Lula y Haddad analizan armar un frente amplio
El
candidato del PT y su padrino político diseñan la estrategia de
alianzas con la cual enfrentar a Jair Bolsonaro en la segunda vuelta,
dentro de 20 días. “Vamos a confrontar dos proyectos en disputa”, señaló
Haddad.
Haddad destacó que le restan 20 días de campaña, el mismo tiempo que tuvo desde que fue lanzada su candidatura.
PáginaI12 En Brasil
Desde Brasilia
Hacia un frente democrático para contener a la ultraderecha. Luiz
Inácio Lula da Silva y su heredero, Fernando Haddad, se reunieron ayer
en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba para diseñar la
estrategia de alianzas con la cual enfrentar a Jair Bolsonaro en el
ballottage del 28 de octubre. En la primera vuelta electoral del domingo
el capitán retirado del Ejército sorprendió al obtener el 46 por
ciento de los votos válidos, seis puntos más de lo previsto por las
encuestas, contra el 29 del ex intendente petista de San Pablo.
Un balance inicial sobre la distribución del electorado indica que
Bolsonaro fue eficaz en la estrategia de convocar al “voto útil” de todo
el arco conservador, incluyendo a los neofascistas, para aniquilar a la
izquierda en el primer turno. Y estuvo a un tris de lograrlo.
Al contrario de Bolsonaro, Haddad y el PT no cautivaron a todo el
espectro democrático y progresista en el que se incluyen los votantes
del tercero Ciro Gomes, del Partido Democrático Trabalhista (PDT), y
una parte de los que sufragaron por el conservador Geraldo Alckmin, que
se ubicó cuarto, y pertenece al Partido de la Socialdemocracia Brasileña
(PSDB).
La prioridad la tiene Ciro Gomes, un dirigente de centroizquierda que
obtuvo el 12,5 por ciento equivalente a unos 13 millones de electores.
Haddad y Gomes ya tuvieron una primera conversación informal el domingo
cuando acordaron un nuevo diálogo para los próximos días.
Otro terreno a ser explorado son los 30 millones de ciudadanos que
se abstuvieron de participar, que equivale al 20 por ciento del padrón
nacional, y fue la cifra más alta de los últimos veinte años.
Claro que el análisis de lo ocurrido en la primera rueda de votación
no puede soslayar dos elementos que están en el subsuelo de esta
campaña: la proscripción de Lula y la posterior prohibición de que
comunique a los 147 millones de ciudadanos empadronados que su
apadrinado era su ex ministro de educación Haddad.
Una de las simplificaciones más corrientes en el análisis de estos
comicios es darlos por completamente democráticos. Si lo fueran Lula,
que hace menos de un mes tenía el 40 por ciento de intenciones de voto
contra el 20 de Bolsonaro, podría haber sido candidato como lo recomendó
Naciones Unidas a través de su Comité de Derechos Humanos.
Luego del encuentro en la mañana de ayer en el presidio donde el jefe
petista está arrestado desde abril Haddad ofreció una conferencia de
prensa en la que destacó que le restan 20 días de campaña, que es
prácticamente el mismo tiempo que tuvo desde que fue lanzada su
candidatura hasta el fin del período de propaganda electoral.
“Retomamos la campaña hoy, estamos muy animados con el segundo turno
porque nos ofrece la oportunidad de confrontar los dos proyectos en
disputa para que el electorado pueda comparar”.
“El mundo entero acompaña lo que pasa en Brasil por la importancia de
nuestro país en América Laitna y los Brics, lo que ocurra en Brasil va a
tener significado internacional, sobre por nuestra tradición
diplomático, nuestro respeto a la autodeterminación de los pueblos”,
completó.
En efecto una victoria de Bolsonaro, que es claro favorito, supondrá
entre otras regresiones un giro drástico respecto de la tradición
diplomática de los gobiernos petistas, en particular sobre el respeto a
la autonomía de los países vecinos. El general Hamilton Mourao,
candidato a vicepresidente de Bolsonaro, se manifestó a favor del envío
de “tropas de paz” a Venezuela. Vale decir, respaldó la injerencia en
asuntos de un país vecino con el cual Brasil comparte 2.200 kilómetros
de fronteras amazónicas.
El candidato petista espera poder debatir mirando “a los ojos” a
Bolsonaro en los seis debates marcados hasta el ballottage en los que
podrá descontruir los eslóganes simplistas sobre el combate a la
violencia o el modelo económico de inspiración ultraliberal elaborado
por el economista Paulo Guedes, formado en la Escuela de Chicago.
Luego de más de tres semanas hospitalizado debido al ataque con
cuchillo que sufrió en un acto de campaña, Bolsonaro declaró estar
dispuesto a presentarse a los debates contra su adversario petista. Ya
anticipó que le enrostrará el financiamiento dado por Lula y Dilma a las
“dictaduras” cubana y venezolana, porque su misión es evitar que Brasil
retome la senda que lo llevaría al “comunismo”. El ex capitán habla con
la seguridad de tener de su lado al grueso del mercado: ayer la Bolsa
llegó a subir 5 puntos y el dólar se abarató hasta un 3 por ciento en
conmemoración del resultado del domingo.
Fuente:Pagina/12
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