Una asamblea que evitó el desalojo
La
Policía Federal inició temprano el desalojo de la Asamblea de Villa
Urquiza. Una multitud de vecinos reclamó contra la medida. La llegada
del defensor del Pueblo sumó fuerzas. Lograron postergar el desalojo y
abrir una mesa de diálogo.
La participación vecinal llevó a que se postergara durante 30 días el desalojo.
La
resistencia de los integrantes de la Asamblea de Villa Urquiza, el
espacio comunitario que nació al calor de la crisis que dejó el 2001, y
la intervención del Defensor del Pueblo de la Ciudad, Alejandro Amor,
lograron parar por un mes el desalojo del lugar que ocupa ese centro
vecinal desde hace 16 años, en Triunvirato y Roosevelt, al que policías
de la Federal intentó desalojar durante la mañana, con una ley de la
dictadura. Pasado el mediodía, mientras una asambleísta permanecía
encadenada a la ventana del local y sus compañeros iban sacando algunos
de los materiales, como los libros de la biblioteca popular, Amor logró
abrir un canal de diálogo que pospuso por un mes la medida judicial y
estableció una mesa de trabajo con la Agencia de Administración de
Bienes del Estado (AABE) para tratar la relocalización de la Asamblea.
Liliana Rodríguez, tallerista del barrio, dijo que”recuperamos la
asamblea y lo consideramos un triunfo. Los obligamos a irse y tenemos 30
días para ver cuáles van a ser nuestros próximos pasos”.
“Señor, señora/ no sea indiferente/ nos cierran la asamblea /en la
cara de la gente”, y “Ya vas a ver/ los espacios que vos cerraste/ van a
volver”, coreaban desde la calle decenas de asambleístas mientras los
uniformados vallaban desde temprano la entrada de Triunvirato 4778, el
terreno del ferrocarril donde funciona la Asamblea, que pertenece al
Estado nacional y que será subastado junto con otros lotes de la manzana
–unas canchas de fútbol y siete viviendas precarias que también serán
desalojadas– para desarrollos inmobiliarios privados y espacios
públicos.
El operativo ordenado por el juez Ernesto Marinellli, a cargo del
Juzgado en lo Contencioso Administrativo Federal N° 1, comenzó a media
mañana y disparó el alerta por las redes sociales que convocaron a
vecinos y asambleístas a resistir la medida. Adentro del local, donde
alguna vez funcionó la pizzería La Ideal y ahora funcionan talleres
artísticos, consejería de salud sexual y un secundario oficial, entre
otras actividades, los integrantes del espacio comunitario resistían la
medida. Afuera, sobre la avenida Triunvirato, mientras se iba sumando
gente para repudiar el accionar de la policía, entre carteles donde se
leía: “Torres o barrio” o “La solidaridad no es prepotencia”, los
cánticos contra los uniformados iban en aumento: “Saquen a la yuta
represora/ para que vean/ que esta puebla no cambia de idea/ pelea y
pelea por la asamblea”.
Desde el interior del local, mientras la oficial de justicia y los
policías llevaban adelante un inventario de las pertenencias de la
asamblea, la asesora legal del espacio comunitario, Nora Perusin,
remarcó que “la orden se da en el marco del juicio que inició la
Administración de Infraestructuras Ferroviarias Sociedad del Estado
(ADIF) y es un procedimiento de desalojo administrativo que se usa para
los casos de concesiones, que no es el caso de la Asamblea, y que está
fundada en la Ley 17.091 de la dictadura militar (de Juan Carlos
Onganía, 1966). Esta ley tenía por objeto autorizar desalojos sumarios, y
cercena el derecho a la defensa”, dijo la letrada, quien advirtió que
“presentamos un recurso de nulidad ante el Juzgado en lo Contencioso y
no tuvimos respuesta”.
Mientras,las chicas de la consejería pre y post aborto, recordaban a
los vecinos que “desde hace tres años todos los sábados
ininterrumpidamente nos juntamos en este espacio vecinal para difundir
los usos seguros del misoprostol y acompañar a personas que quieren
decidir sobre sus cuerpos. No queremos ser desalojados, queremos seguir
haciendo talleres y que existan estos espacios comunitarios y
vecinales”.
Después tomó la posta Fernando, integrante del bachillerato popular
Berta Cáceres, que funciona todos los días de 18 a 21, y explicó que
“formo parte de la Cooperativa de Educadores e Investigadores Populares
(CEIP) que desde hace 15 años se dedica a la apertura de espacio de
educación popular, bachilleratos, primaria, profesorados, y que hace más
de un año viene funcionando en este espacio con el secundario para
jóvenes y adultos que han sido excluidos del sistema educativo, que no
pueden acceder a otro tipo de educación porque la misma escuela los ha
marginado, expulsado y entendemos que esta medida es un atropello que
coarta la libertad de esos jóvenes de finalizar sus estudios
secundarios”, dijo, y remarcó que “están quitando al barrio un espacio
autogestionado donde conviven diferentes actividades, y también se esta
cerrando una escuela”.
El año pasado, la Legislatura aprobó la venta de los terrenos, que
rezonificó para permitir proyectos inmobiliarios, un 65 por ciento para
espacio público, y el 35 para desarrollo privado, en un convenio entre
Ciudad y Nación. La venta, ya tiene fecha de subasta para noviembre.
Alrededor de las una, mientras la gente se seguía sumando para
repudiar el accionar policial, llegó el Defensor del Pueblo, al que
habían llamado los asambleístas, y quien tras interiorizarse de la
situación judicial logró establecer una mesa de diálogo entre los
asambleístas y la ABBE. El organismo estatal se comprometió a buscar un
espacio para relocalizar a la asamblea, y esta a dejar el lugar dentro
de 30 días. Después, tras la firma de un acta, los uniformados se
retiraron y los integrantes del colectivo barrial reingresaron al local
para evaluar sus próximos pasos.
Fuente:Pagina/12
No hay comentarios:
Publicar un comentario