miércoles, 7 de diciembre de 2022

Al Sr. Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad  de Buenos Aires: de Juan Carlos Fernandez Madrid Profesor Titular Consulto

 

Al Sr. Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad 

de Buenos Aires

Dr. Leandro Vergara

S                      /            D

 

Me dirijo a Ud. con el objeto de expresar mi adhesión al pedido que efectuó al Rector de la UBA, el Decano de la Facultad de Ciencias Exactas.

Considero que ninguno de los jueces involucrados en el episodio de Lago Escondido, está en condiciones morales de continuar al frente de cursos en la Facultad de Derecho de la UBA.

En mis más de 30 años  de docencia Universitaria, no he conocido algún hecho que pueda asemejarse al aquí mencionado. 

Y efectúo este pedido en mi carácter de Profesor Titular Consulto y ex integrante del Consejo Directivo de esa facultad.

Saludo a Ud. atentamente

Juan Carlos Fernandez Madrid

Profesor Titular Consulto

 

Carta Al Sr. Decano de la Facultad de Derecho de la  UBA: Profesora Titular Consulta

 

Al Sr. Decano de la Facultad de Derecho de la 

Universidad de Buenos Aires

Dr. Leandro Vergara

S                 /                D

 

Me dirijo a usted en mi condición de Profesora Titular Consulta a cargo de la Cátedra de Elementos de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social a fin de comunicarle mi adhesión al reclamo del Sr. Decano de la Facultad de Ciencias Exactas de esta casa de estudios con motivo de los repudiables sucesos de Lago Escondido.

En mi larga carrera docente como Profesora Adjunta Regular, Titular Regular y Titular Consulta, nunca ví que a personas presuntamente involucradas en graves y difundidas cuestiones de carácter delictivo se les permitiera seguir dictando clases antes de la completa dilucidación del asunto por la Justicia.

Saludo al Sr. Decano con mi consideración más distinguida.

Amanda B. Caubet

Profesora Titular Consulta

lunes, 24 de octubre de 2022

Boaventura de Sousa Santos: “Hay que recordar los grandes cambios que promovió Lula”

 

Ampliación de derechos o deterioro de las condiciones de vida democrática. Lula da Silva y Jair Bolsonaro, escenarios posibles para Brasil y la región. Los medios, las iglesias evangélicas y la memoria.

 (Fuente: Scarlett Rocha)
. Imagen: Scarlett Rocha

El pasado 2 de octubre, Luiz Inácio Lula da Silva alcanzó el 48,4 por ciento de los votos en la primera vuelta electoral, superando a Jair Bolsonaro, que obtuvo el 43,2 por ciento. La diferencia de 5,2 puntos porcentuales entre ambos, sin embargo, fue menor a la proyectada por los sondeos de opinión, que previo a la elección otorgaba al candidato del Partido de los Trabajadores (PT) una ventaja cercana a los 14 puntos sobre el líder ultraderechista del Partido Liberal (PL). A poco menos de una semana del ballottage, Boaventura de Sousa Santos, sociólogo y ensayista portugués, analiza el impacto de la primera vuelta y reflexiona sobre los escenarios posibles que puede dejar el resultado del 30 de octubre para Brasil y la región. Además, las políticas antitéticas de cada proyecto, la injerencia de las redes sociales, el valor de la calle y la necesidad de apelar a la memoria.

De Sousa Santos es doctor en Sociología del derecho por la Universidad de Yale, profesor catedrático de Sociología en la Universidad de Coímbra, Portugal, y profesor distinguido del Institute for Legal Studies de la Universidad de Wisconsin-Madison. Tiene una vasta trayectoria en sociología del derecho, los nuevos constitucionalismos, los movimientos sociales, la globalización, la democracia, la interculturalidad y los derechos humanos. Entre sus títulos figuran "Una epistemología del sur", "Democracia al borde del caos: Ensayo contra la autoflagelación" y "El fin del imperio cognitivo". Creó herramientas conceptuales como la “epistemología del sur” y la “ecología de los saberes”, en defensa de la diversidad epistémica del mundo y de la horizontalidad entre saberes y prácticas. Fue miembro fundador de la Asociación Cívica Pro Urbe, Coímbra, en 1996, y es uno de los creadores del Foro Social Mundial (FSM).

Voz autorizada dentro de la sociología jurídica y un referente indiscutido en el pensamiento político y social contemporáneo, Boaventura de Sousa Santos alerta sobre "la supervivencia de la propia democracia, amenaza que se deriva de las declaraciones y movilizaciones públicas del presidente Jair Bolsonaro y sus seguidores" en un contexto "altamente contaminado por fake news, discursos de odio y prosélitos religiosos (...) que ha llevado a la creación de un ambiente de intimidación que, de alguna manera, paraliza la manifestación pública de la diversidad de opciones políticas y obliga a los titulares de altos cargos del Estado a tomar medidas de seguridad inusuales”.

--La diferencia porcentual entre Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro en la primera vuelta electoral fue bastante menor a la proyectada por los sondeos de opinión. ¿Le sorprendió el resultado?

--No, no me sorprendió el resultado; no confío mucho en los sondeos. Creo que vamos a pasar por un periodo en el que los sondeos no logran detectar las transformaciones tectónicas y subterráneas que ocurren en las mentalidades y en la subjetividad de las personas. Ya hemos visto cómo fracasan las encuestas, no solamente en Brasil sino también en Europa. Y cuando aciertan, no sabemos si es por el rigor o la suerte. Las dinámicas de las redes sociales han introducido en las subjetividades un tipo caótico de funcionamiento que es muy imprevisible para la gente y quizás solamente previsible para psicólogos sociales. Hay una crisis estructural de los sondeos. En general, para mí, no son creíbles, no lo son ahora en Brasil y no lo fueron en Chile cuando el proceso constitucional se perdió por un margen tan fuerte. Esto solo se va a resolver más adelante.

--¿Por qué más adelante? ¿De qué depende que las encuestas se vuelvan más veraces?

--Que las empresas de sondeos se inserten en la tecnología, con herramientas de la inteligencia artificial, o sea, cuando logren detectar a través de la big data las preferencias de la ciudadanía en los más diversos temas aparentemente no políticos (sexualidad, fútbol, cine, comida, etc.) y crear modelos que puedan dar alguna previsión sobre cómo esas preferencias se traducen en votos. Por eso nunca pensé que Lula podía ganar en primera vuelta y con mayoría absoluta. El hecho de que un presidente, Bolsonaro en este caso, no gane en el primer turno ya es una cosa rara también. Normalmente los presidentes ganan con la máquina del Estado. Hay un cambio en la opinión pública. Lamentablemente no fue un cambio tan grande como para darle a Lula la victoria.

--¿Cómo ha impactado el resultado en los candidatos?

--Muchos en el campo de Lula, progresistas y democráticos, pensaron que iba a ganar en la primera vuelta. Una victoria se transformó en una derrota y eso hizo que fuera una victoria amarga. Eso tuvo consecuencias en las calles. Hubo días en los que la gente estaba de luto, con cierta resaca de derrota, cuando en realidad no hubo derrota alguna. Al mismo tiempo esto animó y anima mucho el campo bolsonarista de extrema derecha porque al no perder en la primera vuelta hay campo para hacer y decir todo lo que quiera. Cuando digo todo me refiero a lo legal y lo ilegal; lo estamos viendo. No está fácil para Lula. El bolsonarismo está muy capilarizado en la sociedad a través del fundamentalismo religioso, el fundamentalmente evangélico neopentecostal, pero también con la iglesia católica conservadora en la misma línea, a pesar de que los católicos votan mayoritariamente por Lula. Por otro lado, el gobierno tiene mucho dinero y cuenta con lo que se llama --algo que no se entiende en democracia-- presupuesto secreto. Es la posibilidad del presidente de sacar de las cuentas públicas dinero de emergencia para distribuir durante este período; no es otra cosa que una compra de votos. Con ese dinero buscan comprar el voto de la gente empobrecida además de repartir ventajas y conveniencias a las oligarquías tradicionales.

--Bolsonaro se presentó más de una vez como un candidato antisistema y así se lo suele calificar también. Sin embargo, sus postulaciones y acciones no siempre se condicen con un outsider.

--Bolsonaro no es propiamente un antisistema, salvo cuando le conviene. En estos momentos hay una preocupación adicional que es la internacional. Para la extrema derecha global no puede perder Bolsonaro. El objetivo fundamental de la extrema derecha global idealmente es dirigida y alimentada por Estados Unidos, que quiere elegir a Donald Trump. Y por eso la elección del 30 de octubre en Brasil, por así decirlo, es la elección primaria de Estados Unidos en 2024. Si Bolsonaro gana esto anima enormemente el campo de Trump. De ahí que Joe Biden haya dicho varias veces que Estados Unidos quiere una victoria democrática, justa, etcétera; a Biden le conviene que gane Lula. Es muy raro, pero en este momento es así. Como sabemos, Estados Unidos no se mueve nunca por razones de solidaridad internacional; se mueve por cuestiones internas. Lo mismo ahora, porque no quiere darle espacio de maniobra al trumpismo. En sus últimos discursos, Bolsonaro pidió a sus seguidores que vayan a los lugares donde se vote. Si los resultados no le convencen seguramente provoque disturbios. Tal como Trump, Bolsonaro usa el Estado. Es un uber de la política. Se considera un autónomo sin patrón; el Supremo Tribunal Federal de Brasil no es su patrón. Esto también puede ser muy preocupante.

--¿Qué opinión le merece la fórmula presidencial Lula-Geraldo Alckmin?

--Como estrategia, Lula tuvo que buscar hacer grandes alianzas que descaracterizan la propuesta, pero que será la única garantía que le permita poder ganar las elecciones. Por otro lado, creo que han creído demasiado en las instituciones y por eso no han convocado a la calle sobre todo en la primera vuelta. La gente estaba intimidada. Tenemos que ver que el submundo criminal también está con Bolsonaro. Todo esto crea un clima de intimidación que exige que, si hay algún problema con las votaciones, la población de Lula pueda espontáneamente salir a las calles masivamente, como pasó en Perú con Pedro Castillo cuando ganó las elecciones.

--En aquella oportunidad, decenas de miles de personas llegaron a Lima para defender el resultado de los comicios.

--Es posible que en Brasil también sea necesario salir para apoyar las elecciones justas y libres. La extrema derecha está muy capilarizada, tiene muchísima plata y sabemos que las organizaciones además son muy sofisticadas con las redes sociales, mucho más que las izquierdas. La gente tiene que seguir luchando y está luchando, pero el trabajo de calle, puerta a puerta, no es fácil en este momento para las fuerzas democráticas porque están intimidadas; las clases medias tampoco saben hacer esto y las clases populares están demasiado aisladas y muchas veces neutralizadas por las iglesias evangélicas. Creo que sería muy importante que el papa Francisco pudiera dar una nota pública en defensa de la democracia, las elecciones pacíficas y de las propuestas que favorezcan a los pobres.

--¿Cómo imagina el futuro de Brasil, y de la región, en cada caso?

--En cuanto a Lula, su vicepresidente (Geraldo Alckmin) es, según se dice, una persona del Opus Dei, un hombre de una parte conservadora de la Iglesia Católica. Las derechas en Brasil se sirven de la democracia, pero no sirven a la democracia. Y por eso puede ser que ahora genuinamente vayan a servir a la democracia y sería una cosa interesante, duradera no sé. Desde un punto de vista simbólico es muy importante, e histórico, que un presidente que fue injustamente perseguido, que pasó 582 días en prisión por una persecución política, con una complicidad activa y decisiva de Estados Unidos para destruir y desmantelar la economía brasileña, llegue a ser presidente nuevamente de Brasil. Esto es de una riqueza y de un significado simbólico enorme; no solamente para Brasil sino también para todo el continente obviamente, ahora que hay una nueva ola progresista con Gustavo Petro, Gabriel Boric, Xiomara Castro, con los cambios que están ocurriendo en Venezuela que pueden ser importantes.

--¿Y en términos de políticas?

--De resultar electo, Lula seguramente implemente políticas emergenciales de apoyo a las familias más vulnerables en los primeros cien días. Él sabe que hoy este estado de gracia de los cien días es muy corto, como hemos visto con Boric en Chile. Lula lo hace bien, tiene una gran experiencia y es un gran mediador. Eso sería muy bueno porque la gente lo que necesita urgentemente es que se refuerce el sistema de salud, necesita apoyo financiero, que se frenen la inflación y los precios del combustible, entre tantas otras cosas. También aparecen las cuestiones estructurales, como la reforma política que es fundamental. Con estas alianzas preelectorales, las políticas estructurales van ser muy difíciles o incluso imposibles. El Congreso no representa para nada la diversidad de Brasil, como en general los Congresos representan cada vez menos la diversidad de los países. Lula será fundamental también para frenar el agronegocio, para trabajar en la regulación de los medios y las redes sociales, algo absolutamente importante, dadas las consecuencias de 20 años bombardeando la opinión pública brasileña en un solo sentido. También para encarar una reforma fiscal; como en tantos otros países, en Brasil lo que hay es una injusticia fiscal escandalosa.

--¿Qué habría que esperar si Bolsonaro fuera reelecto?

--Lo que haría Bolsonaro es la gran incógnita. Estos últimos cuatro años fueron un gran deterioro en las condiciones sociales de la mayoría de la población. El manejo de la pandemia fue el peor posible, una destrucción ambiental sin límite y el desempeño de la económica de un país que estaba camino a ser la sexta o la séptima del mundo y que ahora debe ser la décimo segunda. Realmente para quien piensa que las victorias son irreversibles, la experiencia brasileña muestra que no lo son.

--¿A qué se refiere con esto último?

--Lo que ganamos tiene que ser muy protegido y resguardado para que no se pierda, porque se pierde muy rápidamente de una manera brutal. Si Bolsonaro es reelecto, sin duda va a continuar el deterioro de las condiciones de vida democrática. Lo que estamos viendo en la pospandemia en el mundo es una crisis económica, social, con perturbaciones y disturbios sociales, porque los Estados no están pudiendo resolver de una manera pacífica la crisis económica y social y recurren crecientemente a la represión. Y la represión en un momento puede ser incompatible con la democracia. Como no estamos en un período de dictaduras militares pienso que las fuerzas antidemocráticas y de extrema derecha del mundo llegaron a la conclusión de que hay maneras más sencillas y menos costosas de destruir la democracia y de mantenerla completamente neutralizada, descaracterizarla todavía más, y llevar a la disminución de partidos que pueden ser ideológicamente contrarios a sus intereses. Entonces es preocupante no solamente para Brasil sino para la toda región. Una derrota de Lula animaría aún más a la extrema derecha, animaría a los fundamentalismos religiosos, sobre todo evangélicos, en todo el continente.

--A poco menos de una semana de la segunda vuelta en Brasil, ¿qué hay en juego?

--Es importante que la población recuerde los buenos tiempos que vivió durante el gobierno de Lula; sobre todo las clases populares. Hay que tener memoria y recordar las luchas por los derechos de las mujeres, la lucha antirracista, entre otros cambios que promovió Lula y que también fueron importantísimos. El problema es que las redes sociales destruyen la memoria humana, social e individual; no hay un archivo colectivo digital. Por otro lado, muchas de las grandes conquistas que consiguió Lula son victorias en las que alguna clase media se quedó ambigua.

--¿Por ejemplo?

--Una de las políticas más importantes, debido a que estamos hablando de un país que además de capitalista es racista y sexista, fue el hecho de que Lula haya ampliado derechos laborales a las empleadas domésticas, que son mujeres negras, jóvenes y pobres, en general. Esto fue una revolución tremenda de bienestar, para ellas, pero sobre todo ha sido una revolución simbólica en el sentido de que de repente a cierta élite racista, que mismo cuando es progresista es silenciosamente racista muchas veces o tiene un inconsciente racista, no le gustó que la empleada ampliara a sus derechos y dejara de necesitar y ser agradecida por ser “bien tratada” por la filantropía de sus patrones. Esto hizo que la empleada ya no dependiera de su patrona para que su hijo tuviera una computadora; algo devastador sobre todo para las clases medias machistas. Lo mismo con las acciones afirmativas que facilitaron el acceso a la universidad de los hijos de familias pobres y negras o indígenas. Han sido transformaciones inmensas. Por eso hay que apelar a la memoria y estar prevenidos ante la realidad alternativa de las fake news. La extrema derecha tiene una capacidad creativa mucho más grande que la izquierda o que las fuerzas democráticas. Lula puede verdaderamente ganar, pero no debe cometer ningún error que haga que las fake news que van a llegar esta última semana modifiquen los votos de los indecisos.

sábado, 22 de octubre de 2022

La trama de mentiras alrededor del intento de asesinato de Cristina Kirchner

 

Un discurso falso, noticias falsas, causas falsas. Los nuevos lenguajes de la derecha. El grupo que intentó asesinar a Cristina Kirchner y Revolución Federal, como parte de la identidad de la derecha

(Fuente: Télam)
. Imagen: Télam

Según demostró la investigación sobre Revolución Federal y sobre el atentado contra Cristina Kirchner, los que iban a gritar contra los “planeros” son vagos que no tienen trabajos conocidos reales, los que gritaban contra la militancia rentada de La Cámpora, son marginales rentados para estas provocaciones y los que gritaban “tengo hambre, hace cuatro días que no como”, como Sabrina Basile, tiene un buen pasar y vive en un departamento de Palermo. Y existen pruebas que señalan a millonarios macristas como los posibles financistas de estos grupos de provocadores y asesinos frustrados. Aunque los quieran presentar como un grupo aislado, constituyen un condimento inseparable de las derechas que representa el macrismo.

Además de los cargos que les asignarán los tribunales, quedó demostrado que son farsantes que, para la provocación, usan un discurso falso que no es espontáneo sino que es una construcción que cumple una función. El discurso es funcional a la esencia reaccionaria de Juntos por el Cambio y juega como complemento de las noticias falsas (fake news) y de la persecución judicial con causas falsas contra dirigentes populares (lawfare). Es el componente exaltado, el que termina de justificar los linchamientos, el gatillo fácil o la violencia institucional, que han sido componentes importantes en el gobierno de Mauricio Macri.

Si no fuera por los ocho y pico de millones que una empresa de la familia del ex ministro de Finanzas de Macri, Luis Caputo, entregó al jefe del grupito, no se sabe de qué vive el personaje en cuestión ni la mayoría de sus integrantes. Justamente, la mujer que gritaba como una desquiciada en Plaza de Mayo que hacia cuatro días que no comía, es de las pocas que está en condiciones de justificar que puede comer muy bien.

El clima se construye con virtualidades y escenografías. Su rasgo principal es que todo es falso y por lo tanto corrompe a sus protagonistas. Corrompe a los provocadores, a los que se sienten representados por ellos, a los periodistas que publican noticias falsas sabiendo que lo son, a los jueces y fiscales que arman causas sin pruebas.

Y en contrapartida, si el engañado puede develar la verdad, verá que los que verdaderamente reclaman porque no les alcanza para comer o porque no tienen trabajo, son los que ellos atacan por vagos y planeros. Y al revés, los que gritan más fuerte contra los vagos y planeros, son los verdaderos vagos, marginales pagados para que profieran esos gritos que ubican como enemigos a los sectores más vulnerados.

Los gritos contra los corruptos, o contra los planeros han sido el preludio de las amenazas de asesinar a Cristina Kirchner. Los primeros gritos iban justificando la culminación. Cualquiera con un poco de calle sabe que la provocación cumple reglas. Se dice que cuando se enfrenta a una patota hay que pelear con el más grande para que los demás no se metan. Y cuando una patota quiere agredir a una persona en particular, empieza primero a los gritos: “¡Devolvé lo que me robaste!” o “¡Vos sos el que violó a la hija de Manuela!”. Gritan para evitar que alguien defienda al agredido o intente separarlo.

Estos personajes que organizaban escraches actuaban como provocadores en los actos que convocaba el macrismo, a los que llevaban bolsas mortuorias, horcas o guillotinas que eran muy celebradas por los manifestantes de Barrio Norte, Belgrano, Palermo o Recoleta. La mayoría profesionales, comerciantes o rentistas, personas que asumen que son portadores de la marca más alta de ciudadanía y republicanismo. Pero en ninguna de las manifestaciones de Juntos por el Cambio hubo alguien que repudiara estas expresiones de violencia que reproducían las técnicas más berretas de las patotas callejeras.

Los mismos medios que se han cuidado de no publicar los argumentos de las defensas en la causa por las obras públicas, con la que quieren proscribir a Cristina Kirchner, han publicado cada letra de los descargos de Macri por los negociados que hizo antes y durante su gobierno.

Esos mismos medios están publicando con bajo perfil las investigaciones sobre el grupo que realizó el atentado y sobre Revolución Federal, que tienen múltiples puntos de contacto entre ellos. Esa información trata de circunscribir los alcances, hacer un “control de daños”. Lo enfocan como si se tratara de grupos marginales sin relación institucional con Juntos por el Cambio.

Patricia Bullrich, Javier Milei o el mismo Macri, habrían sido sorprendidos por estos desconocidos en algún acto partidario y les pidieron sacarse una selfie con ellos. Como si fuera una casualidad. Los del Frente de Todos se salvaron que no les pidieran a ellos, porque no aparece ninguno con estos violentos.

Incluso si Caputo quedara finalmente involucrado, la información pondrá allí el límite del fenómeno. Pero lo que está demostrando la investigación, además del atentado contra Cristina Kirchner e incitación a la violencia, es que estos grupos no constituyen un fenómeno aislado, sino que forman parte del abecedario de las nuevas derechas que representa Juntos por el Cambio.

Son parte del mismo paquete, al igual que las granjas de trolls y los influencers odiadores de las redes. Son todas piezas orgánicas de un nuevo lenguaje político. Y las granjas y los influencers están financiados con dinero de la política.

Es probable que a esta altura el macrismo ya no necesite estas herramientas. Pero surgió y creció gracias a ellas. Y ahora forman parte de una cultura política, de un nuevo lenguaje que, a su vez, está atravesado por las realidades que generó. Ya no podría dejarlas de lado porque forman parte de su identidad, motorizan el combustible de sus seguidores, que es la indignación, que en la derecha reemplaza a lo que motiva a los movimientos populares, que es el entusiasmo.

Cuando fracasó el intento de asesinato de la vicepresidenta, el grupo más relacionado con el agresor directo hizo una recorrida por distintos canales de televisión para tratar de poner distancia con el atentado.

El lenguaje que usaron, la forma como intentaron empatizar con el público, usar recursos identitarios y argumentos relacionados con la situación económica, también configuró un lenguaje falso, que no tenía ninguna relación con el que usan para hablarse entre ellos.

Era evidente que habían sido aconsejados por un abogado en los aspectos legales. Pero también mostraban un aprendizaje del tipo que tienen los pastores evangélicos cuando aprenden a difundir sus creencias. Era un lenguaje de diseño, aprendido. “Nosotros somos personas comunes”, “no estoy en la política, pero como todo el mundo critico las cosas de la economía”.

Es el mismo lenguaje que se escucha en los estamentos de base que pueden influenciarse por los discursos del macrismo. La derecha ha estado más atenta a las formas de comunicarse con estas nuevas sociedades que han surgido de la globalización neoliberal. No se trata solamente del control de los medios, que nunca perdió, sino también de las nuevas pautas que conforman lenguajes en la política.

La izquierda y los movimientos populares siguen con pautas que se relacionan con realidades anteriores y que los lleva a diferenciarse en vez de integrarse, con sectores sociales a los que en muchos casos pertenece o tendría que convocar.

miércoles, 12 de octubre de 2022

No sólo odio, capitalismo feudal

 

El giro fascista

 (Fuente: Leandro Teysseire)
. Imagen: Leandro Teysseire

Las Ciencias Sociales, con larga trayectoria, hace relativamente poco han descubierto el valor de analizar también las subjetividades. Los afectos, los sentimientos, los matices personales en las situaciones sociales durante años no ingresaron en los estudios de la macrosociología. El llamado “giro afectivo” fue muy importante y esperanzador para no caer en esquemas cerrados y en generalizaciones reduccionistas. Estudiar a los públicos en general o bien a los votantes de un lugar específico ya no podía reducirse a mediciones basadas en situación geográfica, clase o edad. Mediaciones culturales, religiosas, de prestigio, mediáticas, memorias personales, estaban y están muy presentes. Modelan el mundo de la vida. Afectan a las personas, consolidan personalidades. Por este camino, entre otros, los estudios comenzaron a definir horizontes sociales con términos psicológicos, algunos de ellos muy interesantes como cuando los historiadores franceses, en respuesta a la historia política, o económica, se centraron en “la historia de las mentalidades”, o cuando diferentes perspectivas hacen referencia a la “economía de las emociones”, todos intentos de llevar las Ciencias Sociales al estudio de las subjetividades.

Ahora bien, como suele suceder, también se produjo un exceso tanto desde los sujetos investigadores como en relación con los objetos de estudio, unos se sometían a la idea de que no era posible una afirmación contundente, que todo es conjetural y dependía de las subjetividades en juego y, por otro lado, se cargaron las tintas en analizar todo bajo la lupa de los sentimientos o ánimos individuales. Por esta vía, y con la ayuda de las síntesis y los modos de titular mediáticos se llegó a la frase “discursos de odio”.

Yo odio, tu odias, ¿y él?

El odio es la vivencia de un agravio padecido, es una respuesta primaria, un sentimiento impulsivo que, a su vez, puede movilizar grandes emociones duraderas, desde la antipatía al rencor. Es muy difícil que un ser humano no haya experimentado en algún momento de su vida un destello de este sentimiento. Pero es sabido que existe la capacidad humana de sublimar, elaborar dicho ímpetu. El mismo Darwin en su trabajo sobre La expresión de las emociones en el hombre y en los animales sintetiza un hallazgo interesante: la asunción de que los patrones de respuesta expresiva emocional son innatos y que existen programas genéticos que determinan la forma de la respuesta de expresión emocional. Gestos y acciones innatas de ataque, gritos en los humanos, aullidos en otros seres vivientes, sólo que el humano tiene la palabra y la capacidad de reelaborar esos impulsos. ¿Pero qué sucede si se dejan estos sentimientos y expresiones al desnudo? Y más aún, también el odio, y su sedimentación cosificada que es el rencor, pueden estimularse, acicateadas por la humillación, real o provocada. Pueden “desublimarse” y adquirir las formas expresivas más violentas como cuando se libera a un felino enjaulado. Si bien los comportamientos son complejos, de modo un poco esquemático podemos decir que, cuando se sintetizan factores reales y estímulos de alta eficacia muy estudiados que acicatean a unas personas contra otras, como cualquier animal cebado, salen los humanos a proferir discursos que incitan al aniquilamiento del otro, y muchas veces van al desarrollo de la acción directa. Es difícil, eso sí, que el humano se dirija a la acción directa si no está cebado. Los regímenes y proyectos fascistas tienen gran experiencia histórica en elaborar y concretar estímulos especiales para que masas de población desarrollen acción directa de exterminio del otro. Los regímenes y grupos fascistas se han especializado en la discriminación, en el diseño del “chivo emisario” (o la chiva). Pero no sólo eso, también de su muerte. Los proyectos y discursos aniquilantes expresan y a la vez promueven la regresión de la especie. El humano no queda igual antes y después de experimentar el comportamiento aniquilante, violento, como sucede luego de que se ingresa a un grupo mafioso. ¿A quiénes les interesa la regresión de la especie? A los mismos que no tienen problemas en que cientos de migrantes mueran en el Mediterráneo, a los que saquearon recursos de Siria, a los que -con la complicidad de organismos internacionales- se refieren a los humanos del planeta como población “redundante” , es decir, población que estaría de más y entonces mejor que se muera. Como en círculos concéntricos, iguales a los que se forman en el agua al tirar la piedra, van apareciendo los responsables materiales e intelectuales de las conductas aniquilantes – a veces expresadas en discursos, otras en acciones directas-. Para el logro de éxito en tales procedimientos fascistas se requiere población de capas medias con resentimiento que ven disminuida su capacidad de consumo, pueblo hambreado, con escasa escolaridad, abombado y enredado, pero con el deseo de que la ayuda mágica venga de un ser de luz, de un macho patriarcal -y hasta violento- que puede ser meticulosamente formado en las usinas de mentores como Steve Bannon.

Odiar concretando expresiones sociales violentas, constituye sólo la epidermis de algo mucho más profundo expresado, por un lado, en la regresión de la especie, pero, por otro, modelado por sistemas y personajes del nuevo capitalismo feudal que ya son sibaritas del exterminio, cuanto menos de la exclusión, y expertos en genocidios, en general, en zonas alejadas de los centros de poder.

Por eso debemos estar advertidos del riesgo de permanecer en la epidermis al analizar los conflictos y los proyectos. Desde las Ciencias Sociales es importante el estudio de las subjetividades, saber qué expresa el odio como sentimiento impulsivo básico, pero lo que acontece en el florecimiento de todos estos grupos, expresa un neofascismo o neonazismo global como brazo violento, entre otros, del que llamo capitalismo feudal, es decir, el intento por parte de las elites, de domeñar, agotar y hasta ahogar a vastos sectores de población por considerar que sobran y consecuentemente apuntan a atacar a les líderes populares que vienen históricamente luchando y actuando por la inclusión. Urge entonces, el sentido solidario, la comunidad, el cuidado, la prevención social. 

martes, 23 de agosto de 2022

Cristina y Perón, una misma persecución

 

Artemio López

Como señala el periodista y docente universitario Mariano Saravia (@MarianoSaravia7) la Asamblea de 1813 les hizo juicio a varios miembros de la Primera Junta. Principalmente a Mariano Moreno, que ya había sido asesinado en alta mar y desaparecido. Todos los días salía en la prensa un nuevo cargo contra alguno. A Juan José Castelli, que en esos meses agonizaba por un cáncer de lengua, lo acusaron y procesaron por degenerado y por haberse quedado con dineros públicos en al Alto Perú (Bolivia).

A Manuel Belgrano lo enjuiciaron dos veces, después de las derrotas en Paraguay (Paraguarí y Tacuarí) y de las derrotas en el Alto Perú (hoy Bolivia, Vilcapugio y Ayohuma). Ambas veces tuvieron que absolverlo porque todos los testimonios fueron favorables a él.

A San Martín lo acusaron de abrir una cuenta irregular en Londres con dineros turbios y de haberse “robado” el Ejército de Los Andes.

“San Martín está lejos, y eso es lo mejor que nos puede pasar”. De Rivadavia a Manuel García, luego de mandar al exilio al Padre de la Patria.

Cuando Lavalle dio el golpe de Estado contra Dorrego, hubo un intento de lawfare, un juicio amañado contra el “Padrecito de los Pobres”. Pero Lavalle decidió cortar por lo sano y fusilarlo.

“La gente baja, ya no domina, y a la cocina se volverá”. De Juan Cruz Varela, luego del fusilamiento de Manuel Dorrego. El otro instigador del golpe de Estado de Lavalle y del magnicidio, Salvador María del Carril, con el tiempo fue presidente de la Corte Suprema de Justicia.

“No puede librarse a la Historia el fallo del tirano Rosas. No señor, no podemos dejar el juicio de Rosas a la Historia, porque si no decimos desde ahora que era un traidor, y no enseñamos en la escuela a odiarlo, Rosas no será considerado por la Historia como un tirano, quizá lo sería como el más grande y glorioso de los argentinos”. Del diputado Nicolás Albarellos cuando en 1867 se sanciona una ley declarando a Juan Manuel de Rosas “traidor a la Patria”.

Después del golpe de Estado contra Hipólito Yrigoyen, el líder popular del radicalismo fue preso y su casa fue saqueada por la horda de odiadores de siempre. Fue acusado de todo tipo de corrupción y de negociados.

Matías González Sorondo, político conservador y asesor de la Standard Oil (hoy Axion, de Rockefeller) y ministro del Interior del dictador Uriburu, dijo: “El yrigoyenismo está compuesto por una horda, un hampa que había acampado en las esferas oficiales, comprándolo y vendiéndolo todo, desde lo más sagrado hasta el honor de la Patria”

Y el senador Benjamín Villafañe, en pleno recinto de la cámara alta, dijo: “Al yrigoyenismo lo forman 110 mil prontuariados en la sección Robos y Hurtos, 60 mil pederastas y 50 mil más que viven al margen de la ley, del juego y la explotación de mujeres”.

Como vemos, nada nuevo bajo el sol. Los líderes populares fueron siempre perseguidos por el aparato judicial . Más recientemente Juan Perón tuvo 120 causas judiciales y Cristina Kirchner 534 causas.

Señalaremos solo dos motivos que consideramos relevantes en el fundamento de la persecución del aparato judicial a Juan Perón y Cristina Kirchner: La mejora en la participación en la distribución del ingreso de los trabajadores durante sus gobiernos.

En efecto, el peronismo bautismal de Juan Perón y Eva Perón fundó la Argentina moderna.

Inauguró a mediados del siglo pasado el más importante ciclo de ascenso social en la historia contemporánea y propició los fundamentos estructurales de una extensa clase media.

Amplia clase media que fue signo distintivo de nuestro país hasta mediados de los años 70 en que comienza a decaer con la última dictadura militar que interrumpe el segundo ciclo sustitutivo e instala a sangre y fuego el ciclo de valorización financiera con endeudamiento externo creciente.

El ascenso social en el primer peronismo fue realmente inédito a punto de que, al ser derrocado Perón en el año 1955, los trabajadores participaban con el 50% de la riqueza total generada.

Esto supuso un motivo suficiente para que los sectores dominantes propiciaran el golpe de estado, bombardeando previamente a su propia población civil e inaugurando la famosa “grieta” en su versión contemporánea y en el año 1957 la participación de los trabajadores en el PIB ya había caído al 37,5% del PIB. 

Desde entonces la gramática del poder nomina "grieta" a los efectos -políticos, sociales, económicos, jurídicos y culturales- que se producen tras la irrupción de un proyecto popular democrático contra hegemónico.

A contrario sensu, bastará entonces que ese proyecto desaparezca para que regrese la "normalidad" hegemónica y se cierre "la grieta".

De hecho, no hubo grieta mientras el sistema de representación política cambiaba de director, pero la orquesta tocaba la misma melodía.

Por caso en el año 1983, tras el breve interregno de Bernardo Grinspun, con la llegada de Juan Vital Sourrouille se produjo el desembarco neoliberal en el gobierno alfonsinista vía los fallidos planes Austral, lanzado en junio de 1985 y el plan Primavera, anunciado en agosto del año 1988, la caída salarial en el período fue de 189%.

El peronismo a su tiempo, tras la muerte de Juan Perón y recuperada la democracia produjo dos "renovaciones".

Una temprana que terminó con Menem, otra tardía vía Frepaso que ofició de Salieri de De la Rúa. Ambas “renovaciones” trajeron a Domingo Cavallo, el superministro neoliberal que hizo estallar el país en pedazos.

Mientras el sistema político representó intereses socio - económicos similares, nunca se habló de "grieta", incluso el peronismo durante su fase menemista se transformó en el partido del ajuste neoliberal en el país.

Hubo que esperar al año 2003, para que un proyecto popular contra hegemónico se desplegara nuevamente bajo el formato peronista tras la salida del extenso ciclo neoliberal de un cuarto de siglo y con los efectos de la mega crisis del año 2001 aún como contexto.

En este preciso sentido Néstor Carlos Kirchner fue el único y verdadero “renovador” del peronismo tras la muerte de Juan Perón.

El que lo reconcilió con la tradición popular democrática del peronismo inaugural de Juan y Eva Perón e inició una recomposición notable de la participación de los trabajadores sobre el PIB, tras la noche neoliberal que la dejó en sus mínimos históricos.

Bajo las presidencias de Néstor y Cristina Kirchner se reconcilió al peronismo con sus orígenes popular- democráticos y hubieron 12 años de gobierno socialmente inclusivo con crecimiento notable, desendeudamiento externo inédito y, como era obvio, apareció nuevamente "la grieta" que nos acompaña hasta nuestros días, aunque hoy las cosas marchan por un camino muy diverso al transitado por Perón y Néstor y Cristina Kirchner.

Cuando Cristina deja la presidencia en el año 2015 el factor trabajo participaba en la distribución del ingreso en un 51,8%, participación que descendió con el gobierno de Mauricio Macri y que con el actual gobierno peronista no pudo mejorar e incluso empeoró en el año 2021 de gran recuperación económica bajo la gestión del ex ministro Martín Guzmán.

Esta caída brutal supuso una pérdida para los trabajadores equivalente a 70.000 millones de dólares entre 2016 y 2021 - 1,7 veces el préstamo actual del FMI -, que obviamente fue transferido a los empresarios que pasaron en ese mismo lapso del 40,2% al 47% en su participación en la distribución del ingreso.

Así las cosas, intentar construir una sociedad más equitativa resulta intolerable para los sectores dominantes y su aparato represivo judicial: Por ese intento persiguieron y proscribieron ayer a Juan Domingo Perón y hoy persiguen e intentan proscribir a Cristina Kirchner. La historia se reitera impiadosa con los líderes populares. Obviamente los efectos de esta práctica de supresión de liderazgos populares no es neutro y siempre trajo y sin duda traerá efectos políticos y sociales contundentes.

jueves, 18 de agosto de 2022

La deuda externa y su dimensión política y social

 

El libro Endeudamiento externo y cambios en los modelos de bienestar y de intervención social. La herencia de fines del siglo XX es el resultado de una tesis doctoral que indagó sobre los procesos de reforma del Estado registrados en América Latina en la década del 90. Como explica ese trabajo, el impacto de la deuda se expresó en un cambio conceptual y práctico de la matriz de integración de la sociedad argentina. El estudio enfatiza en la identificación de factores institucionales, particularmente asociados a los procesos de mega endeudamiento externo con impacto en la orientación e implementación de las políticas de protección social, de seguridad y, principalmente, de ayuda social.

Para robustecer el abordaje metodológico del tema, se realizó una investigación comparada de las reformas que experimentaron Argentina y Uruguay en la década del 90 y hasta mediados del 2000, en materia social. El análisis comparativo se hizo a partir de que ambos países, al momento de producirse las reformas de Estado, tenían altos niveles de integración social expresados en sus indicadores de desarrollo humano. También habían experimentado un sobreendeudamiento externo equivalente a su PBI, lo que derivó en una alta conflictividad social producto de las condiciones asociadas al pago de la deuda.

El trabajo conceptualiza sobre el endeudamiento externo y los programas de cooperación externa como herramienta de injerencia, muchas veces solapada, para la reconfiguración de las políticas sociales. Esto sucede a partir de disociar las políticas de ayuda social del mundo del trabajo, y configurar la pobreza y las políticas asistenciales como capitulo central de la política social. En base a la identificación de condiciones necesarias y suficientes, la investigación aísla factores que operan en las reformas de los sistemas de bienestar, como el rol de las elites locales que son decisivas en el fomento del endeudamiento para propiciar reformas estructurales en el sistema de bienestar.

El estudio deja expuesta la funcionalidad de los bancos multilaterales de cooperación como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) en articulación con el FMI. Devela, además, la existencia de un método que opera a través de créditos blandos en la creación de nuevas institucionalidades con capacidad para revertir políticas insignia del modelo que se quiere sustituir. Al mismo tiempo, el análisis pone en evidencia estrategias que explican en parte el éxito de algunas reformas, a pesar de los modestos apoyos financieros brindados. Algunos ejemplos de esta estrategia que podemos llamar de “seducción” fueron los apoyos financieros para equipamiento comunitario y el impulso del enfoque de género y medio ambiente en los programas sociales en los ´90. En esa línea y analizando las áreas sensibles que hoy son motivo de cofinanciamiento, vemos con preocupación la participación de la cooperación externa en los programas de integración socio urbana, así como en gastos corrientes como las becas de inclusión educativa. Al respecto, debemos preguntarnos: ¿Qué pasaría si se interrumpieran esos y otros financiamientos en temas de alta sensibilidad social por desacuerdos con el FMI?

La historia reciente y las conclusiones de esta investigación demuestran que todo acuerdo ruinoso de mega endeudamiento con el FMI, más temprano que tarde, propiciará reformas en el sistema de seguridad social (pensiones y jubilaciones), límites a la expansión y la gratuidad de la enseñanza universitaria pública y la deslegitimación de la función del Estado a favor del mercado en la provisión de educación, salud, servicios públicos y otras regulaciones que hacen al bienestar. En definitiva, el libro es un modesto aporte para comprender la importancia de lo social en el ejercicio de la soberanía expresado en decisiones de tipo redistributivas de todo orden y escala.


*Doctora en Ciencias Sociales y profesora de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Ex vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.

jueves, 21 de julio de 2022

Los precios de los alimentos y el aumento de la producción Retenciones: ¿sí o no?

 Por Pedro Peretti 30 de mayo de 2022 - 16:09

 El dólar blue sin freno se disparó hasta el récord de $301

 Pagina/12

     Cuando uno recorre los argumentos de la derecha contra el aumento de retenciones se encuentra con un rosario de lamentos sin ningún fundamento sólido. Repiten como una letanía básica: “Hay que bajar las retenciones para producir más”. Situémonos. El debate tiene dos caras: una es la urgencia del hambre, que no espera. Necesitamos el pan en la mesa “ayer; mañana es tarde”. La otra es el aumento de la producción, que está atada, inexorablemente, al ciclo biológico y al espacio físico. Este proceso es de mediano plazo, imposible de soslayar o acelerar por más entusiasmo declamativo que le pongan. Ante el hambre de hoy, no podemos plantear que dentro de 5 ciclos agrícolas los precios van a bajar. La urgencia alimentaria argentina no es por insuficiente volumen de producción, sino fruto de la pésima ecuación precios/alimentos/salarios. En el mundo hay alimentos de sobra para todos/as. Ahora: “¿De qué sirve la carne colgada en el gancho de la carnicería si no tengo plata para comprarla?” se preguntaba el arzobispo Helder Camara. 

Hay en Argentina solo 37.434 productores de trigo sobre un total de 47.000.000 de habitantes. Apenas el 10% de los productores concentra el 53% del área sembrada. Ese 10% acapara el 83% más tierra que el decil inferior. El nivel de concentración en el uso y tenencia de la tierra es brutal. Por eso es tan importante segmentar retenciones y no tratar como iguales a los que son estructuralmente distintos. Pero concentrémonos en los argumentos de la derecha para oponerse al aumento a las retenciones al trigo: “Sin retenciones podríamos producir 30 millones de toneladas de trigo”. El tema es cómo y dónde. Hablan y opinan como si producir más trigo fuera comprar una nueva máquina, o agregar una línea de producción. No es que no sepan de qué se trata, todo lo contrario. Es una estrategia comunicacional para confundir a la opinión pública urbana y sacar rédito político y económico. 

 

El trigo se siembra sobre una plataforma que se llama tierra; tierra hay la que hay, no se puede poner una máquina y fabricar más. La Argentina usa aproximadamente 38.000.000 de hectáreas en sus 5 principales cultivos. De ese número, 6.000.000 (2021/22)corresponden al trigo. El problema que tenemos no es por volumen: es por precio. ¿Podemos producir más trigo? SI. ¿Como? Básicamente de dos maneras: o agrandamos el área de siembra o aumentamos el rendimiento de lo que sembramos. Entonces, ¿dónde sembramos? O el trigo toma superficie de otros cultivos de esas 38.000.000 de hectáreas o hay que agrandar la frontera agropecuaria. Esto último es un eufemismo para encubrir su verdadero nombre: desastre ambiental. Hoy carece total y absolutamente de licencia social para practicarlo. Por eso lo disfrazan, es lo que buscan a partir de decir que con más producción se soluciona el problema alimentario. Ahora bien, si no podemos sembrar más por la limitante tierra, solo queda sembrar mejor y superar el rinde promedio de 28,200 quintales por hectárea de la última campaña. 

Pregunto: ¿dónde está esa semilla “bomba” o esa máquina extraordinaria o ese fertilizante mágico que nos va hacer llegar de golpe a los 30 millones de toneladas o duplicar el promedio de rinde nacional? No existe. Es puro cuento. Y el pan lo precisamos ya en la mesa. No dentro de 5 años. Y que haya volumen suficiente para cubrir la demanda interna no significa que esté accesible a las familias. Esto no va a suceder si no se toman medidas de verdad y se garantiza su cumplimiento. Obligando a monopolios exportadores, terratenientes y molinos a cumplir. El plan ganadero (Gan.Ar) que anunció el Ministerio de Agricultura es una excelente iniciativa para aumentar la producción, pero lleva tiempo y tampoco resuelve la urgencia. Sin embargo, la ganadería tiene sus particularidades. Una es que con la misma tierra y las mismas cabezas, se puede aumentar mucho la producción, ya que hay en el campo capacidad ociosa de vacas madres que no producen. Aca la tan cacareada ineficiencia del Estado no existe, es al revés. Son los privados los que deben velar por la buena preñez de los rodeos. El Estado no tiene vacas, ni es su responsabilidad darles de comer y cuidarlas para que se preñen. Si el plan -que tiene una cifra récord de 100.000 millones de pesos de financiamiento- funciona y los privados cumplen su parte, tiene por objetivo aumentar en 600.000 toneladas la producción de carne en los próximos 5 años.

 La carne es un consumo cultural que necesita como mínimo 50 Kg per cápita para quedarse en los bajísimos niveles actuales. El trigo es un consumo social que necesita de 92 kg de sus derivados per cápita/año. Son dos consumos cuyos precios son los más políticos de todos y que ningún gobierno debe desatender si aprecia su estabilidad política. Debe tomar medidas a fin de garantizar la provisión, poniendo cupos, aumentando retenciones, usando reservas, creando juntas reguladoras por productos, empresas testigos, subsidiando harina, etc.. Puede ser de a una medida, o la combinación de varias, pero en la que tome debe poner toda la fuerza política, a fin de garantizar su cumplimiento. No puede tomar una medida y dejarla al libre albedrío de los poderosos, que son como la parrillada: tienen de todo menos corazón.

martes, 19 de julio de 2022

Asegurar el empleo o los ingresos?: Una discusión para el caso argentino de las propuestas de ingreso ciudadano y empleador de última instancia

INGRESO-BASICO-UNIVERSAL - NODAL

 

 Asegurar el empleo o los ingresos?: Una discusión para el caso argentino de las propuestas de ingreso ciudadano y empleador de última instancia

Pérez, Pablo; Féliz, Mariano; Toledo, Fernando(2006)


Introducción

 
El régimen económico consolidado en Argentina durante los noventa estableció una situación de desocupación generalizada, precariedad en el empleo y elevados niveles de pobreza para gran parte de la población. En efecto, el balance social de la década pasada resulta decepcionante aún sin considerar el impacto de la crisis del régimen de convertibilidad. Al sobrevenir la crisis de la caja de conversión, a los efectos de contracción del empleo se agregó, en 2002, el fuerte impacto de la depreciación cambiaria sobre la inflación y, en consecuencia, sobre los ingresos reales de la población, provocando un deterioro adicional muy importante de las condiciones sociales (Frenkel, Damill y Maurizio, 2003). Se plantea así un cuadro de vulnerabilidad social de una gravedad sin precedentes y, con ello, un serio desafío para el futuro inmediato.  

 

A pesar de que desde 2003 comienzan a mejorar los indicadores del mercado de trabajo argentino de la mano de un crecimiento económico sostenido, el panorama vigente se encuentra lejos del imaginario social optimista predominante treinta años atrás. En el horizonte temporal más inmediato, muchas familias visualizan como amenazas inminentes al desempleo, a los empleos de carácter precario, a la pobreza y a la exclusión social. Por lo tanto, dos interrogantes esenciales motivaron la realización del presente trabajo: (i) ¿qué propuestas se están discutiendo para resolver los problemas del desempleo, la pobreza y la inseguridad en los ingresos en los países desarrollados?; y (ii) ¿cómo se relacionan estas propuestas con la situación argentina?
Las tendencias actuales en los países desarrollados se orientan en general a la SEGUIR LEYENDO