El miércoles por la noche se conoció la noticia sobre el asesinato de
la concejal de Río de Janeiro Marielle Franco con balas de la policía y
desde entonces, el gobierno argentino se ha llamado a silencio al
respecto, a pesar de que Cancillería suele emitir comunicados de
condolencia ante tragedias en otros países, como lo hizo en las últimas
semanas con un atentado en Burkina Faso o con un accidente de tránsito
en Perú.
Este tipo de comunicados se volvieron habituales desde
que Jorge Faurie reemplazó a Susana Malcorra en la Cancillería y su tono
de hiperactividad diplomática deja más en evidencia los silencios ante
este tipo de violaciones a los derechos humanos.
De hecho, en
marzo la Cancillería celebró distintas actividades por el Día de la
Mujer, como una muestra fotográfica de mujeres austríacas en el Palacio
San Martín, o una jornada académica en la Embajada argentina en Caracas,
pero no emitió ni una línea de condolencia ante el asesinato de una
activista feminista como Marielle Franco.
El silencio del
oficialismo –que excede al Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto-
se puede interpretar como una reciprocidad entre el gobierno de Mauricio
Macri y el de Michel Temer, quien tampoco se ha manifestado respecto a
situaciones que pusieron en aprietos al oficialismo argentino, como
mantener presa a Milagro Sala o la muerte de Santiago Maldonado. En
cambio, Dilma Rousseff –quien fue destituida para que asumiera Temer- ha
militado activamente por la liberación de Sala y pidió –junto a Evo
Morales- que se esclarezca el caso Maldonado. El mismo Evo, presidente
de Bolivia, condenó enfáticamente “el brutal asesinato de la hermana
concejala Marielle Franco, del Partido Socialismo y Libertad, Río de
Janeiro, Brasil”.
Fuente:Tiempo Argentino
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