Un grupo de intelectuales han decidido nuclearse alrededor de la figura de Beatriz Sarlo para "romper el silencio como paso imprescindible hacia un accionar colectivo y transformador" y aún sin una denominación han lanzado una "plataforma para la recuperación del pensamiento crítico" que fue difundida ayer y se la puede leer completa aca en La Nación.
Maristella Svampa, Roberto Gargarella, Lucrecia Martel, Luis Felipe Noé, Guillermo Saccomano entre otros firman el manifiesto opositor que se opone al "discurso hegemónico" y se propone debatir con los intelectuales de Carta Abierta a los que califica de haberse convertido en "voceros del gobierno" y que "han producido una metamorfosis en relación con su historia y su postura crítica." Los acusan de minimizar las contradicciones en el "relato oficial" con realidades que juzgan estructurales del dispositivo oficialista, un dispositivo centralizado, unitario y estratégicamente aliado a jefes territoriales e intereses económicos que no se corresponden con la épica que se proclama desde el oficialismo. No sería "lo que falta" sino que forma parte del poder que gobierna.
Sin embargo vislumbran una grieta por la que se puede hacer camino: "Hoy la homogeneidad discursiva empieza a estar atravesada por algunas filtraciones que la erosionan: el relato épico ha iniciado un proceso de cierto desenmascaramiento. La asociación entre derecho de huelga y extorsión o chantaje, o la justificación de la sanción de la ley antiterrorista, serían expresiones paradigmáticas de este fenómeno."
"Romper el silencio que pretende amordazar el pensamiento crítico y promover un debate transformador de los grandes problemas que plantea el presente" es su consigna. Hay en el texto un cuidado especial por evitar la chicana y la descalificación que condenan como característica del discurso oficialista que se reproduce a través del aparato comunicacional público, modalidad cuyo objetivo "es promover el silencio".
Pegan el grito entonces. Un nucleo intelectual opositor que no se referencia explícitmente en espacio político alguno luego del páramo que las elecciones han dejado en ese campo (tal vez de alguna forma podrían asociarse con el binnerismo), que en este nuevo escenario de irrelevancia opositora y con un incipiente debate hacia el interior del oficialismo en esta nueva etapa quiere ser parte de la discusión. La daremos.
Maristella Svampa, Roberto Gargarella, Lucrecia Martel, Luis Felipe Noé, Guillermo Saccomano entre otros firman el manifiesto opositor que se opone al "discurso hegemónico" y se propone debatir con los intelectuales de Carta Abierta a los que califica de haberse convertido en "voceros del gobierno" y que "han producido una metamorfosis en relación con su historia y su postura crítica." Los acusan de minimizar las contradicciones en el "relato oficial" con realidades que juzgan estructurales del dispositivo oficialista, un dispositivo centralizado, unitario y estratégicamente aliado a jefes territoriales e intereses económicos que no se corresponden con la épica que se proclama desde el oficialismo. No sería "lo que falta" sino que forma parte del poder que gobierna.
Sin embargo vislumbran una grieta por la que se puede hacer camino: "Hoy la homogeneidad discursiva empieza a estar atravesada por algunas filtraciones que la erosionan: el relato épico ha iniciado un proceso de cierto desenmascaramiento. La asociación entre derecho de huelga y extorsión o chantaje, o la justificación de la sanción de la ley antiterrorista, serían expresiones paradigmáticas de este fenómeno."
"Romper el silencio que pretende amordazar el pensamiento crítico y promover un debate transformador de los grandes problemas que plantea el presente" es su consigna. Hay en el texto un cuidado especial por evitar la chicana y la descalificación que condenan como característica del discurso oficialista que se reproduce a través del aparato comunicacional público, modalidad cuyo objetivo "es promover el silencio".
Pegan el grito entonces. Un nucleo intelectual opositor que no se referencia explícitmente en espacio político alguno luego del páramo que las elecciones han dejado en ese campo (tal vez de alguna forma podrían asociarse con el binnerismo), que en este nuevo escenario de irrelevancia opositora y con un incipiente debate hacia el interior del oficialismo en esta nueva etapa quiere ser parte de la discusión. La daremos.
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