incluso la física, como
forma predominante, y sólo secundariamente con la ideología. (No existen
aparatos puramente represivos, [lo que sí puede existir son aparatos netamente
ideológicos, que sería como tener a un individuo drogado las 24 hs]) [Claro,
¿de qué sirve reprimir a un tarado?].
"El
cuarto idiotizador". ¡Qué bien lo maneja Tinelli! ¿No?
De
la misma manera, pero a la inversa, se debe decir que, por su propia cuenta,
los aparatos ideológicos de Estado funcionan masivamente con la ideología como
forma predominante pero utilizan secundariamente, y en situaciones límite, una
represión muy atenuada, disimulada, es decir simbólica.
Así
la escuela y las iglesias “adiestran” con métodos apropiados (sanciones,
exclusiones, selección, etc.) no sólo a sus oficiantes sino a su grey. También
la familia... También el aparato ideológico de Estado cultural (la censura, por
mencionar sólo una forma), etcétera.
Si
los AIE funcionan masivamente con la ideología como forma predominante, lo que
unifica su diversidad es ese mismo funcionamiento, en la medida en que la
ideología con la que funcionan, en realidad está siempre unificada, a pesar de
su diversidad y sus contradicciones, bajo la ideología dominante, que es la de
la clase [económicamente] dominante.
Ninguna
clase o alianza progresista de clases puede tener en sus manos el poder de
Estado en forma duradera sin ejercer al mismo tiempo su hegemonía sobre y en
los aparatos ideológicos de Estado.
Imagen de
una República Argentina hegemónica, atravesada por los objetivos del
Bicentenario y de la Patria Grande Latinoamericana es lo que queremos ver
después del 7D.
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