Imagen: Joaquín Salguero
El
Gobierno acaba de destituir al ministro de Producción Francisco
Cabrera. El funcionario deja su cargo en la cartera de producción con un
saldo lamentable. Caída del consumo de un 30 por ciento en la mayoría
de los productos producidos por nuestras fábricas, suba de importaciones
de un 60 por ciento promedio en bienes finales en los últimos 2 años,
uso de la capacidad instalada en la mayoría de los sectores productivos
en poco menos del 60 por ciento y eliminación de todos los programas de
financiamiento para pymes que quedaban en el ex Ministerio de Industria.
Todo esto genero el cierre de más de 7 mil pymes y la pérdida de 75 mil
empleos del sector industrial.
Poco tiempo después de asumir presento el “Plan Productivo
Nacional”, un título grandilocuente a los que nos tiene acostumbrado el
actual Gobierno. En el mismo había un capítulo que se llamaba
“Estrategia Australia” donde planteaba que nuestro País debía tomar como
ejemplo las transformaciones que se habían producido en dicho país sin
mencionar en ningún momento que basa su economía en agricultura,
minería, servicios y muy poca industria. El detalle es que Australia
tiene 23 millones de habitantes y Argentina el doble por lo cual para
generar crecimiento colectivo debe tener a la industria como motor de
desarrollo. Pero lo más grave del plan es que proponía un esquema de
“Reconversión Productiva”, para aquellas pymes que no pudieran ser
competitivas. Para ser claros, si las empresas no podían competir con
industrias de otros países debían adaptarse al nuevo esquema y
reconvertirse. Esta es una discusión falsa desde todos los ángulos
porque, aunque en nuestro país un sueldo es 5 veces mayor a lo que
cuesta un salario en medio Oriente, el gran problema no está en la parte
del costo laboral sino en el resto de la estructura productiva, como
logística, financiamiento, comercialización etc., que son temas
regulados por el Estado. Lo que finalmente sucedió es que una gran parte
se “reconvirtieron” en importadores.
Esta etapa del Ministerio de Producción también será recordada por
haber propuesto la rebaja de todo los aranceles industriales de
importación para sellar el acuerdo Mercosur-Unión Europea y de esa forma
nuestro país pueda venderle a Europa mayor cantidad de productos
agropecuarios. El ex ministro tuvo además declaraciones poco felices
cuando tildo de “llorones” a los industriales o cuando manifestó que
ninguna pyme cierra por aumento de tarifas.
De todas maneras tenemos que tener claro que esta no es una cuestión
de nombres para no caer en la trampa que siempre propone el
neoliberalismo, en la cual hace responsables a los hombres, nunca al
modelo. El problema principal no radica solamente en la caída del
consumo, la producción o la suba de importaciones. Lo que no cierra por
ningún lado es este proyecto político que no tiene a la producción y al
trabajo como políticas de estado y en ese sentido, aunque cambien las
figuras, el gobierno parece decidido a profundizar el rumbo político que
ha llevado hasta hoy.
* Presidente de CIMA - Dirigente de CGERA.
Fuente:Pagina/12
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