Más allá del debate ultramediatizado acerca del impuesto a las ganancias
y su impacto en la cúpula de la pirámide salarial formal, incluso por
sobre el desempleo que afecta al 6,9% de la PEA y el subempleo que
impacta hoy sobre el 8,9% de la PEA , la persistencia de 33,7% de trabajadores informales es el problema central del mercado de trabajo en nuestro país.
El gobierno nacional provocó 20 puntos de baja en la informalidad desde
mayo de 2003 pero la tasa se muestra ahora inelástica . Cabe precisar en
este sentido que muchas veces, los encadenados de valor de las grandes empresas suponen también núcleos de proveedores que promueven el trabajo informal.
El caso de la industria textil es un ejemplo notable pero no único,
donde las grandes marcas se proveen habitualmente mediante talleres
clandestinos, con modalidades de trabajo informal muy extremas .
Al respecto y sobre el impacto salarial del trabajo informal, leemos a Jorge Duarte, periodista especializado en temas gremiales / @ludistas
El panorama de 2013 se viene con la certidumbre de negociaciones
paritarias complejas y con un mercado laboral con desigualdades
importantes. La informalidad laboral, la precarización y las
tercerizaciones son los ingredientes de un plato complejo.
Según las cifras oficiales difundidas por el Ministerio de Trabajo de
la Nación, dentro del mercado laboral se encuentran un total de
15.913.400 personas ocupadas. De ese total, los trabajadores con aportes
y beneficios sociales suman 10.553.566, es decir un 66,3% del total de personas ocupadas.
Dentro de este grupo, los que se encuentran registrados en relación de
dependencia suman 8,5 millones, mientras que los restantes son
trabajadores cuentapropistas. Además, según estas cifras oficiales, los
datos más alarmantes se vinculan a los que no entran en ese 66,3%. La cantidad de trabajadores no registrados en el país llegan a los 5.360.000 de personas.
Estos números respaldan los análisis que expresan que un tercio de los
trabajadores de la Argentina se encuentra dentro de la informalidad
laboral.
Estar dentro de la masa del 33,7% de trabajadores no registrados
representa bastante más que no tener aportes jubilatorios y cobertura
social -lo que de por sí no es poco-. Las condiciones laborales de los
trabajadores no registrados se encuentran muy por debajo de las
condiciones laborales de los trabajadores que sí lo están. Esta
desprotección en las condiciones en las que se desarrolla el empleo
implica, en muchos sectores, mayores riesgos para la salud y mayores
índices de insalubridad, ligado a la incapacidad de negociar mejoras por
la condición precaria en la que se encuentran. Sin embargo, el problema
también tiene un componente económico muy fuerte. Los salarios de los
trabajadores no registrados son, aproximadamente, un 30% ( o más agregamos nosotros) menores a los que perciben por el mismo trabajo quienes se encuentran registrados.
Para graficar el componente económico del impacto en el salario del
trabajo no registrado, es útil recurrir a los datos presentados hace
unos días por el Observatorio por el Derecho Social en el informe
denominado: “Estado de vigencia de los Derechos Humanos de la clase
trabajadora en la Argentina”. Según las cifras exhibidas, el promedio
de las remuneraciones netas de los trabajadores registrados alcanza los
$5.796 mensuales. Al incorporar a los trabajadores no registrados a la
cuenta el monto desciende a los $3.707 mensuales. Ese es el impacto
profundo que tiene el trabajo no registrado en el promedio de ingreso de
los trabajadores y el que representa una condena a salarios muy bajos
de aquellos que no se encuentran contenido por el “mercado laboral
formal”.
Hay un componente fundamental que explica un promedio de salarios
de los trabajadores ocupados de $3.707. Esto tiene que ver con que más
del 40% de los trabajadores percibe de su ocupación principal un ingreso
inferior al Salario Mínimo, Vital y Móvil. Esto se produce por
situaciones de fraude laboral que esquivan hasta las pautas más básicas
que regulan el empleo. Las carencias en los controles estatales y el
propio Estado (ya sea nacional, provincial y/o municipal) empleando bajo
condiciones informales son parte de este entramado irregular...
Fuente: Ramble Tamble
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