ENTREVISTA A
HECTOR RECALDE, DIPUTADO DEL FRENTE PARA LA VICTORIA
En diálogo con
Página/12, Recalde explicó los principales lineamientos de las iniciativas en
estudio para cobrar impuestos a la renta financiera y dejó en claro que no se
gravará el ahorro de los pequeños inversores.
El Frente para la
Victoria comenzó a trabajar en el Congreso en la unificación de una serie de
proyectos propios y de fuerzas aliadas con el objetivo de gravar la renta
financiera. Entre las ideas que están bajo análisis se contempla establecer un
tributo a la compraventa de acciones, la distribución de dividendos y los
plazos fijos que superen un determinado valor. Según la propuesta de Carlos
Heller (Nuevo Encuentro), el piso a partir del cual se debe gravar este
instrumento sería de 100.000 pesos, aunque hay quienes proponen 300.000 pesos.
Quien está coordinando el trabajo hacia el interior del bloque es el diputado
Héctor Recalde. En diálogo con Página/12, explicó los principales lineamientos
de las iniciativas en estudio, y dejó en claro que no se gravará el ahorro de
los pequeños inversores. Según el texto del Presupuesto 2013, de gravarse la
renta financiera con el Impuesto a las Ganancias, el Estado podría recaudar más
de 5500 millones de pesos. Recalde sostuvo que no será sencillo enfrentar el
lobby de los bancos, aunque aclaró que existe voluntad política para avanzar.
También habló del Impuesto a las Ganancias –tributo que no sería modificado en
el proyecto sobre la renta financiera–, abordó las críticas de la CGT y el
escenario electoral de octubre. Además, cuestionó la “incoherencia” de la lista
del Frente Renovador que conduce Sergio Massa.
–¿Por qué hay que hay
gravar la renta financiera?
–Creo que con un poco de
sentido común toda la sociedad argentina estaría gustosa de que la timba
financiera pagara impuestos. Toda la especulación financiera debería ser
gravada, porque ése sería un mecanismo para que el Estado recaudara con el
objetivo de cumplir su rol. Sin recursos no puede cumplir con su rol. Entonces,
no nos parece adecuado que exista un privilegio impositivo para la renta
financiera. Este es el principal motor del porqué hay que gravar a este sector,
y en eso estamos trabajando dentro del bloque del Frente para la Victoria.
–Concretamente, ¿qué
tipo de ganancias o renta financiera piensan gravar?
–Es bueno diferenciar.
Cuando hablamos de renta financiera, no estamos pensando en el pequeño
ahorrista. En cambio, sí contemplamos la venta o la especulación con acciones
de empresas, por ejemplo, o la distribución de dividendos. Incluso estamos
pensando en promocionar la reinversión. Es decir que podríamos manejar una
escala de alícuotas de manera que privilegiemos esa reinversión. A aquel que
destine utilidades a una inversión le bajaremos el porcentaje del impuesto.
Estamos trabajando sobre estas aristas.
–¿Cuántos proyectos
están analizando?
–Hay aproximadamente una
veintena de iniciativas. De esos proyectos, en principio rescatamos tres, uno
de Jorge Rivas, otro de Carlos Heller y una propuesta mía. Con mis asesores
estuvimos haciendo un cuadro comparativo de todas ellas, incluso incorporamos
en el análisis las iniciativas de otros bloques, y para muestra basta un botón.
Hay un proyecto del diputado (Gerardo) Milman, del GEN de Margarita Stolbizer,
que grava también al pequeño ahorrista. Entonces, cuando digo que no vamos a
tocar el ahorro nacional me refiero al plazo fijo del pequeño ahorrista.
–Por ejemplo, la
iniciativa de Heller plantea que el gravamen debería comenzar a partir de
ganancias de 100.000 pesos. ¿Está contemplada una diferenciación de este tipo?
–Bueno, yo proponía
300.000 pesos, pero hay que ver si es sobre todo el patrimonio o si es sólo un
plazo fijo de ese monto. A mí me resulta relevante ver la capacidad
contributiva que tiene una persona. También podemos gravar los intereses
ganados. En el caso de que una persona tenga solamente un plazo fijo, es más
sencillo para controlar. Después, hay variables que son difíciles de afrontar. Por
ejemplo, en la especulación financiera existen los intermediarios. Hay que
evitar ciertas situaciones de elusión fiscal. Las cerealeras son especialistas
en este tema. Tenemos que trabajar para evitar cualquier resquicio de elusión
fiscal. Es una tarea compleja que debemos encarar con mucha responsabilidad.
Seguramente también me reuniré con Alejandro Vanoli (titular de la Comisión
Nacional de Valores) para que aporte insumos que nos permitan cerrarle
cualquier cerco a la especulación.
–¿Hay una decisión de la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner de avanzar en este tema?
–La instrucción para
comenzar a trabajar en este proyecto la recibí de Juliana Di Tullio, que es la
presidenta de nuestro bloque. Me pidió que coordinara con el resto de los
compañeros de bancada y que lleguemos a un resultado. Los hechos son sagrados,
las interpretaciones son libres. El hecho es que Di Tullio me pidió que
empezara a trabajar. Ya hablé con otros diputados, con Roberto Feletti y Carlos
Heller, y ahora estoy buscando distintos insumos para enriquecer el proyecto.
Obviamente, debemos tener en claro para qué gravar la renta financiera. ¿Para
obtener recursos? Bien, el destino de esos fondos lo definirá la presidenta de
la Nación.
–¿Cuánto piensan
recaudar?
–Todo dependerá del tipo
de proyecto que armemos. Nosotros estamos viendo qué insumos podemos recabar
para gravar la renta financiera. Después viene la decisión política de cómo
utilizar esos recursos. Si logramos la realización de este proyecto, la que
decidirá es Cristina. En definitiva, el trabajo final es saber con qué
contamos, pero siempre analizando costos y beneficios. Todo lo que hagamos
tiene que ser con racionalidad y sin demagogia.
–¿Qué sería demagogia?
–Por ejemplo, decir que
vamos a gravar todo y después resulta que entorpecemos las inversiones
privadas. Entonces, primero debemos medir costos y beneficios y sobre todo
pensar que estamos enfrentando a una de las corporaciones más fuertes que
existen en nuestra sociedad: la patria financiera. Tenemos que avanzar en este
tema, contemplando todos los obstáculos. Uno sabe que está frente a un poder
fuerte con capacidad de hacer daño. Acá nos enfrentamos a aquellos que en 2003
dijeron que si en un año no hacíamos lo que ellos querían, se acababa el
Gobierno.
–Eso lo dijo Claudio
Escribano en el diario La Nación.
–Exacto. Las corridas
bancarias que hubo y la que hay ahora, con el auge del dólar ilegal, son
responsabilidad de la corporación financiera. Son los bancos los que manejan el
dólar ilegal. No es el arbolito. Las corporaciones son las que lo manejan con
la intención de condicionar al Gobierno. Igualmente la Presidenta ya lo
advirtió cuando dijo que cuanto más la aprietan, más fuerte es la respuesta.
Así que bueno, acompañamos esa política.
–El sector financiero es
el que más dinero ganó en los últimos años. Salvo por la modificación de la
Carta Orgánica del Banco Central, el gobierno nacional todavía no pudo avanzar
en una regulación fuerte para ese sector.
–Es cierto. Los informes
de la Bolsa de Comercio indican que la tasa de rentabilidad del sector
financiero es una de las más grandes. La reforma de la Carta Orgánica del Banco
Central es un buen ejemplo para graficar nuestra metodología de trabajo.
Originalmente, el proyecto había sido presentado por Mercedes Marcó Del Pont.
Cuando terminó su mandato, el texto perdió estado parlamentario, por eso lo
presenté nuevamente en 2009. La Carta Orgánica se reformó hace muy poco. ¿Qué
quiere decir esto? Como diría el general Perón, nosotros avanzamos en su medida
y armoniosamente. Tengo absoluta confianza en la direccionalidad que le
imprimió primero Néstor Kirchner y ahora Cristina a este programa político,
económico, social y cultural. Cité el ejemplo de la Carta Orgánica para
explicar cómo las cosas ocurren en el momento indicado.
–¿Este es el momento
indicado para avanzar sobre la renta financiera?
–¿Y por qué no? El que
conduce señala el sentido de la oportunidad. Esto lo explicaba Néstor cuando
hablaba del Banco Central. ¿Por qué lo designó a Martín Redrado y no al flaco
Kunkel? Hay una relación de fuerzas, sentido de la oportunidad, y variables
internacionales que hacen que quien ocupa la conducción elija el momento
adecuado de avanzar.
–¿Están contemplando
experiencias internacionales para elaborar este proyecto?
–Sí, la renta financiera
está gravada en muchos países, pero queremos centrarnos en nuestra realidad
nacional sin perjuicio de cotejar otras experiencias. Hay que tener mucho
cuidado con las extrapolaciones.
–En medio de una campaña
electoral, ¿cree que podría lograr el apoyo de algunos bloques de la oposición?
–Estoy seguro de que si
habláramos con Margarita Stolbizer de este tema, intercambiando ideas, a lo
mejor podemos coincidir, o lo mismo con (Claudio) Lozano. Pero primero hay que
hallar el consenso con la tropa propia, saber qué pensamos dentro del bloque y
ver las distintas posiciones. Luego avanzar en los consensos.
–¿Ya lo llamó algún
referente de la oposición para acercarle su posición?
–No. Estamos en campaña
electoral, supongo que estarán muy ocupados o no tienen ninguna inquietud. El
hecho, que es sagrado, es que no me han llamado.
–¿Cuándo cree que
debería salir esta ley?
–Nuestro enfoque es ir
para adelante. Cuando uno cree que está haciendo lo correcto, quiere hacerlo
cuanto antes. Pero hay que manejarse con las realidades y dificultades del
caso. Es imposible hacerlo de un día para el otro. Si sale en noviembre, que
salga. Este no es un tema electoral, es algo estructural.
EL
DEBATE SOBRE EL IMPUESTO A LAS GANANCIAS
“Hay
que hacerlo más equitativo”
–Usted
dice que el Impuesto a las Ganancias debería llamarse Impuesto a los Ingresos y
que, más allá de cualquier denominación, es un tributo progresivo.
–Claramente es un
impuesto progresivo, aunque hay que hacerlo más igualitario. Es progresivo
porque apunta a la capacidad de contribución de cada persona. Esto es bueno. En
todo caso, hay que hacerlo más equitativo. Yo defiendo a los trabajadores.
Tengo una relación histórica con el movimiento obrero. Por eso resulta ilógico
y falto de sentido común que se piense que las remuneraciones, los sueldos,
sean una ganancia. Jorge Ga-ggero me dijo una vez que históricamente lo que
nosotros aplicamos como Impuesto a las Ganancias en el mundo es un impuesto a
los ingresos. Entonces, si ponemos las cosas en su justa medida podríamos
definir a partir de qué ingreso corresponde pagar un impuesto para que el
Estado pueda cumplir su rol en la distribución de la riqueza. Y yo creo en el
rol del Estado.
–Hermes Binner dijo en
una entrevista que en ninguna parte del mundo existe un tributo sobre los
ingresos.
–Bueno, a veces uno se
chisporrotea. Quizá en el fárrago de una campaña electoral se dicen estas
cosas. Yo tengo respeto por el pensamiento ajeno y no lo descalifico.
–Desde la Confederación
General del Trabajo (GGT) también se insiste con que Argentina es uno de los
únicos países que tiene un impuesto como Ganancias.
–El que dice eso se
equivoca, porque la experiencia nos indica que en muchos países existe. El tema
es el nivel de imposición, donde el que más gana tiene una mayor capacidad
contributiva.
–¿Le dolieron algunas
descalificaciones hacia su persona realizadas por integrantes de la CGT?
–No quiero ser un tipo
inmune a cualquier cosa, ni un fanfarrón que piensa que está en la verdad
absoluta. Lo que actúo lo hago con convicción. Eso sí me da satisfacción. Actúo
con convicción y me puedo equivocar pero siempre en la misma vereda. De lo que
opine otro me resbala. Todo el mundo tiene derecho a criticar pero nunca a insultar.
El que insulta se descalifica a sí mismo.
–Tal cual están ahora
las escalas del Impuesto a las Ganancias, ¿se daña el bolsillo de los
trabajadores?
–Si yo presenté hace un
año un proyecto para elevar el mínimo no imponible y cambiar las alícuotas, en
realidad pienso que sería más equitativo hacerlo. Pero como ya dije antes, el
sentido de la oportunidad lo define la Presidenta, y estoy absolutamente
convencido de la direccionalidad de este proyecto, del camino de igualdad y
justicia social que estamos recorriendo. Los tiempos los marca quien conduce en
esta realidad compleja.
“Los
otros son tristes”
Por Sebastián Premici
–¿Qué
perspectivas tiene para las elecciones de octubre?
–En la medida en que
clarifiquemos que nosotros somos el oficialismo y que los otros son la
oposición, que no dicen lo que tienen que decir, que ocultan, esconden,
disfrazan y que poseen propuestas que nada tienen que ver con lo que se hizo en
estos diez años, vamos a hacer una buena elección en la provincia de Buenos
Aires y ni hablar en el resto del país. Pensemos en otras listas, que Cristina
calificó de rejunte, no son personas que tienen distintas opiniones sino que
son opuestos, totalmente contradictorios.
–¿Por qué dice que son
contradictorios?
–Yo discuto ideología.
Si hay una lista con representantes del PRO, PJ disidente, UIA, aquellos que
votaron la flexibilización laboral o la ley Banelco, hay que pensar qué votaron
esos personajes cuando se trataron temas centrales como la estatización de YPF,
la recuperación de los recursos previsionales, la resolución 125. Unos votaron
de manera afirmativa, muchos en contra y otros se ausentaron. Ahí está la
clave. Ahora tienen afirmaciones contradictorias. Desde el PRO dicen “pactamos
con el intendente de Tigre”, pero Darío Giustozzi dice que no tiene nada que
ver con el PRO. La realidad es que en esa lista hay tres candidatos del PRO. En
cambio, en el Frente para la Victoria nos conocemos todos hace mucho tiempo, y
tenemos coherencia. ¿Y sabés por qué creo que vamos a ganar? Porque tenemos la
alegría de la militancia. Los otros son tristes.
Otros
proyectos
Por Sebastián Premici
¿Qué
otros proyectos de ley considera indispensables?
–Hay muchas materias
pendientes. Hicimos mucho pero también falta mucho. Hay que modificar la ley de
entidades financieras, por ejemplo. Tenemos una tasa de desocupación del 7,9
por ciento. En Brasil hubo una huelga general planteando una baja de las horas
de trabajo de 44 horas semanales a 40 horas. Nosotros tenemos 48 horas. Tengo
pensado un proyecto para bajarlas de 48 a 45, algo prudente. ¿Esto qué significa?
Darles más posibilidades a 200.000 desocupados para que consigan empleo.
Fuente: Página/12
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