TREINTA Y CUATRO MINEROS EN HUELGA FUERON MUERTOS Y 78 HERIDOS POR BALAS POLICIALES
El crimen volvió a recordar los momentos más duros
del antiguo régimen de segregación racial del “apartheid”. El presidente
de Sudáfrica, Jacob Zuma, anunció ayer la creación de una comisión para
investigar la muerte de los mineros.
Treinta
y cuatro mineros en huelga murieron en Sudáfrica por disparos de la
policía en una matanza que sacudió a la sociedad de este país, que
volvió a recordar los momentos más duros del antiguo régimen de
segregación racial del “apartheid”. La comisaria general de la policía
sudafricana, Riah Phiyega, confirmó ayer las muertes, ocurridas el
jueves durante una protesta en la mina de platino de la empresa Lonmin
en Marikana, a unos 100 kilómetros de Johannesburgo, donde hubo también
78 heridos. Los trabajadores de la mina de Lonmin, al oeste de Pretoria,
iniciaron una huelga el viernes pasado para exigir un aumento de sueldo
del 200 por ciento, a 12.500 rand (1200 euros). Por su parte el
presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, anunció ayer la creación de una
comisión para investigar la muerte de los mineros.
Esta es la intervención policial más sangrienta que tiene lugar en
Sudáfrica desde 1994, cuando finalizó el “apartheid”, el régimen
impuesto por la minoría blanca sudafricana desde 1949. En rueda de
prensa, Phiyega, informó que un total de 259 personas fueron detenidas
por los altercados de Marikana. La jefa policial subrayó que los agentes
tuvieron que “usar la fuerza para protegerse” cuando los mineros,
algunos de ellos provistos de machetes y armas de fuego, rebasaron un
cordón de seguridad.
La comisaria, que dio la orden para usar la fuerza, mostró videos
grabados por la policía en los que supuestamente se ve cómo los
manifestantes abrían fuego contra los agentes. Cerca de 3000
trabajadores en huelga desde el pasado viernes se habían hecho fuertes
en una colina, armados con lanzas, machetes y armas de fuego, junto a la
mina de Marikana.
La situación en Marikana seguía siendo tensa, con un fuerte
dispositivo policial para contener una posible repetición de los
disturbios. El lugar se encuentra rodeado por la policía y con
helicópteros patrullando. Los enfrentamientos se produjeron sobre todo
por diferencias entre dos sindicatos, aunque ambas organizaciones
llamaron a sus trabajadores a poner fin a la violencia.
En el hospital del complejo minero, decenas de personas aguardaban
para conocer el estado de los heridos: “Aún no sabemos quién está herido
y quién no. La gente no sabe qué sucedió con sus familiares”, dijo un
minero bajo condición de anonimato. “La policía tenía instrucciones de
disparar contra nosotros. Había algunas personas armadas, pero la
mayoría sólo llevábamos palos”, afirmó otro de los trabajadores de la
mina.
El diario local Times afirmó ayer que las imágenes de Marikana “son
horriblemente familiares” y “parecen venir de aquel pasado de Sudáfrica
en que los choques entre la policía y la población civil eran
habituales, pero ésta ya no es la época del ‘apartheid’”. Dieciocho años
después del fin del “apartheid”, la situación política en Sudáfrica es
distinta, pero muchos trabajadores negros, como los mineros, siguen
excluidos de los beneficios de la primera economía emergente de Africa y
viven en precariedad. Para el periódico local The Sowetan, la masacre
de Marikana deja al descubierto “una bomba de relojería que ha dejado de
hacer tic-tac y ha explotado”, en referencia al malestar de los
sectores más desfavorecidos de la sociedad sudafricana.
Zuma, que anuló su participación en la cumbre que actualmente
celebra la Comunidad para el Desarrollo de Africa Meridional (SADC) en
Maputo para trasladarse urgentemente a Marikana, calificó la situación
de “estremecedora”, y aseguró compartir el dolor de las familias de los
que han perdido la vida durante las protestas. Sin embargo, el
mandatario aseguró que “no es momento de apuntar con el dedo a nadie”,
en referencia a las críticas que recibió la policía sudafricana por su
contundente respuesta violenta a la actitud de algunos huelguistas, que
dejó un total de 44 mineros muertos, 34 el jueves y 10 más en jornadas
anteriores. “Este es un país en el que todos deben sentirse cómodos, y
una democracia que todos admiren. Seguiremos trabajando para consolidar
la libertad”, agregó Zuma. “Debemos superar las diferencias de raza,
color y credo. No vamos a perder el camino de los logros conseguidos
desde 1994”, año en el que se celebraron las primeras elecciones
democráticas en Sudáfrica, concluyó el mandatario.
El gobierno de Zuma desestima la exigencia de muchos sudafricanos de
estatizar las minas del país, el principal productor de platino del
mundo. La poderosa ala juvenil de su partido CNA dice que la
nacionalización es la única forma de terminar definitivamente con los
males del “apartheid”.
En el lugar de la masacre, investigadores de la policía y expertos
forenses supervisaron ayer pesquisas realizadas por unos 100 agentes que
colocaban conos y carteles numerados para marcar evidencia cerca de los
arbustos entre los que ocurrieron las muertes. Un video difundido el
jueves mostró el momento del tiroteo, donde se ve a policías que usan
carros hidrantes, granadas de aturdimiento y gases para dispersar a los
huelguistas y forzarlos a entregar sus machetes, palos y lanzas. Algunos
mineros retroceden y se van, pero otro grupo se lanza a la carrera
contra los policías con machetes en la mano. Los oficiales abren fuego
con sus fusiles y disparan decenas de tiros. Para cuando un oficial
blanco levanta la mano y grita “Alto el fuego” y se disipa una nube de
polvo, ya numerosos mineros están tirados en el suelo inmóviles, algunos
sobre charcos de sangre.
Josh Earnest, el vocero adjunto del presidente de Estados Unidos,
Barack Obama, afirmó: “Los estadounidenses están tristes por estas
muertes trágicas y expresan sus condolencias a las familias de las
víctimas. Confiamos en que el gobierno sudafricano investigará las
circunstancias de este hecho, y como siempre llamamos a todas las partes
a encontrar una solución pacífica a la crisis en curso”.
La Unión Europea (UE) lamentó ayer la muerte de decenas de mineros
huelguistas en Sudáfrica a manos de la policía del país y expresó su
confianza en que las autoridades aclaren las circunstancias del suceso.
“Las autoridades sudafricanas querrán sin duda establecer las
circunstancias que resultaron en esta trágica pérdida de vidas”, indicó,
al tiempo que pidió una investigación de los hechos.
En Sudáfrica se encuentra el 80 por ciento de las reservas mundiales
de platino que, entre otros, se utilizan para la elaboración de
catalizadores, instrumentos de laboratorio y joya
Fuente: Página/12
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