sábado, 29 de diciembre de 2012

Militares procesados por el caso Jara



Asesinado en el Estadio de Santiago de Chile a días del golpe, Víctor Jara fue golpeado con ensañamiento y muerto de 44 balazos. La Justicia acaba de acusar a dos militares por su muerte y a cinco más como cómplices.

 Por Christian Palma
Desde Santiago
El ministro especial de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vázquez, sometió ayer a proceso a los militares retirados Hugo Sánchez Marmonti y Pedro Barrientos Núñez como autores del homicidio del reconocido cantautor chileno Víctor Jara. Jara fue ejecutado el 16 de septiembre de 1973, en el Estadio Nacional de la capital de Chile –que hoy lleva su nombre–, cinco días después del golpe militar perpetrado por Augusto Pinochet. El emblemático artista fue apresado en la Universidad Técnica del Estado –hoy Universidad de Santiago– donde daba clases de canto y teatro, y sufrió una serie de apremios hasta que fue asesinado.
La diligencia del magistrado decretó la captura internacional del procesado Barrientos Núñez, quien se encuentra residiendo en Estados Unidos. El militar retirado le dijo a un programa televisivo norteamericano que nunca estuvo en el Estadio durante el golpe y que, por ende, no mató a Jara. “Yo nunca estuve en el Estadio Chile, no tengo nada que ocultar. No maté a Víctor Jara y eso lo pueden corroborar los oficiales que estaban ahí”, afirmó en ese momento.
El ministro Vázquez también encausó a Roberto Souper Onfray, Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Hasse Mazzei y Luis Bethke Wulf como cómplices del brutal crimen.
El detalle del procesamiento indica que, durante su detención, Jara “fue reconocido por el personal militar instalado al interior del Estadio Chile”. Tras ello, el cantautor fue separado del resto de los prisioneros y llevado a otras dependencias ubicadas en los camarines, las que eran usadas como salas de interrogatorios y tortura. Ahí, el autor de los verdaderos himnos musicales “El derecho de vivir en paz” o “Te recuerdo Amanda” fue agredido físicamente en forma permanente por varios oficiales. Al parecer, los militares se ensañaron con sus manos, como testificó un sobreviviente del Estadio (ver aparte).
El informe agrega que “el 16 de septiembre de 1973 se procedió al traslado de todos los detenidos del Estadio Chile, con excepción de Víctor Lidio Jara Martínez y de Littré Quiroga Carvajal”. En esa oportunidad, “se dio muerte a Víctor Lidio Jara Martínez, hecho que se produjo a consecuencia de, al menos, 44 impactos de bala”, según se precisa en el respectivo informe de autopsia”. El cadáver acribillado fue encontrado días después junto a los de otras personas por pobladores en las inmediaciones del Cementerio Metropolitano, “con signos evidentes de haber recibido golpes en el cuerpo y los impactos de bala”. La familia de Jara tuvo que enterrarlo en secreto y sólo pudo hacerlo gracias a que una funcionaria de la morgue reconoció el cuerpo y les avisó.
El procesamiento agrega que de las declaraciones en la causa “surgen presunciones suficientes para estimar que a los dos primeros de éstos les cupo una participación en calidad de autores y, a los demás nombrados, una participación en calidad de cómplices, en los hechos investigados”.
FUente: Página/12

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