En
los países de la periferia capitalista las relaciones de causalidad
entre las variables establecidas por la teoría ortodoxa en los manuales
rara vez se cumplen y algunas de ellas sostenidas por el FMI y que hoy
se aplican a la Argentina no tienen ninguna posibilidad de que se
verifiquen.
Una de las más significativas es la estrategia del comercio exterior.
Para devolverle los préstamos al FMI es necesario lograr un excedente
de la balanza de pagos, o lo que es lo mismo incrementar el ahorro. El
ahorro menos la inversión es igual a las exportaciones menos les
importaciones; vale decir que hay que aumentar las exportaciones y
disminuir las importaciones.
La teoría dice y el FMI afirma que si “el país devalúa entonces
tendrá mayor posibilidad de exportar” porque tiene un “tipo de cambio
alto y competitivo”, y algún diario financiero afirmará incluso que
incrementó la “productividad”. Este el origen de la devaluación salvaje
del macrismo.
Por hipótesis, si hay una devaluación, el precio interno en dólares
de los bienes producidos en pesos va ha disminuir. Esto permite afirmar a
la ortodoxia que el productor va a poder vender más barato en dólares y
obtener la misma cantidad de pesos, y además podrá exportar bienes que
antes no exportaba porque eran muy caros o una cantidad mayor de bienes
porque podrá venderlos más baratos y desplazar a los otros proveedores
que compiten con él.
Pero esto puede no ser así ya que las hipótesis que deben cumplirse
para que eso suceda son numerosas y si no se cumplen no habrá
exportación. Sería necesario que la Argentina tuviera excedentes
exportables y que estos gozaran de una demanda en el exterior, que sean
competitivos en calidad, precio, en financiamiento y última, pero
importante, condición que los países a los que supuestamente se los
destina acepten no imponerles aranceles o impedimentos no arancelarios
como el caso de los limones de Trump.
Otro punto muy importante es obtener un excedente de la balanza de
pagos, ya que lo que se le pagará al FMI serán los dólares que saldrán
del saldo de la diferencia entre los pagos realizados al exterior y los
recibidos. La realidad enseña que el país no determina el volumen de sus
exportaciones, que dependen de la voluntad de los otros países, sino
que sólo puede controlar sus importaciones. Esto implica que la
generación de un excedente de la balanza comercial supone una política
de importaciones adecuada. Pero el FMI impone el libre mercado y el
librecambio y por lo tanto se opone a la restricción de las
importaciones y a los aranceles que las limitan.
La teoría ortodoxa que sostiene el librecambio afirma asímismo que el
comercio exterior no impacta en los precios. Se sugiere que las
importaciones serán más baratas que los precios de los productos
internos, ya que de otra manera no podrían competir. Por lo tanto
producen una disminución de los precios, aunque en la realidad no sea
así puesto que los importadores van a tomar como referencia el precio
interno y obtener superganancias.
Pero esto no puede suceder con las exportaciones. Estas tienen un
precio interno que sumado al costo de transporte tiene que ser inferior
al precio del producto del país destinatario. Pero en Argentina se
exporta lo mismo que se come, por lo tanto las exportaciones conllevan a
un incremento de los precios porque los precios internos, más baratos,
se alinean sobre los precios practicados en los otros países que compran
las exportaciones, menos eventualmente el costo de transporte.
Cuando no existen retenciones a las exportaciones el valor del trigo a
la exportación tiene que ser el mismo que el precio al cual lo compra
el molinero argentino. Aunque el precio interno debe ser menor que el
precio en el país comprador, sino no se exportaría, el precio interno se
va a emparejar con el precio de exportación, y por lo tanto va a
aumentar, vale decir va a producir inflación. Los productores de los
otros bienes considerarán que deben mantener su poder de compra y
aumentarán el precio de los bienes que producen para mantener su
posición en los precios relativos.
* Doctor en Ciencias Económicas de la Universidad de París.
Autor de El peronismo de Perón a Kirchner, Ed. de L’Harmattan, París
2014. Editado en castellano por la Universidad de Lanús, 2015. bruno.susani@wanadoo.fr
Fuente:Pagina/12
No hay comentarios:
Publicar un comentario