El domingo 19 de mayo de 1968, la emisora “clandestina” La Pirenaica
se hacía eco de una gran manifestación de estudiantes madrileños y el
posterior choque con la policía originado tras el recital del cantautor
valenciano Raimon en la Facultad de Ciencias Económicas
de la Universidad Central, actual Facultad de Geografía e Historia de
la Universidad Complutense. La policía armada y a caballo cargaron
contra los estudiantes, que se refugiaron en el interior de las
Facultades, numerosos grupos de estudiantes alcanzaron las calles de
Princesa, provocando un embotellamiento al levantar una serie de
barricadas. La policía que volvió a cargar, practicó un centenar de
detenciones.
Las fotografías que pueden observar, fechadas durante
los días 17, 18 y 20 de mayo se encuentran depositadas en el Archivo
Central Complutense. Fueron encargadas por la Dirección General de Seguridad
(DGS) a un fotoperiodista confidente, para la vigilancia e
identificación de alumnos activos en los actos de protesta estudiantil.
¿Qué era una fotografía, después de todo, sino un instante convertido en
eternidad?
Al ser la realidad compleja y multiforme, es mérito primordial de la recogida de fuentes orales,
permitir la recreación de la multiplicidad de puntos de vista. Durante
las entrevistas, gracias a las imágenes, sometimos a nuestros
informantes a un ejercicio retrospectivo, para que recordasen las
jornadas que rodearon el día del recital. Como considera Fraser, a su manera también son historiadores, al mostrarnos una visión teleológica del pasado, que inevitablemente es ignorada por los libros de historia comunes.
En una época donde se decía que los estudiantes iban con un libro bajo el brazo,
comenta Javier Maestro, actual profesor del departamento de Historia de
la Comunicación Social de la Universidad Complutense. Una época donde se
representaba mucho a Beltor Brecht, García Lorca, Jean Paul Sartre se
leía mucho al igual que Simone de Beauvoir. Para nosotras, la lectura de
“El segundo sexo” fue un libro importantísimo… que a mí me desbarató directamente,
confiesa Clara Ballesteros. Hija del catedrático de Historia de América
Prehispánica Manuel Ballesteros, de cabello negro y ojos pardos,
alternaba la música con su carrera en Ciencias Políticas y Económicas.
En una época donde teníamos ansías de saber y de ver cosas,
prosigue nuestra trabajadora en la Agencia Española de Cooperación
Internacional para el Desarrollo (AECID). Una época donde se
desarrollaba una actividad cultural muy importante, en los Colegios Mayores,
en particular en el San Juan Evangelista, donde podías ver conciertos,
obras de teatro, películas que se traían de fuera, con coloquios y
debates políticos al finalizar, nos describe Jaime Pastor, delegado
en la facultad de Económicas del Sindicato Democrático de Estudiantes
(SDEUM) y actual profesor titular en el departamento de Ciencia Política
y de la Administración de la UNED. Una época donde, pese a existir mucha hambre de lecturas, la gente nos pasábamos los libros, las novelas…, prosigue nuestro informante. Una época donde los librillos se pasaban bajo cuerda, una época donde existían librerías con su trastienda, nos comenta Javier Maestro.
La
juventud parece distanciarse de sus mayores, al no sentirse
identificados con sus valores. El reflejo de ese mundo cambiante, se
puede observar, en los temas musicales del propio Raimon, como en su
canción Diguem no, en una de las estrofas cantaba “nosaltres no som d’eixe món”.
Estos anhelos motivaron su elección, por parte de Marta Bizcarrondo y
Arturo Mora, delegados del comité actividades culturales del SDEUM. El
cantautor Raimon, uno de los representantes de la Nova Canço publicó su primer disco en 1963 en la discográfica Edigsa. Logró cosechar un gran éxito de ventas, con temas como Al vent, Som, La pedra y A colps, y haber protagonizado con anterioridad, varios recitales multitudinarios.
A 25 pesetas la entrada, la recaudación iría a parar a
los obreros en huelga de la Pegaso y a los representantes estudiantiles
encarcelados en Carabanchel. Seis mil estudiantes abarrotaron el
vestíbulo de la facultad de Económicas, un sábado por la tarde.
Esperanza Yllán, alumna por aquel entonces del primer curso de Historia y
actual profesora titular del Departamento de Historia Contemporánea de
la Complutense, describe como los conciertos de los cantautores si
que eran de lo más modesto, ¡su guitarra y punto!. Cuando entré a la
Facultad, no se cabía, las escaleras eran muy débiles y con toda esa
gente, vibraba… vibraba la escalera. Clara Ballesteros describe el evento como una gran oportunidad para reencontrarse todos y sentirse unidos. Un concierto donde la música resulta ser liberadora y muy movilizadora, confiesa que resultaba
realmente muy emocionante poderse reunir por primera vez tanta gente,…
ya que, cada vez que había una asamblea la disolvían.
Algunos informantes reconocen que claro, el Estado tenía sus propios agentes ¿no?, con la Brigada Político Social, con los confidentes, con la policías secreta ¿no?, es decir, sabíamos que estábamos vigilados dentro de la Facultad. Luis
Roncero, hermano de un estudiante de Filología y activista del FRAP
(Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), llevaba bajo su abrigo
una de las pancartas que podemos observar en las imágenes titulada
DEMOCRACIA POPULAR. Comenta como vivió con mucha tensión, con muchos
nervios, con mucha ilusión el concierto, al ir cargaditos de octavillas
y con la pancarta que pretendíamos colgar.
Al finalizar el recital, la transcripción de la emisora “La Pirenaica” nos comenta como durante
los embotellamientos provocados por la manifestación de estudiantes, se
encontraron con el coche de la princesa Sofía de Grecia. Los
estudiantes la reconocieron y profirieron gritos hostiles a la Monarquía. Luis Roncero, nos describe como quedamos
muy sorprendidos porque realmente quien iba en el Mercedes era la
princesa Sofía y creo que su hermana. Tras los gritos de rigor, ellas
permanecieron tranquilas, mantenían una actitud regia, supongo, ¿no?.
Mayo de 1968, constituyó el
despertar de la imaginación y de la utopía en diversos rincones del
mundo, dando lugar a la aparición de grandes luchas simbólicas. Frente a
la cultura del individualismo, de la apatía, de la atonía, de la no
significación, volvió a ser descubierta la dimensión creativa de la
socialización comunitaria y de lo colectivo como lugar de encuentro, de
expresión y de análisis. La juventud es orgullosa porque aún no fue
humillada por la vida, y está llena de esperanzas porque todavía no fue
decepcionada. Prefiere la compañía de sus coetáneos antes que cualquier
otro trato. Para la juventud el futuro es largo y el pasado breve. (Aristóteles, Retórica).
Fuente:Red Kitchen Magazine
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