miércoles, 3 de agosto de 2011

A 45 años de los “bastones largos”, hoy el país recupera a sus científicos



Los militares desarmaron a golpes aquel modelo de desarrollo tecnológico
  
 
 
 
El 29 de julio de 1966, la dictadura de Onganía intervino la universidad y la policía apaleó a estudiantes y profesores de Ciencias Exactas, 1400 docentes e investigadores abandonaron el país. Desde 2003, se repatrió a más de 800.
 
Al grito de “¡hay que limpiar esta cueva de marxistas!”, la guardia de Infantería de la Policía Federal entró a los claustros universitarios, apaleó a estudiantes, graduados y profesores y produjo un velo negro en la historia académica argentina, propiciando la “fuga de cerebros” y el desmantelamiento de programas de avanzada. Un costo que el país “sigue pagando” y que planes como el de repatriación de científicos buscan subsanar. El episodio se imprimió en la Historia como La Noche de los Bastones Largos y ocurrió hace hoy exactamente 45 años.
“Sentí bombas que estallaban, que rompían las ventanas, entraban y arrojaban gases. Tuvimos que salir como ratas. Después me recuerdo pasando por la doble fila de la guardia de infantería, ahí nos golpeaban, nos decían de todo”, recuerda el matemático Raúl Carnota, en ese entonces un estudiante que había acompañado la asamblea de autoridades y alumnos en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires. Esa noche del 29 de julio de 1966, todos los claustros se habían convocado para rechazar la intervención dispuesta por el reciente gobierno de facto de Juan Carlos Onganía, mediante el decreto 16.912, que atentaba contra la autonomía y la libertad de cátedra. 

Pablo Jacovkis todavía no era graduado en Matemáticas, y faltarían unos años para que fuera profesor y más tarde decano (1998-2006) de la facultad. Con una carrera avanzada, 20 años, y voluntad por defender lo público, terminó un examen con el profesor del MIT, Warren Ambrose, y fue desde la Ciudad Universitaria hasta la sede de Perú 222, donde hoy funciona la Manzana de las Luces. “Fuimos con un conjunto de estudiantes y presenciamos una reunión del Consejo Directivo, en la que se decidió no aceptar cargos según la norma, porque les restringía a los decanos su autoridad. La UBA no los aceptó. Ni el rector (Hilario Fernández Long), que había firmado una dura declaración contra el golpe de Estado, ni ninguna autoridad”, recuerda hoy.

Carnota cursaba el 5º año en el Colegio Nacional Buenos Aires, ubicado justo a la vuelta del edificio donde funcionaba Exactas. Pertenecía a la Federación Juvenil Comunista, que tenía intervención en el Centro de Estudiantes. Esa vocación lo llevó a unirse a la resistencia y acabar golpeado y detenido, al igual que unas 150 personas esa noche. “Habré estado toda la noche en la comisaría, hasta la madrugada. A otros los largaban antes, a los que se identificaban como profesores”, aporta Carnota, hoy miembro del Consejo de Administración de la Fundación Sadosky.

Los palos de esa noche, bajo las órdenes de los jefes de la Side, Eduardo Señorans, y de la Policía Federal, Mario Fonseca, no distinguieron entre alumnos y autoridades. El decano, Rolando García, y el vicedecano, Manuel Sadosky, fueron golpeados con igual violencia que el resto. Así lo recordó en una carta que envió a The New York Times el profesor Ambrose, quien se encontraba en el país invitado por la universidad: “Nos hicieron pasar entre una doble fila de soldados, colocados a una distancia de diez pies entre sí, que nos pegaban con palos o culatas de rifles y que nos pateaban rudamente (…) Debo agregar que los soldados pegaron tan brutalmente como les era posible y yo (como todos los demás) fui golpeado en la cabeza, en el cuerpo y en donde pudieron alcanzarme. Esta humillación fue sufrida por todos nosotros –mujeres, profesores distinguidos, el decano y vicedecano de la Facultad, auxiliares docentes y estudiantes.”
En una edición especial de la revista Caras y Caretas, de 2006, Felipe Pigna y María Seoane escribieron que “la Guardia de Infantería no ahorró insultos, patadas, golpes de machetes y palazos que por ‘orden superior’ y razones obvias debían apuntar a la cabeza, pero no sólo ahí, como lo demuestra la querella criminal iniciada por el decano Rolando García contra el general”.

La Noche de los Bastones Largos expulsó a casi 1400 docentes que renunciaron o directamente se exiliaron. De los 301 que emigraron, 215 eran científicos, y 86, investigadores en distintas áreas. Al cumplirse recientemente los 50 años de la computación en el país, Tiempo Argentino entrevistó a científicos como Julián Aráoz, quien era responsable del Grupo de Investigación Operativa del Instituto del Cálculo y partió a Europa tras la violencia del onganiato. Programas como el de la computadora Clementina se desvanecieron en poco tiempo tras la fuga de cerebros.  



“Lo que se apagó en La Noche de los Bastones Largos fue un proyecto que pretendía poner a la facultad como un punto de referencia, un faro en matemática aplicada para políticas públicas, para el Estado. En esos años, el Instituto del Cálculo era vanguardia, y esto se perdió abruptamente”, reflexiona Carnota, quien fue profesor del Departamento de Computación.

Jacovkis cree que la herida “se ha cerrado”, aunque “el costo lo seguirá pagando la Argentina durante mucho tiempo. Hay cosas que no se recuperan, todos los científicos que se fueron fue una pérdida grande. De todos modos, hay paliativos. En este momento hay planes para que vengan los investigadores que están afuera, hay programas, es una situación favorable.”  

 Fuente: Diario Tiempo Argentino http://tiempo.elargentino.com/

viernes, 15 de julio de 2011

Bienvenida Tecnópolis


 Por Adrián Paenza

En la Argentina de hoy se están produciendo acontecimientos tan significativos en el ámbito científico, tan distintos de todos los que hemos vivido en las últimas décadas, que merecen una mirada diferente por parte nuestra también. Cualquiera que hubiera vivido en nuestro país durante los últimos 40 años (más o menos) entiende de lo que hablo. La ciencia fue siempre considerada algo exótico, de elite. No me refiero solamente a los presupuestos siempre miserables, sino que lo que cambió es la actitud, la disposición, el interés y por ende la valoración. Hoy hay vasos comunicantes. Hoy hay gente que escucha, pregunta, se interesa, opera y resuelve. Hace un mes fue el tema del satélite que mereció la tapa de este diario (y debió haber sido nota de “tapa” de cualquier medio de comunicación de nuestro país). Hoy es Tecnópolis, que también fue la nota de tapa de Página/12. Pero hay una disposición diferente. Al Poder Ejecutivo le interesa. Hay gente dentro de la clase política que pregunta. No sólo eso: pregunta y luego las respuestas son vinculantes. Es curioso y me dan ganas de escribir inédito, pero no lo hago porque no sería cierto, pero igualmente no estamos acostumbrados a que pase esto: hay gente que está pensando el país, el futuro del país, pero corrido de la coyuntura, pensando en cinco, diez, veinte años hacia adelante. ¿Qué queremos ser? ¿Qué podemos ser? ¿Vamos solamente a seguir exportando carne o soja? ¿Quiénes hacen nanotecnología? ¿En dónde? ¿Por qué nos importa el desarrollo de esa área particular de la física? ¿Quiénes producen software? ¿Quiénes hacen biotecnología? ¿En dónde se hace? ¿Quiénes lo hacen? ¿Qué problemas abordan? ¿Qué pasa con áreas como la computación o la investigación en biología?


Cuando la gente de la NASA invita a la gente de Invap y a los distintos organismos públicos, estatales... (sí, ¡estatales!) para que hagamos “a medias” un satélite, y pongamos adentro cinco de los ocho instrumentos que lleva incorporados, cuando lo hacemos con ellos como pares, es porque estamos en condiciones de hacerlo. No nos están haciendo un favor. Les interesa que estemos. Los españoles, por ejemplo, también tienen buenos jugadores de fútbol. Es más: sin jugadores extranjeros (porque no se puede) salieron campeones del mundo. Sin embargo, quieren tener a Messi. Lo quieren, lo miman, lo valoran. En el mundo de la ciencia, que obviamente no entiende de fronteras, cuando hacen falta gente de ciertas calidades, se “pelea” por ellos. La Argentina produce ciencia de calidad internacional. Y se nota.

Por eso Tecnópolis es algo más que una muestra extraordinaria que va a acompañar por cinco semanas. Es un mensaje que no sólo se lo mandan a la comunidad científica, sino a la sociedad toda. Como si alguien estuviera diciendo: “No sólo nos importan. Vengan y ayúdennos, porque sin ustedes ¡no se puede!”. La Argentina no puede crecer sin sus científicos. Podrá hacer algunos negocios, no necesariamente malos tampoco. Pero como país-país, no podrá avanzar sin producir su propia ciencia, básica y aplicada. Por eso, no sólo disfruto del acontecimiento Tecnópolis, sino que disfruto del momento que vivimos. Casi sin darnos cuenta, se están sentando las bases para el futuro. Nadie más podrá gobernar en adelante ignorando este presente. Y no lo va a poder hacer porque la comunidad científica primero y la sociedad en general han advertido la importancia. Por lo tanto, cualquier intento de retroceso y vuelta a la oscuridad será resistido de manera distinta.

Mientras tanto, recordemos este camino. Ahora, peleemos por mejor presupuesto, por mayor inversión, por más y mejores sueldos, por mejor equipamiento, por mejores edificios, por más becas. Más aún: peleemos para que haya inclusión de todos los estamentos de la sociedad, para que la universidad pública no sea sólo para las clases más solventes económicamente, sino que sea para todos. Pero al mismo tiempo también reconozcamos la enorme e impactante diferencia con lo que la Argentina vivía hasta hace nada más que siete años. Sólo hacía falta que hubiera gente a la que le importe. Y eso, hoy, se nota.

Bienvenida Tecnópolis. Ojalá que ahora haya una aluvión de personas que la recorran y que la disfruten. Es de la gente, es de todos. Es suya. Es de ustedes: recórranla, denla vuelta tanto como puedan. Pregunten, discutan, desafíen. Peléense con los científicos que están allí. Pregunten hasta entender, o hasta demostrarles que los que no entienden son ellos.

Fuente: Diario Página/12

Tecnópolis será la expresión de 200 años de ciencia argentina

Tecnópolis será la expresión de 200 años de ciencia argentina








    

Por Christian Boyanovsky Bazán
Se inaugurará el próximo jueves en un terreno de 50 hectáreas, ubicado en Villa Martelli. Esta muestra que “aúna y potencia” el trabajo público y privado en tecnología, se extenderá durante cinco semanas, con entrada libre.
 
Doscientos años de desarrollo científico y tecnológico de Argentina quedarán plasmados en la megamuestra Tecnópolis, que se inaugurará este jueves. La exposición, organizada por la Unidad Bicentenario del gobierno nacional, ocupará un predio de 50 hectáreas en Villa Martelli, provincia de Buenos Aires, linderas con la Avenida General Paz, donde estaba emplazado el Batallón 601. Se extenderá por cinco semanas, en el horario de 12 a 21, con entrada libre y gratuita. Culminará con la presentación del Parque Temático Tecnópolis, que funcionará allí y se terminará de construir en 2012.
“No se trata sólo de una muestra de tecnología de punta sino de un espacio donde se aúnan y potencian las posibilidades del trabajo del sector público, privado y de la sociedad civil, es por eso que la convocatoria reunió a distintos sectores, incluyendo organismos públicos, empresas privadas y participación internacional”, explicaron desde la organización.
Tecnópolis estará dividida en cinco áreas temáticas, que los organizadores denominaron “continentes”, que representarán a los cuatro elementos Agua, Tierra, Aire, Fuego y a la Imaginación. “Cada uno con su edificio icónico, donde podrán verse los desarrollos que se han realizado en las distintas áreas temáticas de la ciencia y la tecnología. El continente Imaginación estará reservado a los proyectos que se realizan con vistas al futuro”, se informó.
La exposición está montada en un extenso terreno frente a la Ciudad de Buenos Aires, delimitado por las calles La Salle, Manso, Zufriategui y la Avenida De los Constituyentes. Hace días que sus enormes estructuras se aprecian desde la autopista que separa la capital de la provincia. En la muestra participarán diversos organismos oficiales y universidades, y se podrá ver desde el Tronador II, primer lanzador espacial desarrollado completamente en el país, hasta un simulador de la Antártida con temperaturas de -7°C, al que se podrá acceder con trajes especiales. Habrá también un centro de exposiciones con cine 3D y muestras de robótica, videojuegos, y videoesculturas tridimensionales que representarán a criaturas fantásticas de la mitología popular argentino-latinoamericana. Para los más jóvenes, se ofrecerá un espacio para fomentar el aprendizaje y el intercambio colectivo “Sub30 Festival Creativo”. Los más chicos tendrán recorridos en escenarios naturales y espectáculos 3D.
Tecnópolis iba a realizarse en la Capital en noviembre de 2010 pero el jefe de gobierno, Mauricio Macri, desautorizó su emplazamiento en la Avenida Figueroa Alcorta. 

Publicado el 12 de Julio de 2011 Tiempo Argentino

miércoles, 13 de julio de 2011

El empleo en el centro de la agenda

  El empleo en el centro de la agenda

Los gobiernos de Argentina y Francia organizaron un seminario para reinstalar la idea de que el crecimiento económico es sostenible sólo con empleo de calidad. Es una respuesta a las potencias del G-20, que impulsan la receta ortodoxa.
 Por Tomás Lukin

Los gobiernos de Argentina y Francia trabajan en conjunto para reinsertar al empleo como objetivo central de la política macroeconómica en la agenda de debate del G-20. “El crecimiento económico sin creación de empleo de calidad no es sostenible”, afirmó el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, durante el seminario organizado ayer por ambos países en el Palacio San Martín. La reducción del desempleo, la informalidad y la desigualdad como condición necesaria para el crecimiento y desarrollo económico fueron el eje de las sesiones de trabajo donde, además de los países miembro del G-20, participaron especialistas latinoamericanos, europeos y organismos como la Cepal y la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los temas laborales abordados ayer serán retomados por los presidentes en la próxima cumbre del foro multilateral que se realizará en París en noviembre.
“América latina sigue teniendo una enorme volatilidad, pero ganó espacio para hacer políticas macroeconómicas diferentes. Hay que cambiar la jerarquía de la política para alinear los instrumentos fiscales y monetarios hacia el desarrollo productivo y evitar el círculo vicioso que genera la reprimarización de las economías. Además, son necesarias políticas públicas activas con eje en el empleo”, explicó a Página/12 la secretaria ejecutiva de la Cepal, Alicia Bárcena. Durante su exposición en el Palacio San Martín, la funcionaria de Naciones Unidas resaltó que “está en crisis un modelo de crecimiento centrado en la desregulación, en donde el mercado de capitales tuvo mayor margen que el mercado de trabajo. La de-sigualdad conspira contra todos. Es necesario buscar una nueva era de justicia social, donde la actividad productiva y la creación de empleo ocupen el primer plano”.

Por su parte, el ministro Tomada destacó el rol de la creación de empleo en el fortalecimiento de la gobernabilidad y llamó a abandonar los lineamientos neoliberales de la política económica. “Tenemos que profundizar el debate sobre modelos productivos para poner fin al rol del mercado como rector exclusivo de la economía mundial. En países como Argentina las ideas del Consenso de Washington están en retroceso, pero en muchos otros no”, enfatizó el titular de la cartera laboral. El funcionario cuestionó las políticas de ajuste recesivas aplicadas por los países europeos. “Argentina padeció poco la crisis porque existió una decisión política fuerte para mantener el nivel de actividad y el empleo. En vez de ajustar la seguridad social, este gobierno puso en marcha la movilidad social, estatizó el sistema, amplió la cobertura y creó la Asignación Universal por Hijo. Eso es fortalecer la demanda y el mercado interno”, señaló a este diario.
El embajador argentino en Francia, Aldo Ferrer, indicó a Página/12 que “la resolución de los problemas de empleo descansa en la remoción de los obstáculos estructurales. Las políticas de empleo deben ser parte de las políticas de desarrollo y generación de soberanía para poder decidir el rumbo. El país que se deja llevar por la corriente está perdido”. En ese sentido, el economista y miembro del Plan Fénix consideró que “para crear puestos de trabajo se debe modificar la estructura productiva. Las políticas contracíclicas sirven en el corto plazo, pero es necesario profundizar la industrialización, impulsar el cambio tecnológico. Una estructura productiva primaria no genera empleo y menos de calidad”. En tanto, el vocero del presidente francés, Nicolas Sarkozy, en el G-20, Gilles de Robien, consideró que “los indicadores de empleo deben ser tan importantes para los países como los económicos y financieros. Si la economía ignora lo social, no ganaremos más que una nueva crisis”.

La inclusión de la problemática laboral en la agenda del G-20, impulsada en septiembre de 2009 por los gobiernos de Argentina y Brasil, fue rápidamente desplazada frente a la emergencia de la crisis estructural de la Zona Euro y la revitalización de los programas de ajuste diseñados por el FMI. Desde que asumió la presidencia del G-20 a comienzos de año, el gobierno de Francia decidió revitalizar el debate sobre el empleo que volverá a ocupar un lugar en la próxima cumbre de presidentes de noviembre. En ese sentido, Tomada lamentó que la inclusión del “empleo en el G-20 todavía está librada a la decisión del país que lo preside. Aunque Francia honró su tradición poniendo como eje de su presidencia las políticas de empleo, corremos el riesgo de que este tema tan caro a todos nosotros no se continúe”.

jueves, 9 de junio de 2011

Resumen actividad Taller de Peronismo

El viernes 3 de junio se realizo un nuevo encuentro del Taller de Peronismo en la Facultad.

En esta oportunidad contamos con la presencia de del Lic. Héctor Angélico, ex-director de la carrera de Relaciones del Trabajo de la  Facultad de Cs. Sociales UBA, y docente de dicha carrera en la materia "Principios de Sociología del Trabajo" junto a Ignacio Politzer, Sociólogo, asesor de la Subsecretaría de Relaciones Laborales del MTEySS y  Director de la Carrera de Historia de la UPMPM.
Con una importante presencia de compañeros estudiantes y militantes, que concurrieron al taller para participar en conjunto de las exposiciones de los compañeros profesores, y para luego debatir sobre los contenidos compartidos.
Desde La Cámpora Sociales estamos convencidos que estos encuentros permiten generar espacios donde se pongan en común las miradas de los compañeros con respecto al Peronismo,  su historia y vigencia, para que nos enriquezcamos y nos permita abrir perspectivas de reflexión y acción desde el campo nacional y popular.
En este encuentro se tuvo la oportunidad de presenciar algo que para muchos de nosotros que militamos en la facultad desde hace tiempo es dificultoso presenciar. La exposición de Héctor Angélico mostró una articulación tan precisa y productiva de dos ámbitos que muchas veces son separados en nuestra casa de estudios, como es la política y lo académico.
Angélico,  desplego una gran cantidad de material en la mesa, pero en su desarrollo  necesito consultarlos muy pocas veces, nos compartió su mirada sociología del Peronismo, sus estudios sobre  el origen del mismo, y fundamentalmente su metodología para abordarlo, que es la investigación desde la mirada de los actores.
Por su parte Ignacio Politzer, comparo las acciones de Perón con las de Néstor Kirchner en relación a cómo supieron ambos leer sus tiempos y como respondieron a los ataques sufridos con la aplicación de políticas sociales. Perón fue quien comprendió entonces que la unidad debía ser la unidad del Pueblo y el Ejercito, también incluyendo a los empresarios nacionales, y en ese sentido fortaleció el proceso de industrialización protegiendo y acrecentando las políticas de fuerte carácter social.
La jornada fue muy pedagógica, desde nuestro lugar se generó una  identificación con nuestros maestros, no solo como estudiantes de ciencias sociales, sino también como militantes populares, y tomamos como propia la última reflexión de Angélico, él nos planteo la necesidad de construcción de sentido a este actual proceso nacional y popular, que se convierte en objetivo programático de nuestros nuevos encuentros.
Al mismo tiempo Angélico realizo en su análisis del peronismo y el kirchenerismo,  nos llamo a la reflexión de tomar en cuenta la unidad y construcción de sentido, como el arma mas sólida para la profundización y la defensa de este proyecto nacional y popular, la unidad de todos aquellos que apostamos y defendemos este modelo mas allá de las ideologías o los orígenes políticos.

La Cámpora Sociales.

viernes, 3 de junio de 2011

Ciclo de Charlas:“CONSECUENCIAS DE LA PARTICIPACION O INDIFERENCIA DEL CIUDADANO EN SU VECINDAD”.

La Social Cultural presentará un ciclo de charlas/debate durante los meses de junio y julio, contando con la presencia de reconocidos académicos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ). Las charlas hondarán diferentes temáticas pero el eje esencial de las mismas será “CONSECUENCIAS DE LA PARTICIPACION O INDIFERENCIA DEL CIUDADANO EN SU VECINDAD”.


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 Entre los exponentes estarán:

Federico Schuster: Licenciado en Filosofía. Ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires durante los períodos 2002-2006 y 2006-2010.Actualmente es Profesor Titular de la materia "Filosofía y métodos de las Ciencias Sociales" en la carrera de Ciencia política de la Facultad de Ciencias Sociales (Universidad de Buenos Aires).

Daniel Albano: Licenciado en Sociología. Asesor de política educativa del Ministerio de Educación de la Nación. Profesor Universitario de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ)

Montenegro:  Licenciado en Sociología (Universidad de Buenos Aires). Profesor Titular en Universidad de Buenos Aires (UBA) y la Universidad de Lomas de Zamora (UNLZ)

CRONOGRAMA

4 de Junio 2011 18.30 hs -
Lic. FEDERICO SHUSTER.   
Tema: “ LA ACCION COLECTIVA  Y LAS REINVINDICACIONES SOCIALES.

18 de Junio 2011 18.30 hs – 
Lic. ALBANO y Lic. MONTENEGRO 
Tema: “EDUCACIÓN Y FORMACIÓN PROFESIONAL”

25 de Junio 2011 18.30 hs – A Confirmar.
 

Julio 2011 18.30 hs (a Confirmar) - Cerrará el Ciclo de Charlas algún referente de la escena local. Dicha charla se anunciará oportunamente.



Todo el ciclo de charlas será llevado a cabo en el club Union y Fuerzas situado en Grigera 945 (Banfield—LdZ)

LA SOCIAL CULTURAL
¿Qué es La Social Cultural? Es una junta de amigos de la vida, del barrio, los cuales decidimos hacer de nuestras charlas y discusiones, un espacio donde poder comprometernos con nuestro presente y sus problemáticas. La Social Cultural le da nombre a un montón de ganas de hacer política. Deseamos descubrir y ejecutar esas ganas, ése, es nuestro gran objetivo. No nos interesa quedarnos anclados en ninguna definición, ni estrategia. Apostamos a poner en funcionamiento nuestras inquietudes y molestias como también hacer circular y afirmar voces que muchas veces quedan silenciadas u obstaculizadas.

E-Mail: lasocialcultural@gmail.com
Dirección: Grigera 945 (Club Unión y Fuerza)

INVITA GRUPO SOCIOLOGÍA

martes, 31 de mayo de 2011

Debate: El lugar de la ciencia social

El crecimiento de la investigación en ciencias sociales plantea la necesidad de evaluar una estrategia de desarrollo que contemple su rol en el sistema científico. El Instituto Gino Germani (UBA) organizó un debate y aquí se presentan las principales exposiciones.




Final del formulario

El desafío de lo global 
Por Andrés Carrasco *

Varsavsky, en 1969, definió la necesidad de politizar la ciencia como la intersección entre conocimiento, sociedad y soberanía para un modelo nacional. Hoy esa discusión sigue vigente, mostrando que no hemos avanzado sino retrocedido. La ciencia sigue siendo cientificista, atemporal y atada al positivismo. La idea de neutralidad no ha variado y es usada para legitimar la subordinación a los intereses del mercado, que provee su sentido productivista, y el retroceso del Estado, que privatiza la política científica.
La integración subordinada del desarrollo científico se encuentra hoy con un elemento que no tenía peso en los ’70. La aparición de la globalización del poder, la rendición de la soberanía, la ausencia de un arbitraje del Estado desligado de la ideología de mercado, transfirió el control a las corporaciones y convirtió al conocimiento en mercancía de los complejos industriales-financieros globales. Al mismo tiempo que la sociedad de mercado y su principal aliada, la sociedad del conocimiento, milagrosa y salvacionista, avanzan sobre el control de las instituciones productoras de conocimiento, desestructuran al sujeto crítico, suprimiendo toda valoración filosófica e ideológica que pudiere desafiar la celebración de la razón técnica.
El conocimiento científico debería ser parte de una construcción que permita el uso de recursos adecuados para sostener un crecimiento cero que modere el consumo a las posibilidades del planeta y permita su sustentabilidad. La globalización exige transferir la decisión integral de modos y razones de explotación de los bienes comunes a manos privadas, apropiándose de la decisión política. La producción de alimentos con medios e instrumentos tecnológicos de un puñado de corporaciones hace imposible pensar que el mundo resuelva el hambre del planeta, sino más bien formas de control del mercado que destruyen la “soberanía alimentaria” instalando un control social que conduce el diseño de un mundo cada vez más injusto. Y las legislaciones que regulan el patentamiento de moléculas y organismos vivos pasan a ser parte de la legitimación de ese control social necesario para el capitalismo. Si la tecnología puede sostener esta impúdica apropiación de la naturaleza para el control de la sociedad humana, no habrá necesidad de ejércitos para mantener la colonialidad. La “industrialización civilizatoria” estará diseñada para aquellos que tengan pasaje en el arca de Noé del día después. El resto, los otros, serán prescindibles.
Nuestro país tiene la oportunidad de crear o imitar. Podemos reeditar la versión neoliberal disfrazada de neodesarrollismo, pero igual de dependiente, o desarrollar un auténtico modelo soberano, al margen de la globalización. El Conicet, INTA, Conea, etc., pueden desplegar políticas que tiendan a desarrollar técnica que genere saberes propios ante las necesidades del pueblo, una elección soberana, o pueden servir a intereses dependientes implantados por concentrados corporativos.
La adopción de tecnologías es tan poderosa y poco inocente como la espada colonial. Con ella se condicionan modos de producción y usos de recursos naturales. Para ello la tecnología es diseñada a medida de las formas productivas hegemónicas de las corporaciones. Los desarrollos científicos y tecnológicos, los mecanismos de financiamiento y la privatización de la decisión política, así como los relatos que se estructuran alrededor de la “sociedad del conocimiento”, resignifican sistemas e instituciones públicas para generar conocimiento-mercancía. El conocimiento entonces pasa a ser no sólo propiedad del demandante, sino el instrumento que permite subordinar modos y estrategias para satisfacer el consumo de las sociedades centrales sin detenerse en los cambios, exclusiones, saqueos que generan a su alrededor.

* Director del Laboratorio de Embriología Molecular (UBA) y ex presidente del Conicet.

Un campo desjerarquizado 

Por Silvia Guemureman *

Cada vez que reflexionamos sobre el lugar de las ciencias sociales en la política y la producción científica constatamos la misma referencia inobjetable: aún están desjerarquizadas respecto a las biomédicas y las duras. Un indicador elocuente es la facultad de rectificación con que se bendice a las dos últimas, pero se condena en las primeras. Que las ciencias duras y sobre todo las biomédicas hayan trabajado por siglos con hipótesis equivocadas, y promovido con valor axiomático certezas que luego cayeron en el desván del desprestigio, no es sino indicador de progreso y avance científico. Lo interesante es que estos “cambios” en el sentido y la dirección de las prescripciones son asimilados a nuevos descubrimientos y estadios científicos superiores. Esta facultad de rectificación les está vedada a las ciencias sociales: cuando volvemos atrás con una argumentación, eso no constituye “sino la mejor demostración de que antes no habíamos sido lo suficientemente rigurosos” y “esto habla a las claras de la poca seriedad del conocimiento producido por metodologías no-científicas”, o sea, no nos cabe el mote de personas que trabajan por el avance de la ciencia y con humildad rectifican caminos erróneos, sino que los nuevos descubrimientos en forma tautológica confirman que los viejos no eran verdaderos, y por ende, ¿por qué darles crédito a los nuevos?
Si bien es cierto que las ciencias sociales vienen ganando terreno en los organismos de ciencia y las universidades nacionales, también es cierto que la mayor participación alcanza sólo a los instrumentos de promoción más básicos (becas de formación científica y subsidios a la investigación con instrumentos poco complejos); las ciencias sociales aún no aplican a instrumentos científicos complejos y mucho mejor financiados. En las ciencias sociales es harto difícil cuantificar “beneficios” productivos. Pero acaso ¿sirven los parámetros de contabilidad para medir calidad? Y esto nos lleva al tema de la evaluación. ¿Es posible en contextos complejos de evaluaciones permanentes tener parámetros eficientes que no se anclen en la contabilidad ejecutiva y mecánica, despojada de lectura y reflexión sobre los contenidos?
Producimos muchas veces en forma compulsiva para completar los múltiples casilleros de los formularios de evaluación, pero ¿cuántas veces esperamos a que nuestros resultados estén maduros para la discusión? Debate, intercambio: ¿qué es eso? Si pocos leen, si incluso los espacios concebidos para el intercambio son, en realidad, desfiles de monólogos donde cada uno, a su turno, expone casi en forma autista. En eso se han convertido los congresos.
La lógica del mercado también atravesó la producción científica: hay mucho para consumir, dificultad para establecer diferencias, mucho marketing que inclina las balanzas en formas falaces. Esos problemas son, seguramente con matices, comunes a todas las disciplinas. Lo preocupante es que los cientistas sociales hemos internalizado tan bien aquello de que para ser científicos de pura cepa teníamos que ser como “ellos”, los duros, que en ese tren copiamos también vicios y deformaciones. Evaluaciones y publicaciones son ejemplos elocuentes. Esta dificultad se reproduce y realimenta con las posiciones objetivas que ocupan los cientistas sociales en las estructuras científicas, y valga como referencia otro observable inobjetable: la mayoría de los secretarios de Ciencia y Técnica en las universidades nacionales proceden de las ciencias duras o biomédicas.
Para avanzar en un cambio, es necesario que haya más debate y más participación de los cientistas sociales, así sea echando mano al recurso de fijar pisos de participación, cuando no de avanzar en la confección de agendas específicas, con problemáticas inherentes a las ciencias sociales.

* Investigadora del Instituto Gino Germani, coordinadora del Piumas UBA.
 
Más expansión y democracia

 Por Dora Barrancos *

Un sistema científico que se precie debe estar regido por el principio de la expansión, hasta con desperdicio, tal como lo han hecho países que han realizado transformaciones decisivas, como Brasil. Pero ese principio suele no ser muy compartido por los propios agentes científicos, que a menudo son muy temerosos de los cambios.
En primer lugar, es necesario reconocer el aumento notable del número de becas que ha permitido una formación frondosa, pero también más rica en calidad. El mayor número de beneficiarios/as de becas del Conicet ha mejorado la calidad de la producción. La política que ha llevado al aumento geométrico de becarios y becarias ha sido solidaria, claro está, con la implantación de estudios de posgrados en universidades. Hace una década era absolutamente menguada la oferta de posgrados en ciencias sociales y hoy nos enfrentamos a un crecimiento exponencial que, desde luego, plantea serias reflexiones acerca del número de egresados que no tendrán ingreso al Conicet y que debe ser sobre todo objeto de un acuerdo entre las universidades y los organismos gubernamentales.
Hace una década, las políticas restrictivas de admisión en la Carrera del Investigador Científico (CIC) habían llevado al grave envejecimiento de la planta y no escapaba aún a los espíritus más retardatarios que se enfrentarían problemas de todo orden de mantenerse esa situación. Fue una decisión política fundamental el incremento del ingreso de científicos en un proceso que también permitió una mejor representación de nuestras ciencias. Durante los últimos años, la capacidad de ingreso al Conicet significó que los/las postulantes positivamente evaluados pudieran hacerlo. Hoy nos enfrentamos a una severa circunstancia y es que, por primera vez en estos años expansivos, el número de quienes se encuentran en condiciones de ingresar a la CIC supera las vacantes disponibles. En efecto, la captación ha estado en torno de 500 nuevos investigadores en los años recientes y en el último concurso hubo cerca de 200 candidatos/as que no pudieron ser incorporados no obstante su buena calificación. Es necesario señalar que no ha disminuido el número de vacantes, que se han mantenido las proporciones distributivas entre las diferentes áreas del conocimiento, y la que corresponde a nuestras disciplinas sociales y humanas se mantiene en torno del 30 por ciento. Pero es urgente reconocer que necesitamos ampliar la disponibilidad de vacantes en al menos un 25 por ciento, ya que no podemos limitar y menos mutilar el desarrollo del conocimiento, fiel al principio de la inexorable expansividad del sistema científico.
Forma parte vertebral de las políticas científicas, si es que hemos de mirar hacia adelante, garantizar la democratización y la equidad, la igualdad de oportunidades en orden a muy diversas dimensiones. Con relación a la perspectiva de género hemos dispuesto que se contemple la maternidad (incluida la adoptiva) como atributo para aplazar por un año la presentación de los informes obligatorios, y hemos comenzado la discusión en materia de plasticidad para las edades límite del sistema de becas cuando se trata de mujeres con hijos. Otro aspecto que concierne a la equidad es mejorar las posibilidades de quienes aplican en áreas de vacancia, sean estas consideradas en orden a espacios geográficos o a problemas del conocimiento. Hay profundas diferencias regionales que deben ser atendidas si es que deseamos una sociedad más integrada y unas ciencias más democráticas.
* Profesora consulta (Sociales-UBA), directora del Conicet por las Ciencias Sociales y Humanas.

FUENTE: DIARIO PÁGINA/12 Viernes, 22 de abril de 2011 | p12 

martes, 24 de mayo de 2011

Nuestro Homenaje a Julio Godio

Julio Godio fue un destacado investigador de las relaciones del trabajo y de la militancia de los trabajadores. Su vida fue una amalgama intensa entre reflexión académica y compromiso político. Tuvo una participación completa y activa en la historia argentina. En primer lugar, porque fue dirigente estudiantil, sociólogo, militante político de izquierda, exiliado durante la dictadura del 76 e investigador en varias universidades. Además del compromiso político, se dedicó a la reflexión académica y sistematizó la mirada histórica a través de diversas publicaciones, entre las que se destaca una extensa Historia del Movimiento Obrero Argentino, que aún hoy es una referencia insustituible. Dirigía el Instituto del Mundo del Trabajo y colaboró en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y, en los últimos tiempos, en el Ministerio de Trabajo de Argentina.
Al enterarnos de su reciente fallecimiento, estas palabras quieren rendirle un homenaje al investigador y expresar el agradecimiento al compañero que pudo combinar la mirada académica y el compromiso social.
 

martes, 17 de mayo de 2011

GRUPO SOCIOLOGÍA INVITA A LA SIGUIENTE ACTIVIDAD:

PROGRAMA INTERDISCIPLINARIO DE LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES SOBRE GLOBALIZACIÓN, INTERNACIONALIZACIÓN Y REGIONALIZACIÓN (PIUBAGIR)

Lunes 23 de mayo   17:30 hs
Arenales 1371


“Desde que comenzaron a analizarse los procesos de globalización, internacionalización e integración regional, la Universidad de Buenos Aires ha cobijado a buena parte de los docentes e investigadores que se han ocupado de ellos en Argentina.
No obstante, no existe hasta el presente un ámbito jerarquizado, interdisciplinario y que cuente con un soporte sostenido en el tiempo para darle un lugar común a estas preocupaciones en el seno de la UBA.
Este proyecto se propone comenzar a resolver esta situación, creando un espacio que pueda albergar a iniciativas existentes y promover programas de estudio e investigaciones sobre estos fenómenos.
Desde una plataforma como la aquí propuesta, podrá la Universidad de Buenos Aires convertirse en un actor destacado de estos debates y la construcción de los desafíos que se plantean a la relación entre América Latina y el mundo.

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miércoles, 4 de mayo de 2011

Colonialismo científico: la batalla detrás de las revistas

Ya no son simples instrumentos para difundir el conocimiento. También representan una especie de círculo vicioso. A mayor cantidad de citas, mayor prestigio para la revista y mayor puntaje para la carrera de investigador. El fenómeno perjudica a la producción regional, que plantea estrategias de publicación bilingüe y acceso abierto. ¿Funcionarán?
Agencia CTyS (Nadia Luna*) - No se trata de las violentas guerras entre conquistadores europeos y aborígenes americanos. Ni de la soberanía económica ejercida por las poderosas potencias mundiales sobre los países de la “periferia”. Pero el fenómeno del colonialismo científico es una arista más de la eterna disputa entre las naciones hegemónicas y las subdesarrolladas. Aquí, el trofeo es el progreso, y el campo de batalla cobra la original forma de las revistas científicas.

Las revistas siempre han sido un instrumento imprescindible para la difusión social del conocimiento científico. Pero a mediados del siglo XX, el prestigio de las publicaciones comenzó a influir cada vez más en la evaluación de la carrera de un científico y así lo demuestra la archirepetida frase “Publish or perish” (publicar o perecer).

Mientras más citados sean los trabajos publicados en una revista, mayor será su prestigio. Si bien es lógico que un investigador quiera divulgar sus papers en publicaciones reconocidas, el problema surge cuando el medio se transforma en un fin en sí mismo.

“Los científicos lo viven como una pesadilla y están obsesionados por cumplir con las normas”, cuenta a la Agencia CTyS Rubén Calmels, subsecretario de Publicaciones de la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la Universidad de Buenos Aires (UBA).

En esta “guerra de saberes”, los países iberoamericanos corren con desventaja, ya que cuentan con menos recursos para destinar a la ciencia que los del “primer mundo”. Como consecuencia, las revistas más prestigiosas surgen de la comunidad científica anglosajona y el inglés se instituye como “lengua madre” de la ciencia.

Pero ahí no terminan las dicotomías culturales. La ciencia también desarrolla una batalla interna entre ciencias duras y blandas. “En las disciplinas duras el Factor de Impacto pesa más”, asegura Jorge Atrio, director del Centro Argentino de Información Científica y Tecnológica (CAICYT - CONICET), introduciendo un concepto clave en esta “cruzada” cultural.

Pero, ¿cómo se modifican situaciones tan arraigadas que arremeten contra el conocimiento científico universal? Ese es el desafío que Iberoamérica se ve obligada a enfrentar, a través de editoriales, organismos de promoción científica y diferentes políticas públicas, que apuntan especialmente a estrategias de publicación bilingüe y textos con acceso abierto.

Impacto profundo

El Factor de Impacto (FI) fue definido en la década del 60 por Eugene Garfield, creador del Instituto para la Información Científica (ISI), perteneciente a la empresa multinacional Thomson Reuters. Cada año, el ISI calcula el FI de las revistas indizadas en su Science Citation Index (SCI) y lo publica en un informe de citas llamado Journal Citation Reports.

El SCI registra artículos de aproximadamente 3.300 revistas científicas de un total de 70 mil publicaciones de todo el mundo. Para visualizar la disparidad, en 2009 sólo había 34 revistas brasileras, 8 chilenas y 6 argentinas.

La ecuación es bastante sencilla. El FI se obtiene al dividir la cantidad de citas que reciben los artículos de una revista en los dos años previos al que se calcula, por la cantidad total de artículos publicados en dicha revista durante el mismo período.

“Se evalúa indirectamente la capacidad del investigador por el lugar donde ha publicado”, explica a CTyS Daniel Cardinali, doctor en Ciencias Biológicas e investigador superior del CONICET, ya que no se cuentan las citas de “cada uno de los autores, sino de la sumatoria de todos ellos”. Con este criterio, la calidad del artículo pasa a ser secundaria.

Tanto Cardinali como Atrio coinciden en que los datos de citación deben ayudar en la toma de decisiones y no ser aplicados mecánicamente. “Cuando uno se maneja de manera rígida por estos índices, puede cometer injusticias grandes, pero por otro lado no puede prescindir de eso. Tienen que ser un elemento más en la evaluación”, remarcan.

El biólogo ilustró el panorama contando lo que sucede dentro de su disciplina. “Las revistas biomédicas más prestigiosas tienen un FI de entre 20 y 35 –graficó. -Se considera adecuada una publicación biomédica con FI superior a 3 para la investigación básica y a 1.5 para la investigación clínica. En el caso de las latinoamericanas, el FI no supera el 0.5”.

Para el investigador, sería más recomendable tener en cuenta las citas reales recibidas por cada autor. “Ese es el indicador más genuino porque tiene que ver específicamente con su trabajo”, precisa. Sin embargo, reconoce que es un método inadecuado para evaluar a un científico que recién inicia su carrera, debido a que el número de citaciones todavía es bajo.

¿Colonialismo o excelencia?

“No defiendo el colonialismo, pero creo que no todo es colonialismo”, opina, por su parte, la historiadora Noemí Girbal Blacha, Investigadora Superior del CONICET y Asesora de Ciencia y Técnica en la Cámara de Diputados de la Nación. “La sociedad nos paga para producir un conocimiento que tenga el mayor alcance posible y esas realidades deben ser conocidas más allá de nuestros ámbitos locales”, explica.

La doctora Girbal habla desde su propia experiencia: dirige la colección “Convergencia. Entre memoria y sociedad” de la Editorial de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). “Claro que en las evaluaciones cuenta mucho el lugar donde uno publica -ratifica- pero no está mal. Nosotros mismos queremos que nuestro trabajo se reconozca afuera.”

La investigadora expone así su idea: “A veces creo que muchos colegas tienen miedo de hablar de excelencia académica, como si fuera algo oligárquico, y en realidad la excelencia es una buena formación al alcance de todos pero con ciertas exigencias. Si esas exigencias no existen y todo da lo mismo, me parece que eso no está bien.”

Además, Girbal coincide con Atrio y Cardinali en que importa más calidad que cantidad, porque para que una investigación sea útil no sólo hay que publicarla, sino también utilizarla. Pero justamente por eso, piensa que “es importante medir hacia fuera. Y eso no es colonialismo, sino poder estar a nivel de los demás”, enfatiza.

Aunque no siempre es posible “medir hacia fuera”. “Hay disciplinas en las que tenés que evaluar las investigaciones en un ámbito más local -explica Atrio. -Si alguien se dedica a investigar algo muy puntual, que sólo se da en la región, es difícil que despierte el interés de publicaciones extranjeras. Y ahí es donde empiezan los conflictos. Si a esa persona la evaluás por sus publicaciones en el exterior, no va a salir bien evaluada”.

Es entonces cuando “la exigencia de publicar en determinados medios termina generando el riesgo de que la publicación condicione el tema de investigación”, deduce el director del CAICYT. Es decir, el deseo de publicar internacionalmente puede llevar, a veces, hasta a orientar la investigación hacia problemáticas ajenas a la región.

El dilema de las ciencias sociales

Las publicaciones de las áreas de Ciencias Sociales y Arquitectura, excepto revistas de desarrollo económico, directamente no se tienen en cuenta en el SCI. ¿Por qué? El doctor Cardinali explica que “en las ciencias sociales, por el tipo de producción, la cuestión es mucho menos internacional y preocupa más regional o nacionalmente”.

Girbal, por su parte, pone el ejemplo de los “Cuadernos de GeoHistoria Regional” y la “Folia Histórica del Nordeste”, publicaciones del Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI - CONICET), que tienen una trayectoria de casi cuatro décadas.

“La mayoría de los autores son investigadores del CONICET o de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE), pero en las evaluaciones académicas la ponderación es baja porque se le atribuye poca apertura internacional”, lamenta la historiadora.

De todos modos, Cecilia Rozenblum, bibliotecóloga del área de Publicaciones de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación (FAHCE) de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), marca un cambio. “En humanidades se tiende a publicar más en revistas nacionales. Pero como el CONICET no da puntaje a las revistas argentinas, todos, desde las dos áreas de conocimiento, están publicando en revistas extranjeras”, relata.

Para la editora de la UNQ, “los esfuerzos para lograr proyección internacional hoy están hechos y avanzan progresivamente, en casi todas las revistas de este ámbito. Corresponde ahora que en las instancias de evaluación se dejen de lado los prejuicios y que estas publicaciones no sigan siendo invisibles y subvaluadas”, sugiere.

Una torre de Babel científica: problemas de cooperación e idioma

Al incentivar la publicación científica local, se busca propiciar una cultura de integración iberoamericana. Sin embargo, muchos investigadores señalan deficiencias de coordinación regional. “Me parece que las políticas científicas se han trazado igual que el ferrocarril inglés”, reflexiona Calmels. “Es un punto que va a distintos lugares del interior pero que, por adentro, no hay ninguna comunicación. Eso hay que construirlo”, afirma.

“Hay una falta de coordinación –coincide Rozenblum- porque sino no se daría el hecho de que el CONICET valúe cero las revistas nacionales y Brasil valúe con mayor puntaje a sus revistas. No se han puesto de acuerdo, quizás no se han planteado la problemática”, asume.

El editor de la UBA vislumbra una potencial solución a través de una situación concreta. “El MERCOSUR no se puede quedar sólo en un mercado común, debería dar una vuelta más sobre aspectos culturales y científicos -especula. -Tenemos que acordar políticas científicas con Brasil, por ejemplo, y aumentar la cantidad de proyectos en común”.

Segunda cuestión: el idioma. “Me parece que el idioma tiene más sentido para las ciencias duras o exactas”, indica Girbal. Cardinali, entonces, opina que la publicación bilingüe “puede ayudar a que los investigadores se vuelquen hacia los órganos locales”, ya que cumpliría con la misión de difundir tanto en sus respectivos países como fuera de ellos.

Pero aún dentro del mismo idioma, el lenguaje de los papers es cada vez más técnico y dificulta el entendimiento, incluso entre científicos de la misma disciplina pero distinta rama. Si a eso se le suman las diferencias de habla entre países, el asunto sólo empeora. “Creo que una cuestión importante para los investigadores más jóvenes es la necesidad de que hablen un lenguaje que pueda ser entendido por la sociedad”, apunta el biólogo.

Acceso Abierto: por la democratización del saber

“Las estrategias deben centrarse en la mayor difusión y visibilidad de las publicaciones, facilitadas por el acceso universal a Internet”. Así introduce el doctor Cardinali un fenómeno que viene en expansión: el “Acceso Abierto” (Open Access). Se trata del acceso libre y gratuito a material en formato digital, especialmente utilizado para artículos de investigación científica. Se dividen en dos grandes grupos.

Los repositorios son archivos de papers, que usualmente almacenan la producción de una determinada institución. Las revistas, en tanto, cuentan con un proceso de evaluación por pares (referato o peer review) que los artículos presentados deben superar para ingresar a la publicación, por lo que otorgan prestigio al investigador. Pero hay diferentes posturas.

No soy partidario de una apertura total”, sostiene Calmels, al referir que las universidades de los países centrales tienen políticas científicas que responden a sus políticas imperiales. “Yo no le abriría completamente a Oxford, por ejemplo, porque ellos no abren sus archivos y revistas”, argumenta. En cambio, Rozenblum asegura: “Estamos absolutamente a favor del acceso abierto. Nuestro fin es que se conozcan los trabajos de los investigadores”.

El CAICYT es el organismo nacional encargado de administrar diferentes proyectos que promueven la publicación regional. La “vida” de una revista comienza con el ISSN (International Standard Serial Number), el código de identificación de toda publicación periódica (científica o comercial).

El siguiente paso es Latindex, una iniciativa generada a fines de los ´90 por la Universidad Autónoma de México (UNAM), que es un portal compuesto por un Directorio (entran prácticamente todas las publicaciones de carácter científico) y un Catálogo (que indiza sólo las revistas que superan un proceso de evaluación editorial).

Luego, está el Núcleo Básico de Revistas Científicas Argentinas (NB), específico para publicaciones del país, con requisitos más restrictivos que Latindex. Por último, las revistas del NB tienen la posibilidad de ingresar a SciELO (Scientific Electronic Library Online), una red iberoamericana de bibliotecas electrónicas con revistas científicas a texto completo.

“Hoy estamos en unas 70 publicaciones argentinas en SciELO”, afirma Atrio, y explica que los que quieran entrar tendrán que adherir a las Creative Commons, una serie de licencias gratuitas que consignan libertades y restricciones para quienes citen y utilicen una obra. Son originarias de Estados Unidos, pero ya hay unos 30 países en proceso de traducción de las licencias. “Va a ser una fuerte promoción al acceso abierto en la región”, destaca.

Otra iniciativa regional importante es Redalyc, la Red de Revistas Científicas de América Latina y El Caribe, España y Portugal, que surgió en 2003 impulsada por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Hoy cuenta con más de 700 publicaciones.

También está Dialnet, un repositorio científico iberoamericano creado por la Universidad de La Rioja, España, que incluye más de siete mil revistas y más de tres millones de documentos, y en cuyo ranking de artículos publicados Argentina figura en sexto lugar.

El acceso abierto es extremadamente importante. Pero alguien tiene que pagarlo”, reconoce Cardinali, y da el ejemplo de “´BioMed Central´, que cuenta con una gran cantidad de revistas médicas inglesas pero le cobra al autor 500, 600 o mil euros por cada publicación, lo cual muchas veces representa la totalidad del subsidio que tiene una persona acá.”

Al mismo tiempo, las revistas y repositorios son emprendimientos que hay que mantener, obligación que se dificulta debido a la escasez de recursos. “Hay centros de investigación muy chiquitos que cuentan con un equipo de trabajo menor, donde no hay plata destinada al editor de la revista. Entonces el comité editorial no cobra, y tiene que hacer su tarea como docente y como investigador, además de la revista”, describe Calmels.

Los organismos de ciencia deberían asociarse regional e internacionalmente, para que los investigadores que trabajan en esos países tengan la posibilidad de entrar al acceso abierto de manera libre”, concluye Cardinali.

No se tratará de violentas guerras entre conquistadores europeos y aborígenes americanos. Pero el fenómeno del colonialismo científico está causando más de un dolor de cabeza por estos pagos. Sin embargo, la batalla cultural continuará.

*Colaboración: Gaspar Grieco.
Fecha de Publicación: 2011-04-10
Fuente: Agencia CTyS
http://www.ctys.com.ar/index.php?idPage=20&idArticulo=697

martes, 26 de abril de 2011

Cátedra Abierta de Trabajo Decente


Cátedra Abierta de Trabajo Decente de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA)

Acto de Apertura
Contará con la presencia de:

Carlos A. Tomada, Ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación.

Marcelo Castro-Fox, Director de la Oficina OIT Argentina.

Sergio Caletti, Decano de la Facultad de Ciencias Sociales,  UBA

Héctor Angélico, en representación del Comité Organizador de la Cátedra Abierta de Trabajo Decente.


Lunes 2 de Mayo – 19.30 Hs.
                       Salón Auditorio, Uriburu 950

 ADHIERE E INVITA GRUPO SOCIOLOGÍA

martes, 5 de abril de 2011