Un estudio internacional sobre conocimiento financiero de la población
En
la Argentina, la principal forma de ahorro es guardar los dólares en
casa. El conocimiento de los argentinos sobre inflación supera
largamente al de los países centrales, pero está entre los peores en
reconocimiento de formas de financiamiento e instrumentos financieros
alternativos de inversión.
Fuente:Pagina/12
Sólo
el 24 por ciento de los argentinos reconoció haber ahorrado en el
último año y la forma de ahorro principal es debajo del colchón, pese a
que pasaron casi dos décadas del corralito. A pesar del aumento en la morosidad de las familias
, menos de la mitad sabe lo que es refinanciar el saldo de una tarjeta de crédito. Argentina
está entre los peores puestos a nivel internacional en conocimientos
financieros. En el único punto que encabeza es en el saber sobre la
definición de inflación y el cálculo del poder adquisitivo.
Así se desprende de un documento difundido por el Ministerio de Hacienda de la Nación, titulado “Plan Nacional de Educación Financiera”, que tiene como objetivo mejorar los conocimientos financieros de las personas y las empresas para acceder o utilizar servicios financieros. La difusión del informe se realiza en un contexto de sobreendeudamiento de las familias e imposibilidad de financiamiento para las empresas, con los niveles de tasas de interés más elevados del mundo.
Entre los que declararon haber podido ahorrar, la forma de ahorro principal, en un 58 por ciento, fue en el hogar, ya sea en una alcancía o debajo del colchón. Le siguió en un 37 por ciento el ahorro a través de dejar el dinero en la caja de ahorro o en la cuenta corriente. Sólo un 12 por ciento lo hizo en moneda extranjera y en último lugar, con un 2 por ciento, a través de productos de inversión. Desagregada, la proporción de ahorro en el colchón no presenta casi variaciones entre distintos niveles socioeconómicos: lo hizo en un 62 por ciento el nivel ABC1, correspondiente a clases altas y medias, y en un 63 por ciento el nivel D1, correspondiente a clases bajas.
Los datos corresponden al 2017 y se difunden a 18 años de la implementación del traumático corralito, el 3 de diciembre de 2001. Analistas consideran que será difícil recuperar la confianza en un contexto en el que el Gobierno termina su mandato con un reperfilamiento de títulos en pesos, que sólo impacta al sector privado , ya que las provincias fueron excluidas.
En la actualidad, los instrumentos de ahorro son limitados: con el llamado “súper cepo”, el Banco Central permite comprar 200 dólares por mes, y las tasas de interés de plazo fijo se encuentran por debajo de la inflación. Si bien el 73 por ciento de los encuestados tienen conocimiento del plazo fijo, un mecanismo tradicional de ahorro, no ocurre lo mismo con herramientas más sofisticadas, como inversiones en títulos públicos o fondos comunes de inversión.
En cuanto a los productos financieros, sólo 8 son conocidos por más del 50 por ciento de los encuestados: se trata de las tarjetas, los depósitos, las cuotas y los plazos fijo. Sin embargo, menos de la mitad (46 por ciento) escuchó hablar sobre el financiamiento de los saldos con tarjeta de crédito. Esto representa un problema, ya que la morosidad en este aspecto se duplicó en 4 años.
En el comparativo internacional del índice de educación financiera desarrollado por el Banco Central y por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Argentina está en el puesto 37 de 39 países. De todas formas, en materia de conocimiento sobre inflación, somos los campeones mundiales. El 91 por ciento tiene conocimientos sobre la definición de inflación, mientras que en el promedio de los países del G20 es del 77 por ciento. Algo similar ocurre con el cálculo del poder adquisitivo: el 69 por ciento de los argentinos tiene este conocimiento, mientras que en los países del G20 es del 53 por ciento. Este año, la inflación interanual alcanzará el 55 por ciento y se transformará en la cifra más alta desde 1991.
Así se desprende de un documento difundido por el Ministerio de Hacienda de la Nación, titulado “Plan Nacional de Educación Financiera”, que tiene como objetivo mejorar los conocimientos financieros de las personas y las empresas para acceder o utilizar servicios financieros. La difusión del informe se realiza en un contexto de sobreendeudamiento de las familias e imposibilidad de financiamiento para las empresas, con los niveles de tasas de interés más elevados del mundo.
Ahorro al colchón
El informe presenta un diagnóstico de la educación financiera en Argentina. En cuanto al ahorro, el comportamiento financiero es muy negativo con respecto a los demás países. Sólo el 24 por ciento de los argentinos encuestados dijo haber ahorrado en los últimos 12 meses. El promedio de los países del G20 fue del 64 por ciento, en México del 53 por ciento, y en Brasil del 30 por ciento. La encuesta la realizó en 2017 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y consideró los mecanismos de ahorro formales e informales. El mismo año, un trabajo del Banco Central informó que el 29 por ciento de los argentinos declaró haber ahorrado en los 12 meses previos. La cifra presenta grandes variaciones según nivel socioeconómico, ya que la mitad de las personas del nivel ABC1 (clases altas) declaró haber podido ahorrar.Entre los que declararon haber podido ahorrar, la forma de ahorro principal, en un 58 por ciento, fue en el hogar, ya sea en una alcancía o debajo del colchón. Le siguió en un 37 por ciento el ahorro a través de dejar el dinero en la caja de ahorro o en la cuenta corriente. Sólo un 12 por ciento lo hizo en moneda extranjera y en último lugar, con un 2 por ciento, a través de productos de inversión. Desagregada, la proporción de ahorro en el colchón no presenta casi variaciones entre distintos niveles socioeconómicos: lo hizo en un 62 por ciento el nivel ABC1, correspondiente a clases altas y medias, y en un 63 por ciento el nivel D1, correspondiente a clases bajas.
Los datos corresponden al 2017 y se difunden a 18 años de la implementación del traumático corralito, el 3 de diciembre de 2001. Analistas consideran que será difícil recuperar la confianza en un contexto en el que el Gobierno termina su mandato con un reperfilamiento de títulos en pesos, que sólo impacta al sector privado , ya que las provincias fueron excluidas.
En la actualidad, los instrumentos de ahorro son limitados: con el llamado “súper cepo”, el Banco Central permite comprar 200 dólares por mes, y las tasas de interés de plazo fijo se encuentran por debajo de la inflación. Si bien el 73 por ciento de los encuestados tienen conocimiento del plazo fijo, un mecanismo tradicional de ahorro, no ocurre lo mismo con herramientas más sofisticadas, como inversiones en títulos públicos o fondos comunes de inversión.
En cuanto a los productos financieros, sólo 8 son conocidos por más del 50 por ciento de los encuestados: se trata de las tarjetas, los depósitos, las cuotas y los plazos fijo. Sin embargo, menos de la mitad (46 por ciento) escuchó hablar sobre el financiamiento de los saldos con tarjeta de crédito. Esto representa un problema, ya que la morosidad en este aspecto se duplicó en 4 años.
En el comparativo internacional del índice de educación financiera desarrollado por el Banco Central y por el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Argentina está en el puesto 37 de 39 países. De todas formas, en materia de conocimiento sobre inflación, somos los campeones mundiales. El 91 por ciento tiene conocimientos sobre la definición de inflación, mientras que en el promedio de los países del G20 es del 77 por ciento. Algo similar ocurre con el cálculo del poder adquisitivo: el 69 por ciento de los argentinos tiene este conocimiento, mientras que en los países del G20 es del 53 por ciento. Este año, la inflación interanual alcanzará el 55 por ciento y se transformará en la cifra más alta desde 1991.
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