Ex Directora Nacional de Políticas para Adultos Mayores entre 2002 y 2015, hoy presidenta de la Asociación Latinoamericana de Gerontología Comunitaria, Mónica Roqué, analiza que el neoliberalismo aliado al FMI ha impuesto la idea de que la vejez es un problema: “Pretenden una expectativa de vida más corta”, dice.
Mónica Roqué
Días atrás el candidato a presidente de la Nación, Alberto Fernández,
volvió a poner el tema en agenda y adelantó una de las primeras medidas
de Gobierno que tomará de resultar electo en octubre: devolverles a los
jubilados los medicamentos que recibían gratis a través del PAMI, y que
el gobierno de Cambiemos les quitó. “Es mentira que no se puede”,
aseguró Fernández.
La situación de las personas mayores luego de tres años y medio de
neoliberalismo es dramática. La pérdida de poder adquisitivo de los
haberes jubilatorios durante el gobierno de Macri ha llevado a la
Argentina de ser el país que tenía la jubilación mínima más alta de
Latinoamérica a tener una de las más bajas.
“La inflación en general, que afecta a todos los órdenes de la vida,
pero en especial la que aplica a medicamentos, provoca que las personas
mayores hoy no puedan pagarlos y estén padeciendo una situación de salud
gravísima, porque además el PAMI les quitó la entrega gratuita de
remedios. La consecuencia es evidente: han aumentado el agravamiento de
las patologías, la discapacidad y la mortalidad”, señala Mónica Roqué.
En Estos Días: Usted se refiere a la vejez como
receptora de un acervo cultural. Desde el título de uno de sus textos,
“Un mundo envejecido es un mundo mejor”, hace referencia a la “riqueza y
sabiduría que da la experiencia de las personas mayores a favor del
desarrollo de la comunidad”, y asegura que incluso tiene un efecto
concreto como la disminución del analfabetismo en la Argentina. Usted
destaca una baja drástica del 6% que registró el Censo Nacional 2001, a
solo el 1,5% en varones y 2,8% en mujeres que no leen ni escriben, de
acuerdo a la Encuesta Permanente de Hogares en 2011, y esto lo vincula a
las políticas públicas dirigidas a la vejez durante esa década.
Mónica Roqué: Claro, hay una connotación peyorativa
en ser viejo, pero la opción a envejecer es la muerte. Lo primero que
hay que decir es que los órganos del cuerpo humano comienzan a envejecer
a los 25 años. Es decir, que a los 25 años comienza el declive; pero
esto no significa que a partir de los 26 una deja de ser una persona
activa, productiva e inserta en la comunidad. Hay que comprender que el
envejecimiento es un proceso. Y luego, además, que llegar a la categoría
de “adulto mayor” (60 años) no es hoy lo mismo que hace 50 años atrás,
cuando la esperanza de vida era de 20 años menos respecto de la que
tenemos ahora. Una mujer argentina tiene una expectativa de vida de 80
años, y un varón de 74. Quien cumple 60 años, tiene ahora una
expectativa de vida promedio de 22 a 25 años. Esto significa un tiempo
vital mayor que el de otros segmentos, como los que incluyen infancia y
adolescencia.
En Estos Días: Ese acervo cultural que usted menciona, sospecho que no tiene que ver solo con la acumulación de experiencia.
Mónica Roqué: Tiene que ver también con la
circunstancia de una sociedad neoliberal que es la que provoca que
primen los jóvenes, fundamentalmente varones, productivos -en el sentido
de la producción capitalista-; una sociedad además machista y
patriarcal. Esto implica que socialmente las mujeres envejecemos antes
que los varones. Una mujer a los 40 años deja de ser un objeto de deseo,
en términos de esta sociedad en la que vivimos; es producto del
descarte de la sociedad y de la mirada masculina. En cambio un hombre de
esa edad, “tiene experiencia”, se dice; comienza a ser deseable: una
mujer que tiene canas es vieja; un hombre que tiene canas es atractivo.
Esto es algo que tiene que ver con la idiosincrasia y con la política.
El varón en esa edad está en una etapa productiva desde el punto de
vista del consumismo. Porque una persona mayor, también produce
conocimiento, experiencia, y demás cuestiones pero que, claro, no son
las valoradas en el mundo capitalista.
En Estos Días: Es interesante el concepto de “envejecimiento social” que señala en relación a la mujer.
Mónica Roqué: Nuestra expectativa de vida es de unos
6 a 7 años mayor que la de los varones, pero vivimos también con mayor
discapacidad. Nosotras no nos morimos de enfermedades agudas como mueren
los varones; sobrevivimos, pero con mayor discapacidad. El tema, para
la mujer, no es solo llegar a la vejez, sino además, en qué condiciones
llegamos a la vejez. Por eso en este punto es central tener políticas
públicas con perspectiva de género, porque las mujeres llegamos, como
digo, soportando más enfermedades. También llegamos muchas veces viudas,
a consecuencia de esa mayor expectativa de vida y, al ser viudas,
entonces llegamos también empobrecidas, porque quien trae el principal
recurso económico en una sociedad machista es el varón. Esto en la
generalidad de los casos. Argentina, afortunadamente durante los
gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner se convirtió en uno de los
países del mundo donde las mujeres tienen la mayor cobertura en
jubilación. Esto es, que se equiparó a la de los hombres, con un 97% de
cobertura. Eso es algo que no sucede en la mayoría de los países, donde
las mujeres no acceden a la jubilación, porque las mujeres tenemos al
trabajo no remunerado como principal actividad, o los trabajos
informales. Es muy bajo el porcentaje de mujeres que pueden acceder a
trabajos formales, y cuando lo logran, por ejemplo acá, en Argentina, la
brecha salarial entre mujeres y varones es del 26%. Las mujeres siempre
ganan menos. Y entonces, cuando llegamos a la vejez, lo que
mayoritariamente tenemos es una jubilación mínima. En números: el 67% de
las mujeres que tienen una jubilación, tienen la mínima; en tanto entre
los varones, solo el 45% tiene la mínima. Entonces a eso le sumamos la
viudez, la soledad, las enfermedades crónicas y la falta de cobertura
socio sanitaria, y el resultado es que las mujeres envejecemos en peores
condiciones.
En Estos Días: Yendo a la situación actual de los
jubilados, me refiero puntualmente a aquellos que han perdido el acceso a
los medicamentos gratuitos que les proveía el PAMI, ¿cuál es su
evaluación?
Mónica Roqué: Si uno va hoy, en este instante a los
registros del PAMI, son aproximadamente 900 mil jubilados los que
dejaron de recibir sus medicamentos gratuitos. Nosotros estimamos que
han de ser muchos más, porque las condiciones para poder obtener el 100
por ciento de la medicación gratuita son bastante perversas para quien
ha llegado a esa situación. Hoy el 80% de los jubilados cobra menos de
20 mil pesos, y el 60% de los jubilados cobra la mínima o menos (menos
de 11 mil pesos). Hoy, según el PAMI, de los 2 millones que recibían
medicación gratuita hasta 2015, lo están recibiendo solo un millón cien
mil jubilados. De modo que imaginemos a esas 900 mil personas, que no
solo dejaron de recibir medicación, sino que en muchos casos tiene que
pagar el 854% de inflación, que fue lo que aumentó, por ejemplo, un
anticoagulante de primera elección que se emplea para evitar los
accidentes cerebro vasculares. Es evidente que no lo pueden comprar. El
valor de venta al público de un hipertensivo hoy es de 1.967 pesos.
Tratemos de imaginar cómo puede hacer un jubilado con un haber de 11 mil
pesos.
“La primera causa de muerte de las personas mayores son las
enfermedades del sistema circulatorio, le siguen en importancia los
tumores y las enfermedades del sistema respiratorio. La prevalencia de
las primeras es algo mayor entre las mujeres que entre los varones, en
tanto que se da una prevalencia inversa (mayor entre los varones) en los
tumores. Las principales causas de muerte y discapacidad en las mujeres
mayores son las enfermedades coronarias y el ACV, que provocan cerca
del 60% de las defunciones”.
En Estos Días: Los medicamentos son un elemento
central para el grupo etario al que usted se refiere, pero además hay un
contexto agresivo en todo sentido; quiero decir, además hay que comer.
Mónica Roqué: Bueno, en cuanto a los medicamentos
también ocurre algo que es gravísimo, y es que el precio depende en
mucho del dólar, porque son fabricados por laboratorios extranjeros.
Cuando se provocan estas corridas, quién sabe a dónde pueden ir a parar
nuevamente los precios. Y después sí, la electricidad aumentó a 2018 un
1.465%, el gas un 1.261%, el agua un 956%. Por su parte, las
jubilaciones aumentaron un 200% en tres años y medio. Perdieron en
cuanto a poder adquisitivo un 20%; pero si se contrasta con la canasta
alimentaria, la pérdida fue de un 60% de poder adquisitivo. Una persona
mayor hoy no puede pagar la medicación, no puede pagar la alimentación
básica, no puede pagar las expensas…la situación es gravísima.
Lo que ocurre con el neoliberalismo es un tipo de discriminación que
se denomina “viejismo”; una discriminación por edad con la que la
sociedad connota negativamente a las personas mayores. Dejan de
considerar que una persona mayor es aquella que tiene 60 años o más,
faltando a ese punto que es una consideración de la Convención
Interamericana que protege los Derechos Humanos de las personas mayores,
y ratificada en Argentina en 2017 con la Ley 27.360. Eso no debe
ocurrir, una persona no es lo que a mí se me ocurre que es, sino que es,
debe ser, lo que dicen las leyes y convenciones.
En Estos Días: Con base en este contexto que
describe, la llevo entonces al tema Políticas Públicas, es decir, ¿cómo
se hace para avanzar en la restauración del sistema?
Mónica Roqué: Bueno, el candidato a presidente de la
Nación, Alberto Fernández, planteó dos cosas fundamentales, el aumento
del 20% de las jubilaciones para devolver a los jubilados el poder
adquisitivo que tenían en 2015, y la entrega de medicación gratuita para
las enfermedades prevalentes para todas las personas mayores. Eso es
fundamental, es el piso mínimo que tenemos que comprender para que las
personas puedan tener una vida con dignidad y calidad. Después sí, hay
que entrar en servicios específicos como pueden ser aquellas personas
que necesitan acompañamiento para las actividades de la vida diaria
porque tienen algún proceso de fragilidad o dependencia. No significa
que se trate de alguien que no puede desenvolverse, sino de alguien que
necesita acompañamiento para algún tipo de actividad en su casa. Para
eso nosotros implementamos el Programa Nacional de Cuidador
Domiciliario, para el que habíamos formado 45 mil cuidadores. Eso es
algo que hoy ha sido desfinanciado y precarizado. Nosotros estamos
comprometidos en tener un servicio nacional de cuidados que implica todo
lo que pueda requerir la atención en domicilio, la asistencia, la
atención en centros de día y la atención en residencias especializadas.
De modo que estamos trabajando en un proyecto de Ley que reglamente
todos estos servicios que son específicos para personas mayores.
Hoy sucede que el neoliberalismo regional, además alineado al Fondo
Monetario Internacional, ha logrado que las personas mayores no tengan
ningún futuro en nuestros países. El FMI ha dicho claramente que la
vejez es un problema. Lo que pretenden es que la gente no llegue a
envejecer, que tenga una expectativa de vida corta. Cuando en realidad
la vejez no es un problema sino una solución, como ocurre en los países
nórdicos u otros países europeos. Es sencillo: la vejez es una solución
porque significa que si llegamos a la vejez es porque hemos disminuido
la mortalidad infantil, la materna, la adolescente con sus
problemáticas, y la mortalidad en los adultos, y hemos logrado una mejor
calidad de vida para nuestra población.
Mónica Roqué es Médica
Cirujana, Magister en Administración de Servicios de Salud y Seguridad
Social con Especialización en Tercera Edad y Discapacitados, OISS, UNLM.
Magister en Dirección y Gestión en Sistemas de Seguridad Social.
Universidad de Alcalá, España. Directora Nacional de Políticas para
Adultos Mayores, de la SENNAF-Ministerio de Desarrollo Social.
Coordinadora General del Plan Nacional de las Personas Mayores.
Presidenta de la delegación Argentina ante ONU y OEA en el grupo de
trabajo sobre la convención de derechos humanos para las personas
mayores. Secretaria Ejecutiva del Consejo Federal de Mayores,
Responsable Nacional del Proyecto Observatorio de Mayores. Directora de
la carrera de posgrado Especialización en Gerontología Comunitaria e
Institucional, de la Facultad de Psicología de Mar del Plata.
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