El influyente Martin Wolf, jefe de análisis del Financial Times, ha dicho con razón que Thomas Piketty ha escrito "un libro extraordinariamente importante".Le Capital au XXIe siècle (Seuil), publicado en 2013 en Francia y traducido al inglés -Capital in the Twenty-First Century (Belknap Press, 2014)- el pasado marzo lo es. Sin duda.
Se trata de una obra clave por sí misma y por el momento en el que se ha escrito. Es undocumentadísimo trabajo sobre el capitalismo y la desigualdad social... que ha aparecido justo cuando la mayor crisis económica desde el crack bursátil
de 1929 ha ahondado las diferencias sociales que existen en algunos de
los países más desarrollados. Hablar de capitalismo, liberalismo, rentas
del capital, del trabajo y desigualdad social en este tiempo
postrecesión es demasiado apetitoso.
Por eso, el dominical británico The Observer titulaba así una larga entrevista que hizo a Piketty el pasado 13 de abril: "Occupy tenía razón: el capitalismo ha fallado al mundo". En otras palabras, ¿ha proporcionado Piketty el cuerpo doctrinal que necesitan los movimientos antiglobalización y
antisistema, desde Occupy Wall Street al 15-M, que han proliferado en
todo el mundo con la crisis? ¿Se debe a ello que el economista francés
haya generado la mayor discusión académica y mediática sobre economía en
los últimos años? ¿Por qué The Economist le ha llamado "el moderno Marx"?
Veamos lo que dice Piketty, después de
un exhaustivo análisis de millones de datos y estadísticas en una
veintena de países desarrollados en los últimos tres siglos:
1. El capitalismo es un buen sistema económico para generar riqueza, pero no corrige automáticamente los incrementos de desigualdad.
2. Los ricos son cada vez más ricos. La
relación entre el valor generado por las rentas de capital (el
patrimonio) y el creado por la renta nacional (el trabajo, básicamente)
no es constante a lo largo del tiempo. Cuanto más bajo es el crecimiento
económico, más peso tienen en la riqueza de un país las rentas de
capital. Es decir, los ricos son cada vez más ricos respecto al resto de
la población. Lo formuló con su famoso r > g (donde r es el
rendimiento del capital y g, la tasa de crecimiento económico)
3. La riqueza se concentra.
Las rentas de capital tienden a agruparse mucho más que las rentas del
trabajo, por lo que con el paso del tiempo los hijos de los ricos serán
más ricos que sus padres, mientras que la renta del resto de la sociedad
crece mucho más lentamente.
4. Un parón en el siglo XX.Piketty
comprueba este fenómeno en sus análisis de los siglos XVIII y XIX y
dice que en el siglo XX el incremento de la desigualdad se ha frenado
por las dos guerras mundiales y por la política económica fuertemente
redistributiva que aplicaron todos los gobiernos posteriores a las
conflagraciones. El acelerado crecimiento económico mundial de la
segunda mitad del siglo XX, la implantación de políticas fiscales
progresivas y la generalización de los sistemas de protección social
redujeron la diferencia entre el retorno de las rentas de capital y el
de las del trabajo.
5. Vuelta a la desigualdad en el XXI.
El economista francés observa cómo las diferencias de renta se han
acentuado desde los años 70 hasta ahora. Las economías desarrolladas han
vuelto al crecimiento sostenido, pero débil, de forma que se reproduce
su argumentación: la riqueza se concentra en cada vez menos manos.
Piketty dice que si no se corrige, las sociedades desarrolladas podrían
alcanzar niveles de desigualdad similares a los de épocas anteriores a
la revolución industrial. Si las diferencias son demasiado elevadas,
dice Piketty, se reduce la igualdad de oportunidades y, por tanto, se
pone en riesgo la democracia. El economista pone como ejemplo lo
sucedido en Rusia desde el desmoronamiento de la Unión Soviética, donde
una oligarquía cada vez más reducida y adinerada controla el país...
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