El
ex presidente de Brasil lleva 526 días preso y desafía con su optimismo
y convicción. "No porque un juez haya sido un canalla, tenés que
juzgar a toda la justicia por causa de ese error", señala.
"Quien tiene la verdad no tiene que tener miedo"
Imagen: Ricardo Stuckert
Imagen: Ricardo Stuckert
“Voy
a cumplir 73 años pero tengo la energía de un pibe de 20”, dijo el ex
presidente Lula Da Silva durante la primera entrevista que le dio a un
medio argentino desde que fue detenido hace ya 526 días. Sentado detrás
de un pequeño escritorio, escoltado por un policía y a cuatro metros de
distancia de los periodistas, Lula confesó que tiene previsto vivir
“hasta los 120 años” y que para eso, agregó, necesita tener “mucha
fuerza” porque sino “la vida se transforma en algo aburrido”.
Lula está en la cárcel de Curitiba que, paradojas de la vida, él
mismo inauguró en el 2007 con el objetivo de mejorar la calidad del
servicio penitenciario brasileño y solamente para detenidos en tránsito,
de hecho, en ese moderno bloque de cemento se alojan 20 presos pero el
ex presidente es el único que está en forma permanente y aislado, y que
pasa en soledad 22 de las 24 horas del día.
Los preparativos para la entrevista arrancaron cinco meses atrás
cuando comenzó el primer intercambio de mensajes con los abogados
defensores del ex presidente y después de muchas idas y venidas y
frustrados intentos, sorpresivamente la semana pasada llegó la
confirmación: Lula esperaba a PáginaI12 el miércoles 11 de
septiembre a las 9.30 de la mañana en la cárcel de Curitiba, estado de
Paraná, para un reportaje de 60 minutos.
Después de una hora de preparativos en la sala asignada para la
entrevista, donde había un pequeño escritorio ubicado exactamente en el
medio de la habitación y a su vez rodeado de una especie de candado que
formaban otros escritorios y detrás del que estaban los camarógrafos,
fotógrafos y PáginaI12, comenzaron a desplegarse las medias de seguridad para que ingresara el ex presidente.
A las 9.30 policías con pasamontañas y biombos que aislaban a Lula de
cualquier contacto con el exterior escoltaron al ex presidente durante
todo el recorrido desde su celda hasta el tercer piso del bloque de
cemento, donde estaba la sala donde se realizó el reportaje.
De impecable traje oscuro y corbata bordó, ingresó con paso firme,
íntegro y saludó alegremente a cada uno de los presentes y la emoción
invadió cada milímetro de ese espacio frío, opresivo e impersonal, pero
que con su presencia se cargó de energía y de dignidad.
Antes de sentarse y mientras acomodaba los papeles y un libro atlas
que llevaba en sus manos para graficar algunas cuestiones durante la
nota, preguntó: “¿Hay algún hincha de Racing en la sala?”, como para
distender y seguramente para hacerlo presente a Néstor Kirchner.
“El día que deje de creer en la justicia, me pregunto qué es lo que
voy a hacer. No porque un juez haya sido un canalla, no porque un fiscal
haya sido un canalla, vos tenés que juzgar a toda la justicia por causa
de ese error. El problema es que espero, con mucha tranquilidad, que la
Suprema Corte tome una decisión. Tengo dos Habeas Corpus que se tienen
que votar”, respondió cuando Página 12 le consultó sobre su libertad.
Su equipo de abogados, encabezado por Cristiano Zanin Martin, es
optimista y espera que pronto haya noticias favorables para el ex
presidente y que en los próximos meses recupere la libertad o que al
menos le concedan arresto domiciliario.
Durante la entrevista, Lula recorrió varios temas, desde la
actualidad brasileña que la comparó con los peores años económicos del
menemismo. Le agradeció públicamente la vista al candidato presidencial
del Frente de Todos Alberto Fernandez y le aconsejó que cuando asuma el
próximo 10 de diciembre gobierne “para el pueblo pobre” y “no” le mienta
“nunca”.
“No aceptar el terrorismo que el mercado crea. Al mercado no le
interesa el pueblo argentino, el mercado tiene interés en ganar dinero.
Al mercado no le preocupa si las personas pasan hambre, si las personas
viven en las calles. El mercado quiere saber si hay rentabilidad. Y
Fernández tiene que tener un compromiso con Dios y con el pueblo: no
mentirle nunca al pueblo y gobernar prioritariamente para el pueblo
trabajador y para el pueblo pobre argentino. Ese es el consejo que
podría darle al compañero Fernández y a la compañera Cristina”, enfatizó
Lula.
.- ¿Qué le da fuerza para empezar cada día?
.- Primero tengo ganas de vivir mucho. No sé por qué, pero creo que
voy a vivir 120 años, entonces alguien que va a vivir mucho necesita
tener mucha fuerza porque sino la vida se transforma en algo aburrido. Y
sé porque estoy acá. Estoy acá condenado por un ex juez mentiroso
(Sergio Moro); por un fiscal mentiroso y canalla (Dealtan Dallagnol) y
por algunos comisarios que me armaron causas mentirosas en mi contra.
Podría no estar acá, podría haberme ido de Brasil. Pero vine acá porque
tengo a cuatro personas que saben la verdad sobre estos juicios en mi
contra: yo, Dios, el juez y los fiscales. Ellos saben que mienten. Y
Dios y yo sabemos que estoy con la verdad. Es por eso que estoy acá.
Estoy acá para probar mi inocencia. Es más, ya probé mi inocencia, lo
que quiero es que ellos prueben mi culpabilidad. Quiero y continúo
esperando que me señalen alguna culpa de algo. Estoy esperando que me
señalen un dólar mal habido en mi vida. Es decir, en verdad, el delito
que cometí en este país, fue probarle a una elite brasileña
políticamente canalla, que es posible que el pueblo coma lomo y bife de
chorizo, que es posible que el pueblo pobre viaje a Bariloche, a Buenos
Aires, a Miami en avión, que es posible que una persona tenga una casa,
que es posible que una persona entre en una universidad, que es posible
que una persona vaya a una escuela técnica y que es posible que una
persona tenga acceso a la cultura, al esparcimiento, al teatro, al cine,
a un restaurante. Ese fue el delito que cometí. Generar 22 millones de
empleos en blanco. Aumentar en un 75% el salario mínimo. Poner a
disposición 52 millones de hectáreas de tierra para hacer la reforma
agraria. Hacer el mayor programa nacional de historia de Brasil y de
entablar amistad con todos los países de América del Sur. Fue el momento
de la cordialidad. Fue el momento en que nosotros no teníamos
contiendas. Fue el momento en que soñamos: Kirchner, Lula, Chávez,
Rafael Correa, Tabaré, Pepe Mujica soñábamos en construir un bloque
económico fuerte, desarrollado tecnológicamente para que nosotros
pudiéramos disputar la exportación de productos con valor agregado y no
solo commodities.
.- ¿Y qué pasó con ese sueño?
.- Y todavía sigo con este sueño y es por eso que tengo fuerza.
Porque todavía quiero estar vivo y quiero ayudar a derrotar a todas
estas personas malvadas, a quienes no les gustan los pobres, que solo
gobiernan para el mercado. Acá en Brasil hace un año que no se habla de
empleo, que no se habla de sueldos, que no se habla de ganancias. Sólo
se habla de privatización y reducción de la máquina pública. Entonces,
mi voluntad para la lucha es como si tuviera 20 años. Acá y fuera del
país. Y creo que ellos tienen miedo de soltarme, porque saben que cuando
me suelten, voy a la calle. Voy a la calle. Tengo ganas de ir a la
puerta de la Rede Globo de Televisión y desmentirla. Hace diez años que
cuenta mentiras sobre mí. Tengo ganas de hacer un debate con el canalla
del juez que me juzgó y con el fiscal que me acusó. Entonces, es por eso
que tengo fuerza, porque quien tiene la verdad, no tiene que tener
miedo.
.- Su libertad depende de la justicia ¿confía en la justicia brasileña y en las instituciones en general?
.- Podría hacerles una pregunta y es una pregunta que me hago todos
los días. El día que deje de creer en la justicia, me pregunto qué es lo
que voy a hacer. No porque un juez haya sido un canalla, no porque un
fiscal haya sido un canalla, vos tenés que juzgar a toda la justicia por
causa de ese error. El problema es que espero, con mucha tranquilidad,
que la Suprema Corte tome una decisión. Tengo dos habeas corpus que se
tienen que votar. Hay una presión muy grande de la prensa brasileña,
sobretodo de la Rede Globo de televisión para que Lula no salga de
prisión. Porque el gran problema de la operación Lavajato es que dejó de
ser una operación de investigación de la corrupción y se transformó en
un partido político. Es decir, hay un pacto entre los medios de
comunicación y la operación Lava-Jato. Todas las mentiras que la
Lava-jato cuenta, se transforman en verdad en la prensa brasileña. En
las tres revistas nacionales, en los grandes diarios, la Lava-Jato tenía
a un periodista en cada diario, en cada revista que recibía
preferencialmente la información antes que los abogados de la defensa. Y
esto todavía continúa. Estarán siguiendo en la Argentina la divulgación
del blog Intercept que descubrió todo lo podrido de la Lava jato. Para
la gran prensa brasileña, no existe Intercept. Ninguna denuncia hecha
por Glenn (Greendwayld, periodista de Intercept) se divulga en la gran
prensa. Ahora, el domingo, hubo una denuncia muy seria de mentiras de
los fiscales, del comisario de policía, del juez Moro con relación al
hecho que yo acepté ser ministro de Dilma. La mentira es la cosa más
grave hasta ahora y la Rede Globo de televisión no dijo nada. La emisora
Record no dijo nada. La emisora SBT no dijo nada. Es decir, la prensa
no consigue desvincularse de la Lava-Jato porque cuando se libere a
Lula, una parte de la Lava-Jato habrá perdido credibilidad. Porque hasta
ahora solo contaron mentiras. Y estoy con mucha sed, con ganas de, en
libertad, cuestionar la credibilidad de estas personas. Por eso es que
creo en la justicia.
.-¿En qué siente que se equivocó si tuviera que hacer una autocrítica de su gestión? ¿y qué repararía de eso?
.-Acá en Brasil hay algo que está de moda, todos quieren que el PT
haga una autocrítica. Es impresionante. Ellos gobernaron durante 500
años, el PT solamente 13 años, solo el PT hizo más que ellos. Para que
tengas una idea, en ocho años de gobierno, fui el Presidente que creo
más universidades en la historia de Brasil. Pusimos más alumnos en la
universidad, en 12 años, más alumnos que ellos pusieron en un siglo.
Entonces, si tuviera que hacer una autocrítica, me iba a mirar al espejo
y decirme: “Lula, ¿por qué no hiciste más? ¿Por qué no mejoraste más el
sueldo del pueblo? ¿Por qué no hiciste más universidades? ¿Por qué no
generaste más empleos? ¿Por qué no hiciste más por la reforma agraria?”
Era esta la autocrítica que haría. Hacer más, cada vez más, porque
solamente así es que vamos a hacer crear un pueblo con un estándar de
vida decente.
.- ¿Cómo se puede desarticular esa connivencia entre los medios y la justicia para generar ese tipo de golpes institucionales?
.- Nunca fui a almorzar o desayunar con el dueño de un periódico, de
una emisora de televisión para pedir un favor. La única cosa que quiero y
exijo es que ellos existan para informar bien a la sociedad, no para
mentirle, no para construir mentiras. Y en Brasil se construyeron muchas
mentiras. Si tenés en cuenta que el principal noticiero de Brasil de la
televisión, según una encuesta hecha por una profesora de la
Universidad Federal de Minas Gerais, en tan solo un poco más de un año,
hay 80 horas, en el principal noticiero de esta televisora, hablando mal
de Lula. Y al mismo tiempo tiene más de 100 horas, transformando un
juez mentiroso en héroe. O sea, ellos pensaban que la mentira iba a
vencer. Y estoy aquí para decirles a ustedes: la verdad vencerá, cueste
lo que cueste, tarde lo que tarde, pero el pueblo brasileño va a saber
la verdad y que esas personas que me acusaron no tienen moral. Hicieron
uso de la justicia para hacer política y el principal objetivo era
impedir que Lula volviera a ser presidente de la República de este país.
Y que el PT ya no pueda ganar más las elecciones. Es eso, el mismo odio
que ellos tenían a Kirchner y que tenían a Cristina.
.- ¿Se ve nuevamente Presidente?
.- Tengo conciencia que mi rol ahora es contribuir para que otras
personas, más jóvenes que yo, con más energía que yo, con más ganas que
yo... Con más ganas no creo. Pero otras personas, Brasil tiene muy
buenas personas. Hay varios gobernantes interesantes, hay gente nueva en
la política. Yo espero que Brasil no me necesite. Espero que tengamos
nuevos cuadros, nuevas mujeres, nuevos hombres para poder participar de
un proceso electoral.
Fuente:Pagina/12
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