lunes, 29 de julio de 2013

“Toda la especulación financiera debería ser gravada”



 


ENTREVISTA A HECTOR RECALDE, DIPUTADO DEL FRENTE PARA LA VICTORIA

En diálogo con Página/12, Recalde explicó los principales lineamientos de las iniciativas en estudio para cobrar impuestos a la renta financiera y dejó en claro que no se gravará el ahorro de los pequeños inversores.
 Por Sebastián Premici
El Frente para la Victoria comenzó a trabajar en el Congreso en la unificación de una serie de proyectos propios y de fuerzas aliadas con el objetivo de gravar la renta financiera. Entre las ideas que están bajo análisis se contempla establecer un tributo a la compraventa de acciones, la distribución de dividendos y los plazos fijos que superen un determinado valor. Según la propuesta de Carlos Heller (Nuevo Encuentro), el piso a partir del cual se debe gravar este instrumento sería de 100.000 pesos, aunque hay quienes proponen 300.000 pesos. Quien está coordinando el trabajo hacia el interior del bloque es el diputado Héctor Recalde. En diálogo con Página/12, explicó los principales lineamientos de las iniciativas en estudio, y dejó en claro que no se gravará el ahorro de los pequeños inversores. Según el texto del Presupuesto 2013, de gravarse la renta financiera con el Impuesto a las Ganancias, el Estado podría recaudar más de 5500 millones de pesos. Recalde sostuvo que no será sencillo enfrentar el lobby de los bancos, aunque aclaró que existe voluntad política para avanzar. También habló del Impuesto a las Ganancias –tributo que no sería modificado en el proyecto sobre la renta financiera–, abordó las críticas de la CGT y el escenario electoral de octubre. Además, cuestionó la “incoherencia” de la lista del Frente Renovador que conduce Sergio Massa.
–¿Por qué hay que hay gravar la renta financiera?
–Creo que con un poco de sentido común toda la sociedad argentina estaría gustosa de que la timba financiera pagara impuestos. Toda la especulación financiera debería ser gravada, porque ése sería un mecanismo para que el Estado recaudara con el objetivo de cumplir su rol. Sin recursos no puede cumplir con su rol. Entonces, no nos parece adecuado que exista un privilegio impositivo para la renta financiera. Este es el principal motor del porqué hay que gravar a este sector, y en eso estamos trabajando dentro del bloque del Frente para la Victoria.
–Concretamente, ¿qué tipo de ganancias o renta financiera piensan gravar?
–Es bueno diferenciar. Cuando hablamos de renta financiera, no estamos pensando en el pequeño ahorrista. En cambio, sí contemplamos la venta o la especulación con acciones de empresas, por ejemplo, o la distribución de dividendos. Incluso estamos pensando en promocionar la reinversión. Es decir que podríamos manejar una escala de alícuotas de manera que privilegiemos esa reinversión. A aquel que destine utilidades a una inversión le bajaremos el porcentaje del impuesto. Estamos trabajando sobre estas aristas.
–¿Cuántos proyectos están analizando?
–Hay aproximadamente una veintena de iniciativas. De esos proyectos, en principio rescatamos tres, uno de Jorge Rivas, otro de Carlos Heller y una propuesta mía. Con mis asesores estuvimos haciendo un cuadro comparativo de todas ellas, incluso incorporamos en el análisis las iniciativas de otros bloques, y para muestra basta un botón. Hay un proyecto del diputado (Gerardo) Milman, del GEN de Margarita Stolbizer, que grava también al pequeño ahorrista. Entonces, cuando digo que no vamos a tocar el ahorro nacional me refiero al plazo fijo del pequeño ahorrista.
–Por ejemplo, la iniciativa de Heller plantea que el gravamen debería comenzar a partir de ganancias de 100.000 pesos. ¿Está contemplada una diferenciación de este tipo?
–Bueno, yo proponía 300.000 pesos, pero hay que ver si es sobre todo el patrimonio o si es sólo un plazo fijo de ese monto. A mí me resulta relevante ver la capacidad contributiva que tiene una persona. También podemos gravar los intereses ganados. En el caso de que una persona tenga solamente un plazo fijo, es más sencillo para controlar. Después, hay variables que son difíciles de afrontar. Por ejemplo, en la especulación financiera existen los intermediarios. Hay que evitar ciertas situaciones de elusión fiscal. Las cerealeras son especialistas en este tema. Tenemos que trabajar para evitar cualquier resquicio de elusión fiscal. Es una tarea compleja que debemos encarar con mucha responsabilidad. Seguramente también me reuniré con Alejandro Vanoli (titular de la Comisión Nacional de Valores) para que aporte insumos que nos permitan cerrarle cualquier cerco a la especulación.
–¿Hay una decisión de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de avanzar en este tema?
–La instrucción para comenzar a trabajar en este proyecto la recibí de Juliana Di Tullio, que es la presidenta de nuestro bloque. Me pidió que coordinara con el resto de los compañeros de bancada y que lleguemos a un resultado. Los hechos son sagrados, las interpretaciones son libres. El hecho es que Di Tullio me pidió que empezara a trabajar. Ya hablé con otros diputados, con Roberto Feletti y Carlos Heller, y ahora estoy buscando distintos insumos para enriquecer el proyecto. Obviamente, debemos tener en claro para qué gravar la renta financiera. ¿Para obtener recursos? Bien, el destino de esos fondos lo definirá la presidenta de la Nación.
–¿Cuánto piensan recaudar?
–Todo dependerá del tipo de proyecto que armemos. Nosotros estamos viendo qué insumos podemos recabar para gravar la renta financiera. Después viene la decisión política de cómo utilizar esos recursos. Si logramos la realización de este proyecto, la que decidirá es Cristina. En definitiva, el trabajo final es saber con qué contamos, pero siempre analizando costos y beneficios. Todo lo que hagamos tiene que ser con racionalidad y sin demagogia.
–¿Qué sería demagogia?
–Por ejemplo, decir que vamos a gravar todo y después resulta que entorpecemos las inversiones privadas. Entonces, primero debemos medir costos y beneficios y sobre todo pensar que estamos enfrentando a una de las corporaciones más fuertes que existen en nuestra sociedad: la patria financiera. Tenemos que avanzar en este tema, contemplando todos los obstáculos. Uno sabe que está frente a un poder fuerte con capacidad de hacer daño. Acá nos enfrentamos a aquellos que en 2003 dijeron que si en un año no hacíamos lo que ellos querían, se acababa el Gobierno.
–Eso lo dijo Claudio Escribano en el diario La Nación.
–Exacto. Las corridas bancarias que hubo y la que hay ahora, con el auge del dólar ilegal, son responsabilidad de la corporación financiera. Son los bancos los que manejan el dólar ilegal. No es el arbolito. Las corporaciones son las que lo manejan con la intención de condicionar al Gobierno. Igualmente la Presidenta ya lo advirtió cuando dijo que cuanto más la aprietan, más fuerte es la respuesta. Así que bueno, acompañamos esa política.
–El sector financiero es el que más dinero ganó en los últimos años. Salvo por la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central, el gobierno nacional todavía no pudo avanzar en una regulación fuerte para ese sector.
–Es cierto. Los informes de la Bolsa de Comercio indican que la tasa de rentabilidad del sector financiero es una de las más grandes. La reforma de la Carta Orgánica del Banco Central es un buen ejemplo para graficar nuestra metodología de trabajo. Originalmente, el proyecto había sido presentado por Mercedes Marcó Del Pont. Cuando terminó su mandato, el texto perdió estado parlamentario, por eso lo presenté nuevamente en 2009. La Carta Orgánica se reformó hace muy poco. ¿Qué quiere decir esto? Como diría el general Perón, nosotros avanzamos en su medida y armoniosamente. Tengo absoluta confianza en la direccionalidad que le imprimió primero Néstor Kirchner y ahora Cristina a este programa político, económico, social y cultural. Cité el ejemplo de la Carta Orgánica para explicar cómo las cosas ocurren en el momento indicado.
–¿Este es el momento indicado para avanzar sobre la renta financiera?
–¿Y por qué no? El que conduce señala el sentido de la oportunidad. Esto lo explicaba Néstor cuando hablaba del Banco Central. ¿Por qué lo designó a Martín Redrado y no al flaco Kunkel? Hay una relación de fuerzas, sentido de la oportunidad, y variables internacionales que hacen que quien ocupa la conducción elija el momento adecuado de avanzar.
–¿Están contemplando experiencias internacionales para elaborar este proyecto?
–Sí, la renta financiera está gravada en muchos países, pero queremos centrarnos en nuestra realidad nacional sin perjuicio de cotejar otras experiencias. Hay que tener mucho cuidado con las extrapolaciones.
–En medio de una campaña electoral, ¿cree que podría lograr el apoyo de algunos bloques de la oposición?
–Estoy seguro de que si habláramos con Margarita Stolbizer de este tema, intercambiando ideas, a lo mejor podemos coincidir, o lo mismo con (Claudio) Lozano. Pero primero hay que hallar el consenso con la tropa propia, saber qué pensamos dentro del bloque y ver las distintas posiciones. Luego avanzar en los consensos.
–¿Ya lo llamó algún referente de la oposición para acercarle su posición?
–No. Estamos en campaña electoral, supongo que estarán muy ocupados o no tienen ninguna inquietud. El hecho, que es sagrado, es que no me han llamado.
–¿Cuándo cree que debería salir esta ley?
–Nuestro enfoque es ir para adelante. Cuando uno cree que está haciendo lo correcto, quiere hacerlo cuanto antes. Pero hay que manejarse con las realidades y dificultades del caso. Es imposible hacerlo de un día para el otro. Si sale en noviembre, que salga. Este no es un tema electoral, es algo estructural.

EL DEBATE SOBRE EL IMPUESTO A LAS GANANCIAS
“Hay que hacerlo más equitativo”
Por Sebastián Premici
–Usted dice que el Impuesto a las Ganancias debería llamarse Impuesto a los Ingresos y que, más allá de cualquier denominación, es un tributo progresivo.
–Claramente es un impuesto progresivo, aunque hay que hacerlo más igualitario. Es progresivo porque apunta a la capacidad de contribución de cada persona. Esto es bueno. En todo caso, hay que hacerlo más equitativo. Yo defiendo a los trabajadores. Tengo una relación histórica con el movimiento obrero. Por eso resulta ilógico y falto de sentido común que se piense que las remuneraciones, los sueldos, sean una ganancia. Jorge Ga-ggero me dijo una vez que históricamente lo que nosotros aplicamos como Impuesto a las Ganancias en el mundo es un impuesto a los ingresos. Entonces, si ponemos las cosas en su justa medida podríamos definir a partir de qué ingreso corresponde pagar un impuesto para que el Estado pueda cumplir su rol en la distribución de la riqueza. Y yo creo en el rol del Estado.
–Hermes Binner dijo en una entrevista que en ninguna parte del mundo existe un tributo sobre los ingresos.
–Bueno, a veces uno se chisporrotea. Quizá en el fárrago de una campaña electoral se dicen estas cosas. Yo tengo respeto por el pensamiento ajeno y no lo descalifico.
–Desde la Confederación General del Trabajo (GGT) también se insiste con que Argentina es uno de los únicos países que tiene un impuesto como Ganancias.
–El que dice eso se equivoca, porque la experiencia nos indica que en muchos países existe. El tema es el nivel de imposición, donde el que más gana tiene una mayor capacidad contributiva.
–¿Le dolieron algunas descalificaciones hacia su persona realizadas por integrantes de la CGT?
–No quiero ser un tipo inmune a cualquier cosa, ni un fanfarrón que piensa que está en la verdad absoluta. Lo que actúo lo hago con convicción. Eso sí me da satisfacción. Actúo con convicción y me puedo equivocar pero siempre en la misma vereda. De lo que opine otro me resbala. Todo el mundo tiene derecho a criticar pero nunca a insultar. El que insulta se descalifica a sí mismo.
–Tal cual están ahora las escalas del Impuesto a las Ganancias, ¿se daña el bolsillo de los trabajadores?
–Si yo presenté hace un año un proyecto para elevar el mínimo no imponible y cambiar las alícuotas, en realidad pienso que sería más equitativo hacerlo. Pero como ya dije antes, el sentido de la oportunidad lo define la Presidenta, y estoy absolutamente convencido de la direccionalidad de este proyecto, del camino de igualdad y justicia social que estamos recorriendo. Los tiempos los marca quien conduce en esta realidad compleja.


“Los otros son tristes”

Por Sebastián Premici
–¿Qué perspectivas tiene para las elecciones de octubre?
–En la medida en que clarifiquemos que nosotros somos el oficialismo y que los otros son la oposición, que no dicen lo que tienen que decir, que ocultan, esconden, disfrazan y que poseen propuestas que nada tienen que ver con lo que se hizo en estos diez años, vamos a hacer una buena elección en la provincia de Buenos Aires y ni hablar en el resto del país. Pensemos en otras listas, que Cristina calificó de rejunte, no son personas que tienen distintas opiniones sino que son opuestos, totalmente contradictorios.
–¿Por qué dice que son contradictorios?
–Yo discuto ideología. Si hay una lista con representantes del PRO, PJ disidente, UIA, aquellos que votaron la flexibilización laboral o la ley Banelco, hay que pensar qué votaron esos personajes cuando se trataron temas centrales como la estatización de YPF, la recuperación de los recursos previsionales, la resolución 125. Unos votaron de manera afirmativa, muchos en contra y otros se ausentaron. Ahí está la clave. Ahora tienen afirmaciones contradictorias. Desde el PRO dicen “pactamos con el intendente de Tigre”, pero Darío Giustozzi dice que no tiene nada que ver con el PRO. La realidad es que en esa lista hay tres candidatos del PRO. En cambio, en el Frente para la Victoria nos conocemos todos hace mucho tiempo, y tenemos coherencia. ¿Y sabés por qué creo que vamos a ganar? Porque tenemos la alegría de la militancia. Los otros son tristes.


Otros proyectos
 Por Sebastián Premici
¿Qué otros proyectos de ley considera indispensables?
–Hay muchas materias pendientes. Hicimos mucho pero también falta mucho. Hay que modificar la ley de entidades financieras, por ejemplo. Tenemos una tasa de desocupación del 7,9 por ciento. En Brasil hubo una huelga general planteando una baja de las horas de trabajo de 44 horas semanales a 40 horas. Nosotros tenemos 48 horas. Tengo pensado un proyecto para bajarlas de 48 a 45, algo prudente. ¿Esto qué significa? Darles más posibilidades a 200.000 desocupados para que consigan empleo.
Fuente: Página/12

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