lunes, 24 de julio de 2017

¿QUÉ ES “GANAR” LAS ELECCIONES DE OCTUBRE?



Por Edgardo Margiotta

Escuchamos frecuentemente, frases como “hay que ganar la elecciones en octubre”, “Cristina tiene que sacar más votos que Macri”, “Si el gobierno gana en octubre se viene otro ajuste”. Pero, ¿cuál debería ser el resultado de las elecciones de octubre para decir que las hemos ganado o perdido?

Se suele decir que las elecciones a mitad del período presidencial (o de medio término), como serían las de octubre, son una suerte de plebiscito sobre la gestión de gobierno. En parte esto es así, pero las próximas elecciones, son algo más, está en juego la posibilidad de poner un límite al neoliberalismo y definir quién puede consolidarse en el liderazgo de la oposición.

¿Pero cómo hacer la lectura del resultado de las elecciones en todo el país? Supongamos que el oficialismo obtiene un 35% (porcentaje probable para todas las lista identificadas con la alianza Cambiemos), ¿se puede decir que la oposición obtuvo el 65% y, desde el punto de vista plebiscitario sería un resultado negativo para el gobierno?

Para quienes participamos del espacio político que conduce CFK, la plataforma de Unidad Ciudadana es muy orientadora sobre qué debemos perseguir en las próximas elecciones, ya que son algo más que unas simples elecciones de término medio, pues tienen una trascendencia mayor:

“El Gobierno de Cambiemos no tiene límites. Por eso, el límite lo tenemos que poner entre todos y todas en las próximas elecciones. Por eso la emergencia. Por eso la urgencia. Por eso, también, la responsabilidad histórica.
Para ello resulta imprescindible:
Construir una nueva relación de fuerzas políticas y sociales que exprese la UNIDAD CIUDADANA para frenar el ajuste permanente, la desindustrialización endémica, el endeudamiento serial y la especulación financiera que la Alianza Cambiemos tiene como únicas metas de gobierno.
El Parlamento tiene que ser uno de los límites para el ajuste neoliberal, pero no el único. Las instituciones y organizaciones sindicales y sociales, en ejercicio de sus propias representaciones, tienen también una responsabilidad histórica frente a este nuevo calvario de los argentinos y no pueden ser ajenas a la convocatoria ciudadana.”

Si bien las próximas elecciones son legislativas en los ámbitos nacional, provincial y municipal, son las de diputados y senadores nacionales las que adquieren mayor importancia con respecto a la posibilidad de poner límites al ajuste neoliberal. Hay que tener en cuenta que la elección de diputados y senadores nacionales, aunque se refieren al Congreso Nacional, no considera al país como un distrito único (como en el caso de la elección presidencial), sino que la integración de sus miembros se realiza en relación a 24 distritos electorales (las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires).

Por esta razón, los resultados electorales de octubre no permitirán, como ocurre en una elección presidencial, disponer, oficialmente al menos, un cómputo de votos en el ámbito nacional para tal o cual partido o candidato. Sin embargo, el ejercicio de sumar votos de los 24 distritos electorales se hará. Partidos, analistas políticos, medios de comunicación, entre otros, buscarán, algunos de manera interesada, “mostrar quién ha ganado y quién ha perdido”.

Este cálculo no será sencillo porque en cada distrito electoral los partidos y frentes electorales no se alinean o identifican políticamente de modo necesario con los de otros distritos. Así, por ejemplo, ¿para quién computar los votos del radicalismo porteño que sostiene a Lousteau, enfrentando al PRO y la CC, cuando en el orden nacional los tres integran Cambiemos? ¿O nuestro Frente Unidad Ciudadana que como tal no existe en todos los distritos, pero en algunos de ellos se presenta el FPV apoyando la conducción de Cristina?

¿Qué tendríamos que contabilizar para ensayar ese cálculo? Por lo pronto, debemos hacerlo sobre los votos a diputados nacionales, ya que son bancas que se renuevan en todos los distritos, cosa que no ocurre con los senadores. En el caso del espacio que conduce Cristina, deberíamos sumar los votos que en cada distrito saquen las listas que la apoyan. Tendremos que tener en cuenta que en algunas provincias, ese cómputo va a depender de cómo se resuelvan las PASO y cómo se vayan definiendo algunos candidatos que aún no lo han hecho.

Estas serían las listas que podemos incluir:


Buenos Aires
Frente Unidad Ciudadana.
Catamarca
Frente Unidad Ciudadana (integrado por las agrupaciones políticas Unión Celeste y Blanca y Dignidad Popular).
Chaco
Frente Unidad Ciudadana: Frente Grande y el Partido Proyecto Popular.
Chubut
FPV (PJ y el Partido Independiente Chubutense)- PASO 6 listas
Ciudad Autónoma de Bs. As.
Frente Unidad Porteña. Hay PASO 3 listas: Unidad Ciudadana / Peronismo por el Bien Común / Ahora Buenos Aires.
Córdoba
Frente Córdoba Ciudadana (Partido de la Victoria, Frente Grande, Encuentro por la Democracia y la Equidad, Partido Comunista, Partido Solidario, Compromiso Federal y Partido Kolina).
Formosa
PJ-FPV.
Misiones
Frente Unidad Ciudadana (seguidores de Cristina, La Cámpora, Kolina y algunos disidentes del peronismo provincial.
Neuquén
Frente Unidad Ciudadana (PJ, Frente Grande, Partido Solidario y Kolina) y el Frente Neuquino.
Río Negro
FPV (PJ, Kolina y Frente Grande, además de cinco partidos adherentes, Nuevo Encuentro, Movimiento de Apertura Democrática, el Movimiento Nacional Alfonsi­nista (FORJA), Partido Comunista, y el partido Solidario - Hay PASO 2 listas.
Salta
Frente Ciudadano para la Victoria (Partido de la Victoria, el partido Frente Grande y del Movimiento Popular Unido).
San Luis
Frente Unidad Justicialista (PJ, Compromiso Federal, PUL (Partido Unión y Libertad), MID (Movimiento de Integración y Desarrollo), Frente para la Victoria, Partido Comunista, Más San Luis, el Partido del Trabajo y la Equidad y Vocación Sanluiseña).
Santa Cruz
FPV - Hay PASO 2 listas.
Tierra del Fuego
Frente Ciudadano y Social (Partido Social Patagónico (PSP) que conduce la ex gobernadora Fabiana Ríos, Partido de la Victoria, el Partido Humanista, el Partido Encuentro por la Democracia y la Equidad (ex Nuevo Encuentro) y Concertación Forja.


Debemos tener en cuenta que en algunas de estas provincias, la lista o listas mencionadas, tienen pocas probabilidades de hacer una buena elección.

En 14 distritos, el Partido Justicialista participa en otras listas, distintas a las mencionadas, que dependiendo del resultado de las PASO o de definiciones posteriores al 13 de agosto, podrían agregar votos a un cómputo nacional. En todos estos casos el PJ integra frentes electorales, con excepción de La Pampa (donde el PJ va solo).

En Chaco, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, Mendoza, Santa Fe y Tucumán, en los frentes que integra el PJ, habrá, efectivamente, competencia en las PASO (entre 3 y 10 listas). Dependerá mucho de quiénes sean victoriosos que sus votos de octubre, puedan registrarse a favor de Cristina en el orden nacional. Casos claros son la lista de Agustín Rossi en Santa Fe o los sectores vinculados a Jorge Capitanich en el Chaco.

En Catamarca, La Rioja, Misiones, San Juan, Santiago del Estero y Tierra del Fuego, donde no hay competencia interna en las PASO, el PJ y sus aliados locales, podrían luego del 13 de agosto, definir o renovar su apoyo a la conducción de Cristina, sobre todo si ella gana en la Provincia de Buenos Aires.

En el supuesto de que este ejercicio sea adecuado, luego de las elecciones de octubre, podríamos arribar a un total de votos obtenidos en el ámbito nacional por el espacio político que reconoce el liderazgo y conducción de Cristina. Este mismo ejercicio tendría que hacerse con el massismo y Cambiemos. ¿El que obtenga la mayor cantidad de votos ganó?

Si logramos la mayor cantidad de votos en el ámbito nacional de la manera que describimos, ¿ganamos? Puede ser importante conseguirlo, pero, probablemente, su valor político sea más bien simbólico, antes que efectivo. ¿Le pone un freno a Cambiemos? ¿Establece una nueva relación de fuerzas políticas y sociales que pueda frenar el ajuste permanente? Creemos que no. Podría suceder algo parecido a lo que ocurrió en la última elección presidencial en los EE.UU.: H. Clinton sacó la mayor cantidad de votos en el país, pero la presidencia la ganó D. Trump. Sacar la mayor cantidad de votos puede darnos entusiasmo, fortalecernos en nuestra militancia, encarar el 2019 con mayores expectativas de “volver”, pero en lo inmediato no asegura poder poner límite a Macri. Al menos, si no logramos al mismo tiempo otras cosas.

Como lo señala la plataforma electoral de Cristina, el Parlamento Nacional es central para constituirse en un potente límite para el ajuste neoliberal. Esto es así por cuanto la futura composición parlamentaria pondrá a prueba las posibilidades del Gobierno Nacional -que hasta ahora logró la cooperación de la “oposición amigable”- para avanzar en su segunda fase del ajuste.

Pero el Congreso de la Nación no es el único ámbito que debemos conquistar para frenar al neoliberalismo, también son importantes, de otra manera, las legislaturas provinciales y los consejos deliberantes municipales y el freno que se pueda poner desde las instituciones y organizaciones sindicales y sociales.

Siendo el Poder Legislativo nacional el más importante espacio de poder que se pone en juego electoralmente, veamos que sería “ganar las elecciones de octubre”.

En la Cámara de Diputados de la Nación

Se renuevan 127 bancas, es decir, prácticamente la mitad del cuerpo (257 diputados). Aquí se puede decir que todas las fuerzas políticas intentarán, al menos, conservar las bancas que actualmente poseen y que deben disputar, pero un buen desempeño electoral sería, sobre todo, aumentar el número de diputados que integran sus respectivos bloques. Para nosotros, sería sacar más bancas que las que ponemos en juego y tanto más cuanto eso minimice la cantidad de bancas del bloque Cambiemos y de la “oposición amigable” (massismo y bloque justicialista, especialmente).

Cambiemos deberá hacer una buena elección para mantener los 87 diputados que tiene, porque recambia 41 diputados, es decir, prácticamente la mitad. Otro tanto ocurre con el massismo que renueva 20 bancas sobre un total de 37 en su composición actual. También es una elección exigente para el Bloque Justicialista, ya que intentará reponer las 7 bancas que arriesga, sobre un total de 17. Nuestro bloque, el Frente para la Victoria más aliados (Movimiento Solidario Popular, Concertación-FORJA, Partido Solidario Sí), compromete 33 escaños sobre un total de 73.

Obtener más de 33 bancas empezaría a ser un buen resultado, pero se puede empezar a hablar de un triunfo electoral si todas las bancas que se pudieran obtener por encima de 33, se lograran a expensas de los bloques de Cambiemos, el massismo (Federal-UNA), el Bloque Justicialista, es decir, que estos últimos bloques tuvieran una reducción en la cantidad de diputados. Una victoria más nítida aún, sería que -como consecuencia de las elecciones (bancas conseguidas más reconfiguración de las fuerzas políticas en el Parlamento)- pudiéramos conformar un bloque o interbloque que sea la primera minoría de la Cámara (actualmente lo es el bloque de Cambiemos con 87 diputados). Un triunfo todavía más contundente, sería el que nos permitiera componer un bloque o interbloque que tuviera quorum propio en la Cámara (129 diputados), pero con realismo, hoy esa probabilidad es muy baja.

El cuadro siguiente muestra la cantidad de bancas que se renuevan en octubre, por distrito y fuerza política.


Bancas que se renuevan
FPV (Unidad Ciudadana y aliados)
Cambiemos (PRO y aliados)
Massismo (y aliados)
Otros
Buenos Aires
35
11
4
11
9
Catamarca
3
0
2
0
1
Chaco
4
2
1
0
1
Chubut
2
0
0
2
0
Ciudad Autónoma de Bs. As.
13
3
8
1
1
Córdoba
9
0
4
3
2
Corrientes
3
0
2
0
1
Entre Ríos
5
3
1
1
0
Formosa
2
1
0
0
1
Jujuy
3
0
2
0
1
La Pampa
3
0
2
0
1
La Rioja
2
0
1
0
1
Mendoza
5
1
2
0
2
Misiones
3
0
2
0
1
Neuquén
3
1
0
2
0
Río Negro
2
2
0
0
0
Salta
3
0
1
0
2
San Juan
3
2
1
0
0
San Luis
3
0
1
0
2
Santa Cruz
3
1
2
0
0
Santa Fe
9
2
5
0
2
Santiago del Estero
3
0
0
0
3
Tierra del Fuego
2
2
0
0
0
Tucumán
4
2
0
0
2
Total País
127
33
41
20
33


Muestra el cuadro, la importancia de la elección en la Provincia de Buenos Aires, donde se disputan 33 bancas, es decir, un poco más de un cuarto (27,5 %) del total de los 127 escaños en juego, pero además, un distrito que contiene al 37,01 % del electorado nacional con 11,8 millones de electores.

Dentro de las 33 bancas clasificadas como “otros”, están incluidas 14 bancas que en su momento fueron obtenidas por el Frente para la Victoria y que luego sus diputados se separaron del bloque (incluye al Bloque Justicialista, al Frente Cívico de Santiago del Estero, al Movimiento Evita, Bloques unipersonales como el de Plaini en provincia de Buenos Aires, entre otros). Esto significa que podemos tener la expectativa de que resueltas las PASO en algunas provincias, se puedan recuperar algunas de estas bancas. Lo que ya es un hecho, es que las dos bancas de San Luis, clasificadas como “otros” y que hoy pertenecen a Compromiso Federal (Rodríguez Saá), de ser conservadas, se integrarían al bloque que responde a la conducción de Cristina, ya que hoy está sellada una alianza entre ambos. Es muy probable el  triunfo de Cristina en la provincia de Buenos Aires, lo que hace suponer que como consecuencia de la ratificación popular de su conducción, habrá realineamientos parlamentarios que posibilitarían conformar un bloque o interbloque que permita poner freno a Macri desde del Congreso de la Nación (téngase en cuenta que, ya al confirmarse su candidatura, se aglutinaron y concentraron en torno a su figura muchos dirigentes y sectores políticos, lo que también podría ocurrir después de las PASO).

El cuadro también muestra la importancia que para el massismo tiene la provincia de Buenos Aires, ya que de las 20 bancas que tiene que renovar en el país, 11 son de esa provincia, con el agravante que, de las otras 9, muchas fueron obtenidas en otras provincias en el 2013, en alianza con el radicalismo quien, ahora, es aliado del PRO.

Cambiemos, si bien en el país es quien más escaños debe renovar (41), en provincia de Buenos Aires sólo renueva 4, lo que permite predecir que superará con cierta holgura es número.

Es realista pensar que podemos ganar en la provincia de Buenos Aires. Muchos compañeros están ansiosos por ver a Cristina ganar en la Provincia por un amplio margen de votos. Tenemos que ser cautos en este punto. Cristina no puede ganar con el 54% de los votos, como lo hizo en 2011. Ganar con entre el 35 y 38 por ciento y una diferencia de 4% al 5% con respecto al segundo, sería un triunfo enorme. Seguramente, el techo estaría alrededor del 38%, que, por otra parte fue el porcentaje de Scioli en la Pcia. de Buenos Aires en la primera vuelta de la presidencial  de 2015.

Por supuesto que la cantidad de bancas en juego en Ciudad Autónoma de Bs. As. (13), Córdoba (9) y Santa Fe (9), y la cantidad d electores que concentran (2,5 – 2,7 – 2,6 millones, respectivamente), también los hacen distritos muy importantes, pero nuestras chances en ellos parecen más limitadas que en la provincia de Buenos Aires. En CABA, históricamente adversa al peronismo, solo podemos aspirar a salir segundos; hay probabilidades de conservar las 3 bancas y sería un batacazo ganar una cuarta. Córdoba es una provincia en la que el kirchnerismo, ya hace años, está debilitado; ganar allí una banca sería un enorme logro. Nuestra expectativa en Santa Fe está depositada en la lista de Agustín Rossi y la posibilidad de conservar las dos banca en juego.


En la Cámara de Senadores de la Nación

Se renuevan los senadores de ocho provincias, tal como se detalla en siguiente cuadro:



Bancas que se renuevan
FPV (Unidad Ciudadana y aliados)
Cambiemos (PRO y aliados)
Massismo (y aliados)
Otros
Buenos Aires
3
2
0
1
0
Formosa
3
2
1
0
0
Jujuy
3
2
1
0
0
La Rioja
3
0
0
0
3
Misiones
3
2
0
0
1
San Juan
3
2
0
0
1
San Luis
3
1
0
0
2
Santa Cruz
3
2
1
0
0
Total País
24
13
3
1
7

Aquí el panorama es muy complejo porque el bloque del FPV en la actualidad no actúa unitariamente y, muchas veces, sus miembros votan con criterio independiente. Es decir, quizás “ganar” podría ser, simplemente, recomponer un bloque, mayoritario, coherente y unitario, claramente opositor. Ganar ampliamente sería obtener, por lo menos 14 escaños, con Cristina ganadora en la Provincia y conformando un bloque o interbloque (FPV-Unidad Ciudadana-PJ) que sea mayoría con quorum propio (37 senadores) y, por supuesto, coherencia opositora que no fue demostrada en los dos últimos años, en una suerte de diáspora de los senadores del FPV-PJ. En este sentido, parece probable sumar al menos entre 8 y 10 senadores por vía de los votos a ese bloque o interbloque y otros entre 6 y 4 por vía de una recomposición de alianzas en la Cámara, lo que permitiría conservar la condición de bloque o interbloque mayoritario con unos 34 o 36 senadores, aunque no obtener el quorum propio. Esto último será más difícil de lograr, aunque no improbable. Algunas de esas dificultades para el armado de un bloque o interbloque con éstas características provendrán, seguramente, de las relaciones que los respectivos gobernadores hayan establecido o establezcan con el gobierno nacional.

En conclusión, hay muchas formas de entender qué es “ganar” las elecciones de octubre y con el escrutinio definitivo en mano, muchos harán sus análisis e interpretaciones (forzadas o con objetividad). Para nosotros, como lo plantea nuestra plataforma, “ganar” significa fortalecer nuestra posición en el Parlamento (aunque no exclusivamente allí) para que sea uno de los límites al ajuste neoliberal. “Ganar”, podría ser entonces que:
·         En la provincia de Buenos Aires, Unidad Ciudadana obtenga la mayor cantidad de votos para senadores y diputados nacionales. Logrando dos senadores por la mayoría (Cristina y Taiana) y once o más diputados.
·         En la Cámara de Diputados podamos conformar un bloque o interbloque Unidad Ciudadana /FPV-PJ y, eventualmente otros, que acreciente la composición actual de 72 miembros.
·         En la Cámara de Senadores, mejore nuestra situación actual, acordando la integración de un bloque o interbloque mayoritario de Unidad Ciudadana /FPV-PJ-Compromiso Federal que actúe con unidad de criterio frente al oficialismo y su ajuste neoliberal.

Si no alcanzamos esto, ¿habremos “perdido la elección”? Puede ser, pero seguro, como siempre, ¡NO NOS HABRÁN VENCIDO!


 *Lic. en Sociologia


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