En la Asociación Argentina de Actores, el colectivo de artistas e intelectuales leyó y discurrió sobre el texto que ayer anticipó Página/12. Balance de lo actuado y demandas a futuro.
Carta Abierta se reunió para difundir el documento en la Asociación de Actores.
Imagen: Bernardino Avila.
“Una larga carta en la que intentamos repensar lo extraordinario de este momento histórico argentino.” La reflexión pertenece al filósofo Ricardo Forster, uno de los impulsores del Espacio Carta Abierta, y está referida al undécimo documento que el colectivo que reúne a artistas, pensadores, teóricos, profesionales de la salud y la educación y trabajadores de la cultura presentó públicamente ayer. Desde el salón principal de la Asociación Argentina de Actores, el ensayista Horacio González, otro de los más obstinados defensores del espacio, consideró que el texto, que se vertebra en “la igualdad”, es un documento “equilibrado cuya interpretación debe considerarse una manera más de participación política que escape a los esquemas establecidos”.
Integrantes del espacio, referentes de organismos sociales y de derechos humanos, como la titular de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y afiliados a la Asociación Argentina de Actores, escucharon y aplaudieron la lectura del texto publicado ayer en Página/12.
“Es especial presentar la undécima carta de Carta Abierta en esta casa, un bastión de democracia, un espacio que nunca abandonó el debate político y que siempre estuvo a la vanguardia de la lucha”, inauguró el sociólogo Carlos Girotti antes de presentar a los lectores. “Son compañeros destacados por su militancia, compromiso, protagonismo y participación en las asambleas y actividades” de Carta Abierta, introdujo Girotti al médico Ricardo Gené, la teórica Adela Castronovo, el escritor Carlos Goboloff y la psicoanalista Cintia Ini, entre varios otros.
El documento “es un pantallazo sobre lo que se hizo y lo que falta”, esbozó el compositor de música clásica Jimmy Herrera, que leyó algunos de los últimos pasajes del texto. “Carta Abierta tiene la particularidad de tratar de mirar las cosas con diversidad; eso tiende a la igualdad, que es el eje trabajado”, concluyó. Mientras que para él “es complicado” encontrar alguna parte del documento que sea más importante que la otra, su compañera de lectura, la abogada Susana Larregui, señaló que “lo más interesante del texto es su objetivo, aquel que determina que la palabra que define el estadio de desarrollo de la política de gobierno (de estas últimas tres gestiones) es la igualdad, aquella que se obtiene en las diferencias; igualdad de tener los mismos derechos para pensar diferente”.
El texto bien puede comprenderse como una reflexión sobre la búsqueda de niveles cada vez más grandes de igualdad en el país que comenzó con el gobierno de Néstor Kirchner, aunque sitúa el inicio del repaso en los años previos: las políticas neoliberales del menemismo, la debacle de 2001, la deriva de los meses posteriores. “Es un homenaje a una palabra y un concepto que viene utilizando (la presidenta) Cristina (Fernández de Kirchner) y que tiene que ver con algo olvidado. La igualdad implica una mejor distribución de la riqueza, pero también de la cultura simbólica, de los derechos. El trabajo en pos de la igualdad supone darle forma a un proyecto, tomarla como núcleo político, social, cultural y económico”, evaluó Forster.
La Carta Abierta/11 hace un análisis de los cambios que se desarrollaron desde la crisis de 2001/2, las opciones adoptadas por los diferentes gobiernos a partir del 2003 y los desafíos que se abren en el comienzo del nuevo periodo de Cristina Kirchner, todo ello analizado desde el punto de mira de la “Igualdad y la ampliación de derechos”. Así, “la carta no calla que el camino de la reparación tiene que incidir fuertemente en la cuestión de tierras y vivienda; la atención de los más dañados por las desigualdades del sistema económico; lo que falta en salud y educación. Son varias cosas las que se conjugan en el balance”, apuntó Forster.
Una de ellas, brevemente mencionada en el texto, es la aprobación de la Ley Antiterrorista. “La vida democrática de un país, de un gobierno, pasa por diferentes circunstancias. En cuanto a la Ley Antiterrorista, creemos que es necesario seguir debatiéndola para transformarla. Nos resulta problemática y para nada clara”, concluyó el filósofo.
No obstante, la lectura en pos de cuántos elogios y cuántas críticas el espacio pluridisciplinario realizó de la gestión gubernamental en el último texto difundido es “una forma errónea de interpretarlo”, apuntó González. “La Argentina precisa de textos de esta índole, que fomente el espíritu crítico, el espíritu de escucha y la capacidad de balance –remarcó el director de la Biblioteca Nacional–. Pero su lectura desde esquemas totalizadores no es la recomendada. Aquéllas son fórmulas que la Argentina debe abandonar para que la discusión política dentro de ella se adecue al modo en que se están intentando los grandes cambios en el país y en toda Latinoamérica.”
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